Motín en Aconcagua. Fuentes para una Historia Regional. Oficios enviados por el intendente Juan F. Fuenzalida al ministro del Interior Antonio Varas, respecto de los sucesos del 14 de octubre de 1851*

 

Hugo José Castro Valdebenito: Magíster en Relaciones Internacionales, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Licenciado en Historia, Universidad de Playa Ancha. Licenciado en Ciencias Jurídicas, Universidad Viña del Mar. Licenciado en Educación, Universidad de Playa Ancha. Investigador y becario de la Comisión Nacional Investigación Científica y Tecnología Conicyt-Pcha/ 22160124 (Conicyt). Correo electrónico: hugo. castro@upla.cl.

 

La presente transcripción documental corresponde a una comunicación oficial enviada por Don Juan F. Fuenzalida, intendente de la provincia de Aconcagua, al ministro del Interior Don Antonio Varas, en el marco de la llamada Revolución de 1851. Este documento aborda de manera muy detallada el levantamiento en armas que se produjo en la ciudad de San Felipe el 14 de octubre de 1851, en pleno desarrollo de la Guerra Civil. Situación en la cual se enfrentaron las fuerzas del gobierno constitucional de carácter conservador y de corte autoritario, contra la oposición política liberal, liderada por jóvenes intelectuales y antiguos pipiolos(1).

Este documento importa un gran valor histórico en la reconstrucción de los hechos y la participación de esta localidad de la región central de Chile en el desarrollo de la Guerra Civil de 1851, toda vez que incorpora nuevos elementos de análisis para comprender las situaciones motivacionales que derivaron en insurrecciones locales, tales como las acaecidas en el resto del país desde 1850(2). Cabe señalar que dicho proceso histórico ha sido abordado desde una perspectiva centralista, frente a la cual la historiografía omite algunos aspectos relevantes como los que se enuncian en esta fuente, que ponemos en manos de interesados e investigadores, que por distintos motivos no pueden acceder a ella.

La fuente transcrita comienza con la exposición del Supremo Gobierno y los antecedentes del levantamiento, con los cuales aporta datos acerca de la posición de las tropas, y de la cantidad y calidad de su equipamiento en la zona central del país. Luego, de manera muy especial, el infrascrito detalla en una narración –casi en tiempo real– la forma como se llevó a cabo la insurrección y brinda antecedentes de las maniobras bélicas tomadas por los sublevados, aportando a su vez, la identificación de los actores involucrados y el desarrollo de sus acciones durante las tres horas de combate vividos en la plaza de la ciudad.

Posteriormente, el remitente realiza un interesante análisis de las motivaciones que pudo contener dicha organización insurreccional, desde donde podemos observar de manera expresa el contexto social vivido en la localidad afectada, también, sus implicancias secundarias y consecuencias inmediatas. Toda vez, que comienza a dar cuenta de los hechos que sucedieron al motín, entregando información relativa a los asaltos de haciendas, que realizaron los alborotados que huían luego del combate. Concluye la misiva con un adjunto que contiene los nombres de todos los participantes que defendieron la plaza y el cuartel, realizando la correspondiente recomendación de cada uno de ellos y enalteciendo su patriotismo.

Este documento se conserva en el Archivo Nacional Histórico de Chile, precisamente en el Fondo Ministerio del Interior, en el volumen 284. Dicho volumen no posee numeración correlativa entre sí, encentrándose cosidos los papeles con hilo en el libro volumen antes señalado, encuadernado en cartón. Este volumen es un volumen extraordinario, pues en él no existe correlación de la naturaleza de los documentos contenidos, ya que se trata de un compendio algo ordenado, de documentos concernientes a la ya nombrada revolución de 1851. En este libro volumen, los remitentes son variados, a diferencia de otros volúmenes ministeriales, pues acá encontramos misivas enviadas a diferentes ministros, no solo al Ministerio del Interior(3), como podría pensar el investigador que los solicita. Por dicha razón, tiene un atractivo su lectura pues no es monótona ni secuencial.

