Cruz Bermeo, William. Medellín, medio siglo de moda: 1900-1950. Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana, 2019

Maureen Johanna Cardona Otálvaro

Cruz Bermeo, William. Medellín, medio siglo de moda: 1900-1950. Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana, 2019

Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, vol. 26, núm. 1, 2021

Universidad Industrial de Santander

Maureen Johanna Cardona Otálvaro

Universidad Tecnologica de Pereira, Colombia


Los estudios que abordan la moda como problema de investigación parten de visibilizar la posición relegada que ha ocupado la moda al interior de las Ciencias Sociales y Humanas. Esta justificación señala que la moda ha cargado con los calificativos de quienes la consideran como un tema frívolo y superficial que solo puede ser interpretado como la simple manifestación de la vanidad del ser humano. Sin embargo, esta razón debe ser “revalorada” por quienes investigan la moda, pues en las últimas décadas, esta –y su amplio abanico temático– ha adquirido un gran reconocimiento en el mundo académico sustentado en el amplio número de investigaciones de corte teórico y empírico que se han desarrollado sobre el tema en diferentes países.

La moda en la actualidad conforma un campo de investigación conocido como los Estudios de la Moda donde convergen problemas que dialogan con la historia, la sociología, los estudios culturales, entre otros. Europa y Estados Unidos concentran la mayor parte de la producción investigativa sobre el tema, al igual que las revistas científicas y los museos dedicados a la divulgación de los trabajos sobre indumentaria y moda que abordan diferentes periodos históricos. En Latinoamérica, por su parte, este campo de estudio se ha venido consolidando, en los últimos años, gracias a las múltiples investigaciones realizadas en los diferentes países. En México, por ejemplo, sobresalen los aportes de Atzín Julieta Pérez Monroy1 y de las investigadoras que participan del seminario Estudios sobre Indumentaria y Modas en México, adscrito al Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.2 En Argentina están los trabajos de Laura Zambrini3 centrados en la moda, el diseño y las identidades de género. También, los estudios sobre moda y sociedad y, moda y violencia sobre la segunda mitad del siglo XX realizados por la chilena Pía Montalva.4 Y las publicaciones de la investigadora Joana Bosak5 dedicadas al analizar el vestido y el papel de la mujer en la historia de la moda brasileña.

En este marco se inscribe el libro Medellín, medio siglo de moda: 1900-1950 de William Cruz Bermeo al establecer un dialogo con la historia cultural y la sociología de la moda para enriquecer la mirada de análisis. Cruz Bermeo se propone analizar cómo en Medellín se vivió y experimentó la moda a inicios del siglo XX. Su libro es un recorrido ameno por el pasado de la moda colombiana –de la forma cómo las personas asumieron las ideas sobre el vestir, de la influencia de la moda internacional, del inicio de las tiendas departamentales, de la forma cómo se difundió la moda a través de las revistas de la época y del papel de la publicidad en el consumo de la moda– en un contexto de plena modernización en donde la apariencia, el buen vestir, el gusto por lo nuevo y la imitación fueron asumidos como sinónimo de progreso entre los ciudadanos, en especial de aquellos pertenecientes a los sectores privilegiados en lo económico y cultural.

Uno de los aspectos a resaltar de esta obra está relacionado con el trabajo con los archivos históricos. Cruz Bermeo logra acceder a un amplio cumulo de fuentes primarias y secundarias con las que aborda diferentes aspectos de la moda. En particular, las fotografías ocupan un lugar central en esta investigación. Aunque no se aborda colecciones “inéditas”, –pues la gran mayoría de las fotos provienen del Archivo Fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto que han sido trabajadas en otras investigaciones sobre la moda–, el trabajo de recopilación, análisis y explicación, de aproximadamente 134 fotos es sin duda muy valioso y bien logrado, entre otras cosas porque genera en el lector la sensación de estar recorriendo las antiguas calles y visitando los almacenes en el pleno corazón del comercio de la Medellín de inicios del siglo XX. Quizás esto se deba a la experiencia acumulada de investigaciones previas en donde Cruz Bermeo trabajó junto al Museo del Fashion Institute of Technology de Nueva York y otras instituciones colombianas para crear la exposición fotográfica titulada Grandeza. Rastros de la moda internacional en Medellín 1890-1950.6

