DOI: http://dx.doi.org/10.18273/revbol.v39n3-2017002
Artículos
Científicos
BIOESTRATIGRAFÍA
E INFERENCIAS PALEOAMBIENTALES DE LAS ASOCIACIONES DE FORAMINÍFEROS EN LAS FORMACIONES
CRETÁCICAS LA LUNA-COLÓN (CUENCA DEL CATATUMBO, COLOMBIA)
German
David Patarroyo1
Gustavo
Adolfo Torres1
Daniel
Andrés Rincón2
Claudia
Patricia Cárdenas3
Robert
Emilio Márquez2
1Universidad Industrial
de Santander, Bucaramanga, Santander, Colombia. (*)paleo.patarroyo@gmail.com ; gustshao@gmail.com
2Instituto Colombiano del
Petróleo (ICP) – ECOPETROL S.A., Piedecuesta, Santander, Colombia. daniel.rincon@ecopetrol.com.co
; robert.marquez@ecopetrol.com.co
3Departamento de Geología, Universidad EAFIT, Medellín, Antioquia,
Colombia. cpcardenag@eafit.edu.co
RESUMEN
El estudio micropaleontológico
(foraminíferos) de un núcleo de perforación y la integración con información
previa en otros pozos de la Cuenca del Catatumbo, permitió la caracterización
bioestratigráfica y paleoambiental del contacto entre las formaciones La Luna y
Colón. Para la parte superior de la Formación La Luna (Coniaciano-Campaniano)
las asociaciones de foraminíferos presentaron una baja diversidad, siendo
constituidas por una alta proporción de foraminíferos infaunales y planctónicos
biseriales, los cuales sugieren condiciones de mar abierto con una baja
oxigenación y alta productividad superficial. Para la Formación La Luna,
taxones como Bolivinoides spp. (Bolivina explicata), Anomalina redmondi, Praebulimina spp., y Heterohelix
spp. fueron encontrados. En contraste, para la parte
más inferior de la Formación Colón, las asociaciones de foraminíferos fueron
diversas, principalmente compuestas por foraminíferos bentónicos epifaunales y
planctónicos no quillados que sugieren condiciones de moderada a buena oxigenación
en un entorno de plataforma interna. Taxones como Globotruncana spp., Rugoglobigerina
spp., Siphogenerinoides spp., Anomalina spp., Pullenia cretacea, Praebulimina
petroleana y Haplophragmoides
excavata se consideraron como diagnósticos de la parte inferior de la
Formación Colón (Miembro Socuy), con una edad Campaniano tardío-Maastrichtiano.
Este contraste en las asociaciones de
foraminíferos y los paleoambientes interpretados ha sido observado en todos los
pozos estudiados en la Cuenca del Catatumbo, lo que concuerda con estudios
previos que sugieren un contacto discordante entre las dos unidades.
Palabras
clave: Cretácico Superior; Cuenca del Catatumbo;
foraminíferos; formaciones La Luna-Colón; paleoambientes.
ABSTRACT
The micropaleontological survey
(foraminifers) of a stratigraphic core and its integration with previous data
from other wells in the Catatumbo Basin provided the biostratigraphic and
paleoenvironmental characterization of the contact between La Luna and Colon
formations. For the upper part of La Luna Formation (Coniacian-Santonian) the
foraminiferal assemblages were less diversified, with a high proportion of
infaunal foraminifera and biserial plancktonics, suggesting an oxygen-depleted
open marine environment probably related with higher surface productivity. Taxa
such as Bolivinoides spp. (Bolivina explicata), Anomalina redmondi, Praebulimina spp., and Heterohelix
spp. were found in this unit. In contrast, for the
lowermost Colon Formation, the foraminiferal assemblages were diverse, mainly
composed by epifaunal benthic foraminifera and non-keeled plancktonics
suggesting well to moderate oxygenated conditions in an inner shelf setting.
Taxa such as Globotruncana spp., Rugoglobigerina spp., Siphogenerinoides spp., Anomalina spp., Pullenia cretacea, Praebulimina
petroleana and Haplophragmoides
excavata were considered as diagnostic of the lower Colon Formation (Socuy
Member), with a late Campanian-Maastrichtian age.
This turnover in the foraminiferal
assemblages and the interpreted paleoenvironments have been observed in all the
studied wells in the Catatumbo Basin, agreeing with previous studies that
suggest a discordant contact between these two units.
Keywords:
Upper Cretaceous; Catatumbo Basin; foraminifers; La Luna-Colón formations;
paleoenvironments.
Trabajo recibido: mayo 09 de 2017
Trabajo aceptado: agosto 04 de 2017
En las cuencas de Maracaibo y del Catatumbo la
Formación La Luna ha sido reconocida como una roca generadora por excelencia,
aportando alrededor del 90% de los hidrocarburos encontrados (Sutton, 1946;
Talukdar y Marcano, 1994; Mann et al.,
2006; Pedraza y Ramírez, 2011). Por ende, distintos trabajos han tratado de
definir una cronología robusta al igual que un modelo deposicional y
paleoambiental para esta unidad. Los trabajos más recientes en la Cuenca de
Maracaibo le atribuyen una edad de Cenomaniano a Campaniano, un ambiente de
depósito bajo condiciones muy anóxicas y una paleobatimetría comprendida entre
la plataforma externa y el talud (Martínez y Hernández, 1992; Erlich et al., 1999; Villamil et al., 1999; Parra et al., 2003). Dichas interpretaciones han probado ser similares a
las sugeridas tanto para la Formación La Luna en la Cuenca del Catatumbo como
para unidades equivalentes en cuencas como el Valle Superior del Magdalena
(VSM, formaciones Hondita y Loma Gorda; Villamil y Pindell, 1998; Villamil et al., 1999; Pedraza y Ramírez, 2011;
Martínez, 2003).
