Juan Alberto Rueda Cardozo (comp.). Guerra y Rebelión
en la Década de 1870. Estados Unidos de Colombia.
Bucaramanga: Ediciones UIS, 2014. 141 páginas.
Juan Carlos Tayo Quiroga*
* Historiador, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia.
Una de las fábulas de Esopo narra la historia de un labrador, cuyos dos hijos permanecían enfrascados en constantes riñas. Preocupado de que dicha situación terminara por fomentar la desunión entre su familia, envió ambos niños a buscar varas de madera al bosque. A su regreso el padre entregó una a cada uno y les pidió que las rompieran. Ellos realizaron con facilidad dicha actividad. Posteriormente, entregó un haz de varas para que sus hijos hicieran el mismo ejercicio, y ante la incapacidad de ambos para ejecutar la acción, explicó la importancia de la unión ante los reveses de la vida. De manera relativa recientemente la inmensidad de cuestionamientos que puede surgir a partir del conocimiento histórico nos ha llevado a entender nuestra orfandad. La fábula de las varas explica, de manera sencilla, la fragilidad de los esfuerzos individuales frente al conocimiento y la inigualable fuerza que la razón puede tener siempre que se entienda como un esfuerzo conjunto.
Fortalecer dicha idea es hoy un imperativo en la investigación lo cual hace que esfuerzos como el presente sean loables en todo sentido. Dirigido por el profesor Juan Alberto Rueda de la Escuela de Historia de la Universidad Industrial de Santander se presenta el tercer texto del proyecto La Guardia Nacional y los ejércitos federales de los Estados soberanos de la Confederación Granadina y los Estados Unidos de Colombia, 1855-1885, quienes bajo el apoyo financiero de COLCIENCIAS presentan el trabajo Guerra y Rebelión en la Década de 1870. Estados Unidos De Colombia, que reúne los avances de tres importantes centros de investigación en Colombia1.
El texto reúne las investigaciones del Dr. Luis Javier Ortiz Mesa y del Mg. (c) Diego Andrés Jaimes Gómez; "La guerra civil de 1876-1877 una cruzada religiosa en los Estados Unidos de Colombia" y "La experiencia de la rebelión de 1871 en el Estado Soberano de Boyacá", respectivamente. Textos que en conjunto atañen a resolver problemáticas de trascendencia para el desarrollo de la contienda de 1876- 1877. Adicionalmente, la introducción del libro es desarrollada por el Dr. Armando Martínez Garnica quien a través de una sucinta explicación sobre el desarrollo de las relaciones entre la República de La Gran Colombia y la Iglesia, contextualiza la transcendencia de la política abiertamente anticlerical por parte de la clase política que dirige la nación después de 1857, y la importancia de ver en la dialéctica entre Estado e Iglesia la construcción de un idea de nación para la otrora pieza del Imperio Español.
El primer texto a cargo del Dr. Luis Javier es un ensayo que el autor presenta como el resultado de elaboraciones y reelaboraciones decantadas en una nueva versión de la guerra de 1876-1877; tomando como eje central la construcción de un texto divulgativo y cohesionador de los avances regionales en la interpretación de la guerra. El ensayo consta de seis partes, una introducción que postula el siglo XIX bajo el doble proceso de relación entre la construcción de un modelo de estado que conjugara los intereses regionales, a través de postulados federalistas o centralistas, y el enfrentamiento entre la Iglesia y una clase política que se debatía entre laicidad y confesionalismo, donde se determina a la iglesia como uno de los elementos fundacionales del Estado-nación colombiano.
Posteriormente, realiza una caracterización del conflicto desde sus propios actores, quienes lo entendieron como una cruzada religiosa o una apología a la lucha por el progreso, además de la preponderancia de las guerrillas a diferencia de enfrentamientos anteriores. Para el autor el conflicto fragmentó profundamente la sociedad colombiana al fabricar antagonismos profundos entre creencias, sentimientos y actitudes de la población en general.
Dentro de su interpretación, la guerra surge a partir de tres problemas latentes y posteriores al triunfo radical en 1863, desde donde brotaron los principales antagonismos; la ampliación de los poderes regionales, la construcción de una ciudadanía plausible y el conflicto Estado-Iglesia. En primer lugar, el afincamiento del partido conservador en el Estado soberano de Antioquia, los conflictos desatados bajo la reforma educativa y el fortalecimiento de las bases populares del catolicismo belicista promovido desde los pulpitos, que en conjunto se verían potenciados por las divisiones entre liberales radicales, mosqueristas e independientes.
En medio de este cúmulo de intereses contrapuestos, resalta la importancia dada a la proliferación de seminarios, sociedades masónicas, democráticas, eleccionarias, republicanas y católicas2, que en conjunto con el desarrollo de la telegrafía, el aumento en las comunicaciones interregionales y la profusa publicación de periódicos durante la era radical, construyó imaginarios de nación contrapuestos.
La tercera y cuarta sección desarrollan la interpretación del autor sobre la guerra, quien divide en dos ciclos tratados respectivamente. El primero de ellos se dedica a los enfrentamientos de ejércitos oficiales, entre los Estados conservadores contra los Estados gobernados por liberales y la Guardia Nacional, cuyo teatro se remitía básicamente a las regiones occidentales desde Pasto al Golfo del Darién. El segundo ciclo se caracteriza por el fortalecimiento de las guerrillas conservadoras en los Estados soberanos del centro-oriente, que sería el escenario de la guerra, póstumo a la toma de Manizales por las fuerzas oficiales durante el primer ciclo del enfrentamiento.
