Arqueología del Nororiente
colombiano. Los Teres: un sitio
de asentamiento de las culturas
prehispánicas Preguane y Guane1

Leonardo Moreno González
Candidato a Doctor en Arqueología
Director del Museo Arqueológico del Gran Santander.
Escuela de Historia. Universidad Industrial de Santander
Bucaramanga, Colombia



Resumen

En este artículo, se aborda la problemática arqueológica del poblamiento prehispánico en el oriente colombiano, en la cual se involucra a las sociedades preguane y guane, A partir de los resultados obtenidos en el desarrollo del proyecto arqueológico titulado: Estudio del patrimonio arqueológico, paisajístico, geológico y ambiental en la Mesa de los Santos: Bases para proyectos de eco-desarrollo[1], planteamos una primera aproximación explicativa (diferencias y semejanzas) del desarrollo histórico-social y cultural en el Siglo XI d. C, en la actual región centro-oriente de Santander, en Colombia, Sur América.

Tomando nuestros resultados obtenidos en el sitio arqueológico de Los Teres, abrimos una discusión arqueológica sobre la existencia de dos comunidades prehispánicas independientes en su origen, desarrollo histórico y evolución socio-cultural, las cuales ocuparon el mismo espacio en diferentes períodos de tiempo. La cultura prehispánica preguane, es una realidad social de orden local, cuya actividad socio-cultural, está presente hasta el siglo XI d. C.[2], en la Mesa de los Santos y, el grupo guane, que es un fenómeno social tardío, cuyo origen aún desconocemos y, cuya presencia es clara en el nororiente de Colombia, hacia el siglo XII d. C.

Las diferencias y semejanzas en las manifestaciones de la cultura material, constituyen la clave para formular este primer acercamiento diacrónico del ámbito socio-cultural prehispánico de la región del oriente colombiano, resaltando la consolidación de procesos y realidades sociales que están conectados con la hermana República de Venezuela. Este acercamiento, está refrendado por el contexto estratigráfico-cultural y la distribución espacial (vertical y horizontal) de la alfarería y la lítica y sus asociaciones con otras evidencias arqueológicas como el espacio de la vivienda, los talleres, los fogones etc., todo ello, conjuntado en el modelo de análisis de los patrones generales de poblamiento regional y las pautas de poblamiento de orden local.

Palabras clave: culturas prehispánicas de Santander, cultura Preguane, cultura guane, Mesa de los Santos, alfarería guane.


ARCHAEOLOGY IN NORTHEASTERN COLOMBIA:
PREGUANE AND GUANE SETTLEMENT IN THE
SITE OF LOS TERES

Abstract

This article examines the settlement patterns of Preguane and Guane prehispanic cultures in Eastern Colombia. From the results of the archaeological project entitled "Study of the archaeological, geological, environmental and landscape heritage in la Mesa de los Santos: bases for eco-development projects", we provide an initial approach to explain the differences and similarities of the socio-historical and cultural development in the 11th century in present-day middle eastern Santander, Colombia (South-America).

Taking into account the data obtained from the archaeological site of Los Teres, we open a discussion about the existence of two prehispanic communities that inhabited the same territory in different periods of time and were independent in their origins, their historical development and their socio-cultural evolution. Preguane is a prehispanic culture which socio-cultural activity was present until the 11th century in la Mesa de los Santos, and Guane group is a later social phenomenon which origin is still unknown, but which presence was evident in Northeastern Colombia in the 12th century.

The differences and similarities in the material culture items are a key to formulate this initial diachronic approach to the socio-cultural sphere of prehispanic eastern Colombia, highlighting the consolidation of processes and realities that are linked with the Republic of Venezuela. This approach is supported in the stratigraphic and cultural context, the spatial distribution (vertical and horizontal) of the pottery and lithic artefacts, and their associations with other archaeological evidence such as domestic space, workshops and ovens, all of them gathered in a model of analysis of the regional and local patterns of settlement.

Keywords: Santander's prehispanic cultures, Preguane culture, Guane culture, Mesa de Los Santos, Guane pottery.



1. Presentación general

En la región santandereana se han realizado escasos trabajos arqueológicos; sin embargo, al revisar la historiografía de las investigaciones arqueológicas en la región de La Mesa de los Santos, observamos que las primeras referencias de la cultura guane, aparecen hacia 1939, cuando "los hermanos Bárcenas" que eran reconocidos socialmente como guaqueros de profesión, reportaron ante el Ministerio de Educación Nacional, que en una cueva profanada por ellos en la Mesa de los Santos, encontraron restos óseos correspondientes a cuerpos momificados, piezas textiles completas, huesos de animales, vasijas de diferentes formas y variados objetos (de madera, piedra y concha). Este reporte, trajo como consecuencia, un interés estatal por un proyecto de rescate arqueológico en la zona guane, liderado por el arqueólogo alemán Justus W. Schottelius, quien en 1940, fue comisionado por dicho Ministerio para rescatar estas evidencias materiales del pasado y para generar un informe preliminar de los hallazgos.

El informe de Schottelius se conoció en 19462, el cual se centra en el registro de las cuevas de la Mesa de los Santos, donde él excavó y encontró en los cementerios indígenas: restos humanos, objetos de madera, cestería, instrumentos musicales, adornos, metalurgia y artefactos líticos y textiles3. En su escrito reporta que en las cuevas hallaron mantas que cubrían totalmente las momias o restos óseos y gorros tejidos, que en conjunto hacían parte del vestido del muerto. Además, Schottelius en este informe, plantea por primera vez, que el grupo étnico pre-guane pudo haber ocupado este territorio, antes que los guanes, la Mesa de los Santos, lo que sustenta con los niveles estratigráficos diferenciados de las cuevas excavadas y el material cultural recolectado por él.

El informe arqueológico de Schottelius, alienta a profesionales aventureros con sensibilidad hacia las culturas del pasado, propiciando los primeros trabajos en la zona. El médico Martín Carvajal4, tomó la descripción del rescate arqueológico hecha por Schottelius y formula una tipología de entierros y describe el tipo físico de los restos humanos de La Cueva de los Indios. También, Carvajal, en 1941, hace excavaciones en las cuevas del Indio y en La Loma, en el municipio de Los Santos y sus hallazgos los complementa con el estudio de los restos encontrados por el médico Gabriel Giraldo Jaramillo, quien excava de nuevo la Cueva del Indio, de donde rescata una muestra de piezas enteras guane, con temáticas decorativas asociadas a pintura positiva roja y amarilla5.

Del mismo modo, el investigador Such Martín6, toma el informe de Schottelius y hace una clasificación tipológica cerámica de carácter general para la región guane, lo que en conjunto con los anteriores trabajos, inspira otras investigaciones en la región santandereana, apoyados en fuentes escritas de los cronistas y datos arqueológicos obtenidos en distintos puntos de esta zona del país. Así, en 1945, Edith Jiménez7, hace una pequeña reseña sobre el pueblo guane, complementando las tipologías propuestas por Such Martín y a la vez, propone una nueva mirada sobre el material cerámico guane descrito por Schottelius y Such Martín.

El esfuerzo hecho por estos pioneros investigadores de la Mesa de Los Santos, prácticamente se desvanece por cerca de 3 décadas, ya que en este lapso, en la zona, no se hacen investigaciones arqueológicas, pues sólo hasta 1972, Donal Sutherland8, excava sitios de habitación y tumbas de aborígenes que se asentaron en el suroriente de Santander, generando las primeras propuestas de clasificación tipológica de carácter regional, retomando los trabajos de Shottelius, Such Martín y Edith Jiménez, propiciando una mirada mucho más amplia de la cultura guane, incorporando aspectos de la vivienda, de la vida cotidiana y prácticas funerarias.

Desde 1972, hasta 1983, es un período de interrupción de las investigaciones arqueológicas en el área guane, lo que produce un aislamiento de esta zona, en las discusiones sobre el poblamiento y desarrollo de sociedades prehispánicas en el país y, en consecuencia, hoy tenemos grandes vacíos en términos de la historia social prehispánica a nivel nacional, porque la zona guane prácticamente está sin investigar. Y sólo, se vuelve a hablar de lo Guane, en 1983, cuando Marianne Cardale de Schrimpff9, realiza un estudio sobre los diseños, el uso de fibras y de los tintes utilizados en los textiles guane, cuya muestra toma de los textiles hallados por Mario Acevedo Díaz (décadas de los 50 y 60) en varias cuevas de la Mesa de los Santos y en la Cueva de La Antigua.