Cuando dicha información se compara con las unidades
del Cretácico que suprayacen a la Formación La Luna (formaciones Colón y
Molino), se evidencia que no se dispone de la misma cantidad de datos. Factores
como una menor exposición en los afloramientos de estas unidades o su moderado
a bajo potencial en hidrocarburos podrían ser los causantes de este sesgo. Si
bien el contraste litológico entre las formaciones La Luna y Colón/Molino es de
fácil diagnóstico, no hay un claro entendimiento de la transición
estratigráfica y paleoambiental entre estas dos unidades. Estudios en la Cuenca
del Maracaibo, los cuales integraron análisis micropaleontológicos
(foraminíferos planctónicos y nanofósiles) y geoquímicos (δ13Corg)
sugieren una edad de Campaniano tardío para el contacto La Luna-Colón (Parra et al., 2003). Algunos autores proponen
que dicho contacto es de tipo concordante para la parte oeste de la cuenca
(Quebrada Santa Elena; Notestein et al.,
1944; Pedraza y Ramírez, 2011), mientras que estudios en los Andes de Mérida,
basados principalmente en geofísica y sondeos paleontológicos generales,
sugieren que el contacto La Luna-Colón corresponde a uno de tipo discordante
(Sutton, 1946; Castillo y Mann, 2006; Cooney y Lorente, 2009).
En general para la Cuenca del Catatumbo, la cronología
de dicho contacto suele establecerse por el análisis bioestratigráfico de
amonitas, inocerámidos y foraminíferos de la Formación La Luna o, en menor
medida, de los bivalvos y amonitas de las formaciones Colón y Molino (Hedberg y
Sass, 1937; Kehrer, 1937; Notestein et al.,
1944; Sutton, 1946; Renz, 1959; Martínez, 1989; Pedraza y Ramírez, 2011; Ayala et al., 2016).
En
el caso del recobro de foraminíferos, dentro de la Formación La Luna se
reportan abundantes ejemplares planctónicos y bentónicos, los cuales han sido
estudiados principalmente en secciones delgadas, dada la dificultad para
separar los microfósiles de la matriz calcárea (Sutton, 1946; Petters, 1955).
Una situación similar se ha observado para la Formación La Luna en la parte
occidental de la Cuenca del Maracaibo (De Romero y Galea-Alvarez, 1995; Parra et al., 2003). En contraste, el tipo de
litología presente en las formaciones Colón y Molino ha favorecido la
recuperación de microfósiles mediante técnicas de preparación estándar.
Aspectos sobre la bioestratigrafía de foraminíferos y los paleoambientes de la
Formación Molino han sido estudiados en la Cuenca de CesarRanchería y el
occidente de la Cuenca de Maracaibo. (Sellier de Civreaux, 1952; Gandolfi,
1955; Martínez, 1989). En cambio, los estudios de foraminíferos en la Formación
Colón, han sido restringidos en la Cuenca del Catatumbo (Cushman y Hedberg,
1930, 1941; Notestein et al., 1944).
El presente trabajo ilustra los resultados de
bioestratigrafía de foraminíferos en la transición entre las formaciones La
Luna y Colón en la Cuenca del Catatumbo. A través de la interpretación de las
asociaciones de foraminíferos encontradas en el pozo ECOPETROL-1. Este pozo,
ubicado en el sector nororiental de la Cuenca del Catatumbo, perforó
sedimentitas del Cretácico, corazonando la totalidad de la Formación La Luna.
Basados en el recobro de las asociaciones de foraminíferos en dicho pozo se
discute la cronología del contacto La Luna-Colón, al igual que se infieren las
condiciones paleoambientales para el área.
La
Cuenca del Catatumbo (Norte de Santander, Colombia) corresponde a la
prolongación hacia el suroeste de la Cuenca del Maracaibo, siendo sus límites
la Serranía del Perijá al norte, los Andes de Mérida al oriente y el Macizo de
Santander al sur (FIGURA 1;
Pedraza y Ramírez, 2011). La evolución geológica de la cuenca se encuentra
enmarcada dentro de cuatro fases tectónicas: (1) rifting durante el Jurásico, que produjo la depositación de
unidades sintectónicas (Formación La Quinta), (2) depositación de unidades
clásticas y carbonatadas dentro de un margen pasivo entre el Aptiano tardío? y
el Campaniano tardío (formaciones Río Negro, Tibú, Mercedes, Aguardiente,
Capacho y La Luna), (3) establecimiento de una cuenca tipo foreland durante el Maastrichtiano tardío-Paleoceno (formaciones
Colón, Mito Juan y Catatumbo) y (4) levantamiento de los Andes de Mérida y la
Serranía del Perijá a partir del Neógeno (Ayala-Calvo et al., 2009; Mann et al.,
2006; Pedraza y Ramírez, 2011).
FIGURA 1. Localización del área de estudio. Secciones con estudios de
foraminíferos en las formaciones Colón y/o Molino: (1) Quebrada Petrolea
(Cushman y Hedberg, 1941); (2) Río Socuy (Sellier de Civrieux, 1952); (3) Río
Molino (Gandolfi, 1955; Petters, 1955; Martínez, 1989). Los puntos amarillos
indican otros pozos donde se han estudiado las asociaciones de foraminíferos
del contacto entre las formaciones La Luna y Colón. Estratigrafía generalizada
de la sucesión del Cretácico Superior en la Cuenca del Catatumbo (Basado en
Notestein et al., 1944; Pedraza y Ramírez, 2011). El modelo de elevación
fue facilitado por ECOPETROL S.A.
La sucesión del Cretácico Superior de la Cuenca del
Catatumbo comprende, de base a tope, las formaciones Capacho, La Luna y
Colón-Mito Juan, presentando en conjunto un espesor variable y que oscila entre
los 750 y los 1400 metros dependiendo de su cercanía con el Macizo de Santander
(FIGURA 1; Notestein et al., 1944; Pedraza y Ramírez, 2011).
