En busca del arte contemporáneo:
exposiciones de arte en
Bucaramanga 1960-1979
Andrés Leonardo Caballero
Historiador
Universidad Industrial de Santander.
Bucaramanga, Colombia
Este artículo expone el ambiente artístico vivido en Bucaramanga durante las décadas de 1960 y 1970. Exposiciones y concursos de arte fueron organizados en la ciudad por diversas instituciones, sin embargo, no generaron los espacios suficientes para dar apoyo a los nacientes artistas educados por los distinguidos pintores de la ciudad, egresados de escuelas academicistas europeas. Bucaramanga era una ciudad carente de formación en artes plásticas a nivel profesional, y la mayoría de sus artistas complementaba o iniciaba su formación artística fuera del departamento de Santander, anulándose la posibilidad de un arte contemporáneo generado desde la región. Fue hasta 1973 que Jorge Mantilla Caballero organizó un colectivo artístico que apostaba por el arte contemporáneo, y así empezó a solidificar lo que en esa época proclamaba la esfera nacional e internacional de las artes plásticas. En el artículo se documentó la transición del arte costumbrista a las tendencias y temáticas del arte contemporáneo, tomando como fuente primaria la literatura artística de la época, especialmente fuentes periódicas y catálogos de arte.
Palabras clave: arte contemporáneo, costumbrismo, artes plásticas, arte santandereano.
IN SEARCH OF CONTEMPORARY ART: ART
EXHIBITIONS IN BUCARAMANGA 1960-1979
This article shows the artistic environment experienced by the city of Bucaramanga in the 60's and 70's of the 20th century. Art exhibitions and contests were made by various institutions, even so, this wasn't enough and there weren't spaces for the support to the newest talents that were educated by the distinguished artists of the city, who were graduates from different art schools in Europe. Bucaramanga lacked of plastic arts education in a professional level. The most of the artists began the career of plastic arts out of the town, making impossible the origin of a new contemporary art in the city. Was then in 1973 when the master Jorge Mantilla Caballero made an artist's collective that was focused on contemporary art and started to adopt the national and international trends in the plastic arts. In this article is documented the transition from costumbrista art to the new trends and themes of the contemporary art, using as a primary source the artistic literature of those years, mainly newspapers and art catalogues.
Keywords: contemporary art, costumbrism, plastic arts, Santanderean art.
Finalizando la década de 1950, las artes plásticas dieron un giro que venía desde los tiempos de Duchamp, la belleza y la coherencia de las formas en el arte pasaron a un segundo plano, encontrándose la mente y las manos del artista sometidas a la crítica del arte, que poco a poco daba cabida a la nueva concepción plástica en las diferentes galerías, museos y espacios para mostrarlo. El nuevo sentido del arte involucró una renovada concepción, pero a su vez, implicó un cambio en la mentalidad en quienes lo apreciaban. Este giro se vio reflejado en el arte europeo y norteamericano comenzada la década de 1960. El siguiente escrito aborda la situación artística y cultural vivida en Bucaramanga desde 1960 a 1980, en lo referente a las artes plásticas, partiendo de las tradicionales exposiciones costumbristas hasta la consolidación de un grupo que apostase por una nueva plástica regional, que en sus creaciones entregaron nuevas visiones y propuestas al arte contemporáneo, más allá de la habilidad técnica requerida.
Diversas exposiciones de arte se llevaron a cabo en Bucaramanga durante la década de 1960, tanto de artistas nacionales como regionales, así como la exposición de réplicas de arte clásico europeo. Las exposiciones de arte que contaron con la participación de los artistas locales, se caracterizaron por un arte costumbrista, herencia del trabajo artístico de maestros como Segundo Agelvis, Óscar Naranjo y Domingo Moreno Otero. Así, quien propusiera una muestra de arte contemporáneo debía presentar su obra acompañada de sus colegas costumbristas, anulándose la posibilidad de un espacio que apoyara el nuevo arte.
Por lo anterior, quienes estudiaron arte en Santander estuvieron limitados a las enseñanzas de aquellos maestros que conocieron Europa, gracias a las becas otorgadas por el departamento, y trajeron al arte santandereano la escuela de Barbizón, proyectando en la ciudad el realismo francés del siglo XIX, estilo que siguió vigente en la década de 1960.
