DOI:10.18273/revbol.v39n1-2017001
Artículos Científicos
GEOQUÍMICA Y GEOCRONOLOGÍA DE LAS ROCAS VOLCÁNICAS
BÁSICAS Y EL GABRO DE ALTAMIRA, CORDILLERA OCCIDENTAL (COLOMBIA): REGISTRO DE AMBIENTES
DE PLATEAU Y ARCO OCEÁNICO SUPERPUESTOS DURANTE EL CRETÁCICO
GEOCHEMISTRY AND GEOCHRONOLOGY OF THE BASIC VOLCANIC
AND GABROIC ROCKS IN THE ALTAMIRA REGION, WESTERN CORDILLERA OF COLOMBIA: A
RECORD OF OVERIMPOSED CRETACEOUS PLATEAU AND OCEANIC ARC ENVIROMENTS
Juan Pablo
Zapata-Villada1, 2,*
Jorge Julián
Restrepo1
Agustín
Cardona-Molina1
Uwe Martens3
1Universidad
Nacional de Colombia, Medellín, Antioquia, Colombia.
2Servicio Geológico
Colombiano, Medellín, Antioquía, Colombia.
3Tectonic Analysis
Ltd. Inglaterra. umartens@zoho.com
*jpzapatav@unal.edu.co;
jjrestrepo@fastmail.fm; agcardonamo@unal.edu.co
RESUMEN
Modelos
paleogeográficos regionales han relacionado las características temporales y
composicionales del registro magmático Cretácico de la Cordillera Occidental
Colombiana con ambientes contrastantes de plateau y arco oceánico, los cuales
harían parte de la placa Caribe que habrían colisionado con la margen
continental Suramericana durante el Cretácico Superior-Paleoceno. Nuevos datos
geoquímicos y geocronológicos obtenidos en una secuencia de lavas y rocas
piroclásticas de composición basáltica, intruidos por cuerpos gabróicos en la
región de Altamira sugieren la existencia de un volcanismo con afinidad E-MORB
formado en condiciones submarinas a subaéreas. Estas secuencias de rocas pueden
ser correlacionadas con unidades de la Cordillera Occidental colombiana, los
Andes de Ecuador y la margen caribeña de Suramérica. Estas rocas harían parte
de un plateau oceánico formado en el Cretácico Temprano, posiblemente en una
latitud más sur que la posición actual y que habría hecho parte de la placa del
Caribe. Estas rocas con afinidad de plateau oceánico habrían sido
posteriormente intruidas por un magmatismo de composición gabróica con edades
de ca. 88 Ma, el cual presenta herencias entre 95 Ma y 114 Ma, que posiblemente
reflejen la edad del basamento en el cual se emplazaron. Este magmatismo
presenta características afines a un ambiente de arco magmático y podría ser
correlacionada composicional y temporalmente con otros cuerpos plutónicos
tonaliticos y gabróicos de la Cordillera Occidental colombiana, en el Ecuador y
del Caribe los cuales representarían un arco oceánico formado sobre la
secuencia de Plateau. Las características temporales y composicionales de estas
rocas sugieren que el episodio de formación de la provincia de Plateau expuesta
en el occidente colombiano sería más antiguo de lo tradicionalmente considerado
y que previo a la colisión con la margen continental un arco oceánico habría
sido desarrollado lejos del continente, el cual habría sido activo al menos
hasta los 88 Ma.
Palabras clave: U-Pb, Cordillera
occidental, plateau oceanico, Plutones gabróicos, Altamira.
ABSTRACT
Regional
paleogeographic models based on limited geochronological and geochemical data
from the Western Cordillera of the Colombian Andes have suggest that the
exposed Cretaceous magmatic rocks were formed in plateau and intra-oceanic arc
environments before their Late Cretaceous-Paleocene accretion to the
continental margin. New geochemical and geochronological constraints from
volcanic, pyroclastic and intrusive plutonic rocks of the Altamira section in
the northern segment of the Western Cordillera record the existence of a former
basaltic sequence characterized by an E-MORB signature erupted in a subaqueous
to subaerial environment. Such sequence can be correlated to other Early
Cretaceous volcanic rocks in the Western Cordillera of Colombia, that together
with other exposures in the Ecuadorian Andes and the Caribbean are part of a
major oceanic plateau that was formed in the southwestern Pacific region that
formed the allochthonous Caribbean plate. This sequence was intruded by
gabbroic plutons with a tholeiitic arc affinity signature, that together with
other plutons of the Western Cordillera record the formation of an oceanic arc
by ca. 88 Ma, as suggested by the new U-Pb LA-ICP-MS zircon ages. Older
inherited zircon ages of 95 Ma and 114 Ma found within this gabbroic body
correlate with sedimentary and plutonic ages of the host basaltic rocks,
confirming the Early Cretaceous timing for the plateau episode. Although more
geochronological data is still need from the Western Cordillera, the available
temporal and compositional constraints, including the data presented in this
contribution, suggest that the timing of the plateau formation episode maybe
older than previously suggest, and that an oceanic arc was formed over this
plateau before its accretion to the continental margin.
Keywords:
U-Pb, Western Cordillera, Oceanic Plateau, gabbroic Plutons, Altamira.
Trabajo recibido: octubre
19 de 2016
Trabajo aceptado: febrero
15 de 2017
Manuscrito publicado en
internet: abril 06 de 2017
Las
plumas del manto y el magmatismo de los puntos calientes dan lugar a la
formación de corteza oceánica engrosada en montes marinos o plateaus oceánicos
(Condie and Abbott, 1999; White et al.,
1999; Kerr et al., 2003), los cuales
debido a su espesor cortical pueden acrecionarse a las márgenes de los
continentes, constituyendo uno de los procesos de crecimiento de corteza
continental más significativos desde el Arqueano (Kerr et al., 2003). Este proceso fue particularmente común durante el
Cretácico en el Pacífico, cuando aparentemente existieron múltiples plumas
mantélicas en los océanos (Kerr et al.,
2003; Greene et al., 2010) y algunos
de estos elementos fueron modificados por la construcción de arcos magmáticos y
su posterior acreción a las márgenes continentales (White et al., 2003; Whattam and Stern, 2015).
Desde el sur de Ecuador hasta el norte en las Antillas
Menores, incluyendo la Cordillera Occidental colombiana se encuentran expuestos
una serie de fragmentos de rocas volcánicas, en menor medida rocas
sedimentarias asociadas y algunos cuerpos de gabros, relacionadas a partir de
sus características geoquímicas y distribución, como parte de un plateau
oceánico, el cual se habría modificado por la construcción de arcos de islas
oceánicos en sus márgenes (White et al.,
1999; Van der Lelij et al., 2010;
Vallejo et al., 2006; Villagómez et al., 2011).
Basados en datos
geoquímicos locales, reconstrucciones paleogeográficas regionales, estos
fragmentos de corteza oceánica han sido consideradados como segmentos de la
Placa del Caribe, la cual habría sido formada en el Pacífico suroriental, y
luego migrado hasta su posición actual, colisionando con la margen continental
suramericana (Nivia, 1987, 1989, 1996; Kerr et
al., 1997; Meschede and Frisch, 1998; Pindell et al., 2005; Pindell and Kennan, 2009; Villagómez et al., 2011).
Al
Occidente del Sistema de Fallas Cauca-Romeral (SFCR), en el dominio volcánico
oceánico, los rasgos geoquímicos de las rocas basálticas y algunas edades
absolutas obtenidas en rocas gabróicas y tonalíticas (FIGURA 1), así como las
edades fosilíferas en sedimentos pelágicos asociados a las rocas volcánicas,
han sugerido que la formación de las rocas de plateau oceánico se extenderían
entre el Barremiano y el Cenomaniano (Villagómez et al., 2011; Rodríguez y Arango, 2013; Weber et al., 2015), mientras que el arco magmático que se construye
sobre el sustrato de plateau oceánico (Vallejo et al., 2006; Villagómez, 2010; Van der Lelij et al., 2010) habría comenzado a formarse después de 90 Ma
(Villagómez et al., 2011; Weber et al., 2015). Este registro temporal
para la historia de la formación del Plateau oceánico del Caribe y el arco
oceánico asociado es más antiguo que las edades entre 91 y 88 Ma sugeridas por
otros autores como parte de la fase principal (Kerr et al., 1997; Sinton et al.,
1998; Hauff et al., 2000; Révillon et al., 2000; Hoernle et al., 2004).
