Gestión educativa basada en un sistema de
calidad en instituciones de educación universitaria
Clara Elena Barrios Barraza: Docente psicorientadora,
de la Institución Educativa Distrital María Cano (Barranquilla). Especialista
en Pedagogía, de la Universidad del Bosque (Bogotá). Especialista en Docencia,
de la Universidad Cecar (Sincelejo). Magíster en
Educación, de la Universidad de Zulia (Venezuela). Doctora en Educación, de la
Universidad Urbe (Venezuela). Correo electrónico: clarele0131@hotmail.com.
Resumen
En este artículo se presenta la propuesta de un modelo de
gestión educativa basado en un sistema de calidad en las instituciones de educación superior de la ciudad de
Barranquilla (Colombia). Se ubica en la
línea de investigación de gerencia educativa y se enfoca en la temática de estilos y tendencias gerenciales. El
objeto de estudio hace parte del paradigma cualitativo pospositivista,
se desarrolla con el método
hermenéutico con un diseño de investigación correspondiente a la
teoría sustantiva. La información fue tomada a través de las técnicas de
observación directa y de entrevistas cualitativas. Se resalta del estudio el modelo
de gestión educativa como el más grande reto que se debe tener
en las instituciones de educación superior,
y de igual manera se debe entender que es una herramienta para aumentar la eficacia, eficiencia, oportunidad y
flexibilidad en los sistemas educativos, enmarcado en el logro de resultados
de calidad y la utilización de la cultura del seguimiento y la evaluación, como
el instrumento fundamental para fortalecer la educación, logrando con ello
orientar la toma de decisiones, las políticas y las planificaciones hacia los
objetivos de la calidad.
Palabras clave: gestión, sistema educativo, calidad de la
educación, educación superior.
Educational Management based on a
quality system in higher educational institutions
Abstract
In this paper an educational management model based on a quality
system in Higher Educational Institutions in Barranquilla (Colombia) is
presented. This research is placed on the research line of Educational
Management and it focuses on the themes related to management of styles and
management trends, The object of study belongs to the
qualitative post- positive paradigm; it was developed with the hermeneutic
method with a research design corresponding to the Substantive Theory. The data
was taken using direct observation techniques and qualitative interviews. It highlights the educational management model as one
of the greatest challenges that higher education institutions must have,
understanding that it is a tool to increase effectiveness, efficiency,
opportunity, and flexibility of education systems, framed in the achievement of
quality results and the use of the evaluative culture as a fundamental tool for
educational strengthening, in order to guide decision making, policies and
planning towards the achievement of quality objectives.
Keywords: management, education system, quality of
education, higher education.
Gestión educativa basada en un sistema de
calidad en instituciones de educación universitaria
Introducción
Las
universidades están influenciadas por el contexto donde se encuentran ubicadas, lo que
las compromete a destinar sus esfuerzos para una gestión educativa de calidad,
que busque desarrollar una nueva forma de actuación y, por ende, avanzar en el
proceso de la enseñanza y del aprendizaje, cambiando la estructura que se
considera tradicional por diseños innovadores, especialmente para poder hacer
frente a la incertidumbre, las exigencias y la globalización.
Por
esta razón, es importante que las universidades cuenten con herramientas y
propuestas de calidad, las cuales han surgido por las necesidades del entorno
globalizado, pero muchas de estas no establecen una gestión basada en
principios de la calidad o de estrategias
de gestión que tengan como objetivo la satisfacción de las necesidades y expectativas de sus
empleados; tampoco recopilan
aquellos aspectos que deben ser desarrollados de manera efectiva en un sistema
de gestión, limitándose a una única perspectiva o enfoque y dejando de lado una
gran diversidad de puntos de vista, lo cual no permite a las instituciones de
educación superior conocer los puntos fuertes y aspectos del sistema de calidad
que necesitan ser mejorados para avanzar hacia una mejor gestión.
Bajo
esta visión, la calidad educativa es una estrategia de gestión que está
orientada a crear conciencia en todos los procesos organizacionales, y está
amparada en el principio de la satisfacción del alumnado, lo que necesariamente
implica la transformación de todos los elementos que componen a la
organización, aunado al compromiso de todos los que hacen vida en ella, que
persiguen además la calidad de sus procesos. Cuando se hace el análisis de la
calidad en la educación superior se hace énfasis en la importancia de la
temática que forma parte del sector educativo, por cuanto los procesos que
propician la transformación institucional, del estudiante y de la sociedad.
De lo
anterior, se destaca que la política de calidad en las instituciones de
educación superior en su concepto va relacionada con la capacidad de
transformación y cambio de la universidad. Este concepto es paralelo al de
gestión de calidad total, que pone el énfasis en la necesidad de gestión del
cambio ante las nuevas demandas de la sociedad, de mejora y reingeniería de
procesos, de introducción de la tecnología actual, de adaptación de los
recursos humanos y de nuevas formas de organización institucional.
De
acuerdo con lo descrito, el objeto de estudio persigue proponer un modelo de
gestión basado en un sistema de calidad de la educación en las universidades
del municipio de Barranquilla, Colombia. Las explicaciones de los elementos concernientes a
este enfoque pueden estar presentes en todo el estudio, requiriendo
argumentarse desde un referente conceptual de la gestión educativa y la calidad
en la educación, además de profundizar en la percepción de los miembros de las
instituciones educativas.
De lo
antes señalado, ese artículo se divide en tres momentos: en un primer momento,
busca describir el escenario del problema; en un segundo momento, describir
teorías referenciales, el recorrido metodológico y realizar el análisis e
interpretación de
la información, para así reflexionar y puntualizar con un constructo teórico que
permita dar respuesta a los propósitos iniciales del estudio, y en un tercer
momento, resaltar los hallazgos, conclusiones y recomendaciones que sirven de
preámbulo para generar la teoría sustantiva, derivada de la investigación
descrita en el presente artículo.