Asimismo, en 1984 el arqueólogo Gilberto Cadavid y el etnohistoriador Jorge Morales, vuelven a ocuparse de la sociedad guane y mediante un contrato-convenio del ICAN con La Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales FIAN-Banco de la República, desarrollaron el proyecto arqueológico y etnohistórico en la Vereda Los Teres, en Los Santos, denominado investigación etnohistórica del área guane10. Dos años después, en 1986, se hace una nueva publicación sobre los guanes, cuyo propósito se centraba en resaltar su espíritu religioso y su coincidencia con la fe cristiana11

De nuevo, la problemática guane se olvida durante otra década y en 1994, el profesor de bachillerato, Héctor Pinto Torres12 y su equipo de expedicionarios reporta las pinturas rupestres encontradas en los abrigos rocosos del Chicamocha, y en su publicación agregan el informe de los arqueólogos Gonzalo Correal e Iván Flórez, sobre las observaciones osteométricas y escanográficas, hechas en dos momias de la Mesa de Los Santos y, que han sido consideradas en estudios modernos sobre la genética guane13.

De otra parte, personas legas, así como autores aficionados y apasionados por la cultura guane, han presentado una serie de trabajos sobre los guanes14 y aspectos relacionados con el arte rupestre (adjudicado arbitrariamente a ellos) e inspirados sólo en fuentes de cronistas y sin ningún respaldo arqueológico. Asimismo15, se ha publicado otro trabajo sobre este grupo que recoge una versión subjetiva del autor, pues éste no señala fuentes ni retoma la problemática que la arqueología ha formulado sobre el origen y el desarrollo de las comunidades prehispánicas preguane y guane.

Basados en esta sinopsis historiográfica sobre las investigaciones arqueológicas en la Mesa de los Santos, en términos generales podemos plantear que la investigación en la región preguane -guane, ha sido concebida de manera voluntarista, aislada y cuyas interrupciones han generado grandes vacíos repercutiendo en un escaso conocimiento de la historia social prehispánica nacional y de la región santandereana y a la vez, propiciando un desconocimiento grave sobre su pasado y de sus valores patrimoniales étnicos. Así, después de 28 años sin hacerse una investigación científica en el área guane, hoy entregamos en este artículo, nuestra primera reflexión (de orden preliminar) sobre las pautas de asentamiento y la alfarería preguane y guane y sus posibles nexos regionales (problemática guane del Oriente de Colombia y sus relaciones con Venezuela), en el ámbito de los procesos históricos regionales.


2. La intervención arqueológica en Los Santos. el ambiente natural y las ocupaciones humanas prehispánicas

El ambiente morfo-estructural de la Mesa de los Santos está asociado a la actividad tectónica activa del Cuaternario y al plegamiento y fallas geológicas que han originado un paleo-valle. Así, esta geo-forma está definida por planos o laderas estructurales, que corresponden a superficies naturales inclinadas del terreno, formadas por capas o planos de discontinuidad (foliación, diaclasamiento, estratificación, etc.), ubicados en el mismo sentido de la pendiente. Este tipo de estructuras fueron identificadas en panorámicas sobre la formación Los Santos en la Vereda Las Llanadas y sobre la formación Rosa Blanca en Los Teres16.

Este paleo-valle cuaternario se forma por el desprendimiento (ocasionado por fallas geológicas) de la meseta denominada Mesa de los Santos (extremo occidental) y delimitado por los cañones profundos de los ríos Chicamocha y Sogamoso y, en consecuencia, constituye la parte más baja de dicha meseta. En este paleovalle, se localiza la vereda de Los Teres, ubicada a una altura de 1335 metros sobre el nivel del mar y, localizada aproximadamente a tres kilómetros del casco urbano del municipio de Los Santos, en el Departamento de Santander al nororiente de Colombia.


2.1. La prospección y las excavaciones en Los Teres

La investigación arqueológica en Los Santos, se lleva a cabo entre los años 2011 y 2012. Para desarrollar el trabajo arqueológico, partimos del enfoque teórico de la "arqueología del paisaje" del cual tomamos como eje central el inventario de sitios de asentamiento prehispánicos en la Mesa de los Santos, en función de los rasgos estructurales del paisaje y la posibilidad de comprender la relación entre los grupos humanos y su matriz ambiental. En el contexto amplio de la arqueología del paisaje, también nos apoyamos teóricamente en el "modelo patrones de poblamiento regional" y, dentro de éste, consideramos el modelo de las "pautas de asentamiento" como una expresión particular de orden local. Estas tres fuentes teóricas, fueron exigiendo una delimitación del espacio, del tiempo y la obtención de una base de datos sólida de orden paisajístico-ambiental y arqueológico-cultural, en el contexto de procesos histórico sociales que fuimos construyendo desde la prospección hasta las excavaciones en área.

Al analizar críticamente los trabajos hasta ahora realizados en La Mesa de los Santos, buscamos direccionar la investigación arqueológica en la región y para ello, planteamos una hipótesis de trabajo: la zona de la Mesa de Los Santos, fue ocupada por dos sociedades diferentes una de orden local (preguane) y la otra producto de la migración (guane) con niveles distintos de desarrollo social, el cual se materializa en tres aspectos básicamente: 1, la alfarería y la lítica como un producto social (productivo y cultural), pues como materias distintas de orden social-productivo son indicadoras de relaciones espaciales y de la dinámica del territorio; 2, los patrones de poblamiento regional (arreglo general de los asentamientos en el paisaje); 3, las pautas de asentamiento de orden local (principalmente las asociaciones entre las formas de la vivienda, los cultivos, la arquitectura funeraria y las formas de los enterramiento17, lo que configura en conjunto, el ámbito particular o local, en este caso las sociedades peguane y guane.

En este contexto, realizamos una prospección arqueológica de aproximadamente 6 meses en la Mesa de los Santos, centrada preliminarmente en las lecturas de paisaje y en una valoración del potencial arqueológico, pues el paisaje lo entendemos como una suma de "espacios naturales y sociales" que relaciona el ámbito de lo objetivo-material con lo ambiental y cultural. Esta lectura, tiene como propósito, encontrar patrones de dispersión del poblamiento representada en los asentamientos y a la vez, comprender el arreglo espacial de los mismos en el paisaje, en una perspectiva comparativa con otros sitios del Oriente de Colombia y la parte andina del Occidente de Venezuela (escala amplia de los patrones de poblamiento).

Luego planteamos una prospección arqueológica, en el paleo-valle cuaternario, principalmente en las veredas Garbanzal, Los Teres y Las Minas, del Municipio de los Santos (escala local, pautas de asentamiento). Después de recorrer la zona de Los Santos por cerca de 6 meses, y al culminar la exploración arqueológica en el municipio de Los Santos, realizamos un balance de cada uno de los sitios reportados como un yacimiento arqueológico, desde el punto de vista del paisaje físico y cultural, para lo cual se valoraron las manifestaciones materiales dejadas por las comunidades amerindias, como testimonio de sus actividad social, ante sus retos de subsistencia material y social, por lo cual, los criterios tenidos en cuenta para la selección de los sitios a excavar fueron los siguientes:

1. Sitios con alta presencia y variación significativa de cerámica prehispánica y de artefactos líticos; 2. Sitios que tuvieran una forma ovoide o circular y que el color de la tierra fuera grisáceo claro, lo que corresponde según los campesinos a "quemaderos"; 3. Sitios ubicados cerca a los "caliches", tal como se conoce a los cordones calcáreos y en donde las gentes del pasado construía sus cementerios; 4 Sitios que tuvieran círculos de piedra; 5. Sitios que presentaran diversidad en el material arqueológico y que fuera un material diagnóstico; 6. Sitios que no hubieran sido alterados por procesos de erosión de carácter natural o humano o que estuvieran alterados levemente por guaquería; 7. Sitios que fueran probablemente residencias o áreas de habitación. Con base en estos criterios, se seleccionaron dos sitios en Los Teres, en donde se efectuaron los cortes I y II.

