La
perspectiva fenomenológica en la Filosofía del Trabajo de Geörgy Lukács
The phenomenological
perspective in the Philosophy of Labor of Geörgy Lukács
Resumen
Este
artículo investiga el desarrollo, en la filosofía de Lukács, de una
aproximación fenomenológica sobre el devenir de la conciencia histórica, la
cual le permitió explicar diversos fenómenos contemporáneos como el de la
alienación de la conciencia del individuo en el capitalismo avanzado. Describe
la complementación que Lukács hizo de esta perspectiva por medio de la
sistematización de las categorías ontológicas del trabajo.
Palabras clave
Trabajo, fenomenología, ontología, conciencia,
historia, reflejo.
Abstract
This article investigates the development, in the philosophy of Lukács, of a phenomenological approach to the evolution of the historical consciousness, which allowed him to explain various contemporary phenomena such as the alienation of the consciousness in advanced capitalism. It describes the complementation that Lukács made of this perspective, with a further systematization of the ontological categories of labor.
Keywords
Labor, phenomenology, ontology,
conscience, history, reflection.
La
perspectiva fenomenológica en la Filosofía del Trabajo de Geörgy Lukács
La actividad
filosófica del Lukács tardío se caracteriza por el intento consciente de
avanzar en la realización de proyectos sistemáticos de orientación marxista
enfocados en áreas fundamentales de la filosofía. Lukács consideraba que la
filosofía marxista era capaz de producir obras de carácter teórico que
estuvieran en consonancia con los desarrollos filosóficos contenidos en la obra
de Marx, y que, partiendo de ellos, discutieran los fundamentos de las
distintas áreas del pensar y del actuar humanos. Teoría estética, ontología y
ética, los tres campos tradicionales en los cuales se ocupó el Lukács del
último periodo, y que dieron como resultado las obras sistemáticas de su etapa
tardía (la Ontología del Ser Social, las dos obras sobre Estética,
el proyecto inacabado de una Ética marxista), comparten el intento de
establecer una fundamentación filosófica de la realidad social con un enfoque
abarcativo y generalizador. Este carácter es tan pronunciado, que la época
última del filósofo húngaro manifiesta una movilidad continua en el esfuerzo
intelectual dedicado a estas respectivas áreas, y es que, de acuerdo con la
visión filosófica del Lukács tardío, no sería posible establecer postulados
filosóficos generales de una sin mencionar los postulados filosóficos generales
de la otra. En particular, fue una perspectiva ontológica —el intento de hallar los fundamentos filosóficos de la realidad de
acuerdo con categorías marxistas—, lo que motivó a que
Lukács se sintiera confrontado con la tarea de abarcar sucesivamente al final
de su vida la sistematización de cuestiones de carácter estético, ontológico y,
por último, ético.
Sabemos que
Lukács comprendía la Ontología del Ser Social como una forma
de prolegómeno a problemas a ser tratados en una ética marxista posterior (Lukács, 1984, p. 664), y que, en el prefacio húngaro a la reedición de Mi
camino hacia Marx, afirmó tácitamente que la estética es una parte
orgánica de una más comprensiva ontología del ser social (Zoltai, 1993, p.
536). Esta íntima conexión de la primera parte de la estética, de la Ontología
del Ser Social y de los esbozos sobre Ética, no existiría sin la
“orientación social ontológica” (Benseler, 1986, p.
737) característica del filosofar del Lukács tardío y que hace posible
contrastar y complementar los diferentes postulados ontológicos que se
encuentran en los grandes proyectos sistemáticos de esta época.