Acercamiento a la
realidad de las instituciones de educación superior
A lo
largo del tiempo las universidades de todo el mundo se han ido adaptando a los
constantes cambios del entorno; esto ha traído como consecuencia el tener que
asumir distintas concepciones, paradigmas, enfoques y estrategias de gestión
como organización, con el propósito de saber cómo gestionar un mejor nivel de
rendimiento organizacional y, por consiguiente, ser más competitivas y exitosas. La gestión
administrativa con filosofía de calidad educativa cumple un papel importante
a la hora de obtener beneficios
organizacionales.
Por
esta razón, las universidades demuestran una realidad innegable: deben cambiar,
hacer desde sus cimientos
una profunda modificación de las coordenadas políticas, sociales, científicas y
técnicas, y deben acomodarse
a las nuevas demandas de formación que se le plantean como importante reto
institucional. Para hacer frente a estos cambios, Palomares, García y Castro
(2008) afirman que «los gobiernos
y organismos implicados en la educación superior deben tratar de implementar
estrategias para mejorar la
eficiencia de las instituciones universitarias y asegurar la correcta
utilización de los recursos».
El
criterio expresado de los anteriores autores lleva a reflexionar acerca del sistema educativo
en el nivel superior de
todo el mundo, porque experimenta cambios importantes; el presente siglo será
el periodo de mayor crecimiento en la historia de la educación superior, con
cambios cualitativos en el sistema, de tal manera que las universidades estarán
obligadas a hacer reajustes importantes, con el fin de encajar en los nuevos sistemas de la
gestión educativa.
En
relación con la reflexión anterior, comenta Caraballo (2013): «Las universidades que
se avocan a una gestión educativa que conduzca a un sistema de calidad
proporcionan una concepción distinta a sus beneficiarios; esto a su vez fomenta la mejora
continua e involucra a todos
sus actores, centrándose al máximo en la satisfacción». Se puede precisar como filosofía que la
gestión viene dada por
el cuerpo directivo que debe estar totalmente comprometido; por otro lado, la
calidad sería los requerimientos del cliente, ya sea interno, ya sea
externo; ahora,
cuando se habla de que sea de manera total, se infiere que todos los miembros de la
organización deban estar involucrados tanto como sea posible.
Al
respecto, para González (2003), «una universidad de calidad es aquella que aporta una
formación integral al alumno, de modo que responda a sus necesidades laborales
y sociales». Es decir, aquella que posea profesores preparados y conscientes de
su función, con un conjunto plural de metodologías que combinen lo teórico con
lo práctico; unos sistemas de evaluación del rendimiento académico coherentes
con los objetivos; un sistema de orientación y acción tutorial que responda a
las demandas del alumnado, y unos recursos materiales adecuados a las
necesidades de la comunidad universitaria.
En
Colombia este concepto de universidad de calidad se plantea como un proceso de
formación permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una
concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de
sus deberes. En ese orden de ideas, la Constitución Política establece las
líneas fundamentales de la naturaleza del servicio educativo, la configuración de su
sistema y cómo este debe
garantizar la continuidad de los ciudadanos en toda la cadena formativa.
Bajo
esta perspectiva, comenta la Ley 30 de 1992 que la educación superior se ha
constituido en uno de los retos más importantes en el desarrollo global del
país. En esta Ley se concibe la educación superior como un proceso permanente
que posibilita el desarrollo de las potencialidades del ser humano de una
manera integral, y tiene por objeto el desarrollo pleno de los alumnos y su
formación académica o profesional. Esta busca alcanzar unos objetivos a través
de las políticas de Estado, tales como ampliar la cobertura y mejorar la
equidad, aumentar calidad y la pertinencia, y hacer que la gobernabilidad
y las finanzas funcionen
mejor en la educación.
Con
el planteamiento anterior, se puede sostener que hace falta la aplicación de
una gestión educativa, basada en un sistema de calidad en algunas instituciones
de educación superior en el distrito de Barranquilla, lo que hace difícil
producir un cambio que incorpore e integre los valores y principios básicos de
la excelencia universitaria;
además no permite a las instituciones conocerse a sí mismas para mejorar su
funcionamiento, evaluar, revisar, así como orientar sus políticas internas a la
mejora continua para alcanzar
esa excelencia.
Universidades
que muestran los síntomas que producen la ausencia de un modelo de gestión
basado en un sistema de calidad presentan indicadores como estructuras débiles
para trabajar en equipo; falta de procesos organizacionales; poca financiación para la innovación,
tecnología y la investigación; poco conocimiento de los docentes en el manejo
de sistemas de calidad;
y perfiles idóneos y modelos de gestión no pertinentes a las necesidades de
los estudiantes. Tales síntomas generan la inquietud para comenzar a mejorar su
parte organizacional, planteándose preguntas como: ¿cuál es el modelo de
gestión educativa basada en un sistema de calidad que se debe utilizar en las
instituciones de educación superior en Barranquilla?, y ¿cuál es el efecto que
produce la gestión educativa basada en un sistema de calidad en las
instituciones de educación superior en Barranquilla?
Modelo de gestión
educativa basada en un sistema de calidad
La
gestión educativa exige rigurosos procesos de diagnóstico, planeación,
ejecución, seguimiento, evaluación y reconocimiento de las experiencias
significativas, en relación con el sistema de calidad educativa.
Para
González (2012), un modelo en la gestión educativa es la representación de carácter
conceptual de la compleja realidad que surge a partir de sucesivas
interacciones y a la práctica que ocurren en ellas, lo que permite comprender
una parte de la realidad, es decir, generar un proceso de mejora continua parte
de un esfuerzo colectivo y de sistematizar, comprender y aplicar los conceptos
fundamentales que lo conforman.
Los
modelos de gestión educativa están más vinculados con la capacidad de impulsar
procesos de cambio cultural y organizacional que se despliegan en un futuro
inmediato, para promover las prácticas y las visiones de la organización
escolar, lo que facilita las comunicaciones interna y externa, de retroalimentación
permanente respecto a logros, que tienden a evaluar los nuevos desafíos de la
educación superior.