Para la Formación La Luna se tienen registrados espesores que oscilan entre 40
y 90 metros tanto en subsuelo como en afloramiento, con una litología que
comprende calizas con abundantes foraminíferos, shales bituminosos con
concreciones y niveles centimétricos de chert hacia su parte superior
(Notestein et al., 1944; Clavijo,
1994; Pedraza y Ramírez, 2011). El contacto de la Formación La Luna con la
subyacente Capacho es de tipo concordante (Notestein et al., 1944), mientras que su contacto superior con la Formación
Colón podría ser de tipo discordante (Sutton, 1946; Renz, 1959; Castillo y
Mann, 2006; Cooney y Lorente, 2009).
La
litología reportada para la Formación Colón corresponde en su mayoría a shales
moderadamente calcáreos de color gris a gris oscuro y con espesores que oscilan
entre los 200 y los 450 metros en superficie y pozos (Notestein et al., 1944; Clavijo 1994). Para la
parte más norte de la cuenca (Río de Oro), la Serranía del Perijá y el
occidente de Venezuela, la unidad presenta capas de calizas hacia la base, las
cuales son referidas como el Miembro Socuy (Sutton, 1946; Sellier de Civreaux,
1952; Julivert, 1968; Martínez, 1989). Dada la escasez de secciones de
superficie completas en la cuenca y la dificultad para diferenciar esta unidad
con la que la suprayace, se suele denominar en conjunto como Formación
Colón-Mito Juan
(Notestein et al.,
1944; Julivert, 1968; Clavijo, 1994; Pedraza y Martínez, 2011).
El
pozo ECOPETROL-1, ubicado al nororiente de la Cuenca del Catatumbo, perforó en
el 2014 una sucesión del Cretácico que abarca el intervalo Mito Juan-Tibú
(FIGURA 1). La Formación Aguardiente era su objetivo primario, mientras que las
formaciones Tibú y Cogollo fueron consideradas objetivos secundarios. La
sucesión perforada está embebida dentro del tren anticlinal Socuavó
Tibú-Sardinata, que con un rumbo N-NW comprende tres estructuras anticlinales
independientes con una longitud aproximada de 50 km. Estas conforman las
estructuras productoras de los campos de Sardinata y Tibú respectivamente
(Pedraza y Ramírez, 2011).
Para el pozo ECOPETROL-1, la totalidad de la Formación
La Luna fue corazonada (59,4 m de espesor según registros eléctricos). El
espesor registrado para la Formación Colón es de 360 m, de los que se
analizaron los 80 m inferiores. De acuerdo al registro litológico del pozo
ECOPETROL-1, la parte inferior de la Formación Colón corresponde a una sucesión
de arcillolitas y margas grisáceas, mientras que la Formación La Luna comprende
una sucesión dominada por biomicritas con intercalaciones de arcillolitas
grises. Según los registros eléctricos y la disminución abrupta de la tasa de
perforación el contacto La Luna-Colón se encuentra en 2359,2 m.
Se estudiaron un total de 27 muestras correspondientes
al intervalo 2289 - 2417,4 m. De estas, 10 corresponden a ripios de perforación
(2289 - 2368,3 m; parte inferior de la Formación Colón) y 17 muestras
comprenden el intervalo corazonado de la Formación La Luna (TABLA 1).
TABLA
1.
Listado de muestras analizadas en el pozo ECOPETROL-1. En negrilla se indican
las muestras que resultaron estériles en microfósiles
Las muestras fueron preparadas por el
Laboratorio de Procesamiento Geológico (LPG) del Instituto Colombiano del
Petróleo ICP-ECOPETROL S.A., empleando el método del peróxido de hidrógeno (H2O2)
al 5% dada la competencia del material (Sohn, 1961). Una vez preparadas las
muestras, fueron tamizadas sobre las mallas 63 μm y 125 μm. Posteriormente los
foraminíferos fueron seleccionados y asignados a una morfoespecie con el fin de
identificar biozonas a lo largo de la sucesión sedimentaria. Se tuvo en cuenta
el tipo de conchilla y el hábito de vida asociado para hacer inferencias
paleoambientales de las asociaciones de foraminíferos (Corliss y Chen, 1988;
Murray, 2006; Jorissen et al., 2007).
Igualmente, se hizo énfasis en las proporciones de especies indicadoras de
paleoproductividad y paleoxigenación de acuerdo a la literatura en sucesiones
del Cretácico del norte de Suramérica (Koutsoukos y Merrick, 1986; Koutsoukos,
1992; Koutsoukos y Hart, 1990; Martínez, 2003).
Para la identificación taxonómica de las especies
planctónicas se consultó lo propuesto por Caron (1985), Nederbragt (1991),
Georgescu (2005) y Premoli Silva y Verga (2011). La determinación taxonómica de
las especies bentónicas siguió a: (1) compilaciones generales (Bolli et al., 1994; Frizzell, 1954; Loeblich et al., 1957; Loeblich y Tappan, 1988) y
(2) estudios hechos sobre los foraminíferos de la Formación Colón o
equivalentes (Cushman y Hedberg, 1930, 1941; Sellier de Civrieux, 1952;
Petters, 1955; Martínez, 1989). La bioestratigrafía del pozo siguió las
observaciones propuestas en los estudios que se refirieron arriba y el marco
bioestratigráfico definido internamente por ECOPETROL S.A para la cuenca.
Se estimaron la riqueza (S) y la diversidad de las
asociaciones de foraminíferos bentónicos utilizando los índices de
Shannon-Wiener (H) mediante el Programa Past (Hammer et al., 2001). El índice de Shannon Wiener indica la relación que
se establece entre la cantidad de especies y la abundancia relativa (pi) que
ellas presentan en la asociación.