FIGURA 1.
Modelo de Elevación digital para el Caribe y el norte de Sudamérica (Fuente:
Amante y Eakins, 2009), edades bioestratigráfícas, geocronología en la
Cordillera Occidental Colombiana.
En
este trabajo se presenta la cartografía, petrografía, geoquímica y
geocronología U-Pb (LA-ICP-MS) de una sección geológica localizada en el flanco
oriental de la Cordillera Occidental, en el corregimiento de Altamira,
Antioquia (FIGURA 2 y 3). Esta sección expone de manera relativamente continua
una sucesión de rocas volcánicas y plutónicas que inicialmente por la presencia
de rocas piroclásticas habría sido relacionada con un arco magmático (Ramírez,
1976; Restrepo y Toussaint, 1976).
Los resultados geoquímicos aquí presentados sugieren que
las rocas volcánicas corresponden a una secuencia alternante de derrames
lávicos y piroclástos afín a un plateau oceánico, intruidas por un pluton
gabróico con una edad de 88 Ma y que representaría las fases iniciales de
evolución de un arco magmático toleítico intraoceánico.
Estos resultados confirmarían que los fragmentos de
plateau oceánico expuestos en los Andes Colombianos son efectivamente más
antiguos que el Campaniano, e indicarían que la acreción de estas unidades
oceánicas al continente habría ocurrido después de 86 Ma.
FIGURA
2.
Mapa regional modificado de Mejía et al. (1983), límite oriental Falla
Quirimará.
FIGURA
3.
Mapa geología local y perfil geológico de Altamira, Antioquia.
El
borde de Placa Suramericana y la cadena Andina en los Andes de Colombia está
compuesto por un mosaico de terrenos de afinidades oceánicas acrecionados a la
corteza continental desde el Cretácico Superior (Case et al., 1971; Meissner et al.,
1976; Duque-Caro, 1984; Restrepo and Toussaint, 1988; Kerr et al., 1997; Cediel et al.,
2003; Cardona et al., 2010;
Villagómez et al., 2011). Estos
terrenos de afinidad oceánica que constituyen la región del ante-arco Pacífico,
la Cordillera Occidental de Colombia y Ecuador, e incluyen la parte más
occidental de la Cordillera Central colombiana, limitados al Este por el SFCR,
que forma un cordón de franjas limitadas por fallas anastomosadas de
continuidad regional hasta el Golfo de Guayaquil en Ecuador, en la cual se mezclan
litologías de diferente origen y edad (Barrero, 1979; Restrepo and Toussaint,
1988) (FIGURA 1), y la cual los separa del terreno Tahamí de afinidad
continental que constituye gran parte de la Cordillera Central, y un basamento
metamórfico Paleozoico y Triásico y el terreno Amagá-Sinifana compuesto de
franjas obduccidas al continente (Restrepo et
al., 2009) (FIGURA 2).
Las
rocas de afinidad oceánica al occidente del SFCR y que forman gran parte de la
Cordillera Occidental (Terreno Calima), están compuestas por basaltos,
sedimentos de carácter químico y siliciclástico, y rocas piroclásticas
denominados al norte de la cordillera Occidental como Formación Barroso
(Álvarez y González, 1978) y al sur como el Grupo Diabásico (Barrero, 1979) y
Formación Volcánica (Aspden, 1984). Estas unidades son intruidas por una serie
de plutones de gabro y tonalita (Restrepo y Toussaint, 1976; González et al., 1978; Villagómez et al., 2011).
La
Formación Penderisco constituida por areniscas con alto contenido de cuarzo y micas,
intercaladas con lodolitas, o constituida por intercalaciones de cherts y
lodolitas reposan discordantemente sobre rocas volcánicas de la Formación
Barroso (Álvarez y González, 1978) expuestas como franjas delgadas.
El
origen oceánico y la acreción de las rocas volcánicas expuestas en la
Cordillera Occidental colombiana se remonta a la década del 70 (Case et al., 1971; Meissner et al., 1976; Toussaint y Restrepo,
1976; Barrero, 1979; Feininger et al.,
1972). Estos autores sugirieron inicialmente que estas rocas podrían estar
relacionadas con ambientes de corteza oceánica o con arcos de islas.
Posteriormente Nivia (1987, 1989, 1996) y Kerr et al. (1997) obtienen datos geoquímicos en estas secuencias y
sugieren una correlación con ambientes de punto caliente como el de Islandia y
correlacionan estas rocas con otras unidades volcánicas Cretácicas del
circum-caribe, indicando que en conjunto hacen parte de un plateau oceánico
formado a partir de una pluma mantélica.
Recientemente,
Rodríguez y Arango (2013) presentan nuevos datos geoquímicos en las rocas
volcánicas y sugieren que las unidades volcánicas básicas de la Cordillera
Occidental incluyen también rocas formadas en ambiente de arco. Mientras que
las características geoquímicas de los plutones tonalíticos del Cretácico
Tardío que intruyen estas secuencias volcánicas han sido relacionados con
ambientes de arco de islas oceánico el cual se habría construido sobre las
rocas formadas previamente en el ambiente de plateau oceánico (Villagómez et al., 2011; Weber et al., 2015).
Las
rocas gabroicas asociadas a las secuencias basálticas han sido relacionadas en
general con los niveles estructurales más profundos de las secuencias de
plateau (Nivia, 1996), y algunas de ellas han arrojado edades Cretácicas de ca.
98 Ma. Sin embargo como será discutido en esta contribución, los plutones
gabroicos que cortan la secuencia basáltica de plateau incluyen diferentes
tipos composicionales y registran ambientes tectónicos contrastantes, como es
el caso del Gabro de Altamira que será discutido en esta contribución.
Dentro del SFCR aparecen
bloques exóticos de afinidad de arco y edad Cretácica agrupadas dentro del
Complejo Quebradagrande, rocas metamórficas formadas en complejos de
subducción/acreción del Complejo Arquía, y rocas de afinidad oceánica del Grupo
Amaime, cubiertas por sedimentos marinos a transicionales de la Formación
Nogales (Maya y González, 1995; Nivia, 1996; Toussaint y Restrepo, 1974;
Aspden, 1984; Moreno-Sánchez and Pardo-Trujillo, 2003).
Al Occidente del SFCR, la
Cordillera Occidental de Colombia se encuentra constituida por rocas de
afinidad oceánica que han sido incluidos dentro del Terreno Cuna y Calima
(Restrepo and Toussain, 1988). El terreno Calima está limitado al Este por el
SFCR, que y al Oeste por el sistema de Fallas de Dabeiba que los separa del
terreno Cuna (Restrepo and Toussaint, 1988) con características de arco de
islas oceánico y afinidad toleítica con edades Eoceno - Paleoceno (Duque-Caro,
1989; Kerr et al., 1997).
El ambiente donde se originó
la Formación Barroso es todavía debatido. Para algunos autores esta secuencia
presenta afinidad con la Fm. Volcánica (Aspden, 1984) al sur de Colombia, con
un carácter geoquímico afín con un plateau oceánico (Kerr et al., 1997, 2003; Villagómez, 2010). Sin embargo otros autores
presentan evidencias de que las rocas volcánicas de la Fm. Barroso pueden
incluir elementos de plateau, MORB y de arco de islas cuya relación genética
podría ser parte de una historia de superposición de ambientes tectónicos o simplemente
representar elementos estructuralmente contrastantes (Restrepo y Toussaint,
1976; Álvarez y González, 1978; Parra, 1978; González, 2001; Villagómez, 2010;
Rodríguez y Arango, 2013).
A
raíz de estos contrastes, Rodríguez y Arango (2013) sugieren incorporar una
nueva nomenclatura estratigráfica, en la cual las rocas con características
geoquímicas que se puedan correlacionar con el plateau oceánico que conforma el
occidente Colombiano se denominen San José de Urama, y las rocas con afinidad
de arco corresponderían a la Formación Barroso.
Dado
que los límites de estas dos unidades no están claramente definidos, en esta
contribución mantenemos la terminología tradicional adoptada por Kerr et al. (1997).
Edades K-Ar en RT (Roca total) de
105±10 Ma (Toussaint y Restrepo, 1978) y Ar-Ar en RT de 84,2±1,4 Ma
(Geoestudios-Ingeominas, 2005), han sido reportadas para la Fm. Barroso cerca
de su sección tipo en Antioquia. Mientras que en el sur de Colombia, para la
Fm. Volcánica se reportan edades Ar-Ar de 92 Ma (Kerr et al., 1997) en doleritas y
edades U-Pb de 98 Ma para el Gabro del Palmar (afinidad de Plateau) y de 92 Ma
para el Batolito de Buga, los cuales intruyen las rocas basálticas con afinidad
de Plateau (Villagómez et al., 2011).
