Reseñas

Reseña y crítica a la obra: Ciencia y política en Karl Popper. Más nueve ensayos sobre otros temas de su obra de Blanca Inés Prada Márquez

Review and critic of: Ciencia y política en Karl Popper: Más nueve ensayos sobre otros temas de su obra de Blanca Inés Prada Márquez

Silvia María Esparza-Oviedo
Universidad Nacional Abierta y a Distancia, Colombia

Revista Filosofía UIS

Universidad Industrial de Santander, Colombia

ISSN: 1692-2484

ISSN-e: 2145-8529

Periodicidad: Semestral

vol. 20, núm. 2, 2021

revistafilosofia@uis.edu.co

Prada Márquez Blanca Inés. Ciencia y política en Karl Popper. Más nueve ensayos sobre otros temas de su obra. 2018. Estados Unidos. Windmills Editions. 366pp.

Recepción: 13 Agosto 2020

Aprobación: 18 Agosto 2020



DOI: https://doi.org/10.18273/revfil.v20n2-2021014

Autor de correspondencia: silvia.esparza@unad.edu.co

Forma de citar (APA): Esparza-Oviedo, S. (2021). Reseña y crítica a la obra: Ciencia y política en Karl Popper. Más nueve ensayos sobre otros temas de su obra de Blanca Inés Prada Márquez. Revista Filosofía UIS, 20(2), https://doi.org/10.18273/revfil.v20n2-2021014

Resumen: Reseña del libro Ciencia y política en Karl Popper. Más nueve ensayos sobre otros temas de su obra. Blanca Inés Prada Márquez (2018). Windmills Editions. 366 pp.

Abstract: Review of the book Ciencia y política en Karl Popper. Más nueve ensayos sobre otros temas de su obra. Blanca Inés Prada Márquez (2018). Windmills Editions. 366 pp.

Sobre la obra a reseñar, en primera instancia, es pertinente hacer referencia a la autora, prof. Blanca Inés Prada Márquez, quien es especialista en Historia y Filosofía de la Ciencia, reconocida por sus trabajos sobre Popper, Galileo, epistemología y pedagogía, así como por ser una de las gestoras de la Escuela de Filosofía de la Universidad Industrial de Santander (UIS). La profesora Blanca Inés Prada Márquez se destaca por su pasión por el conocimiento en temas afines a la física, la astronomía y la política. Por ello, es reconocida por Juan Carlos Moreno Ortiz (2010) en su trabajo referente al desarrollo de la historia de la filosofía de la ciencia en Colombia, debido a sus aportes "sobre el pensamiento filosófico de Karl Popper" (p. 161), que es el filósofo del que se ocupará esta reseña. Es la autora un modelo en el ámbito académico que nos recuerda en el quehacer filosófico el gran entusiasmo por la búsqueda de la verdad, y que, en términos alegóricos de Agamben (En Cortina, 2014, párr. 13), la filosofía no es una disciplina, sino una intensidad porque atraviesa cualquier disciplina o ámbito.

La obra a reseñar de Prada (2018) es Ciencia y política en Karl Popper. Más nueve ensayos sobre otros temas de su obra, un excelente manual en el que la autora hace un recorrido por toda la obra de Popper. El libro se divide en dos partes “Ciencia y política en Karl Popper” y “Nueve ensayos sobre Karl Popper”. Sobre estos dos apartados es ineludible indicar que el primero de esta obra hizo parte de una obra publicada en su segunda edición en 2006 y el segundo apartado se encuentra basado en una obra suya, publicada en 1994, llamada Ensayos en torno al pensamiento de Karl Popper Tomo I.

Tal como Prada (2018) señala, realizar una presentación sobre un filósofo tan prolífico y fecundo como Popper no es nada fácil. De hecho, como se puede evidenciar en el título mismo, la autora de entrada esboza dos aspectos fundamentales en los que divide la obra de Popper: filosofía de la ciencia y filosofía política, por lo que es posible ubicarse en los dos grandes ejes abordados y, por consiguiente, aquí se ofrece al amable lector, en dos bloques, dichas temáticas mencionadas para que se motive a leer el libro como una oportuna ocasión para introducirse en el pensamiento de Popper, así como para ampliar sus intereses concernientes con algunos grandes debates sobre la filosofía de la ciencia, tales como el problema de la verdad, el problema de la objetividad científica y el problema del método. También, que sirva para una pertinente reflexión sobre filosofía política en tiempos en los que se vislumbran nuevamente aires de totalitarismo en lo que pensábamos eran democracias sólidas y algunas débiles, pero en procesos de fortalecer sus instituciones. Para cerrar, se ofrecerán tres críticas relacionadas con ciertos temas de la obra abordada.