Los valores de este índice parten de 0, representando
los valores >0 una mayor riqueza de especies (Shannon, 1948; Hayek y Buzas,
1997; Magurran, 2004).
Por último se tuvieron en cuenta resultados de análisis
previos de petrografía convencional, petrografía orgánica y de Carbono Orgánico
Total (COT; intervalo 2298,2 - 2406 m) efectuados en muestras de ripio y
corazón de las formaciones La Luna y Colón inferior. Todos estos análisis
fueron efectuados en el laboratorio de geoquímica del ICPECOPETROL S.A.
Para el intervalo analizado en las biomicritas,
bioesparitas y liditas de la Formación La Luna (2368,3 - 2417,4 m), las
muestras presentaron un recobro moderado a bajo, en algunos casos <30
ejemplares por muestra, y una preservación generalmente mala por métodos de
extracción convencional. En muestras de sección delgada del mismo intervalo se
observó una presencia alta de microfósiles. Si bien esto puede implicar un
sesgo en la información obtenida a la hora de discutir la transición entre las formaciones
La Luna y Colón, estudios previos con secciones delgadas muestran que la
composición de las asociaciones no varía significativamente con respecto a lo
observado por métodos de extracción estándar (Parra et al., 2003). Por tal motivo, los resultados que se presentarán a
continuación, los cuales se discutirán en un contexto bioestratigráfico y
paleoambiental, son los obtenidos por los métodos de extracción convencional.
En contraste, para el intervalo analizado en las
arcillolitas fisiles y niveles calcáreos de la Formación Colón (2289 - 2359,2
m), todas las muestras presentaron un recobro alto (>150 ejemplares por
muestra) y una preservación moderada a muy buena de la microfauna.
Foraminíferos representativos del intervalo analizado en el pozo ECOPETROL-1,
son ilustrados en la LÁMINA 1.
A continuación, se ilustran en un sentido
estratigráfico los resultados:
Aunque la abundancia de las formas planctónicas es
dominante en casi todo el intervalo (FIGURA
2, TABLA 2), la proporción de
formas bentónicas fue >50% solo hacia el tope de la Formación La Luna (entre
2372,9 - 2382,9 m). En el caso del intervalo con predominio de formas
bentónicas, estas corresponden principalmente a microfósiles infaunales
(>80%). Los análisis de COT muestran valores que oscilan entre 3 - 6% desde
2406 hasta 2370,7 m (FIGURA 3).
Se reconocen los géneros planctónicos trocoespirales Muricohedbergella, Whiteinella sp. y es común (>10%) la
presencia de formas planctónicas biseriales (Heterohelix spp.) y formas planctónicas indeterminadas (FIGURA 4).
FIGURA 2. A. Proporción
de las formas planctónicas y bentónicas. B.
Proporción de las formas bentónicas con conchillas de tipo hialino y
aglutinado. C. Riqueza de especies
(S) y diversidad de las asociaciones de foraminíferos bentónicos (H) del pozo
ECOPETROL-1. Se indican los intervalos correspondientes a las formaciones Colón
y La Luna.
FIGURA 3.
Proporción de las formas bentónicas con hábito de vida infaunal y valores del
carbono orgánico total (COT) en el pozo ECOPETROL-1. El cuadro con línea
discontinua indica el intervalo corazonado.
Entre las formas bentónicas se
identifican las especies infaunales Praebulimina carseyae y Bolivina
explicata, al igual que la epifaunal Anomalina redmondi (comunes en
el intervalo 2370,7 - 2382,9 m). El listado completo de las especies y sus
rangos estratigráficos están referidos en la FIGURA 5. En general las muestras
de este intervalo presentan valores bajos de diversidad y riqueza de las
asociaciones de foraminíferos bentónicos, con valores que oscilan entre 0,69 -
1,1 y 1 - 5 respectivamente (FIGURA 2,
TABLA 3).
FIGURA 4. Rangos estratigráficos de los
foraminíferos planctónicos encontrados en el pozo ECOPETROL-1. Los cuadros
azules indican presencia de taxón. En rojo se indican las muestras que
resultaron estériles en microfósiles. El recuadro negro indica el intervalo
corazonado en el pozo. La litoestratigrafía de acuerdo a registros de pozo.
Otros microfósiles marinos en este intervalo
correspondieron a fragmentos de gasterópodos, ostrácodos (pared lisa) y dientes
de peces. En las muestras es ocasional la presencia ocasional de fragmentos de
chert (origen diagenético).
La relación entre las formas planctónicas y
bentónicas muestra que las últimas son predominantes estratigráficamente por
encima del contacto La Luna- Colón (2370,7 m), comprendiendo más del 60% de la
asociación salvo en las muestras 2316,5 y 2368,3 m (FIGURA 2).
TABLA
2. Proporciones
de las formas planctónicas, bentónicas calcáreas, aglutinadas e infaunales en
las muestras analizadas del pozo ECOPETROL-1.
FIGURA 5. Rangos
estratigráficos de los foraminíferos bentónicos encontrados en el pozo
ECOPETROL-1. Los cuadros azules indican presencia de taxón. En rojo se indican
las muestras que resultaron estériles en microfósiles. El recuadro negro indica
el intervalo corazonado en el pozo. La litoestratigrafía de acuerdo a registros
de pozo.
Las asociaciones de foraminíferos bentónicos se
encuentran constituidas por conchillas de tipo calcáreo y aglutinado, siendo
dominantes (>60%) las primeras en casi todas las muestras. Solo para el
intervalo 2343,9 - 2350 m, la proporción de las conchillas de tipo aglutinado
supera el 50% (FIGURA 2, TABLA 2). Respecto al hábito de vida
de los foraminíferos bentónicos, que es definido por la morfología de las
conchillas, las formas bentónicas infaunales tienen proporciones más bajas que
las observadas en la Formación La Luna, con valores <30% en las muestras
superiores de la Formación Colón (2350, 2307,3 - 2289 m; TABLA 2). A diferencia de los valores
de COT registrados en la Formación La Luna, por encima de 2370,3 m, se
encuentran por debajo del 1% en la Formación Colón (FIGURA 3).