Las
rocas sedimentarias hemipelágicas y terrígenas asociadas a estas unidades
volcánicas en el Norte de la Cordillera Occidental presentan edades
bioestratigráficas que van desde el Barremiano hasta el Aptiano (González,
2001). Mientras que las secuencias siliclásticas, que incluyen intercalaciones
de areniscas y lodolitas con material cuarzoso de afinidad continental,
presentan edades entre los intervalos: Aptiano -Albiano (Etayo-Serna, 1989), y
Santoniano- Mastrichiano (Moreno-Sánchez and Pardo-Trujillo, 2003) y cubren las
rocas volcánicas, limitando su acreción al continente (FIGURA 1).
A
pesar de los pocos datos geocronológicos existentes y que posiblemente el
significado de las edades Ar-Ar esté comprometido por el bajo potasio y la
alteración hidrotermal que pueden tener las rocas volcánicas, es posible
inferir una edad mínima para la Formación Barroso, con base en las edades
paleontológicas del Cretácico inferior de las rocas sedimentarias con las que
está intercalada y a la relación intrusiva con rocas plutónicas fechadas entre
84,97±2,5 Ma a 100 Ma (Ordóñez-Carmona et
al., 2003; Weber et al., 2015).
Estas
secuencias volcánicas de la Formación Barroso han sido asociadas a un ambiente
de plateau y a arcos relacionados con la formación y migración de la placa del
Caribe desde el Pacífico (Kerr et al.,
1997). Placa que se habría formado como parte de un plateau oceánico que habría
hecho erupción entre 88 y 100 Ma (Kerr et
al., 1997, 2009; Hauff et al.,
2000; Thompson et al., 2004;
Villagómez et al., 2011; Wright and
Wyld, 2011) o a subducción de una dorsal oceánica (Serrano et al., 2011), y luego intruído por una serie de cuerpos de
afinidad calco alcalino a lo largo del Caribe como el Batolito de Buga,
Sabanalarga, Tonalita de Buriticá, Granito Pujilí en Ecuador y Batolito de
Aruba entre 90 y 80 Ma (Kerr et al.,
1997, 2009; Hauff et al., 2000;
Thompson et al., 2004; Van der Lelij et al., 2010; Villagómez et al., 2011; Wright and Wyld, 2011).
Posteriormente este plateau habría colisionando con la margen Suramericana
aproximadamente entre 75 y 73 Ma, dejando los fragmentos presentes en los Andes
Colombianos, Ecuatorianos y en islas a lo largo del Caribe (Villagómez, 2010;
Spikings et al., 2015).
El
trabajo de campo se realizó en el flanco oriental de la Cordillera Occidental
en la región de Altamira corregimiento de Betulia, Antioquia. Para su
elaboración se revisó la cartografía realizada por Ramírez (1976). Se
cartografiaron las unidades principales a escala 1:25.000 y se tomaron muestras
de roca para análisis petrográficos, geoquímicos y de geocronología de U-Pb en
circón.
Las muestras seleccionadas para
elementos mayores fueron analizadas en Actlabs
mediante un espectrómetro de masa con plasma inductivamente acoplado (ICP) y en
el Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica (LUGIS), en la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), Ciudad Universitaria, Ciudad de
México,
mediante un equipo de Fluorescencia de rayos X (FRX) Siemens SRS-3000. Los
análisis fueron realizados sobre las muestras pulverizadas siguiendo
procedimientos descritos por Lozano-Santacruz et al. (1995) y Verma et al.
(1996). Los elementos trazas fueron obtenidos por medio de espectrometría de
masas en dos laboratorios diferentes ambos con plasma inductivamente acoplado (Inductively Coupled Plasma Mass Spectrometry,
ICP-MS). Cuatro muestras fueron analizadas en los laboratorios de Actlabs y
tres muestras en el LEI
(Laboratorio de Estudios Isotópicos), UNAM, Campus Juriquilla, usando un equipo
Thermo Series XII, según procedimientos descritos por Mori et al. (2007). Para la calibración del equipo se emplearon los
estándares JB-2, AGV-2, BCR-2, BHVO-2, JR-1 y ZZ.
El
análisis de las muestras fue realizado en las instalaciones del LEI- UNAM,
utilizando un sistema de ablación láser (LA) Resonetics M-50, láser ArF Eximer
operado a 193 nm, 5 Hz y ±8 J/cm2; empleando un punto de ablación de
23µm de diámetro. Este láser se encuentra adaptado a una estación de trabajo
microcontrolada, con una celda de ablación de doble volumen, la cual es llenada
de He al momento de la ablación y luego un flujo de N2 y Ar
transporta la muestra a un ICPMS cuadrupolo Thermo Xii series (Solari et al., 2010). La reducción de los datos
de cada análisis fue realizada mediante una secuencia de comandos (Upb.age)
para el programa estadístico R (Solari et
al., 2010). Esta secuencia de comando o script realiza automáticamente el
proceso de integración de las señales del ICP-MS y su respectiva corrección por
blancos, así como el cálculo de relaciones isotópicas (206Pb/238U,
207Pb/206Pb y 208Pb/232Th) y sus
respectivos errores a ±1 sigma. Con la finalidad de hacer correcciones por el
fraccionamiento intrínseco de los isótopos de Pb y la deriva instrumental se
mide por cada 5 mediciones de la muestra un circón estándar, además la
secuencia de análisis incluye la medición de una muestra de referencia (vidrio
NIST 612; Solari et al., 2010). En
este caso se utilizaron circones del estándar Plešovice, el cual tiene una edad
concordante calculada en 337,13±0,37 Ma (2 sigma) (Sláma et al., 2008). Los datos fueron graficados y calculadas sus
respectivas edades sin corrección por Pb común, utilizando Isoplot 3.0 (Ludwig,
2004). El isótopo 204Pb, comúnmente utilizado para correcciones por
Pb común, no fue medido debido interferencias del isótopo 204Hg que
acompaña el He durante las mediciones.
En
la región de Altamira (suroeste Antioqueño) se encuentra expuesta una sección
bien preservada de basaltos almohadillados (FIGURA 4A), basaltos amígdalares,
basaltos masivos a diabasas, intercalados hacia el tope con secuencias
subaéreas de rocas piroclásticas, incluyendo lapilli acrecional (McPhie et al., 1993), tobas y brechas
piroclásticas (FIGURAS 4D y 4E). En ocasiones se observa preservada la
estratificación en los flujos de pillow lavas (FIGURA 4A). En el área de
estudio la unidad aflora en un área aproximada de 11 km2 (FIGURA 3),
con un espesor máximo de 700 m. Las muestras de basaltos presentan texturas
ofíticas, subofíticas microcristalinas y texturas amigadalares, los cuales se
encuentran relativamente frescos, presentan en ocasiones matriz microlítica de
plagioclasa albitizada y augita con amígdalas rellenas de zeolitas, cuarzo y
calcita (FIGURAS 4B y 4C). Las rocas piroclásticas presentan esencialmente
vidrio parcialmente palagonitizado (en forma de shards) y fragmentos de líticos
basálticos (FIGURA 4F y 4G). En sección delgada en ambas unidades se evidencian
minerales como prenhita rellenando zeolitas, típicos de metamorfismo de piso
oceánico de facies prenhitapumpellita (Frey et
al., 1991).
FIGURA
4. A.
Pillow lavas con psudoestratificación. B.
y C. Microfotografía de Basalto
amígdalar de matriz microlitica. D.
Aglomerado volcánico. E Toba de
lapilli. F. y G. Microfotografía Lapilli acrecional con Shards de vidrio.
Estas
secuencias volcánicas son intruídas por el Gabro de Altamira evidenciándose
bordes de enfriamiento del gabro y contactos tajantes con las secuencias volcánicas
(Ramírez, 1976). El Gabro de Altamira es un cuerpo intrusivo de 2,5 km2 (FIGURA
3) de forma elongada con dirección NW-SE. El Gabro de Altamira está compuesto
principalmente de clinopiroxeno, ortopiroxeno, plagioclasa y en ocasiones
hornblenda, y trazas de cuarzo intersticial (FIGURAS 5A, 5B y 5C). Al Este de
la zona se observa intruyendo basaltos de la Fm. Barroso, mientras que al oeste
se observan en contacto fallado con rocas piroclásticas (FIGURA 5A). Son
comunes otros cuerpos menores de similar composición que intruyen la formación
Barroso pero que no son cartografiables en la escala del trabajo, pero que presentan
como característica principal una orientación N-S y una composición
dioritica-gabróica.