Al analizar y valorar los resultados de la prospección, se decidió intervenir la parte más baja del paleovalle cuaternario, por lo cual se hicieron excavaciones en dos sitios arqueológicos, en la vereda Los Teres, uno ubicado en la finca Campo Alegre de propiedad de Leonardo Almeida (Excavación en área corte I) y el otro, en la finca de Don Diego (Excavación en área corte II)18.


2.2. Las excavaciones en área

En dos sitios de vivienda prehispánicos ubicados en la vereda Los Teres, realizamos dos excavaciones en área. El corte I, de 168 metros 2 y el corte II, de 144 metros 2. El corte I, se localiza en una gran planicie, en la cual se observaba claramente un área de tierra gris blancuzco, que los moradores identifican como "quemaderos". El corte I se excava siguiendo niveles convencionales de 5 centímetros y, confrontándolos con la estratigrafía natural, pero la primera capa se baja de 20 centímetros, porque toda la zona se ha intervenido con el rastrillo para la siembra de tabaco.

El corte I lo realizamos en una planicie, con base en dos razones básicas: la abundancia de rocas delimitando áreas con material arqueológico y porque lo habíamos registrado en la prospección como un sitio de interés por la presencia de cerámica y lítico en abundancia. De esta planicie, tomamos los pozos de sondeo que más aportaron información de acuerdo a la estratigrafía natural y cultural y se determina un área para excavar el corte I. (Ver foto 1).

El corte I, lo dividimos en cuadriculas de 2 metros de lado, identificándolas con letras de la A, hasta la H (occidente-oriente) y, enumerándolas (sentido norte- sur), del número 0 hasta el 5, es decir, se excavaron 48 cuadrículas de 2 metros de lado. (ver foto2)

Todas las cuadriculas se excavaron simultáneamente y su nivel estratigráfico de orden cultural, se profundiza entre 80 y 90 centímetros de la superficie. En todos los niveles se hallaron numerosos fragmentos de cerámica, carbón vegetal, caracoles de tierra, fragmentos líticos, semillas, áreas rituales con presencia de osamenta y áreas separadas por piedras formando círculos con material cerámico (ver fotos 4 y 9).

Al inicio de las excavaciones no sabíamos si los sitios habían sido ocupados por una sola sociedad o por varias culturas arqueológicas o si habían habido varios momentos de abandono y de ocupación en distintos períodos de tiempo, por ello, para tener un control previsible se bajaron niveles estratigráficos de 5 centímetros (corte I). Para los cortes I y II, toda la tierra fue cribada; se tomaron muestras de cada estrato y de zonas de interés arqueológico y los materiales culturales se separaron en bolsas de acuerdo a la cuadrícula y el nivel estratigráfico natural y cultural con registro gráfico y fotográfico exhaustivo. También, llevamos a cabo, un orden estricto de la distribución de los materiales arqueológicos: cerámica, lítica, restos de animales, manchas, tierra pisada, tierra suelta, carbón, fogones, tierra quemada, huellas de poste y para el registro de evidencias que conforman el contexto arqueológico, se utilizó una escala de 1: 10.

En un área de planadas sucesivas, seleccionamos una zona (utilizando los mismos criterios para el corte I) donde realizamos el corte II, la cual se ubica a un costado de un cerro remanente cuaternario. En la planicie, se marcaba una plataforma de vivienda, la cual presentaba una ligera inclinación hacía el noroccidente y, estaba delimitado por un anillo de piedras de forma ovoide, de 12 metros de largo (sentido occidente-oriente) por 10 metros de ancho (sentido norte-sur). Para estudiar los vestigios arqueológicos, la excavación del sitio de habitación se dividió en cuadriculas de 2 metros de lado, identificándolas con letras de la A, hasta la F (occidente-oriente) y, enumerándolas (sentido norte- sur), del número 1 hasta el 5, es decir, se excavaron 30 cuadrículas de 2 metros de lado. En el corte II, se excavó, siguiendo niveles de 10 centímetros (debido a la dureza del suelo y presencia de cascajo y piedras), excepto la primera capa que se excavó de 30 centímetros, debido a la intervención mecanizada para fines agrícolas.


2.2.1. Problemática preguane-guane: vestigios del corte i

Debido a las limitaciones que exige este tipo de artículos, sólo hacemos una síntesis de los estratos de ocupación (cortes I y II) que están relacionados con el desarrollo de las sociedades preguane y guane y su período de transición. La profundidad de la acción socio-cultural de los pobladores prehispánicos, representados en el corte I, alcanza una profundidad comprendida entre 80 y 90 centímetros (ver foto3) y, en el corte II, llega hasta 140 centímetros.

Tomando de nuestro trabajo en Los Santos: 1, la distribución del material cerámico, en el contexto estratigráfica natural y cultural (ver perfil del corte I, foto 3); 2, las características morfo-técnicas (formas y decoración) de la cerámica; 3, las características de los materiales líticos; 4, la aparición en los pisos de ocupación de círculos de piedra, muros interiores, tierra pisada y tierra suelta, con manchas amarillas-rojizas, que son indicadoras de distintos espacios sociales, relacionados con actividad productiva (ver foto 9), nos permite plantear que hay dos ocupaciones y entre ambas, considerar una zona de transición o de traslape de los dos momentos de ocupación, que probablemente estén asociados a las sociedades preguane y guane, lo cual tendrá una mayor atención al final de nuestro trabajo.

En el corte I, las primeras evidencias de actividad humana en el tiempo, se encuentran entre 70 y 90 centímetros de la superficie, lo que corresponde a la sociedad preguane; pero es el nivel 30-35 centímetros hasta donde hay claras evidencias del desarrollo preguane y comienza la transición hacia lo guane. (ver foto4)

Esta transición está sobre un estrato compacto (apisonado) mezclada con piedrecillas y de color pardo grisáceo, en donde aparece la mayor concentración de cerámica, lítico y caracoles, muy cerca a una huella de poste. La distribución de las piedras, delimitan áreas de círculos y muros interiores, con presencia de abundante material cultural. (ver fotos 4 y 9)

En algunas cuadrículas, en el nivel 35-40 centímetros, continúa el estrato de transición. En C0, D0, E0 y E0 hay un área con rocas medianas, cuya distribución cubre la mitad de las cuadrículas, formando una especie de muro interior. En A5, B5, C5 y E5, no hay rocas y la tierra está revuelta con cascajo y se registra la presencia de escaso material arqueológico. En la cuadricula B4 continúa la mancha de tierra rojizo-pardo, en donde hay una gran concentración de cerámica y lítico. En la B4 hay rocas dispuestas a lo largo que se extiende a las cuadrículas contiguas y manchas de tierra suave de color café-rojizo, que corresponden a áreas de fogatas. (ver figura 1)

En la cuadrícula D1 continúan las rocas alineadas pero en esta cuadrícula se forma un círculo (diámetro de 85 centímetros), conteniendo una concentración de cerámica (bordes y asas dobles), lítico y caracoles. En la D2 hay rocas de tamaño mediano distribuidas por toda la cuadricula con leves inclinaciones. En D2 y D3 hay una gran mancha rojiza amarillosa de tierra suelta en la que se encuentra un área de fogón con presencia de dos rocas medianas. La mancha es ovoide de 125 cm la parte más ancha y 120 cm la parte más angosta. Está ubicada transversalmente en sentido sur-norte, el resto de la cuadrícula es de color pardo. En la D4 hay cerámica y caracol distribuidos por toda la cuadrícula. En la D5 hay abundancia de lítico y cerámica hacia la pared occidental. (ver figura 1)

En las cuadrículas E1 y E2, había una gran concentración circular de rocas con alta presencia de materiales arqueológicos y sobresaliendo el hecho de cerámica puesta una encima de otra, con pequeños espacios vacíos que forman pequeños círculos hacía el centro de la cuadrícula. En la cuadricula E3 hay rocas de tamaño mediano distribuidas desde el centro hacia la pared norte. En la E4 hay gran cantidad de cerámica en toda la cuadricula, además hay concentración de caracoles hacia la esquina sur. En todas las cuadrículas F, G y H, siguen las rocas grandes naturales y con presencia de pequeñas áreas que tienen principalmente líticos.