Comencemos abordando la temática atinente a la filosofía de la ciencia en Popper. Si bien Prada (2018) realiza un análisis minucioso de casi todos los asuntos sobre filosofía de la ciencia en Popper, aquí se señalan solo algunos de los asuntos más importantes que no pueden pasar nunca desapercibidos:

I) La Lógica de la Investigación Científica (en adelante, LIC) como punto de partida del trabajo de Popper.

Es la primera obra publicada por el filósofo vienés en 1934. “Plantea casi todos los problemas de la filosofía de la ciencia que marcarán el futuro de su actividad intelectual” (Prada, 2018, p. 31). En esta obra Popper desarrolla su primer análisis crítico sobre el Círculo de Viena al no aceptar el criterio de demarcación sobre ciencia y metafísica ni la idea de reducir la filosofía a un mero análisis del lenguaje. Asimismo, hace manifiesto su rechazo por las filosofías inductivistas, pues, como bien se sabe, para los inductivistas el fundamento se da a partir de las observaciones para llegar a enunciados generales; “la objetividad del conocimiento no es dada espontáneamente por la cosa al sujeto cognoscente” (Prada, 2018, p. 101).

Otro aspecto importante abordado en la LIC es que Popper perfila una nueva teoría sobre el método de la ciencia a través de la falsación, que en obras posteriores desencadenará en lo que se conoce como método epistemológico del ensayo y error o de conjeturas y refutaciones. Esta metodología inicia como un trabajo enfocado en el quehacer científico, pero, posteriormente, también será conocida como racionalismo crítico, concepto que indica que no se limita a las ciencias empíricas/naturales, sino que pretende ser un recurso para las ciencias sociales/humanas. Hoy día, esta distinción se hace cada vez más borrosa precisamente por la necesidad del diálogo permanente entre diferentes disciplinas (interdisciplinariedad); también, porque hay una discusión sobre el “fracaso” del Método Científico, entendido como un único método con pretensiones de universalidad.

Además, tras la traducción de la LIC al inglés y las muchas críticas que recibe, Popper se toma el tiempo pertinente para ir modificando poco a poco su posición epistemológica: “necesitó cerca de 20 años para responder todos esos cuestionamientos y elaborar lo que llamó Tres postcriptums a la Lógica de la investigación científica” (Prada, 2018, p. 32).

II) La búsqueda de la verdad más que la posesión de esta

Se podrá observar que Prada (2018) aborda el concepto de la búsqueda de la verdad a lo largo de su texto debido a la importancia que representa para Popper como un "realista metafísico", partiendo de la premisa de "la verdad como objetivo de la ciencia" en Popper (p. 79). Es tal la importancia, que Prada (2018) dedica todo un apartado a este tema en el capítulo tercero de la primera parte de su obra. Por tanto, al hablar de verdad, en Popper se afronta una situación compleja que comienza con la noción de la verdad como correspondencia de los enunciados con los hechos debido al hallazgo de Popper con respecto a la teoría semántica de la verdad de Tarski. No obstante, para Tarski su teoría no constituye criterios de verdad, a menos que sea una verdad por correspondencia en términos de un lenguaje formal (Prada, 2018).

Sobre esto, el filósofo vienés trata de superar los lenguajes formalizados, a saber: “Popper en consecuencia trata de avanzar más allá, pensando que la Teoría Semántica había obviado todas las objeciones contra la ‘teoría de la verdad como correspondencia con los hechos’, y por ello apoyaba el realismo” (Prada, 2018, p. 82). De allí que, para Popper, la verdad como teoría de la correspondencia es objetiva en tanto que hay una coincidencia con los hechos, a pesar de que la verdad aparezca independiente del conocimiento. Lo cierto es que el mismo Popper termina aceptando que, al no poder establecer criterios claros sobre su teoría, la verdad se constituirá como principio regulador en donde dicho principio refleja la ceñida “conexión que hay entre aspiración a conocer y búsqueda de la verdad, sin que por ello deba confundirse esta aspiración con la idea de certeza absoluta ni con el principio de fundamentación que produzca un saber seguro e irrefutable” (Prada, 2018, p. 83).