La Academia de Bellas Artes de Santander fue el lugar de encuentro para la formación artística, ubicada en la capital del departamento. Los maestros responsables fueron Segundo Agelvis, Óscar Rodríguez Naranjo y Humberto Delgado, quienes se establecieron en Bucaramanga a mediados de los años cuarenta1, impartiendo sus enseñanzas desde esa fecha hasta la década de 1970. Carlos Prada Hernández2, gestor cultural, sostiene que efectivamente fue ese grupo de artistas el que trajo esos conocimientos a Bucaramanga, cimentándose la hegemonía de una pintura costumbrista.
Humberto Delgado3, por ejemplo, había estudiado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, mostrando en su obra pictórica un gusto costumbrista, preocupado por una pincelada cargada de luz y precisión. La sociedad bumanguesa dio el apoyo económico a ese estilo pictórico fortaleciendo a los recién llegados pintores, alimentando el arte costumbrista que llevaba el renombre de sus impulsores, cerrándose la posibilidad de generar nuevas propuestas artísticas por parte de otros artistas, al ser los innovadores quienes no contaban con reconocimientos ni educación. Quienes quisieron formarse en arte bajo los reconocidos artistas optaron por una pintura paisajística y las representaciones tradicionales, anulándose la posibilidad de entregar nuevas propuestas pictóricas a la región, cuenta el artista Jorge Mantilla Caballero4.
Durante la década de 1960 la participación de los artistas santandereanos en el Salón Nacional de Artistas y otros eventos fue casi nula, de no ser por la artista Beatriz González, quien estudió y residió en Bogotá, o el artista Antonio Grass, quien contradiciendo la Academia de Bucaramanga, donde se había formado, buscó suerte en otros escenarios artísticos nacionales con propuestas sumergidas en el arte contemporáneo, reflejándose el distanciamiento entre el arte enseñado en Santander y el que buscaban los artistas del nuevo panorama plástico. Este artículo documenta la transición del arte costumbrista a las tendencias del arte contemporáneo en Bucaramanga, sin profundizar en las producciones plásticas de los artistas, en la medida que merecen otro apartado.
En enero de 1960 un particular hecho dividió la Historia del Arte santandereano, en ese mes se conocieron los resultados del primer concurso de pintura abierto auspiciado por el gobierno, organizado por la Dirección de Extensión Cultural del Departamento, el cual contó con jurados de talla nacional: los reconocidos críticos e historiadores de arte Barney Cabrera y Gil Tovar, investigadores del arte contemporáneo colombiano. El criterio de los jurados sobre el concurso dio muestra de la situación plástica de Santander, consignada en el acta de premiación del evento: "d) El jurado considera oportuno advertir que el nivel hallado en el conjunto expuesto no es suficientemente satisfactorio en lo que se refiere a conceptos artísticos, capacidad creativa y calidades pictóricas […]6"
Las propuestas pictóricas y escultóricas encontradas por el jurado no reflejaron la búsqueda de un arte contemporáneo en Santander, llevando a que los premios destinados para cada categoría, pintura y escultura, fueran declarados desiertos, dividiéndose en tres partes iguales para entregar menciones a tres pinturas, dos de Dolly Hernández y la restante por Jesús Niño Botía, quien había participado en el XII Salón de Artistas Colombianos, en 1959.
El primer concurso de pintura y escultura no cumplió con los requisitos de un jurado de visión nacional, el arte costumbrista y de influencias impresionistas prevaleció en un evento evaluado por los conocedores del arte colombiano. Una fotografía de Dolly Hernández7 en la prensa junto a sus obras, da muestra del arte academicista y poco experimental que se cocinaba en la región.
La curaduría realizada en Bucaramanga falló, el arte de comienzos de los años sesenta ya no se preocupaba por representar escenas costumbristas, buscaba innovación y experimentación en sus propuestas, había que renovar el arte santandereano si se quería llegar a las esferas del arte contemporáneo, nacional o internacional. Las habilidades técnicas de Hernández y Niño Botía únicamente alcanzaron a llenar un criterio del jurado para otorgarles menciones, sin ignorar que el acta del jurado sugiere la carencia de un concepto que entregara la reflexión del artista.
Lo anterior llevó a la realización de una mesa redonda en torno a los problemas del arte contemporáneo, dirigido por los jurados del concurso, reflexionando sobre las cuestiones artísticas locales y nacionales8. Diversas mesas redondas alrededor del arte y la cultura se realizaron en Bucaramanga en la década de los sesenta9.