2.2.2 Problemática preguane-guane: vestigios del corte II

El sitio de vivienda se localiza en una planada de aproximadamente 60 metros de largo por 40 metros de ancho. En esta planada, se observa claramente un área delimitada por una depresión, un círculo de piedras y a su alrededor áreas con tierra de color gris blancuzco y con presencia de material cerámico y fragmentos líticos en gran cantidad. El área excavada de 1.40 metros cuadrados (14X10), se dividió en cuadrículas de 2 metros de lado. El sitio presenta un desnivel natural, por lo cual la excavación inicialmente se concentró en los sectores de menor pendiente y luego la excavación se fue nivelando paulatinamente a medida que se profundizaba la misma. (ver foto 5).

Todas las cuadriculas se excavaron en función de la pendiente. La estratigrafía cultural llegó hasta 140 centímetros y todas las cuadrículas, a partir del nivel 3 (40- 50 centímetros) se excavaron simultáneamente bajando niveles de 10 centímetros, excepto en las zonas donde se había alterado por la acción de la guaquería.

En el corte II, las primeras evidencias de actividad humana en el tiempo, se encuentran a 140 centímetros de la superficie, en un estrato apisonado, mezclada con piedrecillas y de color pardo grisáceo, con inclusiones rojizas (ver foto 6). En la parte oriental, del sitio de vivienda, un arrume de piedras delimita la casa y, en el resto del área de la vivienda, los materiales arqueológicos se distribuyen homogéneamente en forma rectangular, sobresaliendo en la cuadrícula D3, la concentración de evidencias materiales producto de la actividad social (abundante carbón vegetal, fragmentos de copa, caracoles terrestres y material lítico), dispuestos en medio de una tierra amarilla rojiza (quemada), lo que nos indica que corresponde a un fogón.

En todos los niveles encontramos una muestra numerosa de cerámica, carbón vegetal, caracoles de tierra, fragmentos líticos, semillas y huesos de animal. En el nivel 50-60, se evidencia la transición de las ocupaciones peguane y guane, marcada estratigráficamente y por el hallazgo de las primeras evidencias de huellas de poste. En A1, B1, C1, D1 (pared oriente-sur), aparece un muro de piedras grandes y pequeñas de un metro de ancho. En todas las cuadrículas se observan pequeñas diferencias en el estado de la tierra y en sus colores: 1, hay áreas con tierra pisada de color pardo amarillento; 2, tierra suelta de color pardo mezclada con piedrecillas; 3, tierra suelta de color pardo grisáceo, en donde aparece mayor concentración de caracoles y lítico; 4, tierra semidura de color pardo oscuro mezclada con cascajo; 5, tierra suelta de color pardo claro; 6, tierra parda amarillosa, compacta y mezclada con piedrecillas; 7, tierra semidura, de color parda con secciones amarillentas, 8, tierra parda amarillenta ligeramente suelta; 9, tierra parda amarillenta, ligeramente compacta y dura. Todos estos tipos de tierra están mezclados con materiales arqueológicos en proporciones muy diferentes, lo que en nuestra perspectiva indica una gran actividad humana en este piso de transición preguane-guane.

En la cuadrícula A1, se define claramente la huella de poste # 1, de forma circular y 21 centímetros de diámetro y se profundiza 68 centímetros. En esta misma cuadrícula, aparece una zona con amontonamiento de roca, en medio de tierra suelta de color marrón claro y con presencia de cerámica y lítico. En la A2, se hallaron dos concentraciones de materiales arqueológicos, una en la esquina nororiental y otra en la parte occidental. En la primera, sobresale la presencia de cuentas de collar y en la segunda, fragmentos cerámicos medianos y bases de copa. En la mitad de estas dos áreas, apareció una roca calcárea ("calicho") y cerca de ella, fragmentos cerámicos (tamaño grande), bordes de labio grueso y asas delgadas y dobles. En el sector oriente-sur, hay muy poco material arqueológico

La tierra de la cuadrícula B2 es suelta y de color pardo claro. Se definen claramente dos zonas ricas en materiales arqueológicos. La primera, en la esquina occidental, predominando la concentración de cerámica (tamaño mediano), mezclada con huesos, carbón vegetal, caracoles y lítico y, la segunda, hacia el centro de la cuadrícula, en donde sobresale el tamaño de los fragmentos cerámicos y la presencia de bases de copas, los cuales están muy cerca de la huella de poste # 2. Esta huella se encuentra a 59 centímetros, de la superficie, es de forma circular, diámetro de 18 cm y se profundiza, 60 centímetros (ver figura 2).

En la cuadrícula C2, la tierra de color pardo- grisáceo. Se levantaron las rocas que estaban alineadas en el nivel anterior y no apareció ningún vestigio arqueológico nuevo. En la D2, la tierra es parda y muy dura y con una concentración significativa de materiales arqueológicos en la parte norte-oriente (cerámica, lítico, carbón, caracol y huesos de animales). Hacía el vértice oriental de la cuadrícula D2, se encontró a 59 centímetros, de la superficie la huella de poste # 3, la cual es de forma circular y su diámetro es de 18 cm y se profundiza 59 centímetros . Dentro de la huella se halló cerámica y lítico. (Ver figura 2).

En la cuadrícula A3, la tierra es suave y de color pardo claro. Hacia la zona sur-central, se halla la mayor concentración de materiales arqueológicos (cerámica) y en sitios aislados se encuentran caracoles y cuentas de collar, es decir, no están concentrados los materiales arqueológicos en un solo lugar, como es la tendencia en las demás cuadrículas. Hacia el vértice oriental, se encuentra la huella de poste # 6 con un diámetro de 18 cm y 70 centímetros de profundidad. (ver figura 2).

En la cuadrícula B3, la tierra es color pardo claro y suelta, en donde encontramos muy poco material cultural, pero sobresaliendo el hallazgo de una aguja en chonta, ubicada cerca a la pared suroriental. La cuadrícula C3 no se excavo porque estaba en un 95% intervenida y la pequeña pestaña no guaqueada no tiene materiales arqueológicos.

La D3, presenta dos áreas (una al norte y la otra hacia el oriente), las cuales se caracterizan por la con abundancia de materiales arqueológicos (cerámica, lítico, caracoles, carbón) y en la parte sobresale la presencia de huesos de animal y las asas grandes. (Ver figura 2).

En la D3, hacia el vértice norte y a 59 centímetros de la superficie, se registra la presencia de la huella de poste # 5, de 20 centímetros de diámetro y se profundiza 73 centímetros. En las cuadrículas E3 y F3, la tierra parda amarillosa es compacta y está mezclada con piedrecillas. En el vértice norte de la cuadrícula E3, hay una concentración de rocas medianas con presencia escasa. Por el contario, en la esquina sur (continuación de material arqueológico de la cuadrícula E2), hay una gran concentración de cerámica, carbón vegetal, caracoles y lítico y en sectores muy pequeños hay asas y cerámica; pero en términos generales toda la parte central de la cuadrícula E3, no tiene material arqueológico. (Ver figura 2).

En la cuadrícula F3, la tierra es de color parda con secciones amarillentas. Continúa la concentración de rocas que se inicia en al F2, pero sin presencia de material arqueológico y sólo hacia la pared sur-oriente, cerca a la huella de poste # 4, hay una significativa presencia de material cerámico. En las B4 y C4, hay áreas con bastante material arqueológico (sobresaliendo los fragmentos grandes, las asas y los bordes), ubicadas del centro de las cuadrículas hacia la pared oriente-sur. (Ver figura 2).

En la E4, la tierra es de color parda amarillenta y la mayor concentración de materiales arqueológicos (cerámica, carbón vegetal, caracoles), está hacia la parte sur. En el vértice oriental, continúa una concentración de rocas que proviene de la cuadrícula E3, sin presencia de material arqueológico. Cerca a la esquina norte, se encuentra la huella de poste # 9, de 20 centímetros de diámetro y 64 centímetros de profundidad. La tierra parda amarillenta de las cuadrículas C5, D5, es ligeramente compacta y dura y está mezclada con muy poca cantidad de materiales cerámicos, por lo general de tamaño grande. En la cuadrícula C5, hacia el centro-oriente, aparece la huella de poste # 7 de 21 centímetro de diámetro y 68 centímetros de profundidad. (Ver figura 2).


