Reseñas

Las razones del libro. Futuro, presente y pasado de Robert Darnton

Daniela Zapata Castaño [*]
Universidad Pontificia Bolivariana, Colombia

Revista Filosofía UIS

Universidad Industrial de Santander, Colombia

ISSN: 1692-2484

ISSN-e: 2145-8529

Periodicidad: Semestral

vol. 17, núm. 1, 2018

revistafilosofia@uis.edu.co

Recepción: 16 Agosto 2017

Aprobación: 30 Agosto 2017




Esta reseña pretende acercar a los estudiantes a los nuevos modelos de investigación que la historia del libro ha logrado desarrollar, enfoques que inició la historia de las Mentalidades[2] y que, posteriormente, la Nueva Historia Cultural adquirió. Las nuevas propuestas de interdisciplinariedad entre la sociología, la antropología y la teoría literaria permitieron un acercamiento a temas que antes habían permanecido ocultos, como los fue la historia de las mujeres y los estudios de género. Así, la historia del libro surge como una respuesta a cuestiones que estaban desatendidas por los historiadores, y que ahora abre un campo de reflexión a través de diferentes enfoques para futuras investigaciones tanto en filosofía como en otras áreas del conocimiento. El proceso en el cual los libros fueron creando una opinión pública en una época determinada, y que dicha opinión haya generado recelos entre los lectores son cuestionamientos que han comenzado a tenerse en cuenta. Sin contar con las intenciones propias de la edición (los estilos tipográficos) que procuran nuevas formas de comprender el texto y sus formas de lectura.

Para iniciar, le haremos honor a las mismas preguntas que formula Darnton a manera de conclusión en su libro: ¿cuál era la naturaleza de una carrera literaria y como se desarrollaba? ¿Cómo formulaban los editores los contratos con los autores? ¿Cómo calculaban los costes y organizaban la producción los impresores? ¿Cuál era el papel del librero? ¿Cómo se lee y quién lee? Preguntas que van dirigidas a responder cada aspecto del circuito de comunicación del libro que propone Darnton. Circuito que se relaciona entre sí: cada una de sus partes dependerá de las otras.

Se habla del reducido mundo del libro, donde librerías abren y cierran y las editoriales independientes buscan un lugar en la sociedad entre las grandes casas editoriales. Sin embargo, el circuito es el mismo: autores, editores, impresores, distribución, librería (libreros) y lectores. Este último, junto con las intenciones del editor, son los que van determinando las tendencias de un mercado y una demanda.

Muchos se preguntarán, ¿y para qué saber el proceso de desarrollo del libro ahora que la tecnología lo ha puesto a un clic y una descarga? ¿Es necesario cuestionarse por la edición, la impresión y la lectura en un mundo digital? Darnton lo analiza en tres momentos fundamentales en los cuales nos hemos relacionados con el libro y el significado que ha adquirido a través del tiempo: futuro, presente y pasado.

1. El Futuro

Robert Darnton en este primer capítulo analiza una iniciativa del 2006 propuesta por Google Books Search de digitalizar las colecciones de unas determinadas bibliotecas de Estados Unidos. ¿Por qué resulta interesante este proyecto y su reflexión? Porque afecta a los lectores y al campo específico de la investigación académica si no se tiene cuidado en el manejo de la información. Y aquí vemos la metáfora que utiliza Robert Darnton, comparando el proyecto de Google y la República de las Letras en Francia en el siglo XVIII: la Ilustración llega con su innovadora propuesta de poner al alcance de todos la información, y todo ciudadano podía pertenecer a ella si ejercía la escritura y la lectura. Pero tantas maravillas no podían durar tanto. Todas las promesas y los deseos de jóvenes que querían vivir de su pluma se fueron abajo cuando los privilegios pertenecían a unos pocos.

En el libro Edición y subversión. Literatura clandestina en el Antiguo Régimen[3], Darnton desarrolla más a profundidad las distinciones entre “los hombres de letras” y aquellos escritorzuelos que se ganaban a duras penas el pan como gacetilleros[4] o como editores piratas de las obras que circulaban libremente en Francia. De este modo, la información y el conocimiento pertenecían a un mundo cerrado, que rechazaba todo aquello que estaba en contra del orden establecido. Textos como El pobre diablo (Darnton, 2003, p. 96) de Voltaire analizado por Darnton lo ilustran a la perfección.

Google Books Search pretendía lo mismo que la República de las Letras: ofrecer al público el libre acceso a la información. Sin embargo, tras las dificultades con los derechos de autor y los editores, la iniciativa de Google degeneró: se debía pagar para tener acceso a los libros que estaban en la biblioteca gratuitamente.

De este modo, las dudas y los cuestionamientos salen a luz: ¿es posible la investigación cuando la información pertenece a algunos pocos? ¿Qué es lo que pretendía Google con su iniciativa? Y si nos extendemos en los argumentos de Darnton; los diseños tipográficos, las primeras ediciones, el encuadernado y la calidad de papel de los libros, serán fuentes que los investigadores no podrán analizar a partir de los libros digitalizados, y que en relación con su contexto histórico pueden brindar inagotables fuentes para nuestras interpretaciones.