En
general las formas planctónicas encontradas corresponden principalmente a
formas no quilladas, siendo las especies que presentan valor bioestratigráfico Archaeoglobigerina cretacea, A. blowi, Rugoglobigerina macrocephala, Laeviheterohelix
pulchra y Spiroplecta americana, (FIGURA
4). En una baja proporción (<2% de la asociación), se identifican
también las formas Globotruncana
aegyptiaca y G. bulloides. Entre
las formas bentónicas calcáreas los taxones epifaunales más representativos
(>2% de la asociación) corresponden a Anomalina
semicomplanata, Cibicides stephensoni,
Gyrodinoides depressus y Lenticulina muensteri entre otros. Las
formas infaunales con valor bioestratigráfico corresponden a Orthokarstenia cretacea, Pullenia cretacea, Praebulimina petroleana y Siphogenerinoides
bramlettei, que figuran en proporciones moderadas a bajas (2 - 5% de la
asociación). Entre las formas bentónicas aglutinadas se encuentran Haplophragmoides excavata, Pseudogaudryinella colombiana y Spiroplectammina navarroana con
proporciones <2%. El listado completo de las especies y sus rangos
estratigráficos están referidos en la FIGURA
5. En general los valores de diversidad y riqueza de las asociaciones de
foraminíferos bentónicos son mayores que los observados en la Formación La
Luna, oscilando entre 3,07 - 2,46 los de diversidad y >20 los de riqueza
respectivamente. (FIGURA 2, TABLA 3).
Microfósiles marinos adicionales corresponden a
ostrácodos no reticulados, fragmentos de gasterópodos e invertebrados. Es
conspicua la presencia de glauconita (muestra 2368,3 m) y de pellets fosfáticos
(marrones y negros).
TABLA 3.
Estimaciones de riqueza de especies (S), diversidad (H) en las asociaciones de
foraminíferos bentónicos del pozo ECOPETROL-1.
Teniendo en cuenta la información obtenida, se discute
el modelo de edad y los paleoambientes propuestos para el contacto La
Luna-Colón en el pozo ECOPETROL-1.
Formas planctónicas de la Formación La Luna como el
género Whiteinella, sugieren un rango de edad Cenomaniano
más tardío-Santoniano de acuerdo a Caron (1985) y Premoli Silva y Verga (2011).
Otras formas planctónicas que se encontraron en la Formación La Luna como Planoheterohelix globulosa y Muricohedbergella spp., presentan rangos
bioestratigráficos más amplios y por ende también fueron encontrados en las
muestras pertenecientes a la Formación Colón (FIGURA 6). A su vez, la presencia de
formas bentónicas calcáreas como Anomalina
redmondi y Bolivina explicata
sugieren una edad de Coniaciano-Campaniano (Bürgl y Dumit, 1954; Petters, 1955;
Martínez, 2003; FIGURA 6). Con la
anterior evidencia, se propone que la Formación La Luna, en el pozo
ECOPETROL-1, tiene una edad Coniaciano-Santoniano.
En
los Andes de Mérida y la región de Maracaibo ha sido propuesto el Miembro Tres
Esquinas, originalmente para la parte más basal de la Formación Colón
(Notestein et al., 1944; Julivert,
1968). En la actualidad se considera como el tope de la Formación La Luna (De
Romero y Galea-Alvarez, 1995). Esta unidad que presenta entre 1 - 3 metros de
espesor, se caracteriza por la presencia de niveles fosfáticos, areniscas
glauconíticas y microfósiles principalmente bentónicos del género Bolivinoides. A nivel regional el género
Bolivinoides es muy común en
sucesiones del Santoniano-Campaniano en la parte central del Tetis, presentando
una gran diversificación en sus formas a lo largo del Santoniano (Dubicka y
Peryt, 2016). Dentro del material analizado en ECOPETROL-1, solo en la muestra
2368,3 m la presencia de glauconita es significativa. En analogía al Miembro
Tres Esquinas la presencia puntual de glauconita y la primera ocurrencia de Bolivina explicata en 2368,3 m podrían ser evidencias composicionales del tope de la
Formación La Luna (FIGURA 5). La
especie referida se viene reportando para la parte superior de la Formación La
Luna y en menor medida la parte inferior de Colón (Cushman y Hedberg, 1930;
Petters, 1955), proviniendo su holotipo de una localidad no especificada en los
Andes de Mérida. Por características morfológicas B. explicata haría
parte en realidad del género Bolivinoides, por lo que una redefinición
taxonómica de esta especie es recomendable a futuro.
LÁMINA 1. Foraminíferos representativos
del intervalo analizado en el pozo ECOPETROL-1. La escala representa 100 μm.
(1) Archaeoglobigerina blowi, muestra 2359,2 m; (2) Rugoglobigerina
rugosa, muestra 2350 m; (3) Muricohedbergella sp., muestra 2408,2 m;
(4) Dentalina catenula, muestra 2368,3 m; (5) Orthokarstenia cretacea,
muestra 2298,2 m; (6) Pullenia cretacea, muestra 2298,2 m; (7) Laeviheterohelix
sp., muestra 2298,2 m; (8) Bolivina explicata, muestra 2368,3 m; (9)
Anomalina redmondi, muestra 2376,8 m; (10) Praebulimina sp.,
muestra 2372,9 m.