De acuerdo con
Lukács, es la Ontología la que muestra los postulados filosóficos más generales
sobre la realidad social, de modo que postulados de la ética y la estética “se
encuadran” en el marco de una teoría ontológica fundamentada en el proceso
dialéctico del trabajo. Por ejemplo, en la Ontología del Ser
Social Lukács afirma que ciertas cuestiones como la relación entre
racionalidad del ser social y sentido del ser humano —una importante cuestión ontológica—,
solamente podrían ser estudiadas en el conjunto de relaciones dialécticas que
rebasan la actividad social neutra, requiriendo unos análisis más específicos
que debían ser abordados en una Ética que desvelara pertinentes categorías
ontológicas (Lukács, 1984, p. 636). En el transcurso de estas investigaciones
Lukács hizo notar que, aparte de la compresión general de la ontología, las
categorías histórico-sociales que corresponden a la dimensión ontológica o
estética tienen una concreción específica en cada momento del proceso social
histórico; asimismo, reconoció la influencia de tal concreción histórica en el
modo en que se articula cada objetividad en el marco de la realidad social. Es
en este análisis de la forma en que las categorías ontológicas se realizan en
el paso de la historia y, más particularmente, en el análisis de la forma como
la conciencia histórica reacciona e influye en tal concreción, que Lukács
recurre, como vamos a ver, a una particular forma de fenomenología. Para
presentar la interacción entre la orientación ontológica y la fenomenológica en
la filosofía del trabajo de Lukács, conviene distinguir en primer lugar
aproximación fenomenológica y ontológica en su obra. El filósofo Infranca ha
hecho aportes a esta cuestión en varios textos y artículos vinculados con el
tema del marxismo lukácsiano (Infranca, 2007, pp. 263-308). Aunque la
argumentación que Infranca hace sobre este punto ha despertado algunas reservas
entre los estudiosos de la obra lukácsiana, a nuestro parecer él ha mostrado de
manera convincente que los análisis de Historia y Consciencia de Clase —pese
a la interpretación corriente entre los que, entusiastas de la obra
juvenil, son críticos de la obra tardía—, no se encuentran en
contradicción directa con los análisis de la Ontología del Ser Social[2]. Obras anteriores de crítica filosófica han
puesto de manifiesto correspondencias sensibles entre las investigaciones
presentes en Historia y Consciencia de Clase y ciertas
argumentaciones de la Ontología del Ser Social, pero Infranca ha
comprobado que aquellas correspondencias manifiestas se deben especialmente al
tratamiento del concepto de trabajo. El concepto de trabajo es abordado en cada
obra respectiva mediante una aproximación metodológica distintiva, hecho
significativo que produce, a la par que precisas correspondencias entre las
obras, otras tantas diferencias en la argumentación y exposición. La dualidad
de la aproximación al concepto de trabajo corresponde por un lado a la
predominancia de una perspectiva fenomenológica —en Historia y
Consciencia de Clase— y, por otro, a la existencia de una perspectiva
ontológica —en Ontología del Ser Social—. Entre ambas metodologías
el análisis de textos comprueba una sucesión lógica, expresada en la sucesión
cronológica real de los textos de Historia y Consciencia de Clase y
de Ontología del Ser Social.
Como es sabido,
un objeto central de la juvenil Historia y Consciencia de Clase es
seguir, de modo materialista-histórico, la hegeliana “ciencia de la experiencia
de la conciencia”. Lukács tenía en ese entonces como pretensión el describir la
génesis de la conciencia del proletariado sobre la base de un esquema
filosófico e histórico recortado según el modelo de la Fenomenología
del Espíritu, pero con un esquema en el que ya no es propiamente el
despliegue de la autoconciencia —como en Hegel—, sino el desarrollo dialéctico e inmanente de las categorías
histórico-sociales lo que proporciona la movilidad al proceso. El movimiento
dialéctico de las categorías, que se expresa siempre en una determinada
“tendencia histórico social” colocada en relación reflexiva con la dinámica
económico-social de las sociedades, es asumido como el mecanismo central para
reconstruir el devenir de las “formas de conciencia social”. De acuerdo con
Lukács, la conciencia de los individuos interviene en los momentos definitivos
que llevan a la concretización objetiva de la categoría. Por ello el movimiento
histórico de las categorías es el horizonte en el cual se enmarcan últimamente
los cambios de la conciencia histórica de los pueblos y los grupos sociales.