El
modelo de calidad educativa debe mantener inmerso al estudiante como una
potencia que prevalece en actitudes sociales y se enriquece cognitivamente, y
que desarrolla un proceso, donde intervienen las emociones, los aspectos de su
personalidad, los conocimientos previos y las ansias de aprender aún más,
queriendo incidir de manera positiva, para generar un sistema de educación de
alta calidad.
Elementos del sistema
de calidad en las instituciones de educación superior
La
educación superior forma parte del sistema educativo y constituye una etapa
para la formación integral del ciudadano. Es por ello que más allá de una
formación integral forma parte de la realización plena de la condición humana, científica y
técnica; ella debe promover
el logro de objetivos que tienen relación con la realización plena de la
condición humana.
Se
trata de lograr el pleno desarrollo de la personalidad y el logro de un hombre
sano, culto, crítico y apto para convivir en una sociedad democrática, justa y
libre, basada en la familia como célula fundamental y en la valoración del
trabajo, en la preservación y enriquecimiento del ambiente, capaz de participar
activa, consciente y solidariamente en los procesos de transformación social,
consustanciado con los valores de la identidad nacional y con la comprensión,
la tolerancia, la convivencia y las actitudes que favorezcan el fortalecimiento
de la paz entre las naciones y los vínculos de integración y solidaridad
latinoamericana.
La
educación tiene como propósito la formación de individuos en todos los
aspectos, lo que implica una formación integral del hombre. Esto hace necesaria
la instrucción basada en un sistema de calidad, por lo que Palacios (2010)
sostiene que la educación de calidad viene determinada por dos elementos: la disposición y la
eficiencia, por lo que refiere que la educación es de calidad en la medida que se
muestre coherente y eficaz.
Una
educación de calidad es esencial para el aprendizaje verdadero y el desarrollo
humano, por lo que se ve mediada por factores que proceden del interior y el
exterior de la organización, que busca, además de propiciar la transmisión de
aptitudes necesarias para el éxito en una profesión, la indudable conexión entre la
eficiencia y la eficacia que forma parte de la equidad o de la igualdad de
oportunidades en la educación.
Para
González (2010) existen dos fases descriptoras de la calidad; estos elementos
constituyen una base sólida que permite sintetizar lo prioritario en las
organizaciones educativas. Primero una fase identificada con el control de
calidad,
en donde se destaca el empleo de técnicas aplicadas en la producción y en la
gestión empresarial. Luego, la segunda fase describe el aseguramiento de
calidad, donde lo necesario es mantener un nivel continuo en la garantía del producto,
poniendo máxima atención en
los sistemas y procedimientos para minimizar los riesgos.
En
lo que se refiere a la calidad, considerada como uno de los principales
conceptos básicos que abarcan las funciones y actividades de la educación
superior, De la Torres (2010) requiere la instauración de un sistema nacional
de evaluación y acreditación; la revisión de los procesos de innovación y
actualización curricular; el mejoramiento de los métodos de enseñanza, y la
utilización de las actuales tecnologías de información y comunicación,
particularmente en sistemas abiertos y a distancia. Asimismo, de un
mejoramiento significativo
en los procesos de selección del personal docente, su entrenamiento, el
fortalecimiento de las políticas para la investigación acompañados de programas
funcionales de equipamiento y desarrollo de la infraestructura física.
Posteriormente, la calidad total, con una teoría centrada en la satisfacción de
las
expectativas del individuo, es decir, la idea de que el sistema educativo de calidad debe
adaptarse a las modificantes y demandas de los estudiantes y procurar la
satisfacción de sus necesidades, para motivar la creación de programas
educativos.
En
relación con los programas educativos, Schmelkes
(2000) considera cuatro aspectos importantes en el sistema de calidad de la
educación: la relevancia,
que se refiere no más que a lo aprendido con los intereses y calidades de los alumnos;
la equidad, referente a la necesidad de reconocer puntos de partida distintos; la
eficacia, que se refiere al logro de objetivos de aprendizaje, y, por último, la
eficiencia, que se relaciona con lo que cuesta alcanzar los objetivos deseables.
Esencialmente
la formación universitaria no se puede lograr solamente con la enseñanza de
conocimientos, habilidades y destrezas, sino también mediante el testimonio de
su profesorado en el comportamiento y en la acción, de tal manera que el
ejemplo y la conducta le permita al estudiante encontrarse en un diálogo
constante y asuma a su vez un comportamiento en hábitos y normas de conducta
que lo estimulen a asumir esos valores, especialmente los relacionados con los
valores éticos.
En lo
que respecta al sistema de calidad de la educación superior, Fernández (2010)
expone que la calidad de
esta instrucción abarca todas las funciones y actividades principales, como lo
son: la calidad de enseñanza y la investigación. Sin embargo, la búsqueda de la
calidad educativa en este campo tiene muchas facetas, por lo que implica suma
atención a la calidad del tiempo de los estudiantes y del entorno académico de
los mismos.
Todos
estos aspectos relacionados con calidad, unidos a un interés adecuado por parte
de la población estudiantil, representan un papel importante en la manera cómo
funciona la organización, en la forma que es evaluada la imagen institucional y
ante la colectividad general, ya que esta es considerada una educación
multifuncional y supone el esfuerzo continuo para cumplir en forma responsable con las
exigencias propias de
cada una de sus funciones.
Rol del docente en la
gestión educativa basada en un sistema de calidad
La
docencia es considerada como un proceso organizado, intencional y sistemático
que orienta los procesos de enseñanza-aprendizaje, exigiendo en el docente el dominio
de su especialidad, así como el conocimiento de las estrategias, técnicas y
recursos psicopedagógicos que promuevan la interacción didáctica y los aprendizajes
significativos en los estudiantes.