En 1963 el Banco de la República10 organizó una exposición de arte con reconocidos pintores santandereanos, como Segundo Agelvis, Óscar Rodríguez Naranjo, Humberto Delgado, Dolly Hernández, Mario Hernández, Mario Álvarez y Antonio Grass, nombres reconocidos en la esfera artística local, quienes con una trayectoria académica y comercial, tenían amplias posibilidades para figurar en el arte, a diferencia de Abelardo Poveda, un desconocido pintor que debió exponer sus cuadros al aire libre en el Parque Santander11, ya que sus obras no fueron aceptadas para el evento a realizarse en el Banco de la República, negándose la posibilidad de espacios para mostrar el arte de los noveles artistas.
Juan de la Fuente12, quien escribía sobre las exposiciones de arte en la prensa local, destacó esa exposición como un espacio donde los artistas se habían salido del abstraccionismo, y empezaban a esbozar propuestas producto de exposiciones de arte moderno itinerantes en la ciudad, muestras de artistas nacionales. Si bien había espacio para la experimentación, ésta sólo fue para quienes eran conocidos en la ciudad, dándose así los primeros pasos para dejar el costumbrismo regional. Las exposiciones de arte moderno en la ciudad13 favorecieron la producción plástica de los artistas, convirtiéndose en fuente para los procesos plásticos y así conocer las representaciones del arte realizado fuera de Bucaramanga.
No obstante, las obras pictóricas de Segundo Agelvis y Óscar Rodríguez Naranjo14 seguían siendo las más aplaudidas por la sociedad bumanguesa, ya que su pintura costumbrista exaltaba la belleza del departamento por medio de sus paisajes y arquitectura, continuando activos de esa manera en los escenarios artísticos locales. Las revistas culturales que circularon por la ciudad en la década de los sesenta, siempre destacaron la pintura tradicional y costumbrista, tal como lo evidencia la revista Muestras de Arte Santandereano15, donde sus páginas dedican espacios para mostrar las obras de Mario Hernández, Humberto Delgado, Segundo Agelvis y Rodríguez Naranjo, entre otros. La revista apoyó la difusión de esos artistas y así la sociedad bumanguesa interesada en el arte, los encontraba como los pintores destacados y distinguidos de la región. Cabe anotar que el director de la revista era quien también escribía las notas sobre arte bumangués en Vanguardia Liberal, Juan de la Fuente.
Las posibilidades de figurar en el arte santandereano estaban reservadas para los artistas de renombre, los noveles artistas tuvieron que formarse fuera del departamento para ser reconocidos en la región, ya que ni la academia, ni los espacios culturales, dieron oportunidad para ampliar su trayectoria. Diferentes muestras y concursos de pintura se organizaron en el departamento16, no obstante, la renovación de los nombres exponentes era nula, y la pintura que allí se presentaba respondía a los intereses de la sociedad bumanguesa, tal como lo demuestra la obra del pintor Mario Álvarez, titulada Tema para un concurso17, con lo cual dio cuenta que los eventos ampliaban las posibilidades para nuevas propuestas de artistas con trayectoria, a diferencia de los compradores de arte interesados en obras costumbristas, las cuales también figuraron en los mismos espacios expositivos.
Los comentarios de exposiciones presentados en la prensa destacaron siempre la pluralidad temática presente en los eventos, donde hubo una convivencia entre las nuevas propuestas y la pintura tradicional18, lo cual dio cuenta de la incapacidad curatorial existente en la región para su efectiva organización, entregando a los espectadores exposiciones sumergidas en la improvisación, donde la trayectoria del artista estuvo por encima de la obra a exponer. Los espacios que posibilitaron mostrar el arte fueron instituciones como la Galería Glotman, la Universidad Industrial de Santander, el Banco de la República, el Hotel Bucarica y la Alianza Francesa, al igual que las salas de diferentes clubes privados de la ciudad.
Sin embargo, cabe destacar el Centro Colombo Americano, el cual a final de la década de 1960, prestó sus espacios para presentar la obra del joven artista Jorge Mantilla Caballero19, egresado de la tambaleante Academia de Bellas Artes20. Gracias al apoyo ofrecido por el Colombo, Mantilla Caballero pudo viajar a Estados Unidos y así realizar estudios en la ciudad de Winston Salem, estando más cercano al movimiento contemporáneo del arte. El talento innato de algunos pintores santandereanos amplió las posibilidades para crecer en el arte, apoyados de instituciones como el Centro Colombo Americano, si carecían de recursos y condiciones para ello. Dedicarse a las artes plásticas en Bucaramanga y mostrarla a un público artísticamente conservador, fue el obstáculo a vencer por los noveles artistas.