III) Falsacionismo

Es clave aproximarnos al concepto de falsacionismo[1] como punto de partida de lo que Popper constituirá como su propuesta del método científico. El falsacionismo popperiano se establece como un método de examen. En este, tras crear hipótesis y contrastarlas, si se cumplen (las hipótesis con su contrastación) se dirá que están confirmadas por el momento, y si no, se dirá que se han falsado. Incluso Prada (2018) muestra que sobre el falsacionismo popperiano hallaremos múltiples críticas en las que se señala como un método epistemológico propio de las ciencias físicas/experimentales que no es aplicable a las ciencias sociales. Ante esto, Prada (2018) en el segundo capítulo de la primera parte del libro ofrecerá sobre Popper "aspectos muy interesantes en su epistemología que darían grandes frutos en la investigación social" (p. 48). A esto, agréguese que Prada (2018) en la segunda parte de su obra ofrece los "Antecedentes filosóficos de la falsación popperiana" (p. 228). En ellos, aborda la polémica en torno al método deductivo y hace un recuento desde Aristóteles, Grosseteste, Rogelio Bacon, Duns Scoto, Francis Bacon, Stuart Mill, Whewell, Herschel, Peirce, Hume y Kant.

Ahora, dando paso a la filosofía política popperiana, aunque la autora también ofrece un examen íntegro, aquí solo brindaremos algunos aspectos interesantes para que el lector pueda intuir lo enriquecedora que es la lectura de Prada (2018):

I) Crítica a Platón, Hegel y Marx.

Para iniciar, cabe señalar que Popper redacta su obra más importante y polémica sobre filosofía política, La sociedad abierta y sus enemigos, durante su exilio en Nueva Zelanda, publicada en 1945 en Londres. Recordemos que el filósofo vienés abandona Austria en 1937 con el propósito de escapar del peligro que representaba el nazismo y que esto, como es sabido, marcó parte de su concepción política: "Elaboró allí sus reflexiones políticas tratando de encontrar una explicación a los totalitarismos que por entonces destruían a Europa" (Prada, 2018, p. 223). Entonces, como el mismo nombre de su obra nos indica, es una defensa de las sociedades abiertas, entendidas como sociedades democráticas, respetuosas de las instituciones y la libertad. Es por ello por lo que Popper vuelca su interés en condenar y criticar los totalitarismos bien sea nazismo, fascismo y estalinismo, etc., conocidos también como totalitarismos de derecha o izquierda.

Pues bien, en esta obra el filósofo vienés considera a Platón, Hegel y Marx como los ideólogos de los totalitarismos modernos. Aunque para cada uno de estos tres autores Popper desarrolla una crítica determinada, se puede apreciar, de acuerdo con Prada (2018), que su principal reproche hace referencia a que, si el dogmatismo en ciencia puede ser perjudicial, en política sus resultados pueden ser devastadores. Es por esto que, Popper critica la exaltación a la guerra, pues como pacifista sostiene que las revoluciones “siempre terminan cometiendo mayores injusticias que las que pretendían abolir, porque son irracionales e incontrolables” (Prada, 2018, p. 291).

Para profundizar más sobre este asunto podemos dirigirnos a la primera parte capítulo séptimo y a la segunda parte en el capítulo octavo del texto de Prada (2018).

II) Defensa a la democracia, la libertad y las instituciones.

De lo dicho en el apartado anterior, es posible discurrir sobre la idea de Popper como un defensor de la democracia liberal, en la medida en que la asume como un sistema político que funciona a través de la regulación institucional, por lo que dicho sistema se confronta con las ideas que suponen la necesidad de la violencia en el ejercicio político. Es así como se asume la democracia como un conjunto de instituciones en el que existen elecciones generales, control de poderes, una Carta Política, partidos políticos, libertad crítica para ejercer la discusión libre, gobernantes con poderes limitados. En otras palabras, la democracia para Popper debía ser dada mediante la representación institucional y no un asunto reducido a individuos (Prada, 2018).