Adicional a la presencia de B. explicata, entre 2,5 y 6 metros estratigráficamente por debajo
de la muestra con glauconita (2368,3 m), es común la presencia de individuos,
asignados a la familia Siphogenerinoididae por su baja preservación. Para el
Miembro Tres Esquinas del Perijá de Venezuela, también se han reportado
previamente especies de esa familia como Orthokarstenia
clarki y Orthokarstenia whitei
(De Romero y Galea-Alvarez, 1995).
Otra especie bentónica común para la parte superior de la
Formación La Luna es Anomalina redmondi (FIGURA 5). Esta forma bentónica es
considerada diagnóstica de la parte superior de la Formación La Luna en el Valle
Medio del Magdalena (VMM) por Petters (1955) e indicativa del Coniaciano tardío
y el Santoniano (FIGURA 6), con referencias en secciones del VMM y la parte
norte del VSM (Subcuenca de Girardot; Bürgl y Dumit, 1954; Tchegliakova y
Mojica, 2001; Martínez, 2003). La presencia de A. redmondi en
ECOPETROL-1 constituye el primer registro de la especie en la cuenca, siendo
2370,7 m su última ocurrencia estratigráfica (FIGURA 5).
FIGURA 6. Taxones con relevancia
bioestratigráfica del pozo ECOPETROL-1. En azul se indican los rangos
bioestratigráficos de los taxones que se identificaron únicamente en la
Formación La Luna. El resto de especies referidas fueron identificados para la
Formación Colón y solo se tuvieron en cuenta sus primeras ocurrencias en pozo
(extinciones en el registro estratigráfico). *Cronoestratigrafía del Cretácico,
según Gradstein et al. (2012).
Para
la Formación Colón, la presencia de los taxones planctónicos Archaeglobigerina, G. aegyptiaca, Rugoglobigerina y Pseudotextularia (FIGURA 4)
sugieren una edad de Campaniano tardíoMaastrichtiano, siguiendo los reportes
globales de Caron (1985), Nederbragt (1991) y Premoli Silva y Verga (2011).
Esto coincide con lo descrito a nivel regional por Cushman y Hedberg (1941),
Gandolfi (1955), Petters (1955) y Martínez (1989; cronoestratigrafía sensu Gradstein et al., 2012). De acuerdo a la cronoestratigrafía del Cretácico, el
intervalo estudiado estaría comprendido entre las zonas de foraminíferos
planctónicos Globotruncana aegyptiaca
y Abatomphalus mayaroensis (Gradstein
et al., 2012). Géneros planctónicos
diagnósticos como Rugoglobigerina o Laeviheterohelix son hallados
exclusivamente en las muestras de la Formación Colón (FIGURA 4).
La
microfauna bentónica de la Formación Colón en el pozo ECOPETROL-1 corresponde
en buena medida a la ya reportada en el Miembro Socuy (Cushman y Hedberg, 1941;
Sellier de Civrieux, 1952; Martínez, 1989). Por ejemplo, especies como Pullenia cretacea, Haplophragmoides excavata, Gyroidinoides
depressus, Praebulimina petroleana
y Orthokarstenia cretacea están
presentes en ECOPETROL-1 (FIGURA 5).
En un sentido regional, dichos taxones han sido referidos como indicativos de
las formaciones Colón/Molino inferior en secciones de afloramiento del
Catatumbo y la Serranía del Perijá (Zona de Pullenia
cretacea; Cushman y Hedberg, 1941; Martínez, 1989).
Para el caso del pozo ECOPETROL-1, las asociaciones de
foraminíferos planctónicos y bentónicos indican variaciones en la batimetría
como en la oxigenación de las masas de agua y los sedimentos de fondo (FIGURA 7). Por ejemplo en las
muestras analizadas para la Formación La Luna, la mayor proporción de las
formas planctónicas (quilladas y no quilladas) respecto a las bentónicas y la
predominancia de ciertas formas bentónicas infaunales como Praebulimina, indica según análogos modernos (Corliss y Chen, 1988;
Murray, 2006; Jorissen et al., 2007)
condiciones de mar abierto (plataforma externa). El predominio de formas
planctónicas biseriales en la Formación La Luna indicaría que las masas de agua
tenían ciertas condiciones de estrés que favorecieron el predominio de pocas
especies, particularmente Heterohelix
spp (Koutsoukos y Merrick, 1986; Martínez, 2003).
Información adicional sobre dichas condiciones es
proporcionada por la mayor ocurrencia de formas bentónicas de tipo infaunal,
así como en la menor diversidad en las asociaciones bentónicas, lo que sugiere
condiciones con mayor contenido de materia orgánica (MO) y menor oxigenación en
los sedimentos de fondo.
De acuerdo al modelo TROX (TRophic OXygen
Model; Jorissen et al., 1995), una mayor predominancia de las formas
infaunales estaría directamente relacionado a condiciones de eutrofismo en las
masas de agua superiores (FIGURA 7).
Los altos valores de COT (>3%) en las muestras de la Formación La Luna en
comparación con los registrados en la Formación Colón apoyarían esta
aseveración (FIGURA 3).
FIGURA 7. Interpretación
paleoambiental del intervalo analizado en el pozo ECOPETROL-1. Se indica la
paleobatimetría estimada y el grado de oxigenación en el sedimento de fondo. A. Parte inferior de la Formación
Colón. B. Formación La Luna.
De acuerdo a estudios detallados
en asociaciones de foraminíferos bentónicos del Cretácico, extraídos por
métodos estándar como en nuestro caso, las escasas formas encontradas en las
muestras de La Luna (bulimínidos), corresponden a formas oportunistas,
detritívoras, y que debieron ser particularmente resistentes a condiciones de
baja oxigenación en los sedimentos de fondo (Koutsoukos y Merrick, 1986;
Koutsoukos y Hart, 1990; Martínez, 2003). A su vez estudios de petrografía
orgánica en muestras de la Formación La Luna indican que la materia orgánica
dominante corresponde a la de tipo amorfo (MOA), predominantemente marina
(~98%) y con contenidos bajos de fitoclastos de origen continental (<5%).