El
docente universitario es fundamentalmente un diseñador de métodos de
aprendizaje, un suscitador de situaciones de aprendizaje capaz de trabajar en
equipos multifuncionales, difundir el conocimiento que propicien la inversión
de los procesos de innovación y cambio. De manera general se puede decir que el
docente se desempeña en la atención tanto del estudiante como en las
actividades programadas de enseñanza, las rutinas diarias y donde sea necesario
para aplicar sus conocimientos.
Para Mañu (2010), el rol es la función o el papel asumido por un
ser humano en
un cierto contexto. La nueva sociedad de la información, conocimiento y talento
humano resalta la importancia del valor del conocimiento, tanto tácito como explícito. Esto
ha llevado a las universidades
y a su gente a repensar y a construir estrategias efectivas para captar a los
mejores, con el objetivo de fortalecerse y hacerse más competitivos, para
posicionarse de forma efectiva en el mundo académico.
De
acuerdo con lo anterior, el rol del docente, por tanto, es una función que
asumen los profesores y que abarcan múltiples responsabilidades y dimensiones
que tienen efectos importantes en la sociedad. La persona que cumple el rol
docente se encarga de educar a otras. En el sentido más básico, brindar
educación consiste en suministrar información y desarrollar explicaciones para
potencializar el pensamiento
y fortalecer habilidades en los alumnos que estén en condiciones de asimilar
los contenidos.
Por
su parte, Rupérez (2014) afirma que el docente ante todo es un ser humanista, reflexivo
y facilitador del aprendizaje,
en función de una actitud permanente para innovar anticipando situaciones en la
formación de estudiantes responsables, solidarios, críticos, con la capacidad
de discernir, con autonomía, creativos y con valores sólidos. Un buen rol
docente demuestra sus habilidades en pro de un cambio de actitud de los
estudiantes; por ello no solo les enseña el contenido programático, sino que reafirma los
valores que le faciliten
el desenvolvimiento dentro de la sociedad, para contribuir con su formación
integral.
En
tal sentido, la calidad del rol del docente requiere recursos didácticos orientados a la
excelencia, es decir, que sean eficaces y eficientes en lo que respecta al
proceso de enseñanza y aprendizaje. El docente debe reunir el perfil y las
competencias propias para desempeñarse en un nivel, modalidad o área de
conocimiento; factores determinantes de la personalidad del educador de
excelencia. De igual manera debe ser un recurso humano altamente calificado como
condición necesaria para
la promoción de las investigaciones y la innovación (OCDE, 2014).
Para
ello, Day (2009) refiere que el docente debe contar con los elementos que lo lleven a
modificar su práctica, esto es, contar con la teoría, los métodos, las estrategias
y las técnicas que le permitan intervenir en su entorno laboral. En este
sentido, se enfatiza que el docente asume su rol cuando planifica, evalúa e
investiga experiencias, considerando además de los diseños curriculares y la
institución, a la familia, la comunidad y la sociedad como los agentes que
intervienen en el proceso educativo.
La
responsabilidad que muestra en el cumplimiento de sus funciones no se delega,
se mantiene. En la medida en que sea más culto, preparado, capaz de utilizar
los últimos avances de la revolución científico-técnica, más estará en
condiciones de dar respuesta a las inquietudes y dudas que puedan presentar sus
discípulos, para hacer de la gestión educativa una vía para el cumplimiento de
los objetivos y la misión que se propone la universidad a la entrada de este
siglo.
En
consecuencia, la autoridad, el poder del educador hay que entenderlo como una
energía básica y la capacidad para servir a los demás, a los estudiantes y a la
sociedad en general; entenderlo como la autoridad moral necesaria para promover
y desarrollar la acción educativa que permita traducir las intenciones y
finalidades del proceso de
enseñanza aprendizaje o docente educativo en realidades concretas que mejoren y enaltezcan
la existencia y naturaleza
humana. El profesor, a través del liderazgo eficiente, alcanza a crear una situación
positiva y un ambiente favorable donde es más fácil que él y sus estudiantes
logren lo siguiente: comprender la misión y las funciones del proceso
educativo; fomentar una unidad de acción orientada a los propósitos u objetivos
comunes del proceso educativo; defender la identidad cultural, el sentido de
pertenencia y la cohesión social de la escuela; promover la participación, la
comunicación y la cooperación entre los estudiantes del grupo para
superar los conflictos internos,
y preservar la integridad del grupo y de la escuela mediante el desarrollo de
valores, el cumplimiento de las normas y el mejoramiento de las relaciones
interpersonales, públicas y sociales.
De
igual manera, generar cambios de mentalidad y de actitud en los estudiantes, en
función del desarrollo de la escuela y de su personalidad, tanto desde el punto
de vista de su instrucción como de su educación, consolidar los cambios
logrados en los estudiantes mediante la creación de escenarios de interacción
creativa, formativa y productiva, en las dimensiones curricular y
extracurricular con un sentido extensionista, para su mejoramiento
continuo y sostenido.
Es
importante tener en cuenta que el líder, a diferencia del profesor tradicional,
reconoce la necesidad del cambio; innova; crea; concentra a los estudiantes; inspira
confianza; motiva y
promueve la participación de los estudiantes en las diferentes tareas
ejerciendo el control de estas; enfrenta con optimismo los desafíos del futuro;
es disciplinado; promueve el saber; escucha; hace hablar; evalúa junto al
grupo; estimula, o en una palabra, hace las cosas que hay que hacer.
Para Azzerboni (2010), del educador se espera, en su rol de
profesor, que sea guía o tutor, que sea capaz de orientar de un modo
particular, personalizado, al educando, permitiendo a su vez que, en
concordancia con la etapa de desarrollo en que este se encuentra, alcance mayor
autonomía en el proceso educativo y de autoformación en general. Por otra
parte, del educando se espera, como resultado de estas influencias, una
serie de
transformaciones que se traduzcan en un ser humano enriquecido, con nuevas
competencias y recursos que le permitan un mejor desempeño para asumir los
retos que le esperan en el futuro y para convertirse en diseñador, hacedor de
su propio proyecto de vida.