En Historia y Consciencia de Clase Lukács se ocupó de
investigar la conexión de la conciencia individual e intersubjetiva con marco
de la totalidad procesual que corresponde a la sociedad capitalista, en razón
de que tal relación constituiría —según el esquema tomado de la Fenomenología
del Espíritu— la figura de la conciencia histórica más reciente del
individuo moderno.
En los análisis
y distintas argumentaciones acerca de la relación conciencia-mundo en el
capitalismo, Lukács manifiesta la importancia central de la categoría social de
cosificación (Verdinglichung)[3]. De acuerdo con Lukács, en la evolución
histórica de las relaciones económico-sociales, los intercambios entre los
individuos que toman la forma de relaciones sociales cosificadoras adquieren un
rol predominante en la marcha conjunta de la sociedad y en la génesis de las
distintas formas de conciencia social. Estudiando el fenómeno social de
cosificación, Lukács descubre que la génesis de la conciencia del proletariado
sigue a la estructura del proceso del trabajo extrañador que asimila el obrero
con el objeto del trabajo producido; lo cual quiere decir que la vida del
obrero se halla atravesada por el carácter fetichista de la mercancía que media
todo el proceso de producción y distribución en el capitalismo. La influencia
de la relación inmediata que la conciencia del trabajador tiene con las
determinaciones categoriales propias del trabajo abstracto y enajenado,
determina que sea el obrero el que exprese la relación de la conciencia que es
más directa, fecunda e indefinida con respecto del objeto producido en la
industria y que, por tanto, sea él el más adecuado para mover esta relación a
una etapa superior en la relación dialéctica.
Los numerosos e
intensivos análisis que Lukács lleva a cabo para sostener la predominancia de
las categorías de cosificación y extrañamiento en el proceso de trabajo, y las
consecuencias que esto tiene para el devenir de las tendencias histórico
sociales del capitalismo avanzado, constituyen la parte central del texto
de Historia y Consciencia de Clase. Aquí nos limitamos a señalar que
el análisis de la génesis de la conciencia del obrero a través de la estructura
del trabajo extrañador supone, primero, la postulación de una fenomenología de
la experiencia de la conciencia; la cual se encuentra abocada a un análisis de
las condiciones concretas y actuales en que tal proceso cosificador se realiza;
segundo, que tal fenomenología, al igual que la fenomenología hegeliana,
presupone la emergencia de una dimensión estrictamente ontológica, aun cuando
se esfuerza por moverse a partir del inmediato e histórico ser-precisamente-así del
proceso de trabajo (cfr. Infranca, 2007, pp. 153-154). El principal elemento de
la dimensión ontológica presente en Historia y Consciencia de Clase es
el papel que la actividad productiva tiene en la articulación de las categorías
histórico sociales, y con ello, en la estructuración de la totalidad procesual
que es cada sociedad en una etapa histórica. En Historia y Consciencia
de Clase la significación ontológica presente en el trabajo está
supuesta en los distintos análisis de detalle que manifiestan la forma en que
la contemporánea figura de la conciencia del capitalismo avanzado —aquella correspondiente al obrero alienado— refleja
la dialéctica histórico social del proceso del trabajo. La argumentación
fenomenológica que allí se lleva a cabo es necesaria por ser un paso
lógicamente anterior a la argumentación ontológica, encargado de encontrar
cuáles son las categorías ontológicas operativas en los hechos sociales de
enajenación. La dialéctica de esencia y fenómeno que se encuentra en Hegel y en
Marx asume que las determinaciones más inmediatas son un primer estadio del
camino que la conciencia recorre hasta la captación del amplio complejo de
determinaciones que se cristaliza en cada fenómeno social y la comprensión de
las determinaciones esenciales. Por tanto, no sería posible obtener un
diagnóstico adecuado de las determinaciones del ser social, si antes no se han
estudiado y estructurado las determinaciones que ejercen una influencia más
directa e inmediata en el medio aparencial en el que se desenvuelve la
conciencia. El paso desde la apariencia fenoménica para la conciencia hasta la
esencia de lógica de los hechos y hasta la totalidad procesual es lo que
asegura la pertinencia de la argumentación ontológica. Únicamente después de
haberse dado tal paso es fundamentado el estudio de las determinaciones
ontológicas del ser social. El variado cuadro de mediaciones que intervienen en
la dinámica de la consciencia con la categoría de trabajo se encuentra todavía
presente en el Lukács de la Ontología del ser social, solo que, en
rigor, en calidad de presupuesto, de tal modo que la teoría del ser
social puede especificar en el trabajo, y sin ulteriores reconstrucciones, el
punto de partida adecuado para una exposición ontológica de su
objeto (cfr. Infranca, 2007, p. 154)[4].
