Sandra López1; Eliana Cañola1; Gloria Toro2; Bernardo Pulgarín3; Michel Hermelín2
1Universidad EAFIT, Carrera 49 Nº 7 Sur -50 Medellín, Colombia - Maestría en Ciencias de la Tierra, Departamento de
Geología, slopezc1@eafit.edu.co, ecanolah@eafit.edu.co
2Universidad EAFIT, Grupo de Geología Ambiental e Ingeniería Sísmica, Departamento de Geología, Teléfono: 42619375,
FAX: 42682599, gtoro@eafit.edu.co, hermelin@eafit.edu.co
3INGEOMINAS - Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Popayán, bpulgarin@ingeominas.gov.co
Depósitos volcánicos de aproximadamente 230 m de espesor recubren los alrededores de Coconuco (Departamento de Cauca). La base de estos depósitos volcánicos son ignimbritas correlacionables con la Formación Popayán, cuyo origen se asocia a la actividad volcánica de la Caldera Paletará. Sobre estas ignimbritas fueron depositados aproximadamente 200 m de lavas calcoalcalinas, con alto contenido de potasio, cuya composición varía entre traquiandesitas, traquibasaltos andesíticos, andesitas basálticas y andesitas. Estos depósitos volcánicos son evidencia de una importante actividad tanto explosiva como efusiva que se asocia con al menos con tres diferentes centros de emisión: la caldera de Paletará, caldera de Chagartón y el volcán Puracé.
Palabras Claves: Colombia, volcán Puracé, caldera de Paletará, caldera de Chagartón, petrografía, geoquímica
About 230 m of volcanic deposits occur around Coconucos (Cauca Department). The lowermost part of these deposits is ignimbritic in character and can be correlated with the Popayan Formation, whose origin is related to the volcanic activity of the Paletará Caldera. Overlying these ignimbrites about 200 m of potassium-rich, calco-alkaline lavas occur. These include trachyandesites, trachybasalts, basaltic andesites, and andesites. These volcanic deposits evidence both, explosive and effusive activity, associated with at least three emission centers: the Paletara Caldera, the Chagarton Caldera, and the Purace volcano.
Keywords: Colombia, Puracé volcano, Paletara Caldera, Chagarton Caldera, petrography, geochemistry
La actividad volcánica neógeno – cuaternaria en Colombia está relacionada con la interacción entre las placas Nazca y Suramérica, y presenta características geológico - estructurales típicas de una zona asociada a procesos de subducción a lo largo de la margen continental (Pennington, 1981; Wilson, 1989). Los centros de emisión asociados en Colombia a esta actividad volcánica se distribuyen desde el sur del departamento de Antioquia hasta los límites con el Ecuador, y entre ellos se encuentran los de la cadena volcánica de los Coconucos (FIGURA 1). Este artículo sintetiza los resultados del estudio estratigráfico, petrográfico y geoquímico de la secuencia de depósitos volcánicos de los alrededores del municipio de Coconuco (Cauca), en una zona ubicada al noroeste de la cadena volcánica; los resultados permiten establecer no sólo la recurrencia de eventos volcánicos, sino también sus cambios de estilo de explosivos a efusivos.
El volcán Puracé (Monsalve y Pulgarín, 1999) está situado en el extremo septentrional de la cadena volcánica de los Coconucos, en la cordillera Central de Colombia. La zona de estudio se localiza en la ladera occidental del volcán Puracé en los alrededores del municipio de Coconucos (FIGURA 1) y ocupa un área de 154 km2. Durante el trabajo de campo se levantaron 10 columnas estratigráficas, se elaboraron los mapas geomorfológicos y geológicos a escala 1:25.000 (Cañola et al., 2007), se realizaron estudios petrográficos en secciones delgadas y la caracterización química, la cual incluyó el análisis por fluorescencia de rayos X (XRF) y absorción atómica (A.A.) en los laboratorios del INGEOMINAS, Bogotá. Para la correlación de las columnas se empleó el concepto de unidad aloestratigráfica para diferenciar los depósitos con límites discontinuos caracterizados por la heterogeneidad litológica, distinguir entre diferentes depósitos superpuestos con límites discontinuos de litología similar, o unidades con límites discontinuos separadas geográficamente de litología similar (North American Stratigraphic Code, 2005), como es el caso de los depósitos volcánicos estudiados. Estos depósitos están separados geográficamente y dispersos en las laderas tanto del volcán Puracé actual como del remanente de la Caldera de Chagarton, unos están confinados al valle del río La Calera y otros están restringidos a los valles estrechos de los cauces secundarios.