2. Presente

Pareciera, según los argumentos vistos anteriormente, que Robert Darnton estuviera dándole preponderancia al libro físico en contra de las iniciativas surgidas gracias al internet, sobre los libros digitales. No obstante, en la segunda parte del libro Presente, él propone todo lo contrario.

Hace hincapié en la urgencia de las facultades de Ciencias Humanas, por poner un ejemplo, de crear proyectos para permitir las publicaciones académicas digitales y así, ayudar a los recién graduados a formarse un camino. La cantidad de monografías y el proceso de selección para su publicación, deja a un lado otros proyectos igualmente valiosos. La edición digital se presenta así, como una de las respuestas a esta dificultad en los nuevos tiempos del internet. Un ejemplo de estas primeras iniciativas fue el proyecto Gutenberg-E (Darnton, 2010, p. 90) ofrecido por Darnton en 1999. “El programa prevé la celebración de un concurso nacional anual dotado con seis premios para las mejores tesis en aquellos campos en que la monografía parezca en peligro de desaparecer […] Este premio consistirá en una beca de 20.000 dólares a utilizar para el perfeccionamiento del libro y su publicación, que llevará a cabo una editorial universitaria, así como su difusión en la Red” (98).

Aunque los resultados no fueron lo que se esperaron, esta propuesta fomentó muchas otras iniciativas para la difusión de trabajos académicos a través de la Red (por medio de licencias de las bibliotecas y previo pago en terminales individuales: aquellas personas que tienen acceso a internet y la posibilidad de pagar desde ahí); iniciativas que muchas facultades de Harvard fueron adoptado para el libre acceso de los trabajos académicos, cuyo fin era la libre transmisión de conocimientos.

En este punto nos volvemos a preguntar ¿para qué es necesario tener estas consideraciones en cuenta? Por varios motivos. El primero de ellos se relaciona con los estudios recientes sobre la lectura: ¿cómo, a través de los cambios tipográficos y de edición, el lector se relaciona con el texto?[5] El segundo, sobre la conservación de las fuentes para futuras investigaciones y su relación siempre presente, con su contexto social. Aquí Darnton hace un paréntesis y menciona la “quema” o la venta de libros, muchos de ellos invaluables colecciones, que realizaron varias bibliotecas en Estados Unidos a favor del innovador Microfilm, que parecía solucionar la falta de espacio. Al fin las bibliotecas tendrían más cantidad de información en menos estanterías. La reflexión que propone el autor se refiere a la atención y cuidado de las fuentes, en este caso, los archivos. En favor de la tecnología se han perdido y descuidado gran parte de la memoria de la humanidad y rasgos importantes de vidas de grandes hombres, es decir, que la inmediatez de la información ha hecho que se descuide la conservación de datos. Un ejemplo de ello, pueden ser los correos electrónicos que se intercambian entre editores y escritores: una importante fuente para las nuevas preguntas que han surgido en la investigación sobre el libro. ¿Qué pasará con esa información invaluable? ¿Quedará guardaba para permitir acercarnos a nuevos interrogantes? ¿Tendremos más consciencia en relación a las fuentes? Darnton no guarda una opinión apocalíptica sobre el destino del libro, sino que pone su confianza en los pequeños proyectos que se han realizado para resolver el problema de la conservación y preservación de la información. El cuarto motivo se refiere al libro electrónico como un suplemento, pero no un sustituto, de la gran máquina que Gutenberg inventó (Darnton, 2010, p. 89). Sin embargo, el autor se vuelve reiterativo a través de su reflexión en hacer hincapié en la importancia de conservar incluso los archivos digitales, en el amplio ciberespacio de la Red.

Referencias

Chartier, R. (2005). El orden de los libros. Lectores, autores, bibliotecas en Europa entre los siglos XIV y XVIII. Barcelona: Gedisa Editorial.

Darnton, R. (2003). Edición y subversión. Literatura clandestina en el Antiguo Régimen. México-Madrid: Fondo de Cultura Económica y Turner.

Darnton, R. (2010). Las razones del libro. Futuro, pasado y presente. Madrid: Trama Editorial.

Darnton, R. (2010). El beso de Lamourette. Reflexiones sobre historia cultural. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Notas

2. Historia de las Mentalidades son los historiadores Jacques Le Goff y Georges Duby, que han dedicado su trabajo e investigación a la época medieval.
3. Publicado en una condición del Fondo de Cultura Económica y Turner.
4. Persona que se dedica a la redacción de gacetillas.
5. Para una mayor profundidad sobre el tema el lector puede consultar el libro (Chartier, 2005).
6. Para mayor información sobre el tema se puede consultar el libro El beso de Lamourette. Reflexiones sobre historia cultural de Robert Darnton publicado por el Fondo de Cultura Económica, 2010.

Notas de autor

[*] colombiana. Licenciada en Filosofía y letras, Universidad Pontificia Bolivariana.
Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
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