En cuanto a la materialidad de los documentos señalados, podemos decir que se encuentran en un grado de conservación preocupante, dado que sus bordes se encuentran ajados por la resequedad y antigüedad del papel. No existiendo copias originales, siendo estos los únicos ejemplares. El papel utilizado es el común para las comunicaciones oficiales de la época, con dimensiones tradicionales para el efecto. Hablamos de 24 cm x 38 cm. Están escritos a pluma, en verso y reverso. La calidad de la tinta es variada, sin mucha trasparencia, aunque sí, en algunos casos la tinta del verso traspasó al reverso, confundiendo los caracteres.

La caligrafía y el estilo, por tratarse de diferentes remitentes, denota distintos usos ortográficos, en similares palabras. Se trata de una escritura formal y solemne, y en ocasiones algo impulsiva, por las circunstancias en que fueron escritas. Por dicha razón, es menester realizar la trascripción fiel de las misivas, toda vez que además de su contenido, podemos inferir los aspectos antes señalados.

A continuación, publicamos la transcripción de los documentos antes reseñados. Agradecemos la buena disposición, gentileza y paciencia del señor José Huenupi, encargado de la sala de investigación del Archivo Nacional, y al señor Luis Martínez, coordinador del mismo Archivo, por la colaboración y la autorización para la publicación de estos documentos.

Núm. 654.

San Felipe, Octubre 17 de 1851.

Señor Ministro.

Cumpleme el ingrato deber de participar a V.S los detalles del motin ocurrido en

esta ciudad a las once i media de la noche del 14 del corriente. Como V.S. sabe, desde la mañana de este dia,

nuestro campamento situado en la

Villa de Putaendo, constante de 550 hombres de milicias de caballeria e infanteria del mismo lugar i de los Andes, incluido el

Piquete del batallon Yungai que era la guarnicion de esta plaza, se hallo desde por la mañana del 14 a la vista de una

avanzada enemiga al mando del joven D. Venjamin Vicuña, aguardando inutilmente durante el, la llegada del resto de las fuer-

zas contrarias que presumiamos se dejarian caer sobre los nuestros en el instante me

nos apurado; puesto que ignorabamos de todo punto, que a la una de ese propio

dia, habian sido completamente batidos

Carrera i Arteaga, en el depaetamento de Petorca.

Trascurrido así en la mayor ansiedad el dia entero en nuestro Campamento de Pu taendo, i con las noticias que de él  a esta Ciudad se trasmitian con frecuencia, por la corta distancia de las leguas que  separan uno i otro lugar, llego al fin llena de misterios la noche.

Sonaron pronto las once i media.

En este momento se oye un ruido alarmante hacia la Cañada del Oriente de esta

ciudad, punto por donde se hallaba cituado el Cuartel que se confiara a unos 200 hom

bres de los escuadrones Cívicos del departa mento, para velar por la seguridad co

mun. Numerosos gritos pueblan el aire i en pocos segundos se oyen correr de

salmados por las calles, numerosos grupos del pueblo bajo, seguidos i apoyados por la mayor parte de esas mismas 200 pla

zas de Caballeria Civica, hacia el Cuartel

de prevencion i Carcel de la Plaza Principal.

Marchaban animandose al asal to: e instruido en los mismos instantes el que suscribe de lo que ocurria, por

el Comandante D. Jose Joaquin Villar-

roel, Jefe de los Cívicos amotinados, me diriji al Cuartel amenazado, que se halla

ba guarnecido de 33 hombres de infanteria de los Andes, venidos en relevo del

Piquete del Yungai enviado al Campa mento de Putaendo.

Dispuse la defenza, i en el acto, los 33 soldados de que hago merito, al

mando del Subteniente del cuerpo de Asam blea, D. Carlos Contreras i del de igual

clase de Guardias Nacionales, que se ha llaba de reten, D. Waldo Casanova, aser

caron sus fusiles a las ventanas del Cuar

tel que miran a la plaza, decididos a sucum bir en sus puestos.