De allí que sea notoria su defensa de la libertad como indispensable para el "mejoramiento continuo de la organización política y social del Estado" (Prada, 2018, pp. 106-107). Entendiendo la libertad no como un asunto meramente formal, sino como una condición, si se puede decir, de posibilidad, en cuanto que es acción y se requiere de respeto por la crítica para dar paso a la deliberación en el espacio público como actividades fundamentales de una sana democracia. En efecto, todas estas actividades propias de una sociedad abierta deben reposar en dinámicas institucionales racionales que controlen el ejercicio mismo del poder y de la libertad. Esto último, hace recordar la famosa paradoja de la libertad, de la cual Popper acusa a Marx de no haber entendido la misma "al no darse cuenta de que si la libertad es incontrolada se elimina a sí misma" (Prada, 2018, p. 183).

En suma, teniendo en cuenta todos los asuntos sobre los que hemos indagado, es pertinente que se aborden ahora los tres mundos popperianos recordando las tres etapas que caracterizan a Popper tal como lo indica Prada (2018) en la segunda parte de su obra en el capítulo cinco. La primera etapa de la vida intelectual de Popper se caracteriza por su deliberación sobre la ciencia, su crítica al positivismo, al empirismo lógico, entre otros. En la segunda etapa se identifica por su ardua crítica a los totalitarismos de derecha e izquierda y su defensa a las sociedades abiertas. Ya en la tercera etapa, Popper examina los aspectos propios de "la cultura y sus contenidos" (Prada, 2018, p. 264).

Aclarado esto, es posible entender que Popper plantea la existencia de tres mundos. El mundo uno es el mundo físico —objetos y procesos físicos. El mundo dos es el mundo subjetivo o aquel que hace referencia a los estados de conciencia —amor, dolor y alegría, etc. Y, el mundo tres es aquel en el que se propicia la intersubjetividad, pues es el mundo del lenguaje en donde se posibilita la cultura, es decir, "los contenidos del pensamiento objetivo" (Prada, 2018, p. 265). De tal manera que, como recuerda el mismo Diéguez (2014), un naturalista ontológico —no reduccionista o reduccionista radical— admitiría como reales los tres mundos de Popper, aclarando que la existencia de las entidades de los mundos dos y tres están condicionadas por el mundo uno: "Esta capacidad de actuación es, para Popper, prueba del carácter real de los tres Mundos […] y de hecho, la posibilidad de acción causal es habitualmente considerada por los filósofos como prueba de realidad" (Diéguez, 2014, p. 27).

De todo lo dicho hasta el momento, es apropiado abordar el llamado de Popper al pensamiento crítico y a la modestia intelectual tal como Prada (2018) lo señala en la primera parte de su libro capítulo ocho. Prada (2018) indica que el problema central, tanto de la filosofía como de la ciencia, según el mismo Popper, es el problema crítico entendido como el ejercicio de "someter a prueba todas las ideas partiendo del principio de que solo tendrán valor después de haber sido sometidas al debate crítico" (p. 196), precisando que la crítica no debe ser entendida como algo pernicioso que genera rechazo, sino que es una valoración. Por tanto, para Popper la ciencia no es la posesión de la verdad, sino su búsqueda: “la idea de que la ciencia es la búsqueda de la verdad, esto es, de teorías verdaderas (aunque nunca lleguemos a ellas, como señaló Jenófanes, o aunque nunca sepamos que son verdaderas en caso de que lleguemos a ellas)" (Popper, 1991, pp. 280-281).

Por consiguiente, esto nos lleva a la idea de que, si estamos limitados, si nuestras capacidades son restringidas y nos imposibilitan saberlo o conocerlo todo, entonces esto debe hacernos pensar en la modestia intelectual entendida como la necesidad de trabajar por la búsqueda de la verdad de manera interdisciplinar mediante el principio de falibilidad, principio de diálogo racional y principio de acercamiento la verdad. Tales principios popperianos deben girar alrededor de otros dos principios éticos que hacen referencia a la modestia intelectual que son la aceptación del error y la apertura a la crítica.