Los
profesores y los tutores en la universidad actúan para ayudar a un grupo a lograr
objetivos. No existe actividad
humana que no esté dirigida a la realización de algún objetivo o grupo de
objetivos. En el cumplimiento de estos se reflejan ante todo las leyes objetivas, las
exigencias de las leyes del
desarrollo económico y social, en lo referido al liderazgo del profesor y el
tutor.
No
basta con reunir los requisitos necesarios para el cargo ni con acumular una larga experiencia
docente y de dirección. Las posibilidades de éxito en la actualidad
encuentran sus raíces fundamentales en la capacidad del dirigente de afianzar
los mejores valores de
lo humano y proyectarlos al futuro, con el auxilio de lo más avanzado de la
dirección científica. Depende de lo que se haga hoy pensando en el porvenir. Y esto
es así por una razón no nueva, pero de extraordinaria vigencia.
Las
funciones del profesor y el tutor, según se desprende de estas
reflexiones, se
pueden resumir en un conjunto de acciones que forman parte de la propia gestión
educativa, entre las que merece mencionarse: control y ubicación de la
bibliografía básica y complementaria, de los videos, esquemas lógicos y otros
medios, resultados del diagnóstico de la asignatura.
Todo
ello referido al tutor académico en este caso, por solo citar algunas de sus
funciones, en cuanto al tutor pedagógico: caracterización de cada alumno y
grupo; diagnóstico de cada alumno y grupo; plan de trabajo educativo
personalizado de grupo; control de los resultados integrales de los alumnos y
grupos; control del trabajo desarrollado por los alumnos y grupos, y las tareas
de impacto de cada alumno y grupo.
Efecto de la gestión
educativa basada en un sistema de calidad
La
buena gestión de una organización educativa parte de que el gerente esté suficientemente
actualizado con temas de
la propia gestión, para llevar a cabo estrategias organizativas que procuren
mejorar la calidad de esta institución. La calidad educativa está
intrínsecamente relacionada con el funcionamiento de los procesos didácticos o
pedagógicos, siendo esto posible si se establecen dos acciones básicas: la
elaboración de un proyecto en la organización, que será herramienta fundamental
para reorientar la institución que busca la excelencia, y segundo, el desarrollo de
equipos
de trabajo, garantes de las tomas de decisiones asertivas sobre y para la
educación de calidad.
En
este contexto, es importante que los recintos educativos construyan un
sistema de calidad cuyo objetivo primordial sea el desarrollo de la
inteligencia y de los valores de cada uno de los estudiantes, que
planifiquen, ejecuten
y sean mediadores de métodos didácticos que nos lleven a promover una gestión
educativa de entereza y calidad. De esto se deduce que implementar la gestión
de calidad en las organizaciones educativas depende principalmente del gerente
y su cohorte, dando por sentado que las instituciones educativas solo
evolucionan y mejoran en la medida en que se involucre todo su personal.
En
este mismo orden de ideas, Farjat (2010) describe que
para lograr una buena gestión educativa, es imprescindible generar la cultura
de desarrollo en la que sus miembros tengan la capacidad para abordar los
problemas con propuestas nuevas o creativas, aprovechando las cualidades y experiencias
de cada uno de
los integrantes, orientados siempre a programas innovadores, donde cada una de
las responsabilidades sean compartidas, a fin de enriquecer el sistema de calidad
de las organizaciones educativas.
Pereira
et al. (2016) conciben que para «operar una organización en forma exitosa se requiere
que esta se dirija
y controle en forma sistemática y transparente, donde pueda lograr el éxito implementado y
manteniendo un
sistema de gestión de calidad diseñado para mejorar continuamente el desempeño
mediante la consideración de las necesidades de todas las partes interesadas».
Recorrido
metodológico para llegar a la gestión educativa basada en un sistema de calidad
en las instituciones de educación superior
El
recorrido metodológico que sustenta la investigación de este artículo parte de
la triangulación del conocimiento de la realidad en estudio, de las teorías
referenciales y de los aportes y profundidad a la que el investigador quiere
llegar. Por tanto, la gestión educativa basada en un sistema de calidad para
las instituciones de educación superior es una investigación que en su
recorrido metodológico utiliza como primer paso la concepción del paradigma
cualitativo positivista, que, de acuerdo con Lorraine
y Hugues (2008), tiene como finalidad la de probar las teorías y
relacionarlas con las variables, es decir, explicar y verificar teorías.
En el
ámbito educativo, la aspiración básica de este paradigma es descubrir las leyes
por las que se rigen los fenómenos educativos y elaborar teorías
científicas que
guíen la acción educativa.
De
igual manera, Denzin y Lincoln (2005) acompañan la
idea de que este tipo de investigación puede resolver situaciones
problemáticas, debido a que se contemplan las interpretaciones del mundo,
tomando en cuenta muchas variantes de una teoría sustantiva. Un segundo paso
del recorrido metodológico que se utiliza está revelado bajo la perspectiva del
método hermenéutico, el cual, sostiene Blumer (2009), es un proceso en el cual las personas
interactúan para construir significados, donde la mente humana defiende el análisis y
la interpretación de la
acción humana, y Heidegger (2014) añade que es un método de la ciencia
interpretativa en busca de leyes; por ello intenta representar y comprender el proceso de asignación
del significado al mundo
real.
El
tercer paso se da a través de las técnicas de observación documental y de la
entrevista cualitativa. Según Navarrette (2012),
desde la teoría sustantiva, esta técnica atribuye profundidad, ya que busca
comprender el
significado que tiene un evento específico para los actores involucrados y el entorno. De
esta manera se pasa a consolidar los alcances establecidos, dando origen a los
resultados, reflexiones finales y recomendaciones.