Los centros de emisión cartografiados de lo que se conoce como la cadena volcánica de los Coconucos son parte de un vulcanismo resurgente que se inició en antiguas estructuras caldéricas como son las calderas del Paletará y de Chagartón (Torres et al., 1999; Monsalve, 1996; Monsalve, 2000; Monsalve y Pulgarín, 1993; Pulgarín et al., 1996). La denominada Formación Popayán agrupa los productos volcánicos asociados a la actividad de la Caldera del Paletará (Torres et al., 2009, 2011) y la Formación Coconucos agrupa los depósitos asociados a la caldera de Chagartón (Monsalve, 2000). La Formación Coconucos (Monsalve, 2000) está constituida por la intercalación e interdigitación de depósitos de flujo de lava y depósitos de flujo de piroclástico, con un rango de edad entre 3 Ma y el tiempo actual y está constituida por cinco miembros, de acuerdo con las características litológicas y su génesis; estos miembros en orden estratigráfico son: Miembro Chagartón, Miembro Río Negro, Miembro San Francisco, Miembro Paletará y Miembro Puracé. El Miembro Chagartón agrupa los productos efusivos asociados a un centro de emisión que se localizaría al suroccidente del Puracé actual y está constituido por depósitos de flujo de lava andesítica que afloran en el área de la población de Coconuco; estos depósitos provienen de la actividad del volcán que dio origen a la Caldera de Chagartón, estructura de aproximadamente de 40 m de diámetro, de la cual actualmente solo se conservan remanentes que conforman el llamado cerro Chagartón al noroccidente del volcán Puracé (Acevedo et al., 1987; Monsalve y Pulgarín, 1993).
En los estudios geoquímicos realizados entre otros por (Droux y Delaloye, 1996 Kuroda and Paris, 1978; Marín-Cerón, 2004; Monsalve, 1991), las rocas del volcán Puracé se clasifican como andesitas con variaciones a dacitas, pertenecientes a la serie calco-alcalina definida por Irvine and Baragar (1971), con un alto contenido de potasio característico de este sector (Murcia y Marin, 1981). Al igual que en otros sectores de Colombia y Suramérica, existe una estrecha relación entre el vulcanismo y las zonas de debilidad de la corteza que se presentan en los sectores donde estructuras regionales con dirección norte sur pertenecientes al Sistema de Romeral – Cauca y Cauca – Patía se entrecruzan con estructuras de tendencia norte – noroeste y norte – noreste (CHEC, 1983; Hall and Wood, 1985).
Once unidades geomorfológicas constituyeron la base para diferenciar los distintos depósitos volcánicos (FIGURA 2) presentes en la zona. Según algunos parámetros como la edad, la relación entre las unidades y las competencias de las rocas, los procesos erosivos dan origen a geoformas que se agrupan en unidades geomorfológicas, constituyen una valiosa herramienta para estimar número y edad relativa de las unidades geológicas. Las unidades desarrolladas sobre depósitos de lava e ignimbritas se presentan como colinas redondeadas y lomas alargadas; los contrastes entre las unidades están asociados principalmente a cambios de pendientes y de altura. Se diferenciaron unidades con cimas redondeadas a subredondeadas, con desarrollo de una red de drenaje subdendritíca, con incisión y disección variables. La incisión de los drenajes principales y sus afluentes dejan vertientes escarpadas paralelas a los cauces y cañones en forma de V, como es el caso del río La Calera y Cauca. La unidad de llanuras de inundación de las terrazas aluviales (Qal en la FIGURA 3), corresponde a superficies planas y homogéneas con poca diferencia topográfica respecto al nivel de los ríos la Calera y Cauca. La unidad denominada coluviones agrupa sectores ubicados a la base de las vertientes y que están asociados con depósitos de flujos de escombros y material proveniente de las zonas escarpadas y/o depósitos aluviotorrenciales asociados a zonas escarpadas (Dv en la FIGURA 3). En la parte alta de las laderas de los ríos Anambío y San Andrés se presentan superficies suaves a colinadas paralelas a los cauces de los drenajes que corresponden a morrenas laterales asociadas a procesos de deshielo de antiguos glaciares, que en algún momento cubrieron la cumbre del volcán Puracé y otros centros de emisión de la cadena volcánica de los Coconucos. Estos depósitos situados por encima de los 3400 m, se denominaron depósitos de tilita (Dt en la FIGURA 3) y concuerdan con los reportados con Monsalve (2000); son caóticos, mal seleccionados y con estrías en algunos fragmentos de roca que permiten evidenciar su origen glaciar.