La década de 1960 arrojó en Bucaramanga un arte cambiante de pequeños pasos, donde la experimentación era permitida para los artistas conocidos. La Academia de Bellas Artes seguía al mando de profesores aún inmersos en el academicismo y el costumbrismo, y los espacios propiciados para mostrar el arte estaban ya reservados, evitando la plástica regional la entrada de nuevos nombres formados en el departamento. En 1972, Vanguardia Liberal, presentó un balance periodístico titulado Treinta y cinco pintores santandereanos21, informe que, como anuncia su titular, resaltó los nombres de los pintores santandereanos destacados en la década anterior, como Rafael Prada Ardila, Humberto Delgado, Martín Quintero Pacheco, Segundo Agelvis y Óscar Rodríguez Naranjo, y de igual manera a quienes enseñaron en la Academia de Bellas Artes, como Dolly Hernández y Mario Álvarez Camargo. A su vez el artículo destacó otros artistas que realizaron estudios de arte en academias europeas o en otras instituciones del país, como era el caso de la joven y exitosa pintora Beatriz González Aranda, en Bogotá.
Así, las posibilidades para figurar como artista en la esfera local eran escasas, el departamento y la ciudad no se preocuparon por dar impulso a las nuevas mentes creadoras, y hubo que formarse en el exterior para mostrar arte contemporáneo donde no se cultivaba. Este descuido gubernamental hacia los artistas quedó consignado en una entrevista dada a la prensa por el artista santandereano Guillermo Spinoza:
"Martha Patricia Valdivieso: A qué atribuye el hecho de ser poco conocido en Bucaramanga?
Guillermo Spinoza: Ciertamente cuando hace 13 años que salí de Bucaramanga, hasta ahora me estaba iniciando en el arte y nadie creía en mí. Hasta cierto punto es una reacción lógica del comprador o del crítico. Mi surgimiento lo produjo el entusiasmo que el pueblo antioqueño puso a mi obra. Desde ese momento empecé a viajar por todo el país y por el extranjero en busca de nuevos horizontes"22.
La visita de Spinoza a su natal Bucaramanga, en 1973, demostró que para exponer en la ciudad y darse a conocer en la esfera artística local había que contar con experiencia que no ofrecía la urbe. De igual manera, otro artista, Augusto Vidal, afirmó que el problema de exponer en Bucaramanga giraba en torno a su inexperiencia, dado que no todos contaban con los recursos para financiar sus estudios fuera de la ciudad, sumado a ello las escasas posibilidades para acceder a lo que se tejía en el arte contemporáneo, resaltando la labor realizada por instituciones no gubernamentales, como el Centro Colombo Americano.
Edith de Fonseca: Usted cree que en nuestro medio los pintores tienen alguna ayuda?
Augusto Vidal: El apoyo es prácticamente nulo, tiene que haber venido del exterior y tener éxito para que aquí se le ayude.
EF: Piensa sacar su colección de aquí y llevarla a alguna parte?
AV: Carezco de medios. Creo que el Colombo está haciendo gestiones para hacer una especie de intercambio con los otros Colombos del país23.
Es importante señalar que durante la década de 1960 y 1970 no existieron lugares dedicados específicamente a la exhibición artística. Las exposiciones se realizaban en las salas de diferentes instituciones, un museo de arte nunca se vio en la ciudad, y sólo los planes de un Palacio de Bellas Artes24 quedaron plasmados en la prensa, luego de que el proyecto se hundiera por falta de presupuesto, al no estar entre las prioridades departamentales. En 1967 Carmen de Gómez Mejía, ex directora de la Dirección de Extensión Cultural del Departamento, expresó por medio de una entrevista en la Revista de Santander25 la necesidad del Palacio de Bellas Artes, ya que entregaría a la ciudadanía un estímulo para el fomento cultural, donde además se ubicara la oficina de Extensión Cultural, la Academia de Bellas Artes, la Escuela de Música, en conclusión, un lugar donde se albergaran las diversas expresiones artísticas de la ciudad, y así realizar las exposiciones de arte en dicho sitio, sin tener que recurrir a los espacios de otras instituciones. En 1966 la prensa reportó las actividades de fomento que llevaría a cabo la oficina de Extensión Cultural, y reseñó que el proyecto del Palacio estaba estancado a falta de recursos económicos26.