3. Los materiales alfareros en los teres

En los estudios arqueológicos, a nivel del Continente Americano siempre se ha discutido el alcance de la cultura material como indicador étnico y, de esta problemática, el estudio de la cerámica utilizado como un objeto-marcador de un estilo alfarero, ha derivado siempre en una filiación cultural (culturas arqueológicas, entendida como identidades étnicas). Así, la alfarería y su contexto de asociación arqueológica, entendida como una concreción humana que responde a estrategias de supervivencia material, social y simbólica, se erige como un documento material, que permite comprender la evolución social de los grupos humanos agro-alfareros prehispánicos en América, para lo cual se han utilizado tres conceptos centrales: horizonte (asociado al espacio), tradición (asociado al tiempo) y fase (período de tiempo).

La alfarería cocida prehispánica, como concreción material humana aparece como una respuesta a las necesidades de supervivencia objetiva y social de un grupo humano, ya que ésta, por un lado, se fabricó en función de un criterio funcional-utilitario y por el otro, se usó como materia prima la arcilla, que contiene partículas sólidas naturales (no-plásticas) de orden mineral que al compactarse conforma un conglomerado con sus respectivas propiedades geológicas-litológicas y químicas de plasticidad natural, que están relacionadas con las tierras cercanas a las ocupaciones humanas, lo que en conjunto le otorga a la cerámica, unas características locales de orden geológico y físico-químico de gran importancia para la confección y cocción alfarera, ya como producto o como pieza cerámica final, cuya expresión material es convergente con el orden social-productivo y cultural. Así, las comunidades del pasado que tuvieron desarrollos sociales similares o paralelos, tuvieron la misma lógica para definir sus formas cerámicas en función de sus necesidades, pero a la vez, la forma y la función de la vasija, está acompañada de una estética decorativa que sí es particular en cada grupo y que corresponde a su cosmovisión como sello de identidad cultural, con lo cual, la cerámica como entidad material-cultural y objeto utilitario, ha llevado a identificar a los grupos humanos con sus correspondientes desarrollos sociales, económicos, políticos y culturales.

Esto presupone también, que los grupos no están aislados de otras comunidades, por lo tanto hay horizontes alfareros cuyos rasgos característicos plantean una tradición que en sus fases de desarrollo social, reciben influencias representadas en los cambios como sociedades dinámicas y por lo tanto, las expresiones materiales en la alfarería van mostrando transformaciones tecno-morfo-funcionales y de expresión cultural al implementarse formas y decoraciones, como consecuencia de esta dinámica social.

También se ha cuestionado, no sin razón, el uso exagerado de la cerámica para la elaboración de tipologías para determinar las culturas arqueológicas y las relaciones entre grupos humanos; sin embargo, la tipología cerámica ha resultado en muchos casos muy útil para confrontar evidencias arqueológicas no cerámicas (metales, huesos, estructuras de tierra y piedras, y una gama muy grande de indicios) al estar asociada a determinados tipos de cerámicas que orientan preliminarmente estos vestigios materiales en tiempo y espacio. Por ello, en nuestro trabajo retomamos planteamientos hechos por otros colegas y proponemos el concepto de sistema alfarero de Los Teres, buscando reivindicar el carácter social de la alfarería.

En este contexto polémico, se han planteado las tipologías cerámicas, las cuales ponderan los rasgos tecno-formales, es decir, los elementos diagnósticos que definen los estilos alfareros, como es el caso que nos ocupa en la región y la cerámica guane; por ello, acogemos el concepto de "alfarería que significa una actividad o proceso humano. Y, los tiestos son el testimonio del proceso histórico de la alfarería en una determinada sociedad, que no se deben extraer arbitrariamente de su contexto cultural"19 lo que rebasa el marco de la cerámica como un objeto tecno-funcional específico.

Además, la alfarería como un producto social-productivo y cultural, ha permitido corroborar hipótesis de tipo regionales o macro-regionales con una simple comparación de tipos cerámicos de las diversas áreas estudiadas, manifestándose así, como indicador de relaciones espaciales muy amplias y permitiendo desarrollar problemáticas regionales como las que contiene el concepto de configuración del territorio geo-histórico de los dos Santanderes, lo cual implica conocer y explicar los procesos etno-sociales de la región del Gran Santander, apoyados por los estudios de la alfarería de las sociedades preguane y guane, en la zona de Los Santos Santander. Así se abre un importante espacio conceptual para emprender una nueva elaboración y explicación del traslape cultural de ambos estilos alfareros.


3.1. La cerámica de los teres y la problemática alfarera guane

Donal Sutherland en 196720 tomando colecciones particulares, materiales cerámicos hallazgos por él en sitios de habitación y cementerios y los trabajos de Shottelius y Such Martín, planteó una tipología a partir de rasgos específicos y propiedades físicas definidas por el autor como "tipos morfológicos" a saber: Micáceo de Curití, Harina de Avena de Curití, Roja sobre Rojo Naranja de Oiba, Porosa de Curití y Rojo sobre Amarillo de Oiba, los cuales no se concibieron como resultado de un proceso histórico, es decir, en un contexto cronológico, sino como una descripción tecno-formal. Para el primer tipo, el autor resalta la presencia de mica en la pasta, que lo lleva a pensar que su presencia en la superficie cumple una función decorativa. Registra la forma de jarras globulares a veces con reborde y bases bajas; tazas de poco diámetro con o sin base y botellas de cuello largo. La decoración en rayas incisas y pintura roja en fondo obscuro.

La cerámica "Harina de Avena" de Curití, se caracteriza por la presencia de abundantes partículas minerales (amarillas y rojas) que le dan ese aspecto de "galleta de avena". Las formas del tipo son: jarras globulares con reborde, vasijas de cuello corto o a veces sin cuello; tazas con estrecho o amplio diámetro y ollas globulares grandes de boca estrecha y cuello corto. La decoración es inciso lineal y se combina en gran proporción con puntos. También documenta la decoración con pintura roja, conformando una banda alrededor del labio o debajo de él, con o sin rayas verticales sobre la superficie externa del cuerpo.

La cerámica Porosa de Curití, corresponde a la característica friable y que es susceptible de desleírse, es liviana y se parte fácilmente. Registra las jarras globulares con ondulaciones en la superficie y tazas de pedestal. No registra decoración. El tipo Rojo sobre Amarillo de Oiba, se caracteriza por botellones, tazones con pedestal bajo, vasijas pequeñas o grandes de cuello bajo o sin cuello, por lo general decoradas con pintura roja, formando diseños con rayas rectilíneas y curvilíneas. La cerámica Roja sobre Rojo Naranja de Oiba, se caracteriza por las botellas con o sin asa, las tazas de gran diámetro, con y sin base y vasijas de cuello corto, decoradas con líneas paralelas entre bandas de color rojo opaco que rodean el cuerpo de la vasija..

