Alexandra Pita González, compiladora. Redes intelectuales transnacionales en América Latina durante la entreguerra. Ciudad de México: Universidad de Colima, 2016. 283 páginas.

Osmir Ramírez Trillos

Alexandra Pita González, compiladora. Redes intelectuales transnacionales en América Latina durante la entreguerra. Ciudad de México: Universidad de Colima, 2016. 283 páginas.

Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, vol. 25, núm. 1, 2020

Universidad Industrial de Santander

Osmir Ramírez Trillos 1

Universidad Industrial de Santander, Colombia


Redes intelectuales presenta al lector la forma en que se define y se analiza una red intelectual por medio de la distribución de sus bienes culturales como las cartas, libros, revistas, etc. La mayoría de las investigaciones que dieron cuerpo al libro siguieron el enfoque teórico-metodológico presentado por Pita González en la introducción. Es en lo teórico-metodológico donde se puede hallar uno de los principales aportes a la historiografía intelectual latinoamericana de Redes Intelectuales; el libro en su conjunto dio preeminencia al análisis de los soportes materiales, en especial las revistas, como dispositivos culturares de difusión discursiva que permiten la creación de redes y, como discursos que se estructuran en sí mismos caracterizando la red intelectual que se conforma en torno a ellos.

El texto dio a conocer los vínculos intelectuales mediados por la amistad y la afinidad de pensamiento que posibilitan la agrupación de estos: el intelectual crea su red más por camaradería que por parentesco. Desde esta perspectiva el concepto de red toma fuerza ya que algunos intelectuales latinoamericanos de la entreguerra no llegaron a conocerse personalmente, por ende, su relación se dio en la distribución de ideas por medios los soportes impresos. Los medios de difusión intelectual, que en ciertas investigaciones aún conservan su carácter de mediación analítica, al ser tomado como objeto central de investigación se puede comprobar que estos estructuran, caracterizan y permiten la creación de redes transnacionales.

Otro aporte relevante de Redes intelectuales está en su referencia al periodo de la entreguerra; aunque no se constituyó como un objetivo general, todo el libro en su conjunto guardó la idea implícita de analizar cómo los intelectuales latinoamericanos concibieron las dos guerras mundiales. El texto corroboró que la experiencia de las guerras condicionó a los intelectuales latinoamericanos a pensar sobre América como la posible cuna de la civilización, debido a que Europa se había extraviado del camino tomando la ruta de la guerra. Por consiguiente, surge la necesidad de establecer redes y medios de difusión como la publicación periódica por medio de revistas; el propósito fue pensar sobre América Latina, promover el hispanismo, el panamericanismo y buscar las características comunes que posibilitará su unión sin obviar las particularidades nacionales.

El libro estructuró los capítulos en cuatro grupos temáticos; cada grupo se propuso objetivos particulares que buscaron responder a las orientaciones generales del libro. El primer grupo se compone de los textos de Daniel Iglesias .Las redes político-intelectuales y los orígenes del Plan Barranquilla, 1929-1931,” Fabio Moraga Valle “Un resplandor en el Nuevo Mundo: la red Clarté y el pacifismo en América Latina, 1918-1938” y del trabajo de Alexandra Pita González “La difusión de un discurso latinoamericano y la creación de una red intelectual, 1922-1924.” Este grupo buscó dar cuenta de la forma en que se agrupa una red intelectual. Se presentaron las características compartidas de los intelectuales que los unió en camaradería y que les permitió crear redes transnacionales; entre las características se encuentran las ideas antiimperialistas que condicionaron las rutas las redes intelectuales.

Desde una lectura global se percibe que los tres capítulos se preocuparon por sostener la siguiente hipótesis: la red intelectual necesita de un medio impreso de difusión para su consolidación. El expresidente venezolano Rómulo Betancourt (1959-1953) y los intelectuales que dieron a luz el Plan Barranquilla participaron activamente como articulistas en la revista de proyección continental Repertorio Americano; también participaron pasivamente como lectores de esta revista que forjaría en ellos las ideas antiimperialistas. En torno a las revistas Claridad (Clarté) latinoamericanas se agruparon intelectuales con proyectos pacifistas, los cuales compartían afinidad por los textos de francés Barbusse. En cuando a la acogida y resonancia del discurso de José Ingenieros el pronunciado en octubre de 1922 acerca de la Unión Latinoamericana, se debe a sus anteriores relaciones y a la difusión de este discurso por medio de artículos y reseñas en diferentes revistas o periódicos. Se concluye, entonces, que para toda posible consolidación de red intelectual es indispensable un medio cultural impreso por el cual se distribuyan y reciban las ideas.