Una
unidad de andesitas porfídicas con hornblenda (FIGURA 5D) no mencionada en
trabajos previos, fue encontrada en la zona de estudio. Esta unidad se encuentra
intruyendo basaltos de la Fm. Barroso y el Gabro de Altamira (FIGURA 5E). En
sección delgada presenta fenocristales de hornblenda (ocasionalmente reemplazados
a zoisita-clinozoisita), en una matriz de plagioclasa, hornblenda y en
ocasiones pirita (alterada a minerales del grupo de las arcillas) (FIGURA 5F).
FIGURA 5. A. Contacto Fallado Piroclastos-Gabro
de Altamira. B. Aspecto Macro Gabro.
C. Microfotografía Gabro (Cpx+Pl). D. Intrusivos Andesíticos en Basaltos. E. Dique Andesítico en Basaltos. F. Microfotografía Andesita
Hornbléndica.
Se
analizaron elementos mayores y trazas para 12 muestras (TABLA 1), distribuidas
entre basaltos (1524, 1526 y 1527) y rocas piroclásticas (JPA 6, JPA 26-A, JPA
26-B) de la Fm. Barroso, muestras correspondientes al Gabro de Altamira (1525,
JPA-29, JPA-38, JJ 1649), andesitas hipoabisales (JPA-15B, JPA-41) que intruyen
la Fm. Barroso y el Gabro de Altamira. Las muestras se encuentran relativamente
frescas (basaltos con pérdidas al fuego entre 2,14-1,99 y gabros entre 0,6 y
1,54), y moderadamente alteradas (andesitas entre 3,09 y 6,13, y las rocas
piroclásticas entre 4,16 y 7,28).
El
contenido de SiO2 varía para las muestras de basaltos entre
47,67-50,16 wt%, las rocas piroclásticas entre 46,13-51,79 wt%, los gabros
entre 48,76-49,83 wt% y las andesitas entre 50,9-59,7 wt% confirmando la
descripción de campo. El diagrama Zr/Ti-Nb/Y (FIGURA 6A) basado en elementos
relativamente inmóviles muestra que la mayoría de las muestras caen en el campo
de basalto y/o gabros exceptuando una muestra de andesita (JPA-15B) que cae en
el campo de las dacitas; esta muestra se encuentra relativamente alterada (LOI=
6,13). La mayoría de las muestras corresponden a las series toleíticas bajas en
K (<0,20) exceptuando la muestra JPA-15 B que cae en el campo de las series
calco alcalinas (FIGURA 6B).
Diagramas multielementos normalizados
al N-MORB (FIGURA 6C), el Gabro de Altamira se caracteriza por anomalías
negativas de Ta, Nb y Ti y valores de REE relativamente planos ((La/Sm)N=
1,54-2,03 y (La/Yb)N= 1,64 a 2,07). Las muestras de
andesita presentan un enriquecimiento en elementos LILE respecto HFSE, y en
LREE respecto a HREE ((La/Sm)N= 3,28 a 5,32 y (La/Yb)N = 6,50 a
9,26).
En
el diagrama normalizado al Condrito (FIGURA 6D) se evidencian para las muestras
correspondientes a basaltos, que los elementos LILE no se encuentran
enriquecidos respecto a HFSE, presentando además patrones planos de tierras
raras (La/Sm)N= 1,85 a 1,9 y (La/Yb)N= 1,85 a 2,0 (FIGURA
6D), las muestras correspondientes a rocas piroclásticas presentan patrones de
REE similares (La/Sm)N = 2,19 a 2,84 y (La/Yb)N= 2,41 a
4,19 (FIGURA 6D).
Al
igual que los gabros, las muestras de andesitas se caracterizan por presentar
anomalías negativas de Ta, Nb y Ti siendo más fuertes para el grupo de
andesitas. En el diagrama de REE normalizado al Condrito las andesitas
presentan patrones enriquecidos (FIGURA 6D).
Las
relaciones Nb/Yb vs Th/Yb muestran como los basaltos y rocas piroclásticas presentan
características típicas de E-MORB y se sobreponen en el campo del Plateau
Colombia-Caribe (FIGURA 6E), mientras que los gabros y las andesitas se
caracterizan por presentar enriquecimientos en Th (Kerr et al., 1997).
Cuando
se comparan las características geoquímicas de los gabros con otras unidades
plutónicas, intrusivas en las rocas basálticas de la Formación Barroso (FIGURA
6E) son similares a la tonalita de Buriticá y el Batolito de Sabanalarga,
localizados al norte de la Cordillera Occidental (Weber et al., 2015), los cuales han sido relacionados con procesos de
fusión de la corteza de plateau durante el crecimiento del mismo, y con las
fases tempranas de formación de un arco volcánico (Weber et al., 2015). Mientras que las andesitas, con valores más altos en
la relación Th/Yb y Nb/Yb se van hacia un campo más afín con un arco magmático
más maduro.
Para
el Gabro de Altamira (Ordóñez-Carmona, 2001) reporta valores primitivos con ɛNd(T)=
4,78-6,58 y relaciones 87Sr/86Sr= 0,70393-0,70348,
mientras que para los cuerpos que intruyen la Fm. Barroso como el Batolito de
Sabanalarga y el Gabro de Hispania (FIGURA 6F) se presentan valores de 87Sr/86Sr=
0,70370 y ɛNd(T) cercanos a 7, los cuales
igualmente son semejantes a otras rocas con afinidad de arco magmático oceánico
que igualmente intruyen rocas con afinidad de plateau oceánico como el Batolito
de Aruba y el Granito Pujilí (White et al.,
1999; Vallejo et al., 2006).
TABLA
1.
Resultados geoquímicos de roca total.
* Muestras
alteradas.
FIGURA 6. A. Clasificación
de las muestras analizadas, según diagramas de Winchester y Floyd (1977). B. Clasificación de las muestras
analizadas, según diagramas de Peccerillo y Taylor (1976). C. Diagrama multielementos normalizado al N-MORB (Sun and
McDonough, 1989). D. Diagrama
multielementos normalizado al Condrito (Nakamura, 1974). E. Diagrama Th/Yb- Nb/Yb. (Pearce, 2008). F. ɛNd y 87Sr/86Sr para
el Gabro de Altamira (Ordoñez-Carmona, 2001; Weber et al., 2015).
Dos
muestras fueron procesadas para ser analizadas por el método U-Pb (LA-ICP-MS),
de cada una fueron obtenidas imágenes de catodoluminiscencia (CL, FIGURA 7).
Algunos cristales presentan zonación, aunque en la mayoría de los cristales es
escasa y es típico encontrar texturas de reabsorción magmática.
Los datos analíticos de
las dos muestras son mostrados en la TABLA 2. En ambas muestras todos los
circones presentan relaciones Th/U entre 0,63 y 12,76 características de
procesos magmáticos (Rubatto, 2002).
Cuarenta circones fueron
separados de una muestra del Gabro de Altamira (JPA-29) con coordenadas
6°13’27.4”N y 75°52’58.3”W. Los circones de esta muestra presentan relaciones
Th/U entre 0,1 y 5,49, características de circones magmáticos (Rubatto, 2002).
Los resultados de la muestra JPZ-029
se graficaron en un diagrama Tera y Wasserburg (1972) donde se calculó una edad
media ponderada de 87,67±0,90 Ma interpretada como edad de cristalización
(FIGURA 7), con un MSWD de 3,7 y n =18, las elipses de error son graficadas a
±2σ. En la muestra además se observaron dos grupos de datos más antiguos con
medias de 95±1,2 Ma y 114±15 Ma asociados con edades de posibles cristales
heredados del basamento cretácico.
Adicionalmente un cristal de circón obtenido de una
muestra de andesita porfídica (JPA 15B), ubicado en 6°13’39’’ N y 75°53’43’’ W
fue analizado, y arrojó una edad 206Pb/238U de
86,9±4 Ma.
TABLA
2.
Resultados de los análisis geocronológicos U-Pb en circones.