Teoría sustantiva de
la gestión educativa basada en un sistema de calidad en las instituciones de
educación superior
Generar
una teoría que abarque toda una gestión educativa basada en la calidad que las
universidades deben considerar no es tarea fácil, sin embargo, al consolidar la
investigación, es de satisfacción del investigador considerar características
de este sistema que se pretende instaurar en la educación superior, a fin de
que se mejore la calidad educativa.
Entre
estas características está el que poseen fines y propósitos que orientan
la actividad; además existen grupos de personas con relaciones interpersonales
ordenadas, que realizan funciones y actuaciones con determinados fines, que se mantienen en
la búsqueda de la eficacia,
productividad y racionalidad; además, sus funciones son variadas y complejas, los
integrantes que las forman también son variados.
De
igual forma, las universidades se consideran organizaciones donde convergen una
serie de recursos, que se articulan para el alcance de los propósitos, los
cuales, desde un enfoque sistémico, pueden sugerir indicadores, para apreciar
cuando una institución se considera de calidad. Entre los que el investigador
encontró, se destaca el beneficio
educativo, como el resultado que busca la universidad, el cual debe ser que sus
estudiantes adquieran niveles educativos de calidad, vista como producto final,
de una formación integral
del ser humano, donde no solo se ofrezcan conocimientos, habilidades y
destrezas, sino también se integre el aprendizaje de valores morales, éticos,
sociales, religiosos y cívicos, y otros
que se consideren indispensables para el desarrollo del estudiante como futuro
adulto y profesional.
En
este sentido, la calidad del beneficio educativo, vista como producto final, está
relacionada con la formación intelectual, dirigida en razón de formar para la
asimilación de conocimientos e internalización de actitudes ante el saber. Pero
además el producto educativo de calidad refleja una formación moral que mejora el
comportamiento en lo personal y lo social. Todo esto busca facilitar la
supervivencia e integración en un ámbito vital específico; es decir, la educación debe
poseer una proyección práctica para la vida.
De
acuerdo con esto, existe la necesidad de revisar constantemente las variaciones del
contexto para adaptar el
proceso educativo a los cambios del entorno, donde el producto educativo como un identificador
de calidad sea reflejo del proceso educativo, ya que cualquier
institución de educación superior que busca la calidad debe tener en su misión
mejorar y obtener egresados de calidad, lo que genera en ella prestigio y valor.
Por
otra parte, otro de los indicadores que puede contribuir a medir la calidad es
la satisfacción en los estudiantes; si se hace referencia al concepto básico de
calidad, esta es la acción que produce satisfacción al cliente, por lo que se
puede transpolar este concepto a que los estudiantes, además de ser elementos
fundamentales del proceso educativo, son los clientes que llegan a la
institución a recibir un servicio, y si este es de calidad podrá satisfacer sus
necesidades.
La
satisfacción de los estudiantes puede ser amplia; sin embargo, mencionando
algunas de las necesidades que deben ser cubiertas, está cuándo las condiciones
de la institución les ofrece seguridad y comodidad suficiente, seguridad
emocional; cuando garantiza el disfrute de afecto y buen trato, que son
necesarios para el desarrollo de una personalidad equilibrada, satisfacción por
pertenecer a la institución, satisfacción por el sistema de trabajo, el cual
contempla el contenido de los programas, materiales, medios audiovisuales,
sistemas de evaluación, entre otros.
Así
como debe haber dentro del modelo de gestión basado en la calidad una
satisfacción del estudiante, debe haber también una satisfacción del personal
de la institución; en especial de los profesores que se constituyen en uno de
los factores con los que debe contarse. Sin embargo, los constates avances y
cambios obligan a considerar a otros profesionales que también intervienen en
la institución, llevando a cabo funciones de apoyo educativo, asistencial o
administrativo.
Así
como también se puede estudiar través de los parámetros de satisfacción, las
condiciones materiales, los recursos, instalaciones y elementos de carácter
físico con los que cuentan los profesionales para el desarrollo de sus funciones, los cuales
se manifiestan por
aspectos como retribuciones económicas, seguridad e higiene de las
instalaciones físicas, disponibilidad de materiales didácticos, entre otras.
La
satisfacción del personal también se atiende en función de la seguridad del
ejercicio de su profesión, en relación con los requisitos de carácter
profesional que le permitan a un profesor sentirse seguro en su situación actual; así como
tener confianza en las posibilidades
de conservar su trabajo en el futuro, debe existir estabilidad para ello, oportunidades
para su formación, posibilidades de cambio a otras especialidades, posibilidad
de cambio a funciones no docentes, entre otras posibilidades.
Es
igualmente importante la satisfacción por la estructura del funcionamiento
institucional; esto en relación a que el docente no es solo un profesional que
trabaja de manera aislada con su grupo de estudiantes, forma parte de una
organización social, compuesta por todo el personal de la institución, además
de formar parte de las comisiones, equipos, consejos, entre otros; es decir,
está totalmente involucrado con la estructura funcional de la institución.
Precisando,
de acuerdo con lo planteado, una institución de educación superior que sea de
calidad proporciona a los profesores satisfacción por el prestigio profesional;
lo cual se evidencia en el sentimiento satisfactorio del docente, por el
aprecio que le ejerzan instancias ajenas a él, como reconocimientos por parte
de la institución, programas de formación, sistemas de desarrollo, autonomía.
Por
otra parte, la calidad debe ir de la mano con el efecto de impacto, esto es,
que la institución debe ofrecer productos educativos que no solo se enfoquen en
mejorar las condiciones de vida y el éxito personal de los estudiantes que estuvieron allí,
sino que pueda tener efectos óptimos en los espacios de vida donde se
desenvuelven. Este efecto es la repercusión que la educación recibida por los
sujetos que han sido formados en estas instituciones educativas, así como sobre los
contextos en los que desarrollan
su vida. Estos ámbitos de efectos se encuentran en los ámbitos familiar,
académico, laboral y social.