La FIGURA 3 corresponde al mapa geológico de la zona de estudio y en la FIGURA 4 presenta la columna aloestratigráfica de los depósitos volcánicos para el sector; estos depósitos recubren las rocas del basamento constituida por esquistos del Complejo Cajamarca del Paleozoico y rocas volcánicas del Cretáceo, pertenecientes al Complejo Quebradagrande (Maya y González, 1995).
La base de la secuencia corresponde a unos 30 m de ignimbritas soldadas, en las que se diferenciaron dos unidades. Estas ignimbritas son vestigios de una actividad volcánica explosiva que se correlaciona con los depósitos piroclásticos de la denominada Formación Popayán por Hubach (1957), y estudiada por Torres (1999) (Dpp y Dp de la FIGURA 3, al occidente del río Cauca). La ignimbrita basal se observa en las cuencas de los ríos Chengue y Chupumbio, en la vereda Fortaleza. Corresponde a un depósito matriz soportado, mal seleccionado, con líticos de lava angulares de tamaño hasta de 1 m, donde el material juvenil volcánico es una pómez con vesículas aplastadas (textura fiammé). Este depósito soldado de composición andesítica se caracteriza por su color rojizo debido a los óxidos de hierro y su origen podría estar asociado con una destrucción de edificio según la clasificación de Fisher and Schmincke (1984). Está recubierto por un depósito oligomíctico piroclástico de bloques y ceniza, de composición andesítica, meteorizado, endurecido, mal seleccionado, donde los bloques de lava están embebidos en una matriz vítrea, vesículada, meteorizado. La textura fiammé es visible en los fragmentos vítreos de la matriz. Este depósito podría corresponder a una ignimbrita de destrucción de domo según la clasificación genética de Fisher and Smincke (1984). Estos dos depósitos se interpretan como ventanas de la Formación Popayán.
La secuencia de productos volcánicos continúa con 190 m de depósitos de lava que constituyen el Miembro Chagartón de la Formación Coconucos, como fue definida por Monsalve (2000). Por la génesis de las diferentes unidades de depósitos de lava y su distribución semiradial, no fue posible establecer una columna tipo. Con base en la correlación y caracterización petrográfica y geoquímica se propone una columna aloestratigráfica generalizada para el Miembro Chagartón de la Formación Coconucos en el área. La cronología se establece siguiendo criterios estratigráficos y/o geomorfológicos.
La unidad basal del Miembro Chagarton es el depósito de lava fenoandesítica (Dl1 de las FIGURAS 3 y 4), de distribución norte sur, que aflora entre los ríos Cauca y La Calera. Este depósito de lava con un espesor visible de 100 m, constituye un alto topográfico que sobresale en la zona. Entre sus rasgos característicos están las estructuras columnares en diferentes estados de desarrollo, asociadas a diferentes grados de enfriamiento dentro de la unidad de flujo, con algunos núcleos centrales masivos. El centro de emisión posible se ubica en la Caldera de Paletará.
Estos enormes depósitos de lava con dirección norte surte (FIGURA 3) asociados a la posible actividad efusiva del Paletará están recubiertos por menos cinco depósitos de lava fenoandesíticas que tienen una orientación este-oeste, lo que indica un posible centro de emisión asociado a la estructura del Chagartón (Dl 2, Dl 3, Dl 4, Dl 5 y Dl6 de la FIGURA 3) y representarían los primeros eventos relacionados con esta estructura.
Se le asigna un espesor de 20 m en promedio de lavas interdigitadas con disposición radial.
La actividad esencialmente efusiva del centro de emisión del Chagartón estaría representada por depósitos de lava como el que aflora en la peña los Curdos de la vereda San Bartolo (Dl2 en la FIGURA 3), con estructuras de enfriamiento, representadas por lajas horizontales y paralelas, espaciadas 0.10 – 0.12 m y por el depósito de lava Río San Andrés (Dl3 en la FIGURA 3), localizado en la cuenca del río San Andrés y sus alrededores. Se trata de depósitos de lavas fenoandesíticas, porfiríticas, de textura media a gruesa, de color gris, con afloramientos masivos a columnares, con intercalaciones de pequeños depósitos piroclásticos, como el que se observa en el depósito de lava de Peña La Estrella y Cascada El Onix (Dl4, en la FIGURA 3), localizadas en el escarpe oriental del casco urbano de Coconuco, donde el espesor alcanza los 40 m. En algunos sectores, se observan pequeños depósitos piroclásticos, intercalados con la roca maciza.