1: U and Th concentrations
are calculated employing an external standard zircon as in Paton et al, 2010,
Geochemistry, Geophysics, Geosystems,
2: 2 sigma uncertainties
propagated according to Paton et al, 2010,Geochemistry, Geophysics,
Geosystems,207Pb/206Pb ratios, ages and errors are calculated according to
Petrus and Kamber, 2012, Geostandards Geoanalytical Research, Analyzed spot is
23 micrometer, using an analytical protocol modified from Solari et al, 2010,
Geostandards Geoanalytical Research, Data measured employing an Xseries II
ICPMS coupled to a Resonetics, Resolution M050 excimer laser workstation.
FIGURA
7.
Edades U-Pb según diagrama de Tera-Wasserburg, media ponderada e imágenes de
CL.
Las
secuencias de basaltos almohadillados intercalados con rocas piroclásticas en
la región de Altamira, e incluidas en la formación Barroso presentan afinidad
geoquímica de E-MORB y son similares a datos reportados en otros segmentos de
la Cordillera Occidental, así como para otros segmentos correlacionados con un
ambiente de pluma mantélica que se asocia a la formación de la Placa del Caribe
en una región suroccidental en el Pacífico (Nivia, 1996; Kerr et al., 1997, 2003; Rodríguez y Arango,
2013; Villagómez y Spikings, 2013).
La
edad de las rocas volcánicas de la Fm. Barroso en este trabajo no pudo ser
obtenida por el método U-Pb, debido a la ausencia de circones en las muestras
de basaltos recolectadas, sin embargo según la edad del Gabro de Altamira, la
edad mínima de las secuencias volcánicas es de aproximadamente 88 Ma. Rocas
intrusivas en la Formación Barroso como el Stock de Buriticá el cual se asocia
a un origen de fusión parcial de la cuña del manto bajo el plateau oceánico
(Weber et al., 2015), presenta edades
de 100 Ma (Weber et al., 2015) y el
Batolito de Sabanalarga de 85 Ma (Ordóñez-Carmona et al., 2003), concordantes con datos bioestratigráficos para la
Fm. Barroso donde se han obtenido edades entre el BarremianoAptiano (González,
2001) hasta el Aptiano-Albiano (Etayo-Serna, 1989), restringiendo la formación
del plateau al Cretácico Inferior (FIGURA 9A). Otras secuencias clásticas
discordantes sobre las unidades volcánicas presentan, edades más jóvenes, hasta
el Maastrichtiano (Moreno-Sánchez and Pardo-Trujillo, 2003), que por su
carácter cuarzoso y micáceo podrían marcar el momento de acreción del terreno
oceánico a la margen continental.
Las
edades heredadas en circones del Gabro de Altamira de 95 y 114 Ma, son
igualmente compatibles con la generación de una provincia volcánica con
afinidad de plateau oceánico, presente en la Cordillera Occidental, durante el
Cretácico Inferior.
Recientemente
Rodríguez y Arango (2013) sugirieren que las rocas de afinidad de plateau
oceánico en la parte norte de la Cordillera Occidental, incluyendo el área de
estudio, estarían localizadas hacia el eje y segmento occidental de la
Cordillera Occidental. Sin embargo, los resultados geoquímicos presentados en
este trabajo en la sección de Altamira sugieren que las secuencias basálticas
con afinidad de plateau se extienden también a la parte oriental de la
Cordillera Occidental.
Por
otro lado, el Gabro de Altamira, cuerpo que intruye la Fm. Barroso presenta
características de arco toleítico con anomalías negativas moderadas de Ta, Nb y
Ti, además de enriquecimientos en Th y Zr. En este trabajo el Gabro de Altamira
arrojó una edad de cristalización U-Pb de 87,67±0,90 Ma.
Valores
de ɛNd(T)=
4,78-6,58 y relaciones 87Sr/86Sr= 0,70393 y 0,70348
(Ordóñez-Carmona, 2001) para el Gabro de Altamira (FIGURA 6F) son similares a
otras rocas gabroicas y tonalíticas intrusivas en las secuencias volcánicas de
la Cordillera Occidental como el Batolito de Sabanalarga y el Gabro de Hispania
(OrdóñezCarmona, 2001; Weber et al.,
2015).
La
edad del Gabro de Altamira es similar a la de otros cuerpos que intruyen
corteza oceánica con afinidad de Plateau Oceánico como el Batolito de
Sabanalarga (85 a 98 Ma) (González et al.,
1978; Weber et al., 2011;
Ordóñez-Carmona et al., 2003),
Batolito de Buga de 95 a 100 Ma (Villagómez et
al., 2011; Spikings et al.,
2015), Tonalita de Buriticá de 91 a 100 Ma (Gobel and Stibane, 1979; Weber et al., 2015), Granito Pujilí en Ecuador
de 85 Ma (Vallejo et al., 2006) y
Batolito de Aruba en Aruba de alrededor 89 Ma (Van der Lelij et al., 2010), sugiriendo por lo tanto
que un evento magmático plutónico con posibles equivalentes volcánicos
asociados con afinidad de arco (FIGURAS 8 y 9B) como lo sugieren algunas de rocas
volcánicas caracterizadas geoquímicamente al norte de la región de Altamira en
la Cordillera Occidental (Rodríguez y
Arango, 2013).
Weber et al. (2015) compara los patrones de elementos de REE, valores de ɛNd
y relaciones 87Sr/86Sr del Batolito de Sabanalarga,
Batolito de Buga, Tonalita de Buriticá y el Gabro de Altamira, sugiriendo que
el comportamiento de estas unidades es muy similar. Además valores ɛNd
y relaciones 87Sr/86Sr reportados para el Gabro de
Altamira (Ordóñez-Carmona, 2001) son similares a las obtenidas para el Batolito
de Aruba y el Granito Pujilí (Kerr et al.,
1997; Weber et al., 2015), siendo
estos últimos un poco más radiogénicos, sugiriendo una fuente primitiva donde
el influjo de material radiogénico de posible afinidad continental siálica es
limitado.
El
magmatismo tipo Gabro de Altamira, además de las edades y relaciones isotópicas
mencionadas anteriormente tiene una posición estructural y características
petrológicas que hacen posible su correlación con cuerpos de gabros ubicados al
sur como el Gabro de Hispania (Ordóñez-Carmona, 2001), así como a las facies
gabróicas presentes en el Batolito de Sabanalarga o Gabro de Santa Fe (Nivia y
Gómez-Tapias, 2005; Weber et al.,
2011, 2015), sugiriendo por su carácter básico que este magmatismo formado
sobre la corteza oceánica de tipo plateau oceánico debió tener una importante
participación mantélica como es común en las fases tempranas de la subducción
donde el flujo del manto astenosférico es primordial (Whattam and Stern, 2011).
Los cuerpos y diques
intrusivos de composición andesítica encontrados en la zona de estudio intruyen
ambas unidades (Fm. Barroso y Gabro de Altamira) y presentan características
geoquímicas típicas de arco calco-alcalino (fuertes anomalías negativas de Ta,
Nb y Ti, enriquecimientos en Th y Zr), además de una edad U-Pb en un grano de
circón de una muestra de andesita porfídica de 86,9±4 Ma (Zapata et al., 2013). Si bien más resultados
geocronológicos son necesarios para validar esta edad, lo más razonable sería
relacionar esta edad con edades reportadas para el Batolito de Sabanalarga
(González et al., 1978; Weber et al., 2011). Sin embargo hay que
recordar que en la zona se encuentran rocas andesíticas y dacíticas de edad
Neógena y la edad obtenida podría ser una edad heredada (Jaramillo, 1976;
González, 2001). Una edad Cretácica para las andesitas sugiere que la historia
magmática de arco evolucionaría con la intrusión de las rocas andesíticas a
características más calco-alcalinas después de la intrusión del Gabro de
Altamira, conforme con un modelo de maduración del arco magmático (Whattam and
Stern, 2011).
El
plutonismo superpuesto al vulcanismo de plateau en los elementos acrecionados a
la Placa del Caribe como los presentes en la Cordillera Occidental colombiana
han sido atribuidos por varios autores a proceso de fusión parcial del plateau
por interacción con la placa Suramericana (Nivia, 1987, 1989; Pindell and
Kennan, 2009; Van der Lelij et al.,
2010), después de acrecionado a la margen continental (Rodríguez y Arango,
2013).