El segundo grupo presenta los trabajos de Marco Antonio Vuelvas Solórzano “La formación de la red en torno a la revista Ulises1927” y María del Carmen Grillo “Una red en el tiempo. El caso de La Campana de Palo, 1925-1927.” Vuelvas Solórzano reafirmó la conclusión planteada por el primer grupo: “como publicaciones grupales y heterogéneas, las revistas permiten identificar afinidades (…), ideas comunes, gustos literarios; es decir, un cierto <<aire de época>> (...). Así, la revista como publicación construye, por sí misma, una red que permite cartografía las ideas del grupo editor y establecer lazos con otros grupos” (p. 133). La exposición de estos lazos editoriales por afinidades, gustos temáticos e ideológicos se abordó en el texto de Carmen Grillo, quien por medio de la reconstrucción juiciosa y detallada de grafos demostró las redes transnacionales creadas por la revista argentina La Campana de Palo.

Uno de los objetivos de Vuelvas Solórzano fue exponer la relación entre la revista mexicana Ulises y la revista de avance cubana. Sin embargo, este objetivo arribó a buen puerto. Se considera que la respuesta a los aspectos que llevaron a Ulises a relacionarse con revista de avance no fue contestada, porque el autor asimiló la afinidad temática entre las revistas como red intelectual. Además, tomar a Ulisescomo punto de confluencia de una red intelectual no fue la mejor apuesta, ya que dicha red en realidad se solidificó después de la desaparición de esta revista. Esto explica porque el autor se concentró en la conformación del grupo los Contemporáneos y no sobre la formación de la red en relación a la revista. El foco de análisis no fue la formación de la red entorno a Ulises sino la formación del grupo Contemporáneo y su proceso de consolidación que utilizó una revista como difusión de sus ideas pero que en realidad no la necesito para crear y sostener sus redes.

Carmen Grillo se concentró en la explicación metodológica de creación de los grafos que permitieron determinar y analizar las redes intelectuales de la revista La Campana de Palo. No obstante, el texto es muy descriptivo y poco analítico; a pesar de cumplir con el objetivo de exponer la red creada por la revista no problematizó entorno a ella para dar explicaciones históricas de sus condiciones de existencia, según lo sugerido en la introducción del libro (p. 19).

El tercer agrupamiento consta de los trabajo de Irma Guadalupe Villasana Mercado “Redes intelectuales y circulación de bienes culturales: Ábside. Revista de Cultura Mexicana, 1937-1938” y de Cristina Beatriz Fernández “A través de lecturas: la conformación de una red intelectual en la sección bibliográfica de la Revista de Filosofía, 1915-1922.” El primer objetivo común de las autoras se marcó en el análisis de la circulación y recepción de los bienes culturales como medio de consolidación de la red intelectual; el segundo objetivo de los dos trabajos partió desde un enfoque común: análisis de las reseñas realizadas en las respectivas revistas. Además, sostuvieron la siguiente hipótesis: “…desde los impresos en ellas reseñados es posible dar cuenta de la formación de una comunidad de autores y de lectores, con una identidad propia y duradera” (p. 168); esta identidad es construida en el diálogo mediado por el compartir los bienes culturales (p.199).

En estos dos estudios se corroboró que la revista es tanto medio de difusión como discursoen sí misma. La revista mexicana Ábside, pretendió mediar, a través de la presentación de las reseñas, en el posicionamiento de los humanistas e hispanistas católicos en América Latina; “de ahí el vínculo que los directores tejen con humanistas, opuestos al imperialismo yanqui y al comunismo (…). Ahí se observa el intento por universalizar lo propio” (p. 190). En su mediación Ábside también fue discurso en sí: discurso hispanista y antiimperialista.

En lo que respecta a Beatriz Fernández, se concluyó que tanto los libros como artículos reseñados en la Revista de Filosofía, reflejan el interés e ideología de su director José Ingenieros. La sección “Análisis de libros y revistas” promovió los valores políticos, ideológicos, científicos y seculares de Ingenieros y de los colaboradores de la revista. El discurso propio de la revista estribó en esto valores compartidos entre los textos reseñados y los reseñadores; valores que “…se convertirán (…), en la plataforma para nuevas cruzadas, como la difusión de los logros de la Revolución rusa o el pacifismo” (p. 217).