Entre los últimos productos asociados a la actividad efusiva del Chagartón están los depósitos de lava de la quebrada Chengue y la lava que aflora del Puracé (Dl5 y D16 en la FIGURA 3), con un espesor de 40 m. Estas lavas están recubiertas por un depósito de ceniza y pómez (Dcp) al sur de la zona de estudio, en la vía que conduce a Paletará y en el camino a Patugó. Este depósito es matriz-soportado con material pumítico, fragmentos de roca y restos de materia orgánica carbonizada. En promedio alcanza 5 m de espesor; corresponde al colapso de una columna eruptiva y representa la actividad de la Caldera de Chagartón, antes de iniciar la actividad del Pre-Puracé (estructura volcánica posterior a Chagarton). En la vía que conduce a Paletará, un paleosuelo rojizo concordante con la paleotopografía se desarrollo sobre este depósito, con un espesor de 0.3 m, el cual indica una pausa en la actividad volcánica de la zona. Sobre dicho suelo se encuentran cenizas de caída en paquetes homogéneos de color gris distribuidos aleatoriamente, asociados posiblemente a la actividad reciente del Volcán Puracé.
El estudio petrográfico permitió la caracterización y diferenciación de las rocas explosivas asociadas a la actividad de la caldera del Paletará correlacionables con la Formación Popayán y de las lavas asociadas al centro de emisión de Chagartón pertenecientes al Miembro Chagartón. La FIGURA 5 muestra detalles de algunas secciones delgadas analizadas, de muestras de estas lavas. La plagioclasa es la fase mineral más abundante, corresponde a una andesina (An32 y An40) con zonación normal, presente en los fenocristales como en los microlitos de la matriz vítrea. La textura "sieve" y la reabsorción de los grandes cristales por el material de la matriz son características constantes observadas en todas las rocas, que indicaría estadías importantes dentro de la cámara magmática. El piroxeno está representado por cristales de augita e hiperstena, que alcanzan hasta 1,3 mm y no constituye un criterio de diferenciación para las lavas. En la matriz de los depósitos de lavas asociadas al centro de Chagartón, se presentan como microlitos acompañando la plagioclasa. De igual manera en los depósitos de lava más antiguos asociados a Chagartón se presentan crecimientos de cristales de ortopiroxeno alrededor de clinopiroxeno.
El anfíbol está ausente en las unidades explosivas de la base de la columna pertenecientes a la Formación Popayán, las cuales se asocian con la actividad explosiva de la caldera del Paletará. En las lavas que se asocian con la caldera del Chagartón, el anfíbol observado corresponde a cristales subhedrales de oxihornblenda, y su porcentaje aumenta de un 1% en la base de la secuencia, hasta un 3% en las lavas superiores. La biotita sólo se observó en las ignimbritas basales de la columna, unidades que se correlacionan con la Formación Popayán.
Los opacos se presentan como cristales aislados, formando glomerocristales e inclusiones en todos los minerales de las rocas estudiada. Posiblemente son cristales de titanomagnetita e illmenita. Las vesículas se encuentran alargadas y achatadas, o redondeadas, y están restringidas a las rocas explosivas de la base de la columna; indican la presencia de una fase de vapor importante en el proceso de generación. Sulfatos y zeolitas rellenan algunas de estas vesículas de las ignimbritas basales.
La TABLA 1 sintetiza resultados químicos de óxidos mayores y de los elementos trazas. En la TABLA 2 se retoma la información geoquímica publicada por otros autores para rocas del sector y en la FIGURA 6 se ilustra la clasificación de las rocas con base en los diagramas de K2O vs SiO2, de acuerdo con el concepto de Pecerillo and Taylor (1976), recomendado por Le Maitre (2002), Na2O+K2O vs SiO2, según Le Bas et al. (1986) y los diagramas Harker para Fe2O3, CaO y MgO. Como se observa en la FIGURA 5 a (circulos negros), todas las rocas estudiadas pertenecen a la serie de rocas calcoalcalinas altas en potasio, situadas entre los campos de traquiandesitas, andesitas, andesitas basálticas y traquiandesitas basálticas. Unas pocas muestras están por fuera de esta tendencia y presentan composiciones basálticas y dacíticas, medias en potasio. Los diagramas Harker (c, d y e de FIGURA 6) concuerdan con la evolución normal de procesos de cristalización fraccionada (Wilson, 1989), con una correlación positiva, donde se observa una disminución de los contenidos de Fe2O3, CaO y MgO al aumentar el contenido de SiO2.