Igualmente esta podría corresponder a
la conformación de una nueva zona de subducción, cuya vergencia aún se
encuentra en discusión, pero que según algunos autores buzaría hacia el oeste
(Thompson et al., 2004; Vallejo et al., 2006; Villagómez et al., 2011; Wright and Wyld, 2011;
Weber et al., 2015) o a una continua
evolución tectono-magmática de la Pluma-Arco (Whattam and Stern, 2015).
FIGURA 8.
Modelo tectónico a 88 Ma para el margen noroccidental de la Placa Suramericana.
Los
resultados presentados en este trabajo sobre el Gabro de Altamira, su
correlación con cuerpos gabróicostoleíticos del Cretácico Tardío con afinidad
de arco como ya fue mencionado es más afín con un modelo de arco calco-alcalino
formado hacia el occidente con participación del manto y muy poca influencia de
material radiogénico de la margen continental suramericana (FIGURAS 8 y 9A).
La
acreción de este elemento oceánico a la margen continental habría ocurrido en
el Cretácico superior-Paleoceno como lo sugiere el análisis termocronológico de
la historia de enfriamiento en la Cordillera Occidental y Central (Villagómez y
Spikings, 2013), la presencia de rocas clásticas con procedencia más siálica
(alto contenido de cuarzo y moscovita) cubriendo las rocas oceánicas, además de
los cambios en la sedimentación en el Cretácico Superior en el Valle del
Magdalena, localizado al oriente de la Cordillera Central. El ambiente de estas
unidades sedimentarias cretácicas varía de plataforma tranquila a ambientes
deltaicos, y la procedencia de estos sedimentos, correspondería al basamento
expuesto al occidente en la Cordillera Central (Villamil, 1999; Villagómez y
Spikings, 2013).
FIGURA
9.
Modelo de evolución propuesto para la secuencia de roca básicas de Altamira
(Modificado de Wright and Wyld, 2011). A.
Albiano ~100 Ma. B. Turoniano ~89
Ma. GA: Gabro de Altamira, AB: Batolito de Aruba, BA: Batolito Antioqueño, BB:
Batolito de Buga, FB: Formación Barroso, FV: Formación volcánica, POCC: Plateau
Oceánico Colombia-Carib, PG:Granito Pujilí.
Las secuencias volcánicas
básicas de la Fm. Barroso constituidas por basaltos, diabasas e intercalados
hacia el tope con rocas piroclásticas básicas presentan una afinidad geoquímica
de E-MORB, correlacionable con otras rocas que conforman la Cordillera
Occidental colombiana y ecuatorial, así como el Circum-Caribe, las cuales se
asociarían a un ambiente de plateau oceánico.
La temporalidad para la formación de
estas rocas volcánicas básicas, si bien todavía precisa de un detalle mayor,
sugiere a partir de consideraciones paleontológicas y relaciones intrusivas que
la formación del plateau oceánico que conforma el occidente colombiano tuvo
lugar fundamentalmente en el Cretácico
Inferior.
El
Gabro de Altamira es un cuerpo intrusivo en la Fm. Barroso con edades de
cristalización U-Pb de 87,67±0,90 Ma, y que presenta características de arco
toleítico como anomalías negativas de Nb, Ta, Ti y enriquecimientos de Th/Yb
sugiriendo un componente de subducción (Pearce, 2008).
Las
relaciones isotópicas existentes ɛNd(T)=
4,78-6,58 y relaciones 87Sr/86Sr =0,70393 y 0,70348
(OrdóñezCarmona, 2001) y la geocronología del Gabro de Altamira son similares a
cuerpos plutónicos que intruyen la Cordillera Occidental en Colombia como el
Batolito de Sabanalarga y el Gabro de Hispania, además del Batolito de Aruba en
Aruba y el Granito Pujilí en Ecuador.
El
Gabro de Altamira y los cuerpos correlacionables harían parte de un arco de
islas oceánico con vergencia hacia occidente del dominio volcánico de afinidad
plateau.
En
este trabajo se agradece especialmente al Dr. Luigi Solari y el Dr. Carlos
Ortega de la UNAM por su ayuda para el análisis de las muestras en el ICP-MS y
facilitar los laboratorios para la preparación de las muestras, a Ricardo
Milián y José Duque por la ayuda para preparación de las muestras en el
laboratorio. Un agradecimiento especial a Reinaldo Brito por ceder algunas
muestras de litogeoquímica para la realización de este proyecto y a Teresa
Orozco por su ayuda en las discusiones de los análisis geoquímicos. A Ricardo
Ramírez por su compañía en el trabajo de campo y el envió de las muestras para
los análisis.
Álvarez,
E., y González, H. 1978. Geología y geoquímica del Cuadrángulo I–7 (Urrao).
INGEOMINAS. Informe 1761. 347 p. Mapa escala 1:100.000. Medellín. En: González,
H., 2001. Mapa geológico del Departamento de Antioquia, escala 1:400.000.
Memoria Explicativa. Ingeominas, pp. 167-170.
Amante,
C., and Eakins, B.W. 2009. ETOPO1 1 ArcMinute Global Relief Model: Procedures,
Data Sources and Analysis. NOAA Technical Memorandum NESDIS NGDC-24. National
Geophysical Data Center, NOAA. Consultado el 3 de septimbre de 2016.
https://www. ngdc.noaa.gov/mgg/image/color_etopo1_ice_low.jpg
Aspden,
J.A. 1984. The geology of the western cordillera, Department of Valle,
Colombia. CaliColombia. INGEOMINAS, pp.261, 278, 280, 299.
Barrero,
D. 1979. Geology of the central Western Cordillera, west of Buga and
Roldanillo, Colombia. Publicación Geológica Especial, INGEOMINAS, 4: 1-75.
Cardona,
A., Valencia, V., Bustamante, C., GarcíaCasco, A., Ojeda, G., Ruiz, J.,
Saldarriaga, M., and Weber, M. 2010. Tectonomagmatic setting and provenance of
the Santa Marta Schists, northern Colombia: Insights on the growth and approach
of Cretaceous Caribbean oceanic terranes to the South American continent.
Journal of South American Earth Sciences, 29(4): 784-804.
Case, J.E., Duran, L.G., Lopez, A.,
and Moore, W. 1971. Tectonic investigations in western Colombia and eastern
Panama. Geological Society of America Bulletin, 82(10): 2685-2712.
Cediel,
F., Shaw, R.P., and Cáceres, C. 2003. Tectonic assembly of the Northern Andean
Block. In: Bartolini, C., Buffler, R.T., and Blickwede, J. (Eds). The
CircumGulf of Mexico and the Caribbean: Hydrocarbon habitats, basin formation,
and plate tectonics. AAPG Memoir 79, pp. 815-848.
Condie,
K.C., and Abbott, D.H. 1999. Oceanic plateaus and hotspot islands:
Identification and role in continental growth. Lithos, 46(1): 1-4.
Duque-Caro,
H. 1984. Structural style, diapirism, and accretionary episodes of the Sinú-San
Jacinto terrane, southwestern Caribbean borderland. Geological Society of
America Memoirs, 162: 303-316.
Duque-Caro, H. 1989. El
Arco de Dabeiba: Nuevas aportaciones al conocimiento del noroccidente de la
Cordillera Occidental. V Congreso Colombiano de Geología, Bucaramanga,
Colombia. Memorias I, pp. 108-126.
Etayo-Serna,
F. 1989. Campanian to Maastrichtian fossils in the Northeastern Western
Cordillera Colombia. Geología Norandina, 11: 23-31.
Feininger,
T., Barrero, D., y Castro, N. 1972. Geología de parte de los departamentos de
Antioquia y Caldas (Sub zona IIB). Boletín Geológico, 20: 1-173. INGEOMINAS,
Bogotá.
Frey, M., De Capitani, C., and Liou,
J.G. 1991. A new petrogenetic grid for low-grade metabasites. Journal of
Metamorphic Geology, 9(4): 497-509.
Geoestudios-Ingeominas.
2005. Complementación geológica, geoquímica y geofísica de la parte occidental
de las planchas 130 Santa Fé de Antioquia y 146 Medellín Occidental. Escala:
1:100.000.
Gobel, V., and Stibane, F.
1979. Edad K-Ar en hornblendas de plutones tonalíticos, Cordillera Occidental,
Colombia, S.A. Publicación Especial de Geología, Universidad Nacional de
Colombia, 17: 1-2.
González, H., Restrepo, J.J.,
Toussaint, J., y Linares, E. 1978. Edad radiométrica K/Ar del Batolito de
Sabanalarga. Universidad Nacional de Colombia, Publicaciones Especiales Geol.,
8: 1-4.