Después
de haberse hecho referencia a los elementos que identifican a una universidad de
calidad, se puede instituir que cualquier organización educativa puede lograr
la calidad deseada, siempre y cuando revise su pasado, analice el presente y
visione su futuro. De esa manera podrá obtener los resultados deseados.
De
acuerdo con lo planteado, se puede decir que, cuando las universidades están
dispuestas al cambio y buscan obtener la calidad tanto de sus recursos como de
sus procesos, alcanzan resultados que las convierten en organizaciones
preparadas para afrontar retos y cambios del futuro; por ello se considera con
características distintas a las tradicionales, donde sus metas y propósitos
están definidos en
función de producir resultados y productos de calidad.
Tomándose
en consideración las áreas claves en el desempeño, las universidades de calidad
arrojan resultados en relación con los programas; con currículos cuidadosamente
planeados y coordinados que respondan a las necesidades de los estudiantes, maximizando la
atención al tiempo real
del aprendizaje, se consideran los resultados en relación con la dirección;
donde las autoridades comprometidas ejerzan un liderazgo efectivo, capaz de
generar un clima cooperativo, de orientar con visión tanto a los estudiantes
como a los profesores hacia mejores rendimientos.
Los
resultados deben ir hacia una orientación general de la organización, en la que
el compromiso con las normas y metas sea claro y comúnmente definido. En el mismo
sentido, debe haber
resultados de calidad en relación con la proyección externa, con el apoyo
de las
autoridades de educación superior, teniendo clara su visión de calidad.
Dentro
del mismo contexto, una universidad
de calidad debe estar atenta a los resultados en relación con el personal, que
este tenga participación en las decisiones, a través de programas que mejoren
las competencias y estimulen
las expectativas, actitudes y conductas positivas para el progreso institucional.
Asimismo, con relación a
los estudiantes; para que exista una alta satisfacción de sus necesidades, por
ende, la obtención de buenos resultados académicos. Finalmente, con relación al
clima organizacional; un contexto
donde reine el reconocimiento, motivación y esfuerzo de la dirección hacia el
profesorado y de estos hacia los estudiantes, basado en la valoración de sus
logros, la aceptación de sus ideas y la exaltación del buen rendimiento académico.
Todas
estas características justifican los beneficios de un modelo de gestión basado en la
calidad, donde todos los esfuerzos estén dirigidos hacia el mejoramiento continuo, cuyos
propósitos sean el conseguir procesos y resultados óptimos, que incidirán en
tener comunidades de calidad, que seguramente irán mejorando su aptitud de
vida, para lo cual es necesario sumar esfuerzos en la unidad micro, que son las
aulas de clase, ya que es allí donde se establece la mayor interacción entre el
docente y el estudiante, por lo tanto, es necesario implantar y desarrollar los
procesos de planeación, organización, dirección y control dentro de las aulas,
con criterios de calidad.
Resultados
Abordar
un artículo de reflexión derivado
de una investigación en procura de construir una teoría sustantiva permite
encontrar unos aciertos que determinan el modelo de gestión educativa basada en
un sistema de calidad que puedan utilizar las instituciones de educación
superior. En la presente investigación se obtienen los resultados después de
haber realizado una triangulación y una articulación de los aspectos
conceptuales entre los informantes clave, las teorías de los autores citados y
el criterio del investigador. Entre ellos podemos citar como primer resultado
el identificar
controles de calidad, contar con la disposición y la responsabilidad del personal de
la organización, trabajo en equipo, ayuda académica a estudiantes con bajo
desempeño; un segundo resultado, el rol del docente en la gestión de calidad
requiere estrategias orientadas
a la excelencia en lo que respecta al proceso de enseñanza y del aprendizaje.
El tercer resultado es la importancia de
generar la cultura del desarrollo y abordaje en la solución de problemas, la
intervención de las autoridades que rigen la educación superior y, como último
resultado, se menciona el construir un sistema de calidad cuyo objetivo sea el
desarrollo de la inteligencia, los valores y el mejoramiento del nivel de los
estudiantes y de los egresados.
Conclusiones
Para
determinar un modelo de gestión educativa basado en un sistema de calidad se
sostiene que quien dirige la institución educativa debe estar involucrado en
este proceso de mejora en la gestión educativa, ya que es quien propone,
gestiona, lidera, organiza y concreta los proyectos o estrategias educativas,
tomando en cuenta la participación activa del equipo de coordinadores,
administrativos y docentes de la institución. Es responsabilidad social y
administrativa del rector involucrar el proceso de mejora en la gestión. El
docente debe constituirse en un mediador social en ese entramado cultural que
se vive dentro de la institución. La calidad es un reto por ser una herramienta
que aumenta la
eficacia, eficiencia, oportunidad y flexibilidad de los sistemas educativos.
Es el
rector el que debe implementar la cultura evaluativa como herramienta
fundamental para el fortalecimiento educacional, procurar como responsabilidad
social y ética la buena formación, porque es deber de él facilitar, implementar
e incentivar la capacitación permanente.
En un
modelo de gestión educativa de calidad, se deben facilitar la producción de
conocimiento, al igual que la cultura ciudadana, los valores universales, la
comunidad educativa, y la convivencia pacífica, de manera que se produzca la inclusión y
equidad, el reconocimiento de la diversidad y el respeto a los derechos
humanos.
Se
concluye también que el modelo de gestión educativa se enmarca en el logro de
resultados de calidad y que usa la cultura evaluativa como herramienta
fundamental para el fortalecimiento educacional. Es fundamental para ello
orientar la toma de decisiones, las políticas y las planificaciones al logro de los
objetivos, tomando en cuenta elementos como mejorar los procesos que
perfeccionen la comprensión, la planeación, la forma de actuación y
reflexión, por lo que se
debe tomar en cuenta la apertura al aprendizaje, la innovación, el proceso de
perfeccionamiento educativo.