Ya para concluir, se abordarán algunas problemáticas sobre el libro que no podríamos dejar pasar más con el estado actual de algunas discusiones filosóficas que se encuentran en boga y de las cuales podemos hacer relación directa a Popper:

I) Sobre "el método" científico

Actualmente sobre la "existencia" del método científico se ha generado gran interés y debate a partir de las afirmaciones del reconocido filósofo de la ciencia, especialista en temas de filosofía de la biología, Antonio Diéguez, quien afirma que no existe algo denominado como el Método Científico. Como se ha afirmado a lo largo de este escrito y como lectores del libro de Prada (2018), la búsqueda de la verdad lleva a Popper a plantear metodologías, tanto en el campo de las ciencias naturales como de las ciencias sociales. Como se ha dicho, el filósofo vienés plantea el método del ensayo y error o de conjeturas y refutaciones que inicia como un trabajo enfocado en el quehacer científico, pero que, posteriormente, esta metodología también será conocida como racionalismo crítico en el campo de las ciencias socio-humanísticas.

Por el contrario, Diéguez (2020) plantea que en el campo de la filosofía de la ciencia es conocido que el Método Científico no existe y que esto suele impresionar a quienes se desempeñan en campos propios de las ciencias sociales. Pues bien, Diéguez, haciendo referencia a Feyerabend, afirma que no tiene mucho sentido hablar de ciencia en general, pues están proliferando la filosofía de ciencias particulares (filosofía de la física, de la psicología, de la economía, de la biología, etc.) "y estudios sobre aspectos metodológicos concretos (diseño experimental, procedimientos estadísticos, etc.)" (Diéguez, 2020, párr. 2). De allí que las reglas generales de la ciencia (observación, formulación de hipótesis, contrastación, etc.) no son exclusivas de la ciencia y no son más que normas triviales que no se cumplen a cabalidad, "son las mismas reglas que se emplean en la vida cotidiana para resolver numerosos problemas" (Diéguez, 2020, párr. 3).

Esto no quiere decir que no haya métodos, sino que hay muchos, haciendo referencia a Feyerabend cuando afirma que no existen normas universales. Precisamente de allí su famoso “anything goes”[2]. Como expone el mismo Diéguez (2020): "esto no era más que una forma de decirles a los popperianos y positivistas que dejaran de buscar normas universales, que dejaran de buscar El Método Científico" (párr. 5).

Sobre este mismo asunto, haciendo referencia a "el Método", dice Botero (2016) que este no ha sido un asunto pacífico si se quiere pensar en la idea de un método universal, es decir, puro y único, "quedando tantos métodos como parcelas fragmentadas del saber, y tantas visiones de asumir el método como científicos hubiere en dichas parcelas" (p. 478). Por eso, Botero (2016) nos recuerda también a Feyerabend y Kuhn, con la multiplicidad metodológica y la pluralidad sobre los modelos metodológicos, respectivamente.

De cualquier manera el debate sigue abierto, pues por lo menos Diéguez no ofrece por el momento una conceptualización más rigurosa al respecto, a diferencia de Botero en relación con el método documental que es tradicional en varios campos de las ciencias sociales y humanas. Así como también nos queda a nosotros la responsabilidad de indagar por asuntos como estos al ser la filosofía una búsqueda constante de la verdad en términos popperianos, o un actuar que oscila entre el conocimiento y la sabiduría (Savater, 1999).

II) Popper y la teoría de la evolución.

No podíamos dejar pasar este escrito sin hablar de un asunto tan notable como lo fue la postura de Popper frente a la teoría de la evolución. Y es que, Prada (2018) no habla mucho sobre este tema en su libro, solo en una corta explicación describe que, para Popper, la teoría de la evolución no era más que un programa metafísico de investigación más que un programa científico contrastable. Lo uno por la imposibilidad de la contrastación empírica de la misma y, lo otro, por su imposibilidad para explicar el origen de la vida: "una teoría tan amplia y compleja como la Evolución de las especies de Darwin difícilmente podría someterse a la falsación popperiana" (Prada, 2018, p. 56). Y que, como programa metafísico, inspiró todo el desarrollo de Popper sobre su idea del mundo tres (Prada, 2018).