En la obra de Cruz Bermeo también es importante la discusión teórica sobre la moda, por lo que el primer capítulo del libro está dedicado a desarrollar de manera amplia este asunto. En un primer momento, ubica la moda como un fenómeno social y la define a partir de dos concepciones: como cultura material y como sistema de símbolos. En cuanto a la primera, propone comprenderla como un conjunto de objetos, elementos y signos producidos por una sociedad en un tiempo, el cual está determinado por las prácticas de producción, consumo y representación que genera la moda. Desde esta perspectiva, la moda es cambio y novedad que encarna, por ejemplo, la imposición de un nuevo objeto. Pero, también derroche, distinción y emulación porque esta no se queda solo en la materialidad.7 Lo que se conecta con la segunda concepción, es decir, con la parte intangible y simbólica de la moda. Cruz Bermeo considera –con base en Yuniya Kawamura, Jean Baudrillard, Yuri Lotman y Agnès Rocamora– que la moda impone ideas y significados los cuales le dan un valor agregado a la ropa, pero dichas ideas y significados solo residen en la imaginación de las personas. Es por esto por lo que la moda es más que los elementos visibles (ropa, zapatos y adornos en general) que lucen las personas, pues su importancia está en los aspectos “invisibles” e inmaterial que la convierten en un producto cultural y simbólico por excelencia.8

En un segundo momento, el capítulo aborda las discusiones sobre la configuración del sistema de la moda y la relación de la moda, el vestido y la modernidad. Para Cruz Bermeo la moda en Medellín no se vivió como sistema porque la ciudad no contó con una estructura organizativa “propia” encargada de regular los ciclos de producción de ropa y los nuevos estilos. Tampoco contó con la figura del diseñador como artista (o demiurgo) responsable de la creación de una moda propia, aunque existiera los modistos y sastres, Y, careció de una prensa especializada en moda que difundiera las novedades que en materia de indumentaria se producían por la industria. En cambio, la moda si fue un fenómeno cultural, que además tuvo como referente el sistema de la moda francesa.9

La moda en tanto fenómeno cultural se vivió en un contexto de modernización que impuso cambios materiales y en las costumbres. Por una parte, en Medellín se estableció un importante engranaje comercial que se encargó de despertar en los ciudadanos el deseo por la novedad y el cambio con la venta de las últimas tendencias de la moda procedentes de Europa y Estados Unidos. A la par, la ciudad iniciaba un proceso de industrialización que permitió el desarrollo regional –con fábricas como Coltejer y Fabricato–, responsable de fomentar el consumo de telas y de toda una sería de artículos para la vestimenta que se empezaron a producir bajo el sello de una confección antioqueña.

No solo se trató de una moda que se suscribiera a la novedad generada por el comercio y la naciente industria, sino a una moda que a través de la apariencia comunicó los nuevos aires de la vida moderna. Las calles y espacios públicos fueron el escenario para que las personas exhibieran las nuevas costumbres en el vestir, que, por demás, contrastaron con aquellas que transitaban con una vestimenta “tradicional” y más sencilla en sus formas. Es aquí donde Cruz Bermeo rescata, de las crónicas de Romualdo Gallego, uno de los estilos masculinos que más representó la manera cómo se adecuó la moda en Medellín: el filipichín. Esta figura fue una versión del dandi baudeleriano, su apariencia fue una demostración de gusto y derroche en el vestir, que se caracterizó por el uso de “traje de mañana, tarde y noche, de etiqueta y deporte; medias especiales para montar en coche; guantes para distintos usos: baile paseo, soirée, visitas; docenas de bastones con formas exóticas e incontables alfileres de corbatas”.10

El segundo capítulo está dedicado mostrar los lugares en los que se vivió el juego de la moda en Medellín. El autor elabora una cartografía para ubicar las principales calles y plazas en donde se establecieron las tiendas de venta de ropa y artículos en general, al igual que los teatros, hoteles, los salones de té y otros espacios de socialización y entretenimiento de la época. Cruz Bermeo invita a entender estos lugares no solo por la importancia comercial y económica que tuvieron para la ciudad, sino también como espacios en donde la moda y toda su parafernalia fue comercializada, consumida y escenificada, por parte de aquellas personas que pudieron acceder a las novedades que en materia de vestimenta y de los demás aspectos imponía la vida moderna.