El
análisis de los
textos muestra cómo la
diferencia de aproximación hacia los hechos produce resultados diferentes en la
exposición y la argumentación. En particular, no se encuentra en Historia
y Consciencia de Clase el análisis ontológico-genético del trabajo que
se lleva a cabo en el texto de la Ontología del Ser Social, por lo
que el fenómeno de la extrañación solo es abordado en su “dimensión subjetiva”,
dejando de lado los diferentes espacios de la realidad social que tienen su
génesis en la objetivación de la esencia genérica y la influencia que esto
tiene en las categorías del Ser Social; hecho que hace que el mismo fenómeno de
la extrañación solo sea comprendido limitadamente. A estas limitaciones de una
aproximación fenomenológica que carece de fundamentos categoriales ontológicos
se refería Lukács cuando criticó la conceptualización de la objetivación que se
encuentra presente en Historia y Consciencia de Clase:
Si se considera que lo que es objeto de la praxis, y
por ende el propio trabajo, sobre todo, es una objetivación […] que los
pensamientos, los sentimientos humanos, son objetivados, etc., entonces es
evidente que estamos frente a una forma universalmente humana de las relaciones
de los hombres entre sí. Sólo cuando las formas objetivadas en la sociedad
reciben funciones que ponen la esencia del hombre en conflicto con su
ser, sólo entonces surge la relación objetivamente social de enajenación
[...] En Historia y conciencia de clase no reconocí esta
dualidad (Lukács, 1968, p. 21).
Historia y
Consciencia de Clase puede
ser leída, por tanto, en orden a completarla cabalmente, a precisarla y a
reformarla, como un capítulo antecedente y seminal de la Ontología del
Ser Social. Al respecto podría pensarse en la relación que existe entre
la Fenomenología del Ser Social y la Ciencia de la
Lógica hegelianas. Al igual que la Fenomenología del Espíritu, Historia
y Consciencia de Clase ofrece, operando en concretos momentos
históricos, el movimiento dialéctico inmanente de nociones y categorías en el
trasfondo del desarrollo de las formas de la conciencia; mientras que en
la Ciencia de la Lógica los conceptos son más que nada
expuestos, suponiendo ya un movimiento histórico concreto que no es el centro
de la argumentación, que asume allí un punto de vista analítico y
generalizador, algo semejante a lo que ocurre en la Ontología del Ser
Social. Pero mientras que la Fenomenología del Espíritu podría
ser subsumida como momento del sistema de la filosofía hegeliana —recordemos
que Hegel la incorpora como capítulo de la Enciclopedia de las Ciencias
Filosóficas—, el enfoque subjetivo sobre el fenómeno de la extrañación
propio de Historia y Consciencia de Clase, que se centra
unilateralmente en las condiciones subjetivas del proceso social que justifica
la cosificación, hace que los postulados de aquella siempre deban ser
contrastados con la perspectiva más objetivista y abarcante de la Ontología
del Ser Social. La argumentación lukácsiana presente en esta obra está en
directa vinculación con los análisis de la crítica de economía política
realizados por Marx, en especial con los que, en los Manuscritos
filosóficos del 44, discuten la relación del pensamiento con la realidad y
la importancia de la categoría de trabajo en esta relación (cfr. Marx, 1968,
pp. 22-27).