Sin embargo, a esta historia le hace falta una parte, y es que, precisamente, Popper define la teoría de la evolución como tautológica si sobreviven los más aptos para sobrevivir. Se entiende como tautología la repetición de las premisas en la conclusión, para evidenciar que es así y no de otra manera; lo que no nos dice mucho al final porque de la manera en que se exponga siempre será verdad: "forma enunciativa que tiene solamente instancias de sustitución verdaderas" (Copi y Cohen, 2002, p. 360). Esto quiere decir que las tautologías no son falsables. De esta forma, si la teoría de la evolución es entendida en términos de selección natural, esta es tautológica, pues, ¿quiénes sobreviven?, ¿los más aptos para sobrevivir?, ¿sobreviven los que sobreviven porque son más aptos para sobrevivir? Debemos darnos cuenta que es una apreciación simplista reducir todo a una frase que, como recuerda Diéguez (2012), tal locución de la "sobrevivencia del más apto" proviene de Herbert Spencer. Sobre este tema el mismo Diéguez (2012) ofrece un consistente análisis en el que muestra que existe una interpretación sesgada y limitada del concepto de adaptación a partir del cual se considera que los individuos más eficaces son aquellos que más sobreviven y más descendencia tienen; pero en términos de reproducción diferencial, lo cual supone una explicación mucho más detallada[3]. En últimas, "el biólogo evolucionista, … no somete a contrastación empírica el evolucionismo en su totalidad —el cual funciona como marco teórico general— sino hipótesis evolutivas concretas acerca de la adquisición de un determinado rasgo por parte de una especie" (Diéguez, 2012, pp. 110-111).

III) Popper no le hace justicia ni a Platón, ni a Hegel y ni a Marx.

Como se dijo anteriormente, en 1937 Popper abandona Austria huyendo del nazismo. Este episodio determinó gran parte de su pensamiento y postura política contra los totalitarismos de derecha e izquierda, debido a su rechazo a la violencia y al menoscabo de las libertades, a pesar de que en su edad temprana hizo parte de las juventudes socialistas de Viena de las que pronto se alejó "al constatar las consecuencias del fanatismo de estos revolucionarios inspirados en la política de Engels, quien aconsejaba usar la violencia, al menos como amenaza, para lograr objetivos políticos" (Prada, 2018, pp. 168-169).

Pues bien, esta postura llevó a Popper a tergiversar lo que fueron las posturas y los planteamientos políticos de Platón, Hegel y Marx, tomando a estos tres autores como ideólogos de los totalitarismos en su obra La sociedad abierta y sus enemigos, afirmando que alimentaban ideas que negaban la igualdad de los individuos ante la ley, la supremacía absoluta del Estado negando al individuo y el fomento de la violencia con fines políticos. No obstante, si bien Popper no le hace justicia en términos políticos a estos tres grandes pensadores, es preciso acotar que: I) para informarse sobre estos autores, en primera instancia, no se debe acudir a Popper, pues esta obra, así como las otras en las que se explaya contra Marx y el marxismo, no son manuales de historia de la filosofía (política) ni de ciencia política; II) para asumir una postura sobre estas críticas habría que estudiar primero a los autores y su contexto histórico, pues lo expresado por Popper no es la verdad dicha o revelada —cosa que él mismo pone en duda al señalar la imposibilidad de la verdad, aunque sigue siendo, para el vienés, un principio regulador—, sino que debe ser precisamente contrastada con otras fuentes; y III) esta es una obra de defensa a ciertas ideas como la libertad, el pensamiento crítico, la democracia, las instituciones, etc.

De ahí que si nos circunscribimos a lo que en su obra dice Popper sobre Platón, Hegel o Marx y no distinguimos sus argumentos a favor sobre la democracia liberal, tampoco haríamos justicia a Popper, pero más que a Popper, a las ideas mismas y sus consecuencias[4]. Pues, ¿Qué más podría ser el método de racionalismo crítico popperiano? Podríamos afirmar que es una decantación de planteamientos, análisis riguroso de los mismos, contrastación con otras fuentes y suponer que tenemos la capacidad de comprensión, de inferir nuevos planteamientos, las respectivas críticas y estar siempre abiertos a ser refutados, pues esto es lo que supondría la humildad intelectual.