Se avanza incontinente una gruesa columna de caballeria comandada por el

Teniente de Cívicos D. Anselmo Aguilar, con animo de forzar las puertas. Un

gran numero de pueblo amotinado, compuesto i dirijido por muchos cabecillas de la

insurreccion de Noviembre, se le reunen e inician el combate.

La guardia de prevencion, atendien

do a su propia seguridad, rompe sus fue gos sobre los asaltantes, i a los pocos

momentos cae herido de muerte el Jefe

ostensible de la rebelion que marchaba en

primeras filas D. Anselmo Aguilar.

Tal acontecimiento debio inspirar temores saludables a los amotinados,

pues, desde ese instante, se les vio replegar al costado izquierdo del Cuartel que mira a la cañada del norte, i parapetados tras

de los pilares, esquinas i boca calles, per

sisten por el espacio de media hora en cam

biar con los nuestros un fuego vivísimo.

Mas la magnitud del delito que se perpetraba i la leccion un tanto dura recibida, hizo una profunda impresión

en la tropa de caballeria asaltante, pues no se la vio mas repetir en sus cargar,

i según se me ha noticiado despues, co menzo desde luego a desbandarse.

Solo restaba ya la completa disper cion del populacho de apie; lo que no se hizo aguardar mucho tiempo. Principia ron como era de esperarse, a retroceder

gradualmente, hasta que no quedo un solo individuo  ni en la plaza, ni en las ca lles.

Mientras lo relacionado acontecía, i se hallaba trabada la lucha del Cuartel,

diferentes partidas de los amotinados, entre los que habian hasta mujeres i niños,

circulaban la poblacion dando desafora dos gritos e insitandose a la rebelion i al pillaje. Era de oirse el desacordado

clamoreo i las malditas blasfemias pronunciadas; mientras se daba un momen to de tregua a ese ruido, con la detona cion de las armas de fuego. Desde la primera hora del motin atendieron los sediciosos a hacer

tocar a rebato en las campanas de

la iglesia mayor, Santo Domingo i

la Merced, logrando solo efectuarlo en las de este convento último, pero por poco tiempo.

Asi se observó marchar el mo

tin desde su comenzamiento hasta su

conclusion, considerandolo en globo i refirindolo consisamente. El es

pacio de tiempo empleado en él

fue precisamente el de tres largas horas.

Durante ellas, la chacra del vecino D. Blas Mardones, cuna del

movimiento revolucionario, porque en ella se hallaba alojada  la enunciada tropa de caba lleria, sufrio perjuicios de consideracion i fue presa del mas refinado vandalaje. La

bodega provista de valiosos aguardientes quedo exhausta: no solo los sediciosos se complacian en beber, recopilaban para

llevarse cuando se satisfacian i aun derra maban el líquido que era demasiado co pioso para cargar con él.

Igual suerte, aun que no parecida en la magnitud de los actos de depreda cion, sufrio la chacra de D. Pedro Meltran proxima al pueblo.

La casa de comercio del Capitan graduado de Guardias Nacionales, D. Juan Garcia, fue asaltada i defendida por su dueño, armado. Herido a bala uno

de los acometedores la dejaron en tranqui lidad.

La casa del Coronel graduado de mili cias D. Domingo Luco del Castillo,

ausente, i en servicio en nuestras tropas

de Putaendo, fue tambien acometida, der ribadas las puertas, tomado gran numero

de caballos, i saqueadas algunas armas que el mencionado Coronel  tenia guardadas de las de su Escuadron.

Así mismo el Estanco i Tenencia de Ministros, casa del vecino D. Pedro Va ras i oficinas de algunos estanquilleros de los suburbios del Este de la Ciudad, fueron circundadas por los grupos

famélicos de los sublevados del pueblo i sufrieron sucios acometimientos.

El Licenciado D. Francisco Caba llero i el vecino D. Matias Tapia fue ron sorprendidos en las calles i vic timas tambien de infinitas tropelias.

Pero, que no debiera esperarse de desenfrenados revoltosos, i cuanto ma yor mal no hubieran consumado sin la

decision i serenidad de los valientes civicos de los Andes ¡

Mas, ¿ qué objeto se propusieron en miras los cediciosos, i que

plan cuerdo trataron de llevar a cabo?