Según la
argumentación seguida por Marx en su crítica de economía política, el
pensamiento es caracterizado por su orientación hacia lo real material; en un
proceso que lleva al establecimiento de conceptos que permitan la realización
de la praxis según fines concretos. La producción espontánea de pensamientos en
el contacto del hombre con su entorno material es, según Marx, un momento de la
relación general del hombre con la realidad; un momento primitivo de la
conciencia, que corresponde a la vida cotidiana del hombre en sus labores
habituales de producción y reproducción de la vida. La espontaneidad del
proceso implica una directa relación con las determinaciones materiales de la
existencia, que hace que la conciencia lleve a cabo un proceso de abstracción
que crea conceptos significativamente influenciados por determinaciones de las
categorías económico-sociales. Marx argumenta que, en comparación con el
“método” que en la crítica de economía política permite encontrar la
dialecticidad de la relación entre categorías sociales, el saber de la vida
cotidiana conserva más profundamente la huella de las determinaciones que están
inmediatamente presentes en las categorías y se ocupa menos del complejo de las
relaciones entre ellas. En la crítica de economía política llevada a
cabo en El Capital, Marx argumentó la gran influencia que alcanzan
las determinaciones de la vida económica moderna en la vida práctica, de manera
que los conceptos de los individuos expresan con facilidad las determinaciones
económicas en su inmediatez:
Las representaciones de un comerciante, especulador de
bolsa, banquero, son necesariamente invertidas. Aquellas representaciones del
fabricante son falsificadas por intermedio de los procesos de circulación de
mercancías, en las cuales ha invertido su capital, o por la equiparación de las
tasas de las ganancias. Categorías como las de competencia desempeñan en la
cabeza de aquellos un rol completamente invertido (Marx, 1968, p. 325)[5].
De acuerdo con
Marx, este proceso sucede porque las determinaciones de las categorías
económicas, como las de circulación, capital, etcétera, están consideradas en
su inmediata movilidad y en buena parte aisladas de sus relaciones
complementarias con el todo unitario de la producción, de manera que, por
ejemplo, en la mente del especulador de bolsa el fenómeno de circulación del
dinero y del alza y baja de divisas es fenómeno que sigue reglas inmanentes y
casi esotéricas. En tales casos los hombres juzgan respecto de su realidad
económica en una relación acrítica con las determinaciones que intervienen en
la específica parcela de que se ocupan, de modo que en su cabeza el verdadero
rol de las categorías aparece invertido, tomándose los efectos por las causas.
Cuando en el
acto de la producción los sujetos económicos toman conciencia de las categorías
económicas, se hace presente la apariencia de movimiento de aquellas
categorías, y no el movimiento interno y real que es presentado por la crítica
de economía política marxiana. Esto sucede cuando el individuo juzga su
realidad en tanto banquero, especulador de bolsa, capitalista, y demás roles
semejantes, instancias de su vivir en que tiene una relación más espontánea con
el proceso productivo, de distribución o de consumo.
En los textos
de crítica de economía política de Marx tal acontecer es entendido como
resultado de la influencia de la fetichización de la mercancía y el concepto de
cosificación asociado a ella. Lukács desarrolla esta argumentación y ofrece sus
propias definiciones respecto a los conceptos involucrados en el proceso de
inversión y deformación ideológica que fue presentado por Marx[6]. En Ontología del Ser Social, el
escrito lukácsiano donde más exhaustivamente están las bases ontológicas de
este fenómeno, la cosificación se entiende en líneas generales como elemento
del esquema conceptual formado por los procesos de objetivación (Vergegenständlichung)
y de enajenación (Entäusserung) de la genericidad (Gattungsmäßigkeit)
humana por parte del individuo concreto.