Finalmente, podríamos decir muchas más cosas sobre la filosofía de Popper, pero lo cierto es que Prada (2018) realiza un análisis exhaustivo del mismo, con un lenguaje tan claro que lo apropiado es acudir directamente a su obra como un manual de base para adentrarnos en el pensamiento de Popper, pero no solo de Popper, sino de la filosofía de la ciencia y la filosofía política en general en un contexto aterrizado en el siglo XX que se extiende hasta la actualidad. No cabe duda de que Prada hace un trabajo íntegro en el que por cierto aborda problemas sobre la enseñanza-aprendizaje de la filosofía y que es meritorio señalar cuando hace referencia a la honestidad intelectual que debe jugar el maestro al incentivar el pensamiento crítico de sus estudiantes. No sería entonces un derroche aprovechar esta reseña para rendir un homenaje a la profesora Blanca Inés Prada Márquez quien me ha hecho sentir profundamente sus planteamientos filosóficos y cuestionarme como profesora e investigadora en formación. Por esto, espero que el lector no solo se encuentre motivado a leer a Popper, sino la obra de Prada, filósofa significativa de la academia colombiana, que nos invita a que la filosofía sea también un modo de vida.

Referencias

Botero Bernal, A. (2016). Sobre el uso de la bibliografía en la investigación jurídica. Revista Pensamiento Jurídico, 43, 475-504. https://revistas.unal.edu.co/index.php/peju/article/view/60774/pdf

Copi, I. y Cohen, C. (2002). Introducción a la Lógica. Limusa.

Cortina, A (25 de junio de 2014). Giorgio Agamben: «La filosofía no es una disciplina, la filosofía es una intensidad». El Cultural. https://elcultural.com/Giorgio-Agamben-La-filosofia-no-es-una-disciplina-la-filosofia-es-una-intensidad

Diéguez, A. (2012). La vida bajo escrutinio. Una introducción a la filosofía de la biología. Biblioteca Buridán.

Diéguez, A. (2014). Delimitación y defensa del naturalismo metodológico en la ciencia y en la filosofía. En R. Gutiérrez-Lombardo y J. Sanmartín Esplugues (Eds). La filosofía desde la ciencia (pp. 21-49). Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

Diéguez, A. (16 de junio de 2020). ¿Existe 'El Método Científico'? Filosofía y ciencia en el siglo XXI. El Confidencial. https://blogs.elconfidencial.com/cultura/tribuna/2020-06-16/metodo-cientifico-filosofia-ciencia_2639264/

Moreno Ortiz, J. (2010). La filosofía de la ciencia en Colombia. Historia de su desarrollo. Praxis Filosófica, 31, 159-168. https://doi.org/10.25100/pfilosofica.v0i31.3433

Popper, K. (1965). Conjectures and refutations. The Growth of Scientific Knowledge. Routledge and Kegan Paul.

Popper, K. (1991). Conjeturas y refutaciones. El desarrollo del conocimiento científico. (N. Miguez, trad.). Paidós.

Prada, B. (2018). Ciencia y política en Karl Popper. Más nueve ensayos sobre otros temas de su obra. Windmills Editions.

Savater, F. (1999). Las preguntas de la vida. Ariel.

Notas

[1] Concepto trabajado indistintamente por el mismo Popper (1965) como falsacionismo/falabilismo.
[2] “Todo vale”. Que ha sido malinterpretado como si efectivamente cualquier cosa valiera como ciencia, sino que existe una tiranía del método debido a “la imposibilidad de concepciones normativas sobre cómo hacer ciencia” (Botero, 2016).
[3] Sobre la reproducción diferencial Diéguez (2012) profundiza el tema con explicaciones más concretas.
[4] Parafraseando a Prada (2018) cuando dice que la argumentación crítica no debe enfocarse en lo que dice el autor, sino en las consecuencias de sus planteamientos o propuestas.

Notas de autor

Colombiana. Magíster en Filosofía de la Universidad Industrial de Santander, Colombia. Profesora de Licenciatura en Filosofía en la Nacional Abierta y a Distancia, Colombia.

Información adicional

Forma de citar (APA): Esparza-Oviedo, S. (2021). Reseña y crítica a la obra: Ciencia y política en Karl Popper. Más nueve ensayos sobre otros temas de su obra de Blanca Inés Prada Márquez. Revista Filosofía UIS, 20(2), https://doi.org/10.18273/revfil.v20n2-2021014

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