En el cuarto y último grupo se encuentran de los trabajos de Blanca Mar León Rosabal “La Revista Cubana durante el periodo de entreguerras, 1935-1938,” Pablo Manuel Requena “Los vínculos continentales de la Junta de Historia y Numismática Americana, 1924-1937” y Regina Crespo. “¿Crónica de una ausencia anunciada? Brasileños en redes intelectuales argentinas.” El último grupo presentó las relaciones creadas por los respectivos intelectuales (José María Chacón y Calvo y su trabajo en la Revista Cubana), instituciones académicas (JHNA) y proyectos editoriales (los intelectuales brasileños en redes intelectuales argentinas), con las esferas diplomáticas y políticas nacionales y trasnacionales.

El trabajo de León Rosabal tuvo éxito en la presentación de los antecedentes históricos que condicionaron el nacimiento de la Revista Cubana. En la exposición de la trayectoria personal, la relación diplomática, la estadía en España, el consumo de lectura pro hispánica y las redes intelectuales de Chacón y Calvo, se logró comprender el claro interés por la cultura hispánica con el que nacería y se propagaría la Revista Cubana en su nación. Sin embargo, la principal falencia del texto se dio en la falta de una breve alusión al contenido interno de la revista y al contraste entre contexto histórico que condiciona y texto académico condicionado por este.

Manuel Requena fue más explícito y claro en mostrar que las redes intelectuales trazadas por la JHNA con otras comunidades académicas e intelectuales americanas, en repetidas ocasiones, estuvo aliada a intereses de corte diplomáticos y panamericanistas (p. 243). “En un contexto de escasa o nula institucionalización de las formas del internacionalismo académico, el rol de vectores, de bordes y de nexos fue desarrollado por diplomáticos-historiadores, y se aprovecharon las ocasiones celebratorias (…) para materializar esa solidaridad mediante eventos de cooperación intelectual” (p. 261)

“Estamos frente a un discurso que no debe confundirse en modo alguno con el hispanoamericanismo de las décadas de 1910 y 1920, o con el latinoamericanismo antiimperialista finisecular llá Rodó, Darío o Martí, sino con otra tradición venerable: la del panamericanismo que durante los primeros 30 años del siglo XX tuvo especial pregnancia entre ciertas zonas de las elites dirigentes/letradas” (p. 254). Según Manuel Requena, el panamericanismo abanderado por la JHNA se diferencia del panamericanismo que fue expuesto por otros intelectuales de la misma época y el cual se ha abordado en los anteriores capítulos, pero, aparte de esta afirmación el autor no se interesó por contrastar los dos tipos de panamericanismos para argumentar su hipótesis. Una de las conclusiones generales que se puede extraer del libro, se orienta en la afinidad que guardaban los intelectuales durante la entreguerra con respecto a la panamericanismo y a las ideas antiimperialistas; Manuel Requena trató de ir en contravía a esta idea pero solo como alusión y no como argumentación.

Regina Crespo al investigar el panorama editorial argentino durante la primera mitad del siglo XX con relación a la edición de libros sobre Brasil, confirmó que el embate político, los intereses diplomáticos y el deseo de mejorar las relaciones trasnacionales interferían en las políticas culturales y editoriales de los respectivos países (p, 268). Asimismo, se relativizó la “ausencia” de los brasileños en el ámbito intelectual argentino e hispanoamericano. Sin embargo, se concluyó que “la publicación de libros escritos por brasileños no fue suficiente para conducir a sus autores hacia el ámbito dinámico de los debates intelectuales, tradicionalmente asociados a los medios de comunicación impresos, y en particular a las revistas” (p. 270).

A pesar de no contar con una conclusión general, el texto le permite al lector tomar algunas ideas claves y trasversales: las redes intelectuales agrupadas en torno a publicaciones dependen de sus relaciones previas; las distribuciones culturales, en especial las revistas, se estructuran en su propio discurso modificando o ajustando la red intelectual que la conforma; las redes de la entreguerra promovieron el antiimperialismo, el hispanismo y el panamericanismo; los intelectuales del periodo estudiado estaban, en su mayoría, ligados a las esferas diplomáticas, políticas nacionales y trasnacionales.

Notas de autor

1 Estudiante de Maestría en Historia, Universidad Industrial de Santander. Teólogo, Fundación Universitaria Bautista Internacional de Cali, Colombia. Código ORCID: 0000-0002-2917-5037. Correo electrónico: osmir08ramirez@gmail.com

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Vol. 25
Num. 1
Año. 2020

Alexandra Pita González, compiladora. Redes intelectuales transnacionales en América Latina durante la entreguerra. Ciudad de México: Universidad de Colima, 2016. 283 páginas.

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