Hasta 1973 el panorama artístico bumangués no presentó novedades, no se generaron espacios exclusivos para la exhibición del arte contemporáneo. Ese año el artista Mantilla Caballero regresó a Bucaramanga luego de pasar una temporada por Estados Unidos, realizando una exposición junto a Máximo Flórez27, artista santandereano que complementó sus estudios de la academia departamental con cursos de grabado en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá. Una exposición de artistas santandereanos que habían estudiado en la Academia de Bellas Artes departamental, sin presentar un arte costumbrista y academicista, se presentaba en Bucaramanga.
La exposición de Jorge Mantilla Caballero y Máximo Flórez abrió las puertas para que la ciudad conociera el arte contemporáneo generado en Bucaramanga, sin la necesidad de compartir ese espacio con otras tendencias pictóricas. La experiencia y éxito nacional de Mantilla Caballero dio lugar para ser profesor de la Dirección de Cultura Artística de Santander (DICAS), antes Academia de Bellas Artes de Santander, organizando exposiciones de arte a un grupo de estudiantes alejados de un interés por las temáticas tradicionalistas de la pintura santandereana, nombres que resonarían a mediados de la década en el Salón Nacional de Artistas.
A un año del nombramiento de Jorge Mantilla Caballero como maestro de la academia, en 1974, comenzaron a realizarse en Bucaramanga exposiciones de arte28 donde los jóvenes talentos tenían su espacio como tales, sin compartir el escenario con los distinguidos artistas de antaño. En 1976 instituciones como el DICAS, la Cámara de Comercio y la Licorera de Santander, auspiciaron una exposición colectiva titulada Cuatro Artistas29, donde estudiantes y profesores de la academia departamental, que se proyectaban en los escenarios plásticos nacionales, dieron los primeros pasos como colectivo mostrando un arte renovado a la ciudad. Esperanza Barroso y Raquel Ramírez se presentaron en compañía de Jorge Mantilla Caballero y Máximo Flórez, solidificándose las propuestas que desde la región se tejían para el panorama plástico nacional. La muestra artística permitió que los artistas reflejaran en sus creaciones obras de arte inspiradas en el intimismo y la denuncia política, alejadas de las propuestas costumbristas que predominaron la década anterior.
Hacia 1977 el colectivo artístico había crecido, presentándose por primera vez como el grupo Bucaramanga ARTE77, en una exposición que llevó el mismo nombre. Los nuevos integrantes eran Omar Obando, Orlando Morales y Luis Francisco Santos Pico, quienes contaron con el apoyo de la Universidad Cooperativa INDESCO y conformaron un comité cultural para la organización del evento. Rodolfo Charria, quien presentó a los artistas en el catálogo de exposición, comentó así la muestra:
En el arte actual colombiano va creciendo la necesidad de unificar los fenómenos tales como la inquietud de gentes por expresar una forma cualquiera de pensar respecto del medio en que su vida desarrollan [sic]. En caso como éste la rotura del establecimiento histórico refuerza la necesidad y obliga la unidad para encontrar una salida lógica y coherente a las ideas personales y de grupo. Como respuesta a la restricciones impuestas por el medio los artistas se ven obligados a agruparse no en base a similitudes de concepción plásticas, sino más bien a mecanismos que les permitan llegar a un público con un tanto escéptico [sic] sin tener que convertirse en un fenómeno exótico30.
Según Charria, estos artistas se unieron para dar a conocer el naciente arte contemporáneo generado desde Santander para Santander, presentándose independiente de la predominante pintura costumbrista que prevalecía en la ciudad. El Grupo Bucaramanga generó el espacio propicio para el nuevo arte, el mutuo apoyo entre artistas consolidó su plástica para entregar en la esfera nacional del arte sus habilidades técnicas y conceptuales. El trabajo como colectivo artístico mostró la necesidad de actuar en conjunto para figurar en la ciudad. Sin experiencia en la esfera plástica local, era difícil lograr espacios para los jóvenes artistas.
El hito que rompió la historia del arte santandereano fue la conformación de un colectivo artístico en la década de 1970, en respuesta al descuido que el gobierno departamental y COLCULTURA tenían con los artistas de la región. Al respecto, Raquel Ramírez cuenta que:
En cuanto a los grupos formados en aquel entonces es bien sabido por todos y según lo manifestado por el maestro Mantilla Caballero, fueron gestionados y financiados por él. Es cierto, se trataba más de su propia pelea, que de la pelea en conjunto, de cualquier forma, era un grupo y se trabajó en grupo y cada cual hizo lo suyo con errores y aciertos, y obviamente cuando él quiso, lo deshizo. La batalla se libró contra Colcultura Central y Colcultura Regional (sobra decir que no les hizo mella alguna)31.