De acuerdo con
Lukács, ambos conceptos son considerados factores fundamentales del proceso
histórico de autoconstitución del hombre en la historia; por medio de la
transformación de la naturaleza y de lo real-social, y por la construcción cada
vez más compleja de un mundo objetivo social resultado de la actividad del
trabajo (cfr. Fortes, 2012, p. 70). La categoría de objetivación expresa el
conjunto de determinaciones objetivas que son el resultado de la continua
construcción y ampliación objetiva de la capacidad humana de transformar la
naturaleza y el mundo social, y, por tanto, de crear las propias condiciones de
su existencia. La categoría de enajenación indica las determinaciones que
corresponden al fenómeno general de que, siempre que transforma la naturaleza y
el mundo social, el hombre lleva a cabo la adecuación de su subjetividad
interior a las condiciones exteriores del proceso productivo. De ese
modo, Lukács entiende que el hombre crea objetividades sociales cada vez más
complejas según se desarrollan las fuerzas sociales productivas, y que, en ese
proceso, transforma su propia subjetividad —enajena sus facultades
intelectuales, emocionales y físicas— con base en las objetividades existentes
y aquellas que se busca transformar y/o crear según cada particular
articulación de reflejo y posición teleológica. En otras palabras, la pareja
objetivación/enajenación revela que el hombre, en tanto sujeto, objetiva permanentemente
su mundo social al mismo tiempo que transforma continuamente su propia
naturaleza de “sujeto colocador de objetivaciones” (cfr. Lukács, 1986, p. 358).
En esta abstraída relación con la objetivación, la enajenación
aparece como categoría ontológica distintiva del ser social y originalmente
neutra. Siguiendo la asimilación y crítica de los conceptos de trabajo y de
alienación (Entfremdung) que desarrollara Hegel, particularmente en
la Fenomenología del Espíritu, Lukács entiende que el proceso de
enajenación de la subjetividad individual en el trabajo involucra, junto a la
transformación interior de las facultades y potencialidades subjetivas, la
reapropiación efectiva de aquellas en una personalidad individual íntegramente
desarrollada.
Tanto para
Lukács como para Marx, si bien el trabajo en el capitalismo desarrolla las
facultades intelectuales, emocionales y físicas de los sujetos, al mismo tiempo
desarraiga al individuo de aquellas, impulsando solamente las cualidades
fragmentarias y altamente especializadas que corresponden a la parcela de la
división del trabajo en la que cada trabajador se desenvuelve. Hegel había
postulado la superación de la distanciación entre el sujeto y las
potencialidades que nacen en y con el trabajo de manera conceptual, en un
momento superior a aquél en que se mueven los fenómenos característicos del
trabajo social, en el plano del Espíritu Absoluto; Marx y Lukács criticaron una
tal superación como abstracta y, finalmente, ficticia. Para Lukács el verdadero
despliegue y cumplimiento de la enajenación conlleva la re-apropiación de las
facultades y potencialidades humanas en un proceso que se orienta al desarrollo
de una personalidad completa, por el cual se aplican las cualidades subjetivas
en su conjunto al cultivo del hombre individual entero. La falta de aquella
re-apropiación en el individuo, es decir, la falta de una actualización por
parte del sujeto de sus capacidades humanas en las diferentes facetas de su
accionar, es designada con el nombre de alienación (Entfremdung)[7]. En el capitalismo contemporáneo, la
alienación, entendida como la falta de re-apropiación en diversos grados y
modos, es una característica común de todas las actividades económico-sociales,
resultado tanto de la división social del trabajo como de la fetichización de
la mercancía. Como parte de la investigación sobre las cuestiones vinculadas
con la alienación de la subjetividad, aparece en Ontología del Ser
Social el fenómeno social de cosificación. Las diferentes instancias
que, en esta obra, ponen en primer lugar al problema de la cosificación, se
corresponden estrechamente con el análisis fenomenológico de los efectos en la
subjetividad de los sujetos de la fetichización de la mercancía (cfr. Lukács,
1986, p. 125ss., p. 219, p. 227, p. 302)[8]. Esto está en conexión con lo que Lukács en
la Ontología del Ser Social califica como la
“disolución/resolución” (Auflösung) de las categorías ontológicas
mediante estudios históricos y de detalle; así afirma:
Cuando tratamos de determinar los principios de
construcción teórica […], podemos decir que tomamos como punto de partida un
elevado nivel de abstracción, a partir del cual, a través de la disolución de
las abstracciones metodológicamente concebidas, se construye el camino hacia la
captación conceptual de la totalidad en su clara y enriquecida concreción
(Lukács, 1984, p. 584).