El recorrido menciona lugares importantes de la ciudad como el Parque Berrio, centro de poder económico, en donde se establecieron los primeros grandes negocios de venta de ropa, telas y artículos en general para el hogar como el Gran Almacén El Salón Rojo. Con el crecimiento de Medellín, otros lugares fueron tomando importancia como la calle Colombia con almacenes como El Buen Tono y sus mercancías de importación. La calle Ayacucho reconocida por ser la vía que albergó las tiendas y “pequeñas” fábricas de calzado como El Triunfo Unido. Y, la importante carrera Juníndenominada por Cruz Bermeo como el paseo urbano fashionable por excelencia, pues allí se concentraron los almacenes de moda más lujosos, los salones de belleza, los clubes y los cafés que, en su conjunto, configuraron un espacio de circulación, disfrute y consumo, en donde convergieron personas de los sectores privilegiados. Otros lugares que también fueron señalados como espacios para el espectáculo de la moda fueron el Hotel Nutibara, el hipódromo, y los teatros Bolívar, Junín y el Palacio de Bellas Artes.

En el estudio sobre la moda en Medellín también es importante lo que comunicaron los medios impresos. Cruz Bermeo analiza, en el tercer capítulo, la revista Letras y Encajes, fundada en agosto de 1926, como una de las que mantuvo cierta sincronía con los avances que en materia de la moda se estaban dando en ciudades como París y Nueva York. La revisión de la sección de modas le permito mostrar: 1) Como la moda también fue consumida de esta manera, aunque por un público limitado –especialmente por mujeres amas de casas con poder adquisitivo–. 2) Las adaptaciones que tuvo la moda como fenómeno global fueron realizadas en Medellín. 3) La relevancia que tuvo la influencia de la moda parisina en el imaginario de los medellinenses. Y 4) El papel desempeñado por las mujeres quienes actuaron como mediadoras culturales para hacer pedagogía sobre el vestir y el buen gusto.

El libro cierra con el capítulo El auge de la publicidad textil dedicado a la relación entre la moda, el consumo y la publicidad. Cruz Bermeo explica las estrategias desarrolladas por la naciente industria antioqueña para fomentar el consumo de la producción de telas y los artículos como vestidos, trajes y zapatos entre los ciudadanos tanto a nivel local como nacional. Estas estrategias contemplaron desde premios a los trajes más elegantes y los atuendos confeccionados de manera económica, pasando por la divulgación de los testimonios de las distinguidas damas de la sociedad colombiana quienes se encargaron de elogiar el uso de determinada marca y materiales, hasta la celebración de desfiles de moda en los exclusivos teatros, clubes y hoteles de las ciudades en donde se exhibían las novedades en el vestir.11

Por último, cabe señalar que el libro de Cruz Bermeo es un importante aporte para el campo de los Estudios de la Moda y de la historiografía colombiana. Su obra permite profundizar en el conocimiento un tema y un periodo en donde se experimentaron importantes cambios en la vida materia y cultural de las personas. También, constituye un referente de consulta casi obligada para quienes quieran adentrarse en este campo de estudio, por su valiosa discusión teórica y metodología, y en especial, por la forma como aborda ésta a través de las fuentes.

Notas

6 Se trata de una exposición que aborda, desde una perspectiva exploratoria y descriptiva, la imagen de los habitantes de Medellín de todos los niveles de la sociedad, con el propósito de analizar las prácticas vestimentarias y las actitudes frente a la moda que se impusieron a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Es posible consultar el resumen de esta exposición en la página del Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín.

7 Cruz Bermeo 27.

8 Cruz Bermeo 28.

9 Cruz Bermeo 49.

10 Cruz Bermeo 56-57.

11 Cruz Bermeo 240.

Secciones
Anuario de Historia Regional y de las Fronteras
ISSN: 0122-2066
Vol. 26
Num. 1
Año. 2021

Cruz Bermeo, William. Medellín, medio siglo de moda: 1900-1950. Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana, 2019

Maureen Johanna Cardona Otálvaro
Universidad Tecnologica de Pereira,Colombia
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