Otra tipología para el área guane, la planteó Cadavid con base en los trabajos realizados en Los Teres y Garbanzal21, la cual se basa en rasgos diagnósticos de la pasta, la superficie y la decoración, pero tampoco están inscritos en procesos históricos y cronológicos. Los tipos son:

  1. Los Santos Carmelita Burda22, cuyas formas son: 1. Vasijas de borde evertido reforzado, boca ancha y angosta base redondeada; 2. Cuencos de labio invertido anchos y angostos 3. Ollas cuenco profundos y pandos con bases anulares; y 4. Cántaros de cuello y boca angosta y base redondeada. La cerámica de este grupo está decorada con motivos incisos y apliques como pequeñas protuberancias circulares. Este tipo está asociado a actividades domésticas y en el contexto funerario al servir como urnas funerarias para el entierro de no-natos y neonatos (Palogordo)23 y grandes fragmentos se colocaron sobre los entierros de adultos. Esta cerámica corresponde en nuestra clasificación a los grupos gris, café obscuro y café claro.
  2. Los Santos Micácea Roja24 cuyas formas son: vasijas globulares, sub-globulares y de silueta compuesta, botellones con hombro angular, cuencos y ollas cuencos y se caracterizan por labios biselados y la presencia de asas simples o dobles en forma de arco o a veces planas. La técnica decorativa se centra en los motivos incisos y pintura con motivos de rayas zonificadas, bandas horizontales y verticales abajo del cuello y a veces una línea pintada cerca al labio. Algunos fragmentos presentan aplicaciones y motivos punteados circulares y triangulares, y probablemente la mica tiene una función decorativa. Este tipo está asociado a actividades domésticas y funerarias.
  3. Los Santos Micácea Fina25. La cerámica por lo general es de tamaño pequeño y corresponde a dos tipos de vasijas. Ollas de base redondeada y borde engrosado y copas de base baja y anular, decoradas con motivos incisos y pintura. Por su tamaño y acabado fino tamaño están asociadas a actividades ceremoniales relacionadas con rituales funerarios.
  4. Los Santos Ocre sobre Crema. Las formas son: cuencos y copas y la decoración es pintura roja en forma de líneas paralelas cuyo contexto es funerario

En el trabajo de Lleras y Vargas26 se plantea una equivalencia de las propuestas tipológicas anteriores: 1. En el tipo Curití Micaceo de Sutherland 27 incluye la cerámica que se caracteriza por las inclusiones de mica en la pasta, pero que se expresa en dos tipos distintos, que fueron determinados por Morales y Cadavid28 como Los Santos Micáceo Rojo y Los Santos Micáceo Fino, esta última, caracterizada por tener vasijas pequeñas decorada con motivos incisos, cuyo contexto es funerario y se extiende por el cañón medio del río Chicamocha, por lo cual, estos arqueólogos, proponen denominarlo como tipo Chicamocha Inciso-impreso; 2. Los tipos, Curití Pasta de avena y Curití poroso de Sutherland, son equivalentes al tipo Los Santos Carmelito Burdo de Morales y Cadavid, cuyo contexto es doméstico. 3. Lleras en 1989 plantea que los tipos Oiba Rojo sobre Naranja y Rojo sobre Rojo29 , son un solo tipo, pues comparten las formas y decoraciones, 4. Asimismo, Lleras considera que el tipo Rojo sobre Rojo es una variante del Rojo sobre Naranja y 5. El tipo Los Santos Ocre sobre Crema fue inicialmente definido por Cadavid (1984), pero basados en una muestra pequeña. Las excavaciones en Palogordo, determinaron una muestra mayor y una definición completa y detallada por lo cual el tipo fue denominado Villanueva Ocre sobre Crema-negro"30.


3.2. Discusión desde la perspectiva de nuestros resultados

En el trabajo de Lleras, se plantea como posibilidad que las tierras altas de Santander pudieron ser ocupadas desde época temprana, en donde encajan los dato revelados por W. Bray a Lleras, de la cueva La Antigua de San Gil31, mediante misivas personales, en que lo asocian a rasgos y formas del Complejo Herrera del Altiplano Cundiboyacense. Así, Lleras se apoya en estos datos de Bray y plantea la existencia de un horizonte inciso, que incluye, el Complejo Herrera, la fase Antigua-preguane- y la fase Miquimu de los Andes venezolanos. Y, formula la hipótesis de que este horizonte inciso fue reemplazado, entre los siglos VII y IX d. C., por el horizonte pintado, que corresponde a la cultura guane.

Estas consideraciones se sustentan en las clasificaciones hechas por Lleras retomando los trabajos de W. Bray, Shoutelius, Southerland, Cadavid y Lleras32, que al conjuntar los tipos por estratigrafía cultural, rasgos tecno-formales y de cronología absoluta, le permite lograr una equivalencia y formular dos complejos alfareros en dos períodos diferenciados: Guane temprano, con los tipos Los Santos Carmelito burdo, Los Santos Micaceo rojo, Los Santos Micaceo fino y Villanueva Ocre sobre Crema-negro.

Estas apreciaciones están corroboradas en Los Teres y sólo cambia el hecho que lo Preguane se extiende en el tiempo hasta el siglo XI d.C. o dicho de otra manera, es en esta época en donde empieza a irrumpir el mundo guane. Este complejo en nuestro trabajo en Los Teres, está inscrito en los grupos rojo, negro y naranja cuya presencia de mica es elevada y el pulimento de la cerámica es sobresaliente. En nuestro trabajo los grupos rojo, naranja, negro y gris están relacionados con el horizonte Guane Temprano o Preguane (ver foto 7).

El Guane tardío, está conformado por los tipos: Oiba Rojo sobre Rojo-naranja33 y Chicamocha Inciso-impreso34, tipos que están muy poco representados en Los Teres, pues su poca presencia sólo se registra en los grupos café claro, café obscuro y cerámica gris, marcando el grupo café rojizo, la transición entre estos dos complejos y algunas las unidades del grupo rojo. Y, esto, también se evidencia estratigráficamente en el corte I, en donde se observa el paleosuelo y la estratigrafía separada por él. (Ver fotos 3 y 8)

Los materiales arqueológicos en general y la alfarería en particular estudiados en Los Teres, se analizaron respetando la estratigrafía natural y cultural integrándolos de acuerdo a su contexto del área de actividad (taller, círculos, área ritual, zonas duras, áreas duras y pisadas, fogón etc.), tal como se representa en las figuras 1 y 2.

En este artículo, nos referimos a la alfarería que está directamente relacionada con la problemática preguane-guane y la transición o ruptura de ambas sociedades prehispánicas. Inicialmente, con base en los resultados obtenidos en los Teres, estamos considerando dos sistemas alfareros para la región guane: uno temprano (preguane) y otro tardío (guane), con sus respectivos grupos y unidades cerámicas. Hasta ahora estamos trabajando sobre los rasgos comunes y diferentes entre grupos y unidades y sus cambios graduales, en el marco de un período de transición, que permita constatar el surgimiento de variantes cerámicas inscritas en la misma estructura alfarera y que nos lleve a conectar nuestro análisis con los logros de otros investigadores.

Las características morfo-técnicas de la alfarería, las formas, los diseños decorativos y el tamaño de las vasijas, permiten señalar un sistema alfarero del cual sobresalen dos conjuntos cerámicos. El primero, corresponde a la sociedad preguane y se diferencia de los grupos guane en varias unidades de los grupos: rojo, naranja, negro y crema, cuyas vasijas son por lo general de paredes delgadas y con presencia significativa de mica, excepto una unidad roja que no tiene mica y al parecer es de carácter foráneo.

En este conjunto, las vasijas son medianas y pequeñas, sobresaliendo tres tipos de formas. Las vasijas hemisféricas (cuencos) cuya apertura de la boca es variable entre grande -más de 25 centímetros y estrecha menos de 10 centímetros y su labio adelgazado y su cuerpo puede o no descansar en una base anular-; las copas de base baja; vasijas globulares y subglobulares y botellones de diámetros estrechos. Toda esta cerámica está decorada con motivos incisos y en otros cuerpos. Esta decoración se combina con punteado o presiones triangulares (ver foto 7: 4, 7,8, 9, 10,11).

En la muestra alfarera de Los Teres, también hay cuencos (tamaño mediano y grande) y grandes vasijas globulares con asas dobles, que marcan significativas diferencias, en el contexto de esta problemática preguane-guane. Tenemos vasijas con diseños incisos y presionados sobre el cuello o cuerpo y, en algunos casos se combina con trazos pintados, lo que en conjunto, recuerdan la idea de una misma estructura alfarera y que para nosotros, parece corresponder a la cerámica transición preguane-guane (ver foto foto 7: 1, 2, 3, 5, 6, 12, 13).

Así, las formas cerámicas relacionados en esta transición son los cuencos, ollas globulares, ollas cuencos con o sin asas y botellones, que pertenecen a los grupos rojo, naranja, café rojizo, café claro, café obscuro y gris y, cuya decoración sobresaliente es la pintura roja o negra sobre fondo rojo que puede o no combinarse con una hilera de presiones triangulares profundad en el cuello o en el cuerpo de la vasija.