En el proceso
de, por un lado, consideración aislada (isolierte Betrachtung) del
fenómeno del trabajo, y por otro, de la disolución/resolución (Auflösung)
del fenómeno abstraído partiendo del descubrimiento progresivo de las
relaciones que aquél establece con los diferentes planos de la realidad, es
donde se ubica la caracterización que Lukács hace en Ontología del Ser
Social de la génesis del trabajo. En principio, el nivel de la
investigación de los caracteres distintivos del trabajo se mantiene en el rango
correspondiente a las categorías ontológicas que distinguen al ser social, lo
cual permite encontrar una estructura básica que se encuentra sustentada en una
abstraída y por ello general estructura de la actividad social productiva. En
la parte avanzada y conclusiva de Ontología del Ser Social,
concretamente en el capítulo dedicado a la alienación (Entfremdung)
(cfr. Lukács, 1986, pp. 501-730), se discute la disolución concreta de las
abstracciones de la forma general del trabajo hasta llegar a alcanzar el
complejo problemático del ser social que está más próximo a lo que la
conciencia individual experimenta en la vida cotidiana (cfr. Fortes, 2012, p.
68). En ese momento, la investigación de Lukács avanza sobre los caracteres que
debería tener una fenomenología de la conciencia histórica, en el marco creado
por la alienación de la subjetividad que es propia del capitalismo. El capítulo
de Ontología del Ser Social dedicado a la alienación (Entfremdung)
avanza ampliamente sobre las categorías generales que formarían parte de una
tal investigación, tomando como referente a las categorías ontológicamente
consideradas de trabajo, objetivación y enajenación.
Si la
alienación puede entenderse como una posibilidad permitida históricamente por
la desigualdad existente entre el proceso de objetivación social y la
enajenación de la subjetividad, la noción de cosificación permite entender
características básicas de la relación inmediata entre la conciencia
alienada —es decir, carente de real reapropiación— y el mundo social. Para una tal conciencia, las relaciones
sociales aparecen como “cosas” dadas e independientes de las intenciones y
transformaciones posibles de la subjetividad, e incluso la conciencia, como
parte de aquella relación, se aparece a sí misma enclaustrada en
determinaciones fijas. El punto de partida de esta posibilidad estriba en el
hecho de que, en el nivel de la experiencia de la vida cotidiana, los objetos
naturales exteriores con los que la conciencia tiene una relación inmediata se
manifiestan con el carácter de “coseidad” (Dinghaftigkeit) (cfr. Lukács,
1986, p. 477). En una fase primitiva del conocimiento todos los objetos se
presentan con determinaciones que refieren al carácter de cosas, aun aquellos
fenómenos que captados por la conciencia no pueden ser identificados como
realidades materiales concretas (por ejemplo, una idea aprendida
abstractamente, una relación social, un principio ético). Si bien el discurrir
del pensamiento lleva a la superación de aquella consideración abstracta e inmediata
de los contenidos de experiencia, una característica particular de la realidad
social contemporánea es que la conciencia del individuo se ve puesta en
relaciones que sostienen la apariencia de “cosa hecha” de los fenómenos. Como
resultado de la influencia de la fetichización de la mercancía en los procesos
económicos, por la cual se tiende a resaltar en los objetos —de forma abstracta
y ahistórica— aquellas de sus determinaciones que son de mayor operatividad en
el proceso de producción y de intercambio, los individuos consideran a toda su
realidad social por intermedio de determinaciones económicas abstractas, bajo
la forma de cosas hechas. En la medida en que esta es una tendencia subjetiva
que no se corresponde con la verdadera naturaleza procesual de los fenómenos
sociales, es posible identificarla como una expresión de la incapacidad del
sujeto para re-apropiarse de sus capacidades y facultades en la forma de una
personalidad integral; lo cual le impide expresar las potencialidades de la
“genericidad” (Gattungsmäßigkeit) humana que, de acuerdo con el