No es posible a la razon concebirlo: una Divicion valerosa i fiel en numero de quinientos cincuenta plazas al mando del Teniente Coronoel D. Lorenzo de

Luna i algunos otros oficiales denodados tanto de linea como de civicos, estaban acampados en Putaendo, a tres leguas de distancia, i hubieran podido acu

dir en los momentos criticos , bastan doles un segundo para anonadar has ta el ultimo._ Otra columna de

200  hombre de infanteria i caballeria venia desde Santiago a esta ciudad

a marchas redobladas con el objeto de

reforzar a la Divicion Auxiliar de Aconcagua.

¿Con que elementos contaban para el éxito?-           ¿ Cuatrocientos hombre de un pueblo desalmado i docientos civicos de

caballeria sin entusiasmo i sin jefes?

Empero, en los tiempos calamitosos en que hombres delirantes creen que la anarquia de una Nacion cuer

da es el Supremo bien social, i se complacen en el luto i en las lagrimas, cua lesquier atentados son lejitimos, cual

quier empresa disparatada orijen de estupendas consecuencias.

Asi pensaron sin duda los inespertos caudillos del motin de la noche del 14. Premunidos ocultamente en pe queño numero, hacia el paraje conoci

do con el nombre de “Aconcagua Ar.riba” i de convivencia anticipadamen te con algunos pocos soldados del Es cuadron que tomo parte en la in surreccion acaecida, a un instante da do, se hecharon sobre el cuartel en

el que estaban dentro como 50 hombres llamados al servicio ese mismo dia,

incluso el malogrado Teniente Aguilar, i aprovechandose de la ausencia del Comandante Villaroel, lo tomaron, apreendieron al Teniente D.

Jose  Garcia, sedujeron  a la tropa i arrastraron, i dieron así loca-

mente principio a su una bien des acordado movimiento.

A las tres horas despues, como repito, se hallaba ya la poblacion

en tranquilidad, i el remordimiento del crimen debía consumirlos.

Omito el nombre de los faustores, i algunos otros pormenores del suceso de que doi cuenta, tanto por

que no me han llegado todavia sufícientemente esclarecidos a mi noticia, cuanto porque pertenecen al dominio i a la averiguacion del Juez Competente. Actualmente se ha instruido ya el proceso res pectivo.

Restame solo recomendar al Supremo

Gobierno a los individuos que constan de la nomina que acompaño tan to particulares, como oficiales i

soldados, que contribuyeron a la

represión de la sublevacion de que hablo, i que, reunidos a mí en

el cuartel acometido me ayuda ron con todos sus esfuerzos a no dejar ultrajada la autori-

dad i a afianzar el orden pu-

blico, por medio de la defenza de la plaza, i el estimulo que

con su accion i voces, presen taban a la valiente guardia de prevencion.

Esos individuos a quienes aludo, i debo recomendar particularmente, son: el Ayudante en comision del Batallon civico de este departamento, Subteniente de ejercito D.

Carlos Contreras, el Teniente de Guar dias Nacionales que se hallaba de servicio al frente de la guardia de la carcel, D. Antonio Varas, el

Subteniente Civico D. Waldo Casanova, i el oficial de la Secre-

taria de la Intendencia, D. Miguel Carreño.

De igual manera i mui especialmente, se han hecho acreedores a la gratitud de un Gobierno paternal i a la estima i consideracion publica, los soldados de esa guardia de pre-

vencion, compuesta como he dicho arriba de civicos de los Andes, quienes, por el solo hecho de ser oriundos de ese Departamento tienen la dicha de reunir en alto grado las dotes, de lealtad, buen juicio, i heroico valor.