De
acuerdo con este planteamiento, debe existir una etapa de
sensibilización, de
inducción y acompañamiento; por ello no se debe evitar bajo ninguna
circunstancia un proceso de cambio organizacional o educativo, donde toda la comunidad
educativa sin excepción debe
estar informada del modelo o proyecto que se implementará en la institución,
considerando que su participación es valiosa en el aspecto de la colaboración,
motivación y evaluación de las actividades.
En
perspectiva, el rol del profesor en la gestión educativa es de suma
importancia, puesto que debe orientar la toma de decisiones, las políticas y la
planeación hacia tal objetivo, es por ello que el profesorado tendrá la tarea
de hacer cumplir cada una de las políticas, decisiones en las aulas de clases; creando
oportunidades, auspiciando la innovación, así como el compromiso y la destreza
de los estudiantes, en síntesis, que se convierta en un vehículo para el logro
de la gestión educativa basada en el sistema de calidad.
Por
último, se concluye que, en cuanto a los efectos de la gestión educativa basada
en un sistema de calidad, se busca ir perfeccionando el proceso de enseñanza
aprendizaje que se está implementando en las universidades. Lo relevante es que
con este sistema se logre integrar la calidad con la relevancia, utilizando
para ello la cultura evaluativa como elemento clave.
En
este sentido, el efecto que se ha podido notar en las universidades es muy
alentador, se ha observado cómo, al sumarse al sistema de calidad para la
gestión educativa, los estándares aumentan, no solo para los estudiantes sino
también para los profesores y la comunidad universitaria en su totalidad, pues
se origina una competitividad sana y desafiante para los intervinientes, así como la
creación de redes que permiten sociabilizar los conocimientos aprendidos.
Recomendaciones
finales
Toda
vez que se llegue a conclusiones finales de un estudio, se resaltan una serie de
recomendaciones que van dirigidas, desde una perspectiva netamente científica,
tras un proceso de investigación, análisis y reflexión profundo, con la
cuales se estima aportar a las instituciones de educación superior que
persiguen implementar modelos de gestión educativos basados en un sistema de
calidad, líneas guías para avanzar en el ámbito educativo; por ello se
recomienda:
1)
Reconocer
que los profesores se han convertido en el principal agente dinamizador de los
procesos de enseñanza-aprendizaje, reforzando consecuentemente la calidad de su
formación, además de estimular su compromiso profesional.
2)
Todos
los actores del hecho educativo deben dominar los conocimientos, disponer de
capacidades didácticas, así como poseer cualidades humanas, valores y
convicciones para ejercer sus funciones.
3)
Promover
el dominio de metodologías y estrategias que faciliten e incentiven la
cooperación, el trabajo en equipo, un clima positivo, la integración e
interacción, dirigido a mejorar la calidad, la eficacia de los procesos y
el marco
de un proyecto compartido.
4)
Potenciar
las relaciones de la institución con el entorno social, así como la interacción
con las familias, con el propósito de favorecer la mejora de los resultados y
la formación integral de los estudiantes.
5)
Llevar
a cabo el desarrollo de un currículo adaptado a las necesidades reales del
estudiantado, que promueva un conocimiento sólido de los contenidos, la
adquisición de competencias básicas, así como el cultivo de actitudes y valores
necesarios para esa formación integral.
6)
Fomentar
el interés e incentivar la participación, de manera que sea un elemento activo
en el proceso de aprendizaje, donde se comprenda lo que se espera de cada uno
que participe, que tengan la posibilidad de ampliar las expectativas.
7)
Detectar
a tiempo las dificultades que se puedan presentar en el modelo de gestión, de tal
manera que se pongan en marcha los apoyos necesarios, adaptados a los distintos
niveles y ritmos de aprendizaje.
8)
Promover
una dirección escolar que incentive un liderazgo efectivo en el núcleo de la
comunidad educativa.
9)
Fortalecer
las relaciones entre todos los actores del hecho educativo, desarrollando
compromisos mutuos que promuevan una acción concertada en beneficio de todos.
10)
Establecer
sólidos enlaces, de
forma planificada, sistemática y coordinada con los servicios sociales,
culturales y sanitarios del municipio, particularmente en los entornos menos
favorecidos.
11)
Asumir
lo indispensable de una cultura de evaluación, para determinar que se cumplan
no las metas de calidad, asociadas a los aprendizajes, de manera que se puedan
adoptar decisiones de mejora, en los casos que se amerite.
12)
Impulsar
la elaboración de un modelo de gestión educativo, ampliamente asumido,
que defina su filosofía, misión, visión, propósitos, entre otros, que
preste una atención especial al sistema de evaluación formativa, en pro de la
mejora de los procesos y de resultados óptimos.
13)
Dotar
de capacidad a las instituciones educativas para que, en el marco de su
autonomía, puedan identificar
y dar respuesta a sus necesidades
de mejora.
14)
Suscribir
acuerdos que sean explícitos
para implementar planes de mejora, contando con la participación de las familias,
los estudiantes, la comunidad, entre otros.
15)
Reforzar
el papel de la institución educativa, de éxito como instrumento a favor de la
igualdad social, cultural y económica.
16)
Favorecer
los programas de mejora,
suficientemente contrastados, así como la formación adecuada de los agentes
educativos involucrados y la estabilidad de los profesores comprometidos en su
desarrollo.
17)
Adaptar
la dotación de los medios materiales y humanos a las diferentes características
de los contextos
y sus necesidades.
18)
Adoptar
en los modelos de gestión educativa las evidencias que proporcionan las
evaluaciones, con fines de diagnosticar e identificar las posibles fallas, buscando
como propósito reconocer las buenas prácticas, difundirlas y promover su
aplicación.
Estas
recomendaciones permitirán un sistema educativo de calidad, integrador y
exigente, que beneficie su
interacción con la comunidad y garantice la igualdad de oportunidades, para
hacer efectiva la posibilidad de que cada integrante desarrolle al máximo sus
potencialidades; esto persigue una transformación sostenible del sistema
educativo y de las instituciones educativas.
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