González,
H. 2001. Mapa geológico del departamento de Antioquia, Escala 1:400.000.
Memoria explicativa. INGEOMINAS, Medellín.
Greene,
A., Scoates, J., Weis, D., Katvala, E., Israel, S., and Nixon, G. 2010. The
architecture of oceanic plateaus revealed by the volcanic stratigraphy of the
accreted Wrangellia oceanic plateau. Geosphere, 6(1): 47-73.
Hauff, F., Hoernle, K., Van den Bogaard, P., Alvarado,
G., and Garbe-Schönberg, D. 2000. Age and geochemistry of basaltic complexes in
western Costa Rica: Contributions to the geotectonic evolution of Central
America. Geochemistry, Geophysics, Geosystems, 1(5).
Hoernle,
K., Hauff, F., and Van den Bogaard, P. 2004. 70 m.y. history (139–69 Ma) for
the Caribbean large igneous province. Geology, 32(8): 697-700.
Jaramillo,
J.M. 1976. Volcanic rocks of the río Cauca Valley, Colombia S.A. M.A. Thesis,
Rice University, Houston.
Kerr,
A.C., Marriner, G.F., Tarney, J., Nivia, A., Saunders, A.D., Thirlwall, M.F.,
and Sinton, C.W. 1997. Cretaceous basaltic terranes in Western Colombia:
Elemental, chronological and Sr–Nd isotopic constraints on petrogenesis.
Journal of Petrology, 38(6): 667-702.
Kerr,
A.C., White, R.V., Thompson, P.M.E., Tarney, J., and Saunders, A.D. 2003. No
oceanic plateau-no Caribbean plate? The seminal role of an oceanic plateau in
Caribbean plate evolution. In: Bartolini, C., Buffler, R.T., and Blickwede, J.
(Eds.). The Circum-Gulf of Mexico and the Caribbean: Hydrocarbon habitats,
basin formation, and plate tectonics. AAPG Memoir, 79: 126-168.
Kerr,
A.C., Pearson, D.G., and Nowell, G.M. 2009. Magma source evolution beneath the
Caribbean oceanic plateau: New insights from elemental and Sr-Nd-PbHf isotopic
studies of ODP Leg 165 Site 1001 basalts. Geological Society, London, Special
Publications, 328(1): 809-827.
Lozano-Santacruz,
R., Verma, S.P., Girón, P., VelascoTapia, F., Morán-Zenteno, D., Viera, F., y
Chávez, G. 1995. Calibración preliminar de fluorescencia de rayos X para
análisis cuantitativo de elementos mayores en rocas ígneas. Actas INAGEQ, 1:
203-208
Ludwig,
K. 2004. Isoplot/Ex, ver. 3. A geochronological toolkit for Microsoft Excel.
Berkeley Geochronology Center, California. Publication núm. 4.
Maya,
M., y González, H. 1995. Unidades litodémicas en la Cordillera Central de
Colombia. Boletín Geológico, Ingeominas, 35(2-3): 43-57.
McPhie,
J., Doyle, M., and Allen, R. 1993. Volcanic textures: A guide to the
interpretation of texture in volcanic rocks. University of Tasmania. 1-140 p.
Meissner,
R.O., Flueh, E.R., Stibane, F., and Berg, E. 1976. Dynamics of the active plate
boundary in southwest Colombia according to recent geophysical measurements.
Tectonophysics, 35(1-3): 115-136.
Mejía,
M., Álvarez, E., y González, H. 1983. Mapa Geológico de la Plancha 130 (Santafé
de Antioquia). Escala 1:100.000. INGEOMINAS.
Meschede,
M., and Frisch, W. 1998. A plate-tectonic model for the Mesozoic and Early
Cenozoic history of the Caribbean plate. Tectonophysics, 296(3-4): 269-291.
Moreno-Sánchez,
M., and Pardo-Trujillo, A. 2003. Stratigraphical and sedimentological
constraints on western Colombia: Implications on the evolution of the Caribbean
Plate. In: Bartolini, C., Buffler, R.T., and Blickwede, J. (Ed.). Circum-Gulf
of Mexico and the Caribbean: Hydrocarbon habitats, basin formation, and plate
tectonics. AAPG Memoir 79, Chapter 40, pp. 891-924.
Mori, L., Gómez-Tuena, A., Cai, Y.,
and Goldstein, S. 2007. Effects of prolonged flat subduction on the Miocene
magmatic record of the central Trans-Mexican Volcanic Belt. Chemical Geology,
244(3-4): 452-473.
Nakamura,
N. 1974. Determination of REE, Ba, Fe, Mg, Na and K in carbonaceous and
ordinary chondrites. Geochimica et Cosmochimica Acta, 38(5), 757-775.
Nivia, A. 1987. The geochemistry and
origin of the Amaime and Volcanic
sequences, SW Colombia. M.Phil. Thesis, University of Leicester, UK. 164p.
Nivia, A. 1989. El Terreno
Amaime-Volcánica una provincia acrecionada de basaltos de meseta oceánica. V
Congreso Colombiano de Geología, Bucaramanga, Colombia. Memorias I, pp. 1-30.
Nivia,
A. 1996. The Bolivar mafic-ultramafic complex, SW Colombia: the base of an obducted
oceanic plateau. Journal of South American Earth Sciences, 9(1-2): 59-68.
Nivia,
A., y Gómez-Tapias, J. 2005. El Gabro Santa Fe de Antioquia y la Cuarzodiorita
Sabanalarga, una propuesta de nomenclatura litoestratigráfica para dos cuerpos
plutónicos diferentes agrupados previamente como Batolito de Sabanalarga en el
Departamento de Antioquia, Colombia. X Congreso Colombiano de Geología, pp 1-9.
Ordóñez-Carmona, O. 2001.
Caracterização isotópica Rb/Sr e Sm/Nd dos principais eventos magmáticos nos Andes
Colombianos. Tesis de Doctorado, Universidad de Brasília, Brasil. 177p.
Ordóñez-Carmona,
O., Pimentel, M.M., y Abad-Posada, A. 2003. Batolito de Sabanalarga: Magmatismo
de arco o de pluma?. IX Congreso Colombiano de Geología, Medellín, Colombia.
Parra,
E. 1978. Estudio geológico de las rocas básicas y sedimentarias en Giraldo,
Antioquia. TDG. Facultad de Minas. Universidad Nacional de Colombia. Medellín.
90 p.
Pearce,
J.A. 2008. Geochemical fingerprinting of oceanic basalts with applications to
ophiolite classification and the search for Archean oceanic crust. Lithos,
100(1-4): 14-48.
Peccerillo,
A., and Taylor, S.R. 1976. Geochemistry of eocene calc-alkaline volcanic rocks
from Kastamonu area, Northern Turkey. Contributions to Mineralogy and Petrology,
58(1): 63-81.
Pindell,
J., Kennan, L., Maresch, W.V., Stanek, K., Draper, G., and Higgs, R. 2005.
Plate-kinematics and crustal dynamics of circum-Caribbean arc-continent
interactions: Tectonic controls on basin development in Proto-Caribbean
margins. Special Paper Geological Society of America, 394: 7-52.
Pindell,
J., and Kennan, L. 2009. Tectonic evolution of the Gulf of Mexico, Caribbean
and northern South America in the mantle reference frame: An update. In: James,
K.H., Lorente, M.A., and Pindell, J.L. (Eds.). The geology and evolution of the
region between North and South America. Geological Society of London Special
Publication, 328:1-55.
Ramírez,
J. 1976. Estudio geológico de la secuencia de rocas básicas de Altamira. Tesis.
Facultad de Minas, Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín. 108p.
Restrepo,
J.J. y Toussaint, J.F. 1976. Edades radiométricas de algunas rocas de
Antioquia. Publicación Especial Geológica, Facultad de Minas, Universidad
Nacional de Colombia, Medellín, (6):1-15.
Restrepo,
J.J., and Toussaint, J.F. 1988. Terranes and Continental accretion in the
Colombian Andes. Episodes, 11(3): 189-193.
Restrepo,
J.J., Ordóñez-Carmona, O., Martens, U., y Correa, A.M. 2009. Terrenos,
complejos y provincias en la Cordillera Central de Colombia. XII Congreso
Colombiano de Geología, Paipa, Colombia, pp. 16.