Finalizando la década de 1970, el grupo de los nacientes artistas que apostaban por un arte contemporáneo inspirado en la reflexión personal y política, lograron consolidarse en Bogotá en 1978. Gracias al apoyo de Mantilla Caballero, reconocido en Bogotá, fueron llamados a exponer en la Galería Belarca, distinguida galería bogotana que dio a conocer las habilidades plásticas del conjunto santandereano. El maestro Mantilla Caballero apoyó las propuestas generadas en Santander, su instrucción bastó para que en Bucaramanga se dieran nuevas formas y conceptos en las artes plásticas, hallándose un auténtico arte regional en la esfera nacional del arte.
Cabe señalar que desde 1976 el Salón Nacional de Artistas, evento artístico oficial que acoge la mayoría de propuestas plásticas colombianas, comenzó a realizar en una primera etapa el Salón Regional de Artistas, como preámbulo a la muestra realizada en Bogotá. Sin embargo, este evento se realizaba en Cúcuta o Bucaramanga, una vez cada dos años, sin ser un evento constante que apoyase y acompañara los procesos artísticos regionales.
Así quedaron sentadas las bases para que en la década posterior la participación de artistas santandereanos, desde Santander, se solidificara en los diferentes escenarios del arte colombiano.
Las escasas posibilidades de figurar en la región, cuando se iniciaba en el arte, obligaron a buscar educación y lugares de exposición fuera del departamento. El público bumangués sólo tuvo la posibilidad de acercarse al arte de distinguidos pintores, fuese costumbrista o moderno. Hacia mediados de la década de 1970 fue necesario reunirse como colectivo para crear espacios de participación activa entre los jóvenes artistas, sin ignorar la necesidad de un maestro conocedor del panorama artístico nacional e internacional para apoyar los nuevos procesos, ya que los artistas santandereanos que se educaron fuera de Santander, entre 1960 y 1970, no demostraron su interés por apoyar las artes plásticas de la región.
El regreso de Jorge Mantilla Caballero marcó el comienzo de una nueva etapa en la producción plástica regional. Este artista fue la piedra angular para que un grupo de jóvenes creadores fuese apoyado en sus propuestas plásticas contemporáneas, alejadas de la representación por la representación, llevando sus obras detalles más profundos que su forma. El éxito de Mantilla Caballero en otros escenarios generó los ingresos para apoyar el renovado arte santandereano.
La década de 1970 representó el surgimiento de nuevos artistas santandereanos, acompañados de los dos artistas presentes en la década de 1960. Durante los años setenta diversos artistas figuraron con técnicas como la pintura, el dibujo y la fotografía, y tan sólo uno, Gustavo Sorzano, quien estudió en Estados Unidos, se inclinó por hacer obras tridimensionales, a pesar que Beatriz González, establecida en Bogotá, quiso intervenir pictóricamente, objetos ya existentes. Sólo tres artistas santandereanos presentes en la esfera nacional del arte en la primera mitad de la década de 1970 habían estudiado en Bucaramanga, los demás estudiaron en Bogotá y Estados Unidos, lo cual dio cuenta de la débil situación que enfrentaba la educación artística en Bucaramanga, en relación a lo que buscaba el arte contemporáneo.
Sólo hasta la segunda mitad de la década de 1970, los artistas santandereanos educados en Bucaramanga lograron tener una fuerte presencia en los escenarios nacionales, gracias a que Jorge Mantilla Caballero y Máximo Flórez, enseñaron arte en la capital santandereana desde 1973. Se necesitó de maestros conocedores del arte contemporáneo en la educación plástica santandereana para proyectar artistas en el campo nacional.
1 CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y EDUCACIÓN POPULAR, "Cultura: Recodos de aventura. 1900- 1950 Generación De Maestros", en Colombia país de regiones, Santafé de Bogotá, CINEP, Colciencias, 1998, Tomo 2. Disponible en: [http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/region2/cap5.htm] fecha de consulta: 22 de junio de 2012.
2 Entrevista a PRADA HERNÁNDEZ, Carlos, Bucaramanga, 8 de marzo de 2011.
3 "Un pintor consagrado a su arte: el maestro Humberto Delgado", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 19 de mayo 1961, p. 6.