Por ende, basados en las
proporciones de los foraminíferos infaunales, el predominio de planctónicos
biseriales (Heterohelix spp.) y los resultados previos de geoquímica y
petrografía orgánica, se infiere que las condiciones de eutrofismo
interpretadas en la Formación La Luna estarían asociadas a fenómenos de
surgencia (upwelling). Interpretaciones de alta productividad
superficial han sido sugeridas en asociaciones de foraminíferos planctónicos y
macrofósiles (Villamil y Arango, 1998) del Turoniano-Campaniano tardío en otras
cuencas de Colombia (Vergara, 1994; Martínez, 2003), Venezuela (Erlich et al.,
1999; Parra et al., 2003) y Brasil (Koutsoukos y Merrick, 1986;
Koutsoukos y Hart, 1990). En secciones delgadas observadas para el mismo
intervalo, se observaron la misma relación en las asociaciones de foraminíferos
planctónicos y bentónicos (FIGURA 8).
Cabe mencionar que el tipo de litología predominante en las muestras analizadas
de la Formación La Luna corresponde a biomicritas, y la acumulación
seleccionada de los foraminíferos en estas también sugeriría condiciones de mar
abierto y alta productividad superficial (Martínez, 2003).
FIGURA 8.
Secciones delgadas ilustrativas y microfósiles de la Formación La Luna en el
pozo ECOPETROL-1. A. Muestra 2354,6
m. Posible Miembro Tres Esquinas. Nótese la presencia común de la glauconita y
del foraminífero bentónico Bolivina
explicata (Be). B. Muestra
2376,2 m. Parte superior de la Formación La Luna. Nótese la acumulación masiva
de foraminíferos planctónicos quillados (Fq) y no quillados (Fn) junto con
foraminíferos bentónicos infaunales (Fb). C.
Muestra 2403,3 m. Parte media de la Formación La Luna. Nótese la acumulación
masiva de foraminíferos planctónicos y la ausencia de formas bentónicas.
Las
asociaciones de foraminíferos bentónicos encontradas en las muestras de la Formación
Colón, indican un cambio hacia condiciones de plataforma interna,
particularmente por la presencia y abundancia de rotálidos (Anomalina, Cibicides, Gyroidinoides,
Lenticulina entre otros), formas uniseriales y multiseriales alargadas (Siphogenerinoides, Nodosaria, Frondicularia),
al igual que formas aglutinadas de distinta morfología (Haplophragmoides, Spiroplectammina).
Para el caso de las formas planctónicas la presencia de géneros como Archaeoglobigerina, Rugoglobigerina y Laeviheterohelix
entre otros, ha sido relacionada con entornos neríticos medios en sucesiones
del Campaniano-Maastrichtiano de Trinidad y Brasil
(Kugler y Bolli, 1967; Koutsoukos y Merrick, 1986;
Koutsoukos y Hart, 1990). A su vez, la predominancia de organismos bentónicos
con conchillas calcáreas y aglutinadas está relacionado con sedimentos
depositados en la plataforma media e interna según análogos modernos (Murray,
2006). Igualmente, la riqueza de las asociaciones, la variedad en los
morfogrupos de los bentónicos encontrados (planoespirales, trocoespirales,
uniseriales alargados) y una mayor proporción de las formas con hábitos de vida
epifaunal, estaría relacionado con condiciones de buena a moderada oxigenación
en los sedimentos de fondo (FIGURA 8).
Estudios en asociaciones de foraminíferos modernos
(Corliss y Chen, 1988; Murray, 2006; Jorissen et al., 2007) proponen que una proporción predominante de las
formas epifaunales está relacionada con condiciones oligotróficas a
mesotróficas en las masas de agua y por ende, un empobrecimiento moderado a
leve en el oxígeno disuelto dentro de los sedimentos de fondo (Jorissen et al., 2007). No obstante, hay que
tener presente que no se conoce hasta qué punto las asociaciones previas al
Neógeno tenían comportamientos análogos a las actuales (Thomas et al., 2000). Asociaciones de
foraminíferos bentónicos con interpretaciones de plataforma media y moderada
oxigenación no solamente han sido reportadas para la coetánea Formación Molino
(Martínez, 1989), sino que han sido sugeridas para distintas sucesiones del
Campaniano-Maastrichtiano en otras cuencas de Colombia (VSM; Martínez, 2003;
Guerrero et al., 2000).
Si bien las muestras analizadas para la
Formación Colón corresponden a ripios de perforación, el tipo de litología
presente es homogéneo, principalmente margas y arcillolitas, soportando la
interpretación de una plataforma media para el ambiente de depositación.
Variaciones menores tanto en las proporciones de las formas infaunales y
epifaunales como los valores del COT no estarían condicionados por el ambiente
de sedimentación, sino por fluctuaciones locales en el nivel del mar y la
paleoproductividad (Martínez, 1989).
Basados en la información discutida en bioestratigrafía
y las inferencias paleoambientales, se hace evidente que existe un contraste en
las asociaciones de foraminíferos entre el Colón basal y la Formación La Luna
del pozo ECOPETROL-1. La variación en la calidad de preservación de las formas
(planctónicas y bentónicas), independiente del posible efecto tafonómico por la
litología, y las proporciones de las formas de habito de vida infaunal
encontradas, también apoyan esta noción. Cabe mencionar que de acuerdo a los
registros eléctricos del pozo ECOPETROL-1 el contacto La Luna-Colón se propone
en 2359,2 m. Sin embargo, la muestra 2368,3 m contiene aún especímenes
característicos de la Formación Colón. Por ende, el contacto La Luna-Colón estaría
ubicado en realidad a esa profundidad según las asociaciones de foraminíferos.