El segundo conjunto alfarero se expresa fundamentalmente en la cerámica roja, gris, café claro y café rojizo e incorpora cuencos profundos con boca ancha y labio reforzado y su cuerpo puede o no, presentar una base anular; las ollas globulares y las vasijas subglobulares (ambas con presencia de grandes asas dobles) y botellones de diámetros estrechos.

Todas estas formas, por lo general están decoradas con diseños simples de rayas o bandas verticales de color rojo, trazadas en el cuerpo de las vasijas. Al interior de los cuencos presentan pintura roja (franjas y rayas) y apliques circulares muy pequeños como parte de la decoración (ver foto 8). Estas diferencias significativas en la cerámica, expresada en la presencia de motivos incisos (preguane) y presencia de pintura positiva (guane), se conjuntan en las pautas de asentamiento semi-dispersas (preguane) y concentradas o nucleadas (guane).


4. A manera de conclusión

Las investigaciones de Shotelius, Southerland, Lleras y Vargas, Cadavid y Morales, estimularon nuestro trabajo en Los Teres-Los Santos. Los resultados obtenidos por estos investigadores, conjuntamente con nuestros datos, análisis y resultados, propician un debate abierto que busca la comprensión de fenómenos sociales asociados al proceso histórico social y cultural preguane-guane, tanto de carácter sincrónico (cultura material) como de fenómenos diacrónicos (dinámicas sociales y de poblamiento), expresadas en las pautas de asentamiento como algo particular, pues consideramos que la cultura material en general y la alfarería en particular son sólo manifestación de las pautas de asentamiento, las cuales están inscritas en patrones de poblamiento regional y que ilustran procesos etno-sociales amplios que deben tener relación en la vida moderna, con las particularidades de los bloques regionales y culturales del Oriente Colombiano.

En este contexto de los patrones de poblamiento regional, resulta relevante comprender qué sucedió en Los Santos-Teres, después del Siglo XI d.C. y, sus contactos con distintas culturas regionales como muisca, laches, yareguiés y chitareros, en el escenario del intercambio y la integración pero también de la guerra, cuya manifestación cultural prehispánica, se reconoce en un complejo sistema montañoso, valles y mesetas interandinas que conformarían una región geográfica y un territorio cultural prehispánico denominado arqueológicamente como "estilo guane"

En este contexto, se hace necesario retomar la historia de las ocupaciones tempranas sedentarias de esta zona de Los Santos, esto es, lo preguane y su influencia cultural en otras partes de la región santandereana y, a la vez, tratar de explicar el periodo de transición siglo XII d.C., del cual tenemos fragmentos de cultura: sitios de vivienda y tumbas como testimonios sincrónicos de este período, restando importancia a las explicaciones por asociación o difusión de la cultura material, que ha llevado a equiparar a la sociedad guane como un apéndice de la sociedad muisca

Es muy poca la circulación de información sobre esta región y estos tópicos en el país. En el contexto de la problemática arqueológica del Oriente colombiano, nuestros hallazgos, nos permiten plantear varias disyuntivas científicas, que serán los ejes de trabajo en futuras investigaciones: 1. Hay indicios para afirmar que la sociedad Preguane (guane temprano. Siglo IV d. C.,) es autóctona y que hacia el Siglo XII d.C. se transforma por la llegada de nuevos pueblos aborígenes a la región; 2. Esta llegada de una nueva población, da como resultado la transformación de la sociedad preguane y el inicio de un proceso con influencia foránea donde la población preguane, pudo haber sido sometida de manera violenta, 3. Se puede plantear un período de transición entre el desarrollo de las sociedades Preguane y Guane, siendo probable que en algunas zonas, pudo haberse presentado un proceso de asimilación y en otros casos, se pudo dar el sometimiento a la fuerza; 4. Se puede considerar un período de transición preguane-guane o por el contrario, no tienen nexos en el proceso histórico social y 5. Lo guane es en verdad la suma de todos estos acontecimientos socio-históricos ya consolidados y homogenizados para el siglo XVI, a la llegada de los conquistadores españoles.

A partir de estos interrogantes, planteamos que estos dos fenómenos histórico-sociales (preguane y guane), están sin delimitarse en el tiempo y el espacio y, que es incorrecto, seguir tomando literalmente las descripciones de los cronistas españoles (sin aplicar un filtro analítico) para hacer equivalencias mecánicas y darle un sentido de pertenecía étnica, a todo vestigio arqueológico, al asimilarlo a la etnia guane, lo que distorsiona la historia social prehispánica de la región oriental colombiana.

Considerando nuestros hallazgos arqueológicos en el contexto de estos interrogantes, surge de inmediato un reto científico: por un lado, es necesario darle un sentido étnico a un conjunto de evidencias arqueológicas, en el marco de lo que se ha propuesto como las culturas guane y la preguane35. La identificación étnica, implica abordar la continuidad en el tiempo de ambas sociedades, su transición cultural o por el contrario, demostrar que se trata de sociedades diferentes, cuyo proceso de asimilación o sometimiento a la fuerza se consolidó hacia el Siglo XVI, a la llegada de los conquistadores españoles, a juzgar por el uso del concepto de "nación guane", que ellos utilizaron para referirse a esta comunidad prehispánica.

En este contexto, nuestra investigación en Los Santos, provee un cuerpo de datos históricos y socio-culturales, como expresión social de los modos de vida y el nivel de desarrollo social alcanzado por estas dos comunidades prehispánicas, pero que se debe mantener una línea de apoyo financiero para que desde la UIS, podamos continuar con las investigaciones en la zona preguane-guane y con ello, fortalecer la identidad regional.


1 Mi deuda de gratitud a los colegas Mónica Gildelmann y Ernesto León Rodríguez por la colaboración científica en la discusión de nuestros resultados y por la participación en el trabajo de campo. Y, a la profesora Ruth Zárate, Directora de la DIEF, de Ciencias Humanas, por haber propiciado que mi propuesta la evaluaran nuevos investigadores y, con ello, poder tener un criterio técnico científico e imparcial sobre la misma, lo que durante muchos años se me ha negado por el imperio del saber capitalino.

2 Ibíd.

3 Las muestras de textiles referenciadas fueron datados por Reichel-Dolmatoff en 1964. La cronología fue de 1185 AD + 85.

4 CARVAJAL, Martín, "Recuerdos Arqueológicos de Santander", en Estudio, No. 105-107, Bucaramanga,1940.

5 GIRALDO JARAMILLO, Gabriel, "El Cementerio Indígena de los Santos" en Boletín de Historia y Antigüedades, Vol. XXVIII, Bogotá, 1941, pp. 308-322..

6 SUCH MARTIN, Miguel, "Arqueología de la Mesa de Los Santos", Educación, No. 2, 1945, pp. 137-150. Bogotá.

7 JIMENEZ, Edith, "Una Colección de Cerámica Guane", en Boletín de Arqueología, Vol. II, No. 56. Bogotá, 1945 pp. 413-421..

8 SUTHERLAND, Donald, "Breve Informe Sobre Trabajos Arqueológicos en Santander del Sur y Tolima". Bogotá,1967, (Inédito)
______________________. Preliminary Investigations into the Prehistory of Santander, Colombia. Tesis de Grado, University of Tulane, Tulane U.S.A, 1972, (Inédita).

9 SCHRIMFF Marianne. Textiles Arqueológicos en el Museo "Casa de Bolívar", Bucaramanga. Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República, Bogotá, 1983 (Inédito).

10 MORALES GÓMEZ, Jorge y CADAVID CAMARGO, Gilberto. Investigaciones Etnohistóricas y Arqueológicas en el Area Guane. Bogotá, Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República, 1984.

11 Ardila Díaz, I., El pueblo de los Guanes, Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, 1986.

12 PINTO TORRES y Otros, Arte rupestre guane: en la Mesa de los Santos, Floridablanca (Santander), Casa de la Cultura Piedra del Sol, 1994.

13 GENOVEVA KEYEUX, CLEMENCIA Rodas, Nancy Yaneth GELVEZ MOYANO, DEE Carter, "Possible Migration routes into South America deduced from Mitocondrial DNA studies in Colombian Amerindian polulations". Human Biology ed: Wayne State University Press. 2002.