El ensayo plantea el auge guerrillero como una respuesta a los yerros de los ejércitos conservadores regulares de Antioquia y los excesos liberales en el primer ciclo de la guerra. Remarca la diferencia en el origen de las dos principales guerrillas conservadoras Los Mochuelos y Los Guascas, la primera formada por jóvenes de alta alcurnia conservadora y los segundos provenientes del campesinado, que en ambos casos establecieron su radio de acción desde la sabana de Bogotá hasta Santander y Boyacá.
En la fase final de la Guerra expone el proceso de desmantelamiento relativo de las guerrillas y fundamentalmente, la reconfiguración de los contrapesos políticos posteriores a la guerra donde las facciones independientes del liberalismo en cabeza de Julián Trujillo, Solón Wilches y Rafael Núñez, tomarían la batuta de la política nacional.
La guerra significó una derrota para los conservadores, pero un pírrico triunfo liberal donde el radicalismo quedó políticamente debilitado y tanto independientes como conservadores avizoraron un cambio en el rumbo del país. Pese a ello el texto redime el papel de los radicales en la construcción del Estado-Nación bajo el fortalecimiento de una burocracia nacional y regional, un intento de monopolio de la fuerza a través de la Guardia Nacional, y en contraposición, el fortalecimiento de la iglesia católica dentro de los sectores populares a través de un andamiaje institucional completamente reestructurado.
También analiza los costos económicos de la guerra, la formación de un modelo de iglesia nacional, la construcción y reconstrucción de sociabilidades a partir de la guerra que tuvo profundas repercusiones. Pero las más nefastas consecuencias fueron el numeroso desplazamiento de familias debido a las disputas heredadas, los 10.000 muertos y la degradación de los conflictos posteriores frente a la población civil.
La segunda parte del libro se encuentra a cargo de Mg. (c) Diego Andrés Jaimes Gonzales titulado "La experiencia de la rebelión de 1871 en el Estado soberano de Boyacá" y básicamente trata de encontrar las causas de la alineación del Estado soberano de Boyacá con la causa radical durante la guerra de 1876-1877, tomando en cuenta que esta región del país fue durante el conflicto inmediatamente anterior uno de los bastiones conservadores. El autor aborda el problema desde la perspectiva de Michel Foucault e intenta entender la guerra como el estado primario de los conflictos irresueltos que migran desde los conflictos bélicos hacia escenarios políticos.
Para entender las motivaciones que llevaron a las elites políticas del Estado a alienarse con los intereses del presidente Aquileo Parra en 1876, se remite al conflicto local inmediatamente anterior al estallido de la guerra, para entrever en las vicisitudes del accionar político local la postura asumida posteriormente. El ritmo argumentativo permite distinguir, de manera breve, las causas, el desarrollo de los hechos más representativos del alzamiento y finalmente, las consecuencias tanto locales como nacionales de un conflicto regional.
El estudio utiliza las publicaciones oficiales como El Boyacense, las compilaciones de Leyes de los Estados soberanos y La Gaceta de Santander o fuentes de particulares como La Regeneración, que en conjunto permitieron al autor construir un relato de los acontecimientos desde la Batalla del Alto de Soroca a la Batalla de Paipa, tres meses después de iniciadas las hostilidades que dieron el triunfo sobre los rebeldes conservadores a los radicales boyacenses.
Dentro de los aportes del texto consiste en la exposición de los mecanismos de legitimación por parte de los mandos rebeldes durante su momento de mayor hegemonía y control sobre las instituciones de gobierno, así como por parte del legítimo presidente Felipe Zapata en medio de su fuga y posterior retoma de control en el Estado soberano.
Estos mecanismos pasan revista por el uso de la prensa oficial, las cartas de apoyo por parte de notables de los diferentes distritos y la convocatoria a una asamblea constituyente en el caso del jefe rebelde Policarpo M. Flores, a la búsqueda de apoyos económicos y políticos del presidente Zapata en los vecinos Santander y Cundinamarca, la Ley de armisticio y la Junta de Paz en las elecciones posterior a la rebelión.
Según el autor la Ley de armisticio fabrico vínculos entre conservadores y el gobierno radical que se harían presentes en la guerra de 1876-1877, pero fundamentalmente estrecho la relación entre los líderes de los Estados de Boyacá, Santander y Cundinamarca creando articulaciones políticas basadas en afinidades de pensamiento partidista y proyectos comunes como el caso del ferrocarril del norte3, situación que también se haría presente en el caso de los Estados conservadores de Antioquia y Tolima, como colofón de sociabilidades heredadas desde la guerra y para la guerra.
Para concluir, el libro es un importante aporte porque, en el primer caso, integra los principales avances de las investigaciones regionales sobre la guerra civil, ofrece una mirada amplia al intentar relacionar los acontecimientos de los diferentes escenarios de la guerra y permite entrever dentro de los diferentes acontecimientos el desarrollo de un proceso de construcción de Estado nacional al margen de los Estados soberanos; y en el segundo caso por ofrecer los conflictos al interior de los diferentes Estados como un horizonte de valioso estudio para dimensionar fenómenos particulares desarrollados durante la contienda, que permiten entender el desarrollo de las hostilidades y las consecuencias que se decantaron para sus diferentes actores.
1 Grupo de investigaciones Históricas del Estado Nacional Colombiano GIHEN de la Universidad Industrial de Santander, grupo interdisciplinario Religión, Cultura y Sociedad de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín y el grupo de Investigaciones Regionales IRES de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
2 Rueda Cardozo, Juan Alberto (comp.). Guerra y Rebelión en la Década de 1870. Estados Unidos de Colombia (Bucaramanga: Ediciones UIS. 2014), p. 42.
3 Ibíd., p. 133.