En un sentido regional, el contraste en las
asociaciones de foraminíferos encontrados en el pozo ECOPETROL-1 y otros pozos
previos soportaría la propuesta previa de una discordancia para el contacto La
Luna-Colón en la región del Catatumbo (Sutton, 1946; Cooney y Lorente, 2009).
En la medida que se ha venido aclarando el rango cronoestratigráfico de la
Formación Colón/Molino, también lo ha hecho el de la discordancia propuesta.
Inicialmente se le asignaba una edad comprendida entre el Campaniano y
Maastrichtiano, planteando que el intervalo de tiempo faltante correspondía al
Santoniano (Sutton, 1946). Esto, basado en las asociaciones de foraminíferos y
las amonitas encontradas en la Formación Colón (Cushman y Hedberg, 1930, 1941;
Notestein et al., 1944; Sutton,
1946). Sin embargo, el estudio detallado de las asociaciones de foraminíferos
planctónicos mostró que al menos para la Formación Molino (sección Río Molino)
la sucesión que suprayace a la Formación La Luna sería de edad Campaniano
tardío-Maastrichtiano temprano (Martínez, 1989). Estudios palinológicos
efectuados sobre la sección de Río Molino, coinciden con esa interpretación de
edad (Yepes, 2001).
En el caso de los análisis de las asociaciones
efectuados tanto en el pozo ECOPETROL-1 como en otros pozos en la Cuenca del
Catatumbo, una interpretación de edad similar a la de Martínez (1989) viene
siendo propuesta para la Formación Colón, sugiriendo entonces que el faltante de
tiempo podría corresponder al Campaniano temprano. Esto, soportado por el hecho
de que los microfósiles encontrados en el tope de la Formación La Luna tanto en
el pozo ECOPETROL-1 como en otros pozos de la cuenca, no sugieren una edad más
joven que el Santoniano. A su vez, estudios micropaleontológicos sobre el tope
de la Formación La Luna en Venezuela plantean una edad de Campaniano para el
contacto con la Formación Colón/Molino, sugiriendo entonces que el hiato
propuesto para la región del Maracaibo comprendería parte del Campaniano
temprano al Campaniano tardío (Sellier de Civrieux, 1952; De Romero y
Galea-Alvarez, 1995; Parra, et al.,
2003).
Se ha planteado que para el Campaniano temprano eventos
tectónicos asociados a la interacción de las placas de Suramérica, Pacífica y
Proto-Caribe causaron que la Cuenca de Maracaibo pasara de ser un margen pasivo
a uno activo (Cooney y Lorente, 2009). Dicha discordancia ha sido utilizada en
la industria como un límite de tectono-secuencia, si bien se estima que la edad
de la parte más basal de la Formación Colón así como el tope de la Formación La
Luna podrían ser diacrónicos en un sentido oriente-occidente (De Romero y
Galea-Alvarez, 1995; Lugo y Mann, 1995; Villamil y Pindell, 1998; Parra et al., 2003; Castillo y Mann, 2006).
Estudios bioestratigráficos de alta resolución dentro de la Cuenca del
Catatumbo permitirían definir el carácter diacrónico de esta discordancia.
Una serie de aspectos bioestratigráficos y paleoambientales
fueron definidos a partir del estudio de las asociaciones de foraminíferos
planctónicos y bentónicos del pozo ECOPETROL-1:
1. Formas
diagnósticas de edad como Whiteinella, Anomalina redmondi y Bolivina explicata fueron encontrados en
la parte superior de la Formación La Luna. Basadas en estas, una edad general
de Coniaciano-Santoniano es sugerida.
2.
Una edad de Campaniano tardío a
Maastrichtiano es propuesta para el intervalo correspondiente a la Formación
Colón. Foraminíferos planctónicos y bentónicos característicos de la parte
basal de Colón (Miembro Socuy) como Archaeoglobigerina,
Globotruncana
aegyptiaca, Rugoglobigerina,
Pseudotextularia, Haplophragmoides excavata, Siphogenerinoides parva y Pullenia cretacea, fueron encontradas.
3. Para
la Formación La Luna, una baja riqueza de las asociaciones y el predominio de
las formas planctónicas y bentónicas infaunales, junto con los valores altos de
carbono orgánico total, sugieren condiciones de plataforma externa, al igual
que eutrofismo en las aguas superficiales y una baja oxigenación en los
sedimentos de fondo.
4. En
contraste, para la suprayaciente Formación Colón, se observa un cambio en las
condiciones paleoambientales. Condiciones oligotróficas a mesotróficas de las
aguas superficiales y una moderada a buena oxigenación de los sedimentos dentro
de un entorno de plataforma interna son sugeridas. Una mayor riqueza en las
asociaciones de foraminíferos bentónicos, así como el predominio de las formas
bentónicas (principalmente epifaunales) sobre las planctónicas sugieren esta
interpretación.
5. En
el pozo ECOPETROL-1, al igual que en otros pozos de la cuenca, no se ha
observado una transición entre las dos interpretaciones paleoambientales y
bioestratigráficas para el contacto La Luna-Colón. En cambio, se trata de un
cambio abrupto, sugiriendo un contacto discordante entre las dos unidades, en
afinidad con trabajos previos en la cuenca.
Al Instituto Colombiano del Petróleo (ICPECOPETROL
S.A.) se agradece los permisos para publicar los resultados de este trabajo.
Diego Gómez (Stratos Consultoría Geológica) colaboró en la obtención de las
imágenes de los ejemplares. Dos revisores aportaron comentarios y sugerencias
para mejorar el manuscrito original.
Esta contribución desea rendir homenaje a José Ignacio
Martínez†; mentor, amigo, y apasionado investigador de los foraminíferos y la
paleoceanografía del Cretácico y el Holoceno en Colombia.
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Forma
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