14 Navas , Alejandro: Acercamiento investigativo en el área propiamente guane; El cacique Guanentá; El descubrimiento de la tumba del cacique Guanentá. Alejandro Navas y Martín David Acevedo, Entre rostros y tumbas; Navas Alejandro y Angulo Moreno Erika Marcela. "Los guanes y el arte rupestre xerisense". [En línea] libro total.

15 Además de los autores reseñados en la cita anterior, incluimos también a Emilio Arenas 2010 e Isaías Ardila en 1986.

16 GÓMEZ G. Jesús D., y CUERVO S. Rubén., Estudio geológico enfocado a la caracterización paisajística de la Mesa de los Santos, Santander, Colombia. Tesis de Grado en Geología. UIS. Bucaramanga, Colombia. 2012.

17 En este artículo, sólo presentamos el primer aspecto.

18 El equipo que realizó las excavaciones estuvo conformado por tres arqueólogos de campo, cuatro trabajadores y un número flotante entre 10 y 20 estudiantes de las Carreras de Historia, Geología y Biología de la Universidad Industrial de Santander UIS.

19 DURAN A., y LLANOS, Héctor, Asentamientos prehispánicos de Quinchana, San Agustín, Finarco, Banco de la República, 1983, pp. 70ss.

20 SUTHERLAND, Donald, "Breve Informeā€¦", pp. 68-103.
______________________. Preliminary Investigations into the Prehistory of Santander, Colombia. Tesis de Grado, Tulane U.S.A., University of Tulane, 1972, pp. 258-274. (Inédita)

21 MORALES GOMEZ, Jorge y CADAVID CAMARGO, Gilberto. Investigaciones Etnohistóricas y Arqueológicas en el Área Guane, Bogotá, Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República, 1984, pp.68-103.

22 Este tipo cerámico lo establecieron Cadavid y Morales y Lleras y Vargas, hacen equivalencias que retomamos en este trabajo LLERAS Roberto y VARGAS Arturo, pp. 94-97

23 LLERAS PÉREZ Roberto y VARGAS ESCOBAR Arturo, "Palogordo. La Prehistoria de Santander en los Andes Orientales" en Boletín Museo del Oro, Banco de la República.

24 Este tipo también fue establecido por Cadavid y Morales, pero lo tomamos siguiendo las equivalencias que hicieron Lleras Roberto y Vargas Arturo, pp. 98-100

25 Ibíd.

26 LLERAS PÉREZ, Roberto y VARGAS ESCOBAR, Arturo, "Palogordo..."

27 SUTHERLAND, Donald, "Breve Informeā€¦".

28 MORALES GOMEZ, Jorge y CADAVID CAMARGO, Gilberto. Investigaciones Etnohistóricas y Arqueológicas en el Area Guane, Bogotá, Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República, 1984.

29 Rojo sobre Rojo y el Rojo sobre Naranja, hace alusión a los tipos Rojo sobre Rojo Naranja y Rojo sobre Amarillo de Oiba, La fuente es el trabajo de Sutherland.

30 Ibíd.

31 W. Bray, mediante comunicación personal a Lleras, da cuenta de una cerámica temprana fechada hacia el Siglo V de nuestra era. Esta se denominó "fase antigua", que él encontró en San Gil y no en la cueva antigua de Los Santos. Esta cerámica se caracteriza por su acabado fino, la presencia de mica como elemento decorativa y por la decoración representada por incisos-rayas, círculos y puntos redondos y triangulares-, y, con decoración pintada, pero en poca cantidad.

32 Lleras, R, "Un conjunto orfebre asociado a cerámica guane", en Revista Colombiana de Antropología. Vol. 26. Bogotá, 1988, pp. 43-82, 76.

33 Lleras y Vargas "Palogordo".

34 Ibíd.

35 SCHOTELLIUS, Justus Wolfram. Arqueología de la Mesa de los Santos. En: Boletín de arqueología; Vol. 2, No. 3 (1946). Bogotá. p. 213-225. Publicado también en las revistas Educación. Bogotá, No. 2-3, Septiembre-Diciembre 1946, p. 137-150) y en Hojas de Cultura Popular Colombiana, No. 49, página. 37- ss. Bogotá 1955.



Fuentes

Fuentes secundarias

ARDILA Díaz I., El pueblo de los Guanes, Instituto Colombiano de Cultura. Bogotá. 1986

ARENA, Emilio, El Pueblo de la cingla, Bucaramanga, 2010.

CARVAJAL, Martín, "Recuerdos Arqueológicos de Santander", en Estudio, No. Bucaramanga. 1940.

DURAN A., y LLANOS, Héctor, Asentamientos prehispánicos de Quinchana, San Agustín, Finarco, Banco de la República, 1983.

GENOVEVA KEYEUX, CLEMENCIA RODAS, NANCY YANETH GELVEZ MOYANO, DEE CARTER, "Possible Migration routes into South America deduced from Mitocondrial DNA studies in Colombian Amerindian polulations". Human Biology ed: Wayne State University Press. 2002.

GIRALDO JARAMILLO, Gabriel, "El Cementerio Indígena de los Santos", en Boletín de Historia y Antigüedades, Vol. XXVIII, Bogotá, 1941, pp. 308-322.

GÓMEZ G. Jesús D., y CUERVO S. Rubén., Estudio geológico enfocado a la caracterización paisajística de la Mesa de los Santos, Santander, Colombia. Tesis de Grado en Geología. UIS. Bucaramanga, Colombia. 2012.

JIMENEZ, Edith. "Una Colección de Cerámica Guane". Boletín de Arqueología, Vol. II, No. 56., Bogotá, 1945, pp. 413-421.

LLERAS PÉREZ, Roberto y VARGAS ESCOBAR Arturo, Palogordo. La Prehistoria de Santander en los Andes Orientales, en Boletín Museo del Oro, Banco de la República.

LLERAS, R.. "Un conjunto orfebre asociado a cerámica guane". En: Revista Colombiana de Antropología, Vol. 26, Bogotá, 1988, pp. 43-82, 76.

LLERAS PÉREZ, Roberto. Diferentes Oleadas de Poblamiento en la Prehistoria Tardía de los Andes Orientales, en Boletín del Museo del Oro, No. 38-39, Banco de la República, 1995.

MORALES GOMEZ, Jorge y CADAVID CAMARGO, Gilberto. Investigaciones Etnohistóricas y Arqueológicas en el Area Guane. Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República, Bogotá, 1984, pp. 68-103.

NAVAS, Alejandro: Acercamiento investigativo en el área propiamente guane;; El cacique guanenta; El descubrimiento de la tumba del cacique guanenta. Alejandro Navas y Martín David Acevedo, Entre rostros y tumbas; Alejandro Navas y Erika marcela Angulo Moreno Los guanes y el arte rupestre xerisense. Plataforma digital "libro total" 2010.

Hector PINTO TORRES Y OTROS, Arte rupestre guane: en la Mesa de los Santos. Floridablanca (Santander), Casa de la Cultura Piedra del Sol, 1994.

SUCH MARTIN, Miguel. "Arqueología de la Mesa de Los Santos", en Educación, No. 2, Bogotá, 1945, pp. 137-150.

SUTHERLAND, Donald. "Breve Informe Sobre Trabajos Arqueológicos en Santander del Sur y Tolima". (Inédito) Bogotá.1967., y Preliminary Investigations into the Prehistory of Santander, Colombia. Tesis de Grado, University of Tulane, Tulane U.S.A. 1972. Inédita.

SCHRIMFF Marianne. Textiles Arqueológicos en el Museo "Casa de Bolívar", Bucaramanga. Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República (Inédito). 1983.

SCHOTELLIUS, Justus Wolfram, "Arqueología de la Mesa de los Santos", en Boletín de arqueología, Vol. 2, No. 3, Bogotá, 1946, pp. 213-225. Publicado también en las revistas Educación. Bogotá, No. 2-3, Septiembre-Diciembre 1946, p. 137-150) y en Hojas de Cultura Popular Colombiana, No. 49, página. 37-ss. Bogotá 1955.


FECHA DE RECEPCIÓN: 31/07/2012
FECHA DE APROBACIÓN: 15/10/2012