Si V.S. hubiera presenciado, como tuvo ocacion de hacerlo el infrascrito, la actividad i enerjia desplegada por

ese puñado de hombres en los momen

tos de conflicto; si V.S. hubiera notado la confianza que abri-

gaban de un esplendido triunfo, i la fe que rebozaban sus varoniles semblantes en la justicia

de la causa que sostenian, se hu-

biera llenado, como todo buen ciudadano, de un sentimiento de

noble orgullo, i se habria com

placido en la consideracion, de que si en la comun patria hai in-

sensatos que quieren mancillarla,

hai tambien otros valientes que conservaran su honor puro.

Debo igualmente recomendar a la

Brigada de Policia que a cargo de su

Comandante D. Fernado Garcia acudio presurosa al lugar del peligro a reforzar el

piquete que guarnecia el enunciado cuartel de cívicos.

Dios guie a V.S.

Juan F. Fuenzalida

Señor Ministro de Estado en el departamento del Interior

Relacion  de los particulares, oficia les i tropa que sostuvieron el ataque del

cuartel la noche del 14 del corriente.

Particulares

D. Miguel Carreño, oficial de la Secretaria .

Guardia de prevencion

Ayudante en comision del batallon civico de San

Felipe, Subteniente de Ejercito. D Carlos Contreras Subteniente de Guardias Nacionales, D. Waldo Casanova .

Sarjento 2° de linea perteneciente al batallon civico de este departamento, Jenaro Orellano

Idem 2° id id . Jose Antonio Cordero Cabo 1° Ramon Moreno

Piquete Andino

Sarjento 2° Antonio Herrera

Id          id – Jose Antonio Salinas

Cabo 1° Santos Godoi

Id       id  Ventura Martinez

Id         Juan Quiroga Id       id   Jose Pulgar

Gregorio Silva

Francisco Morillo

Eduardo Lemus

Francisco Ibaseta

Manuel Celedon

Pedro Montenegro

Nicolas Rios

Manuel Varas

Eujenio Dias

Juan Agustin Rodriguez

Justo Herrera

Jose Tomas Artuli

Tomas Sanchez

Andres Araya

Jose Bamonde

Eujenio Jorquera

Juan Urtuvia

Francisco Calderon

Patricio Catalan

Cosme Ponce

Nicolas Bari i Silva

Dolores Herrera

Ramon Lopez

Jose Escobar

Cornelio Lopez

Casimiro Bahamondes

Cuerpo de Policia

Comandante D, Fernando Garcia Cabo Matias Estai

Jose Marin

Cornelio Ibaceta

Francisco Ordenes

Pedro Macareno

Anselmo Camus

Santiago Araya

Bernabe Araya

Lazaro Jimenes

Guardia de la Carcel

Teniente Guardias Nacionales D. Jose Ant° Varas

Sarjento 2° de linea Andres Quevedo

Cabo 1° Pascual Montoya

Id      id  Pedro Salinas

Camilo Gonzales

Juan Francisco Lazo

Pedro Cataldo

Jose Enrriques Morales

Jose Calderon

Rafael Paez

Francisco Gonzales David Diaz

Silverio Calderon Juan Herrera

Marino- Bacilio Herrera

Id           Miguel Ramirez

San Felipe, Octubre 17 de 1851

Esta confome

Juan V. Blent.

V° B°

Fuenzalida

 

 

NOTAS

 

1 Castro, Hugo y Monteverde, Alessandro. Conspiraciones, motines y sedición en Aconcagua. 1850-1851 (Valparaíso, Facultad de Humanidades: UPLA, 2016).

 

2 Durante el año 1850 se desarrollaron variados levantamientos y motines en distintas localidades de Chile, en los cuales se encontraron diferentes móviles, como también diferentes participantes. Un año antes, en la misma ciudad se había producido un motín popular, el 5 de noviembre de 1850. Este fue liderado por la Sociedad de la Igualdad y tuvo como desenlace la formación de una Junta Gubernativa autónoma, aunque de muy corta vida.

 

3 En este libro volumen existen misivas dirigidas al ministro del Interior, al ministro de Guerra, al ministro de Justicia y al ministro de Relaciones Exteriores. Además, existen cartas enviadas a los Jueces provinciales como también, varios Partes de comandantes de Serenos, comandantes de Policía, comandantes Generales de Armas, entre otros varios personeros.