Révillon,
S., Arndt, N.T., Chauvel, C., and Hallot, E. 2000. Geochemical study of
ultramafic volcanic and plutonic rocks from Gorgona Island, Colombia: The
plumbing system of an oceanic plateau. Journal of Petrology, 41(7): 1127-1153.
Rodríguez, G., y Arango,
M.I. 2013. Formación Barroso: Arco volcánico Toleitico y diabasas de San José
de Urama: Un prisma acrecionario T-Morb en el segmento norte de la Cordillera
Occidental de Colombia. Boletín Ciencias de la Tierra, 33: 17-38.
Rubatto, D. 2002. Zircon
trace element geochemistry: distribution coefficients and the link between U–Pb
ages and metamorphism. Chemical Geology, 184: 123-138.
Serrano,
L., Ferrari, L., López, M., Petrone, C., and Jaramillo, C. 2011. An integrative
geologic, geochronologic and geochemical study of Gorgona Island, Colombia:
Implications for the formation of the Caribbean Large Igneous Province. Earth
and Planetary Science Letters, 309(3-4): 324-336.
Sláma,
J., Košler, J., Condon, D., Crowley, J., Gerdes, A., Hanchar, J., Horstwood,
M., Morris, G., Nasdala, L., Norberg, N., Schaltegger, U., Schoene, B.,
Tubrett, M., and Whitehouse, M. 2008. Plešovice zircon: A new natural reference
material for U–Pb and Hf isotopic microanalysis. Chemical Geology, 249(1-2):
1-35.
Sinton,
C.W., Duncan, R.A., Storey, M., Lewis, J., and Estrada, J.J. 1998. An oceanic
flood basalt province within the Caribbean Plate. Earth and Planetary Science
Letters, 155(3-4): 221-235.
Solari,
L., Gómez-Tuena, A., Bernal, J., Pérez-Arvizu, O., and Tanner, M. 2010 U-Pb
zircon geochronology with an integrated LA-ICP-MS microanalytical workstation:
achievements in precision and accuracy. Geostandards and Geoanalytical
Research, 34(1): 5-18.
Spikings,
R.A., Cochrane, R., Villagómez, D., Van der Lelij, R., Vallejo, C., Winkler,
W., and Beate, B. 2015. The geological history of northwestern South America:
from Pangaea to the early collision of the Caribbean Large Igneous Province
(290–75 Ma). Gondwana Research, 27(1): 95-139.
Sun,
S., and McDonough, W. 1989. Chemical and isotropic systematics of oceanic
basalts: implications for mantle composition and processes. In: Saunders, A.D.,
and Norry, M.J. (eds). Magmatism in the
Ocean Basins. Geological Society Special Publication No. 42, pp. 313-345.
Londres.
Tera,
F., and Wasserburg, G. 1972. U-Th-Pb systematics in lunar highland samples from
the Luna 20 and Apollo 16 missions. Earth and Planetary Science Letters, 17(1):
36-51.
Thompson, P.M.E., Kempton, P.D.,
White, R.V., Saunders, A.D., Kerr, A.C., Tarney, J., and Pringle, M.S. 2004.
Elemental, Hf–Nd isotopic and geochronological constraints on an island arc
sequence associated with the Cretaceous Caribbean plateau: Bonaire, Dutch
Antilles. Lithos, 74: 91-116.
Toussaint,
J.F., y Restrepo, J.J. 1974. Obducción Cretácea en el Occidente Colombiano.
Publicación Especial de Geología, Universidad Nacional de Colombia, Medellín,
3: 1-26.
Toussaint, J.F., y
Restrepo, J.J. 1976. Modelos orogénicos de tectónica de placas en los Andes
Colombianos. Boletín de Ciencias de la Tierra, 1: 1-47.
Toussaint,
J.F., y Restrepo, J.J. 1978. Edad K/Ar de dos rocas básicas del flanco
noroccidental de la Cordillera Central. Boletín de Ciencias de la Tierra, 14:
1-7.
Vallejo,
C., Spikings, R.A., Luzieux, L., Winkler, W., Chew, D., and Page, L. 2006. The
early interaction between the Caribbean Plateau and the NW South American
Plate. Terra Nova, 18(4): 264-269.
Van
der Lelij, R., Spikings, R.A., Kerr, A.C, Kounov, A., Cosca, M., Chew, D., and
Villagómez, D. 2010. Thermochronology and tectonics of the Leeward Antilles:
Evolution of the southern Caribbean Plate boundary zone. Tectonics, 29(6):
1-30.
Verma,
S.P., Lozano-Santacruz, R., Girón, P., y Velasco-Tapia, F. 1996. Calibración
preliminar de fluorescencia de rayos X para análisis cuantitativo de elementos
traza en rocas ígneas. Actas INAGEQ, 2: 237-242.
Villagómez,
D. 2010. Thermochronology, geochronology and geochemistry of the Western and
Central cordilleras and Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia: The tectonic
evolution of NW South America. Ph.D. Thesis, Université de Genève. 142p.
Villagómez,
D., Spikings, R.A., Magna, T., Kammer, A., Winkler, W., and Beltrán, A. 2011.
Geochronology, geochemistry and tectonic evolution of the Western and Central
cordilleras of Colombia. Lithos, 125(3-4): 875-896.
Villagómez, D., and Spikings, R.A.
2013. Thermochronology and tectonics of the Central and Western Cordilleras of
Colombia: Early Cretaceous– Tertiary evolution of the Northern Andes. Lithos,
160161: 228-249.
Villamil, T. 1999.
Campanian-Miocene tectonostratigraphy, depocenter evolution and basin
development of Colombia and western Venezuela. Palaeogeography,
Palaeoclimatology, Palaeoecology, 153(1-4): 239-275.
Winchester,
J.A., and Floyd, P.A. 1977. Geochemical discrimination of different magma
series and their differentiation products using immobile elements. Chemical
Geology, 20: 325-343.
Weber,
M., Gómez-Tapias, J., Duarte, E., Cardona, A., and Vinazco, C. 2011.
Geochemistry of the Santa Fé Batholith in NW Colombia-Remnant of an accreted
Cretaceous arc. XIV Congreso Latinoamericano de Geología, Medellín, Colombia,
pp. 128-129.
Weber,
M., Gómez-Tapias, J., Cardona, A., Duarte, E., Pardo-Trujillo, A., and
Valencia, V.A. 2015. Geochemistry of the Santa Fé Batholith and Buriticá
Tonalite in NW Colombia - Evidence of subduction initiation beneath the
Colombian Caribbean Plateau. Journal of South America Earth Science, 62:
257-274.
Whattam,
S.A., and Stern, R.J. 2011. The ‘subduction initiation rule’: A key for linking
ophiolites, intraoceanic forearcs and subduction initiation. Contributions to
Mineralogy and Petrology, 162(5):1031-1045.
Whattam,
S.A., and Stern, R.J. 2015. Late Cretaceous plume-induced subduction initiation
along the southern margin of the Caribbean and NW South America: The first
documented example with implications for the onset of plate tectonics. Gondwana
Research, 27(1): 38-63.
White, R.V., Tarney, J., Kerr, A.C.,
Saunders, A.D., Kempton, P.D., Pringle, M.S., and Klaver, G.T. 1999.
Modification of an oceanic plateau, Aruba, Dutch Caribbean: Implications for
the generation of continental crust. Lithos, 46(1): 43-68.
White,
S., Trenkamp, R., and Kellogg, J.N. 2003. Recent crustal deformation and the
earthquake cycle along the Ecuador-Colombia subduction zone. Earth and
Planetary Science Letters, 216(3): 231-242.
Wright,
J.E., and Wyld, S.J. 2011. Late Cretaceous subduction initiation on the eastern
margin of the Caribbean-Colombian Oceanic Plateau: One Great Arc of the
Caribbean. Geosphere, 7(2): 468-493.
Zapata, J.P., Restrepo,
J.J., Martens, U., Cardona, A., and Brito, R. 2013. Geochronology and
geochemistry of the basic sequence of Altamira, Antioquia, Western Cordillera
of Colombia. XIV Congreso Colombiano de Geología, Bogotá, Colombia, pp. 375.
Forma
de citar: Zapata-Villada, J.P., Restrepo, J.J., Cardona-Molina,
A., y Martens, U. 2017. Geoquímica y
geocronología de las rocas volcánicas básicas y el Gabro de Altamira,
Cordillera Occidental (Colombia): Registro de ambientes de Plateau y arco
oceánico superpuestos durante el cretácico. Boletín de Geología, 39(2): 13-30.