La base de la secuencia de los depósitos volcánicos estudiados en los alrededores del Municipio de Coconucos, en el departamento del Cauca corresponde al menos a 30 m se ignimbritas vítreas, vesiculadas, con biotita, que se correlacionan con los depósitos de la Formación Popayán. Estas ignimbritas están recubiertas por un depósito de lava de al menos 100 m de espesor, con una orientación norte sur, la cual se asocia a una actividad intracaldérica de la caldera del Paletará, anterior al inició del volcanismo efusivo que caracteriza la Formación Coconucos.
Al menos cinco 5 unidades de depósitos de lava intercalados con depósitos piroclásticos de menor dimensión se asocian al centro de emisión de la caldera de Chagartón.
Las rocas del Miembro Chagarton y en general de la cadena volcánica de los Coconucos se caracterizan por un enriquecimiento en potasio, lo que para autores como Droux y Delaloye (1996) tendría una relación con un aporte cortical a los magmas y reflejaría posiblemente la asimilación de material heterogéneo representado por rocas precámbricas y paleozoicas de la cordillera Central en la corteza superior. Para Kuroda and Paris (1978) y Marín-Cerón (2004), el aumento de potasio se explicaría como respuesta a un incremento en el arco volcánico del suroccidente colombiano, como una variación normal identificada en otros arcos volcánicos de las márgenes continentales activas. La falta de estudios isotópicos no permite aportar nuevos datos en cuanto a la fuente de los magmas y al papel que juega la corteza y/o en manto en la generación de estos magmas.
Con base en la asociación de minerales se plantean algunas consideraciones sobre las temperaturas posibles de los magmas. Según Gill (1981) la biotita es poco común en rocas con <63% de SiO2, y usualmente se restringe a andesitas ácidas altas en K, con temperatura de enfriamiento entre 800 y 950 °C; casi siempre coexiste con hornblenda; por otro lado, se ha establecido que el anfíbol reemplazado parcial y/o totalmente es un buen indicador de que los magmas alcanzaron condiciones donde los anfíboles no eran estables, lo cual corresponde a presiones menores a 2 kbar y temperaturas de 900°C (Rutherford and Hill, 1993). De este modo, se puede considerar una temperatura de formación de alrededor de 900° C para los magmas estudiados. Los piroxenos por su parte, no indican características especiales de las condiciones físicas de su formación, ya que la augita y el ortopiroxeno precipitan simultáneamente en algunas andesitas en un rango de presiones, aunque el ortopiroxeno preceda la augita en muchos casos; durante el ascenso del magma, puede darse el crecimiento de ortopiroxeno sobre augita Gill (1981). Se considera además que mientras el magma se desplaza hacia arriba y alcanza niveles someros, empiezan a cristalizar piroxenos y óxidos de Fe y Ti. Las inclusiones de material fundido y en general de otros minerales dentro de las plagioclasas, son características relevantes e indicadoras de mezclas de magmas (Gill, 1981), y según Marín-Cerón (2007) indicarían un suministro constante de magma desde la corteza inferior. Gill (1981) indica que la presencia de oxihornblenda ocurre sólo en flujos o intrusiones cerca de la superficie, y son más comunes en flujos internos oxidados; por otra parte la presencia de vidrio en bajas proporciones en las matrices de las muestras analizadas, indica que el enfriamiento del magma se dio en cercanías a la superficie; sin embargo se conserva la microestructura que evidencia el flujo magmático de acuerdo con Vernon (2004) estas líneas pueden ser definidas por concentraciones de cristalitos y microlitos, como es el caso de las muestras estudiadas.
Este trabajo se realizo gracias al proyecto "Vulcanismo Neógeno – Cuaternario del SW Colombiano, sectores Formación Popayán, sector poblaciones Puracé – Coconucos, río San Francisco y sector cañón del Río Guachicono – población Río Blanco", enmarcado en el Convenio Especifico de Ciencia y Tecnología entre la Universidad EAFIT e INGEOMINAS. Se recalca igualmente el apoyo de COLCIENCIAS y de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) para el fortalecimiento del laboratorio de huellas de fisión de la Universidad EAFIT donde se realizó además el trabajo mineralógico y petrológico.
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Trabajo recibido: Abril 25 de 2011
Trabajo aceptado: Junio 13 de 2011