4 Entrevista a MANTILLA CABALLERO, Jorge, Girón, 31 de enero de 2011.
5 Algunos artistas santandereanos se iniciaron en la esfera de las artes plásticas a finales de la década de 1970, teniendo mayor influencia en la plástica regional de la década posterior, como Ricardo Alipio Vargas, Carlos Eduardo Serrano y César Chaparro, quienes no serán mencionados en este artículo puesto que no hacen parte del colectivo que emprendió el cambio hacia el arte contemporáneo en la ciudad, el Grupo Bucaramanga. En los años ochenta los artistas contaron con un núcleo artístico contemporáneo cimentado y con una academia que tenía las herramientas para vincular a sus estudiantes en la esfera del arte actual; lo cual generó otros colectivos artísticos como El Reformatorio, con el campo listo para la producción y aceptación de sus propuestas en la sociedad bumanguesa. Otros artistas, que si bien nacieron en Santander, estudiaron y realizaron su carrera fuera de la ciudad, no tuvieron contacto directo con el proceso vivido por los demás artistas, como es el caso de Beatriz González, Gustavo Sorzano y Saturnino Ramírez. Por lo anterior, esas visiones dentro de la investigación no están relacionadas con los procesos de gestión cultural protagonizados por los artistas que crearon desde Bucaramanga.
6 Acta del Jurado Calificador del Concurso de Pintura Domingo Moreno Otero, en Revista de Santander, abril 1960 No. 15, p. 179-180.
7 FOTO RECORD, "Cuadros Premiados", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 14 de febrero de 1960. Fotografía que presenta a la ganadora de las dos menciones y posa junto a sus cuadros, pudiéndose apreciar la pintura de un paisaje de figuración cercana al naturalismo pero con notoria acentuación en las luces, impresionista.
8 "Mesa Redonda en la Casa de Bolívar", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 4 de febrero de 1960, p. 6.
9 "Culturales (y otras)", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 5 de febrero de 1969, p. 11. Cabe señalar que en 1964 Martha Traba visitó Bucaramanga, en el marco de la Semana Universitaria organizada por la Universidad Industrial de Santander, donde dio una conferencia titulada Problemas del Arte Latinoamericano Contemporáneo. No se encontraron más datos sobre su visita a la ciudad, ni alguna copia sobre su conferencia. Diferentes mesas redondas se realizaron en la ciudad durante la década de 1960, con el fin de tratar temas artísticos y culturales. "Esta tarde, conferencia de Martha Traba, quien llega hoy a Bucaramanga", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 2 de septiembre de 1965, p. 1.
10 VALENCIA, Víctor, "La primera anual de pintores santandereanos", en Vanguardia Liberal. Bucaramanga, 21 de abril de 1963, p. 6.
11 "Columnilla Cultural", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 2 de junio de 1963, p. 6.
12 DE LA FUENTE, Juan, "En el Salón de Pintura", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 29 de abril de 1963, p. 6.
13 "Exposición de pintura moderna se abre hoy en el Profesionales", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 8 de agostos de 1961, p. 6. En esta muestra participaron artistas como: Jorge Valencia, Álvaro Herrán, Miguel Cárdena y Luciano Jaramillo, el primero expresionista y los siguientes abstraccionistas.
14 "Mañana se inicia Semana Cultural Universitaria", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 5 de octubre de 1963, p. 1 y 3.
15 Revista Muestras de Arte Santandereano, Bucaramanga, Ediciones Candilejas, 1964-1967.
16 "Primera exposición de pintura de los Santanderes habrá en Cúcuta", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 3 de junio de 1961, pp. 1 y 3.
17 "Un éxito la inauguración del Salón Anual de Pintores Santandereanos", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 14 de abril de 1964, p. 1 y 3.
18 VALENCIA, Víctor, "II Salón Anual y Concurso de Pintores Santandereanos", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 21 de abril de 1964, p. 7.
19 "Exposición Pictórica", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 1 de octubre de 1968, p.9.
20 Durante su existencia, la Academia departamental de Bellas Artes, la cual tomó diversos nombres, el último de ellos Dirección de Cultura Artística de Santander (DICAS), frecuentó diversos cierres a causa de la falta de presupuesto para su sostenimiento, la inexistencia de un edificio fijo para su funcionamiento y la escases de planta docente a causa de los bajos salarios. La Academia no formaba profesionalmente a los artistas, sólo se impartieron cursos de pintura, dibujo y escultura. "Sobreaguar en 1970 por recorte de presupuesto a las escuelas de Pintura y Música de Santander", en: Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 9 de enero de 1970, p. 7. y "Desde enero paralizado el Instituto Santandereano de Cultura", en: Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 13 de enero de 1973, pp. 1 y 3.
21 PINTO BARAJAS, Eugenio. "Treinta y Cinco Pintores Santandereanos", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 1 de septiembre de 1972, pp. 2B y 10B.
22 VALDIVIESO, Martha Patricia, "Spinoza, un pintor libre en un mundo libre", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 4 de abril de 1973, p. 7.
23 FONSECA, Edith de, "Pinto por amor", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 29 de septiembre de 1972, p. 9.
24 "Aprobado auxilio en la cámara para Palacio de Bellas Artes", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 23 de octubre de 1964, p. 11.
25 LAGOS CASTRO, Antonio, "Bucaramanga necesita con urgencia su moderno Palacio de Bellas Artes", en Revista de Santander, marzo 1967 Nº 18, pp. 93-101.
26 "Grandes proyectos desarrollará este año Divulgación Cultural", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 23 de enero de 1966, pp. 1 y 7.
27 "Tres artistas unen obras y esfuerzos", en Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 30 de agosto de 1973, p. 9.
28 Grupo Bucaramanga, Cámara de Comercio de Bucaramanga, 1980. En 1980 la Cámara de Comercio de Bucaramanga realizó una exposición colectiva del grupo Bucaramanga, presentando en su catálogo las hojas de vida de los artistas, donde se resaltó su participación en salones orientados precisamente a la exhibición de nuevos y jóvenes artistas, como el Salón de Pintores Jóvenes, organizado por el Club Profesionales (1974), donde participó Raquel Ramírez y Esperanza Barroso. Cabe resaltar que las instituciones organizadoras no conservan los catálogos y por eso tienen especial interés las hojas de vida de los artistas para conocer las exposiciones dirigidas a los jóvenes artistas que se realizaron en la ciudad, los archivos personales de los artistas han servido para la conservación de algunos catálogos de la década de 1970.
29 Cuatro Artistas, Bucaramanga, Dirección de Cultura Artística de Santander, 1976.
30 Bucaramanga ARTE77, Bucaramanga, Universidad Cooperativa INDESCO UCI, 1977.
31 Entrevista a RAMÍREZ, Raquel, Bogotá, 7 de agosto de 2011.
Catálogos de exposiciones
Artistas Santandereanos de la década de 1970, Bucaramanga, Banco de la República, Museo de Arte Moderno de Bucaramanga, 1992.
Artistas Santandereanos de la década de 1960, Bucaramanga, Banco de la República, Museo de Arte moderno de Bucaramanga, 1991.
Bucaramanga ARTE77, Bucaramanga, Universidad Cooperativa INDESCO UCI, 1977.
Cuatro Artistas, Bucaramanga, Dirección de Cultura Artística de Santander, 1976.
Grupo Bucaramanga, Bucaramanga, Cámara de Comercio, 1980.
Entrevistas
Entrevista a PRADA HERNÁNDEZ, Carlos, Bucaramanga, 8 de marzo de 2011.
Entrevista a RAMÍREZ, Raquel, Bogotá, 7 de agosto de 2011.
Entrevista a MANTILLA CABALLERO, Jorge, Girón, 31 de enero de 2011.
Publicaciones periódicas
Muestras de Arte Santandereano, Bucaramanga, Ediciones Candilejas, 1964-1967.
Revista de Santander, Bucaramanga, 1960-1967.
Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 1960-1980.
Publicaciones en internet
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y EDUCACIÓN POPULAR, "Cultura: Recodos de aventura. 1900-1950 Generación De Maestros", en Colombia país de regiones, Santafé de Bogotá, CINEP, Colciencias, 1998, Tomo 2. Disponible en: [http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/region2/cap5.htm] fecha de consulta: 22 de junio de 2012.
Libros
ACUÑA PRIETO, Ruth Noemí y STINNING TÉLLEZ, Luz Guillermina, Miradas a la plástica colombiana de 1900 a 1950: un debate histórico y estético, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2011.
CROW, Thomas, El esplendor de los sesenta, Madrid, Akal, 2001.
FECHA DE RECEPCIÓN: 21/ 07/2012
FECHA DE APROBACIÓN: 14/10/2012