marxismo, es creada con el desarrollo de las fuerzas productivas en el
transcurso de la historia. La alienación de la subjetividad que se detiene en
el carácter de coseidad de los objetos descubre fenomenológicamente la
influencia del fetiche de la mercancía en la dinámica de las relaciones
sociales, por lo cual el concepto de cosificación siempre señalará a las
relaciones sociales que promueven una tal apariencia. Esta es la razón para que
Lukács tienda a utilizar el concepto de cosificación en conexión con la
categoría de fetichización, en el contexto de relaciones sociales alienantes y
cosificatorias. En Historia y Consciencia de Clase la
distinción entre objetivación, alienación y cosificación no está aclarada, pues
faltaba la conexión de los análisis fenomenológicos de las figuras de la
conciencia en el capitalismo con las categorías ontológicas del ser social. Sin
embargo, puede afirmarse que la categoría de cosificación de Historia y
Consciencia de Clase, en la medida en que muestra la tendencia a fijarse en
el carácter de coseidad de los objetos, se encuadra en el esquema planteado
para la aparición de la cosificación en la Ontología del Ser Social.
Los avances fenomenológicos sobre las manifestaciones concretas que toma la
cosificación en el capitalismo avanzado —presentes en el capítulo dedicado a la
alienación (cfr. Lukács, 1986, pp. 656-730)— recuerdan efectivamente los
análisis sobre las consecuencias de la fetichización en Historia y
Consciencia de Clase. De ello se puede señalar que la perspectiva
fenomenológica es un paso básico para el correcto tratamiento ontológico de las
categorías fundamentales del ser social y del trabajo, y que la argumentación
ontológica ya se halla “presuponiendo” resultados de una investigación
fenomenológica, además que los completa.
La
investigación fenomenológica muestra que, dado que son las categorías
económico-sociales las que impulsan la dinámica de la estructuración de lo
social —hecho que en la Ontología del Ser Social se explica
por el carácter modélico del proceso primitivo del trabajo para el despliegue y
la realización de las distintas formas de objetividad—, el esquema que es
adoptado en el modo de producción se extiende siempre hacia las otras diferentes
facetas del todo social. Esto significa que el fetiche de la mercancía, un
fenómeno que tiene su génesis en momentos puramente económicos y que alcanza su
mayor concreción en el capitalismo avanzado, se extiende a las distintas
relaciones interpersonales y consolida la apariencia cosificada de las
categorías y los hechos sociales que parten de aquellas relaciones. Los sujetos
se relacionan entre ellos con el fetiche de la mercancía como mediación, del
mismo modo que todas las objetividades sociales son consideradas según
determinaciones que corresponden al proceso de producción e intercambio de
mercancías, lo cual tiene como resultado, según Lukács, que los sujetos y los
hechos sociales objetivos no son ya considerados como esencialidades con
cambiante movilidad histórica, sino como productos acabados, como hechos
estáticos y definitivos en donde resaltan determinaciones económicas que se
imponen a la conciencia como lo esencial. Se produce una relación fragmentaria
entre los diferentes individuos que forman parte de la sociedad, y entre estos
individuos y el conjunto todo social; como resultado de esta relación
fragmentaria consigo mismo y con la sociedad —muestra de la carencia de una
reapropiación íntegra de la individualidad— los objetos de la experiencia
resaltan siempre su carácter de coseidad, ya se trate de los otros hombres o
los distintos fenómenos sociales. La cosificación se transforma entonces en una
estancia que atraviesa la relación del individuo con las potencialidades y
posibilidades que emergen en el devenir de la esencia genérica humana y la
estructuración del proceso de objetivación histórica de aquella esencia. La
cosificación se transforma en una instancia natural que la conciencia de los
individuos recibe y frente a la que estos se comportan. En el horizonte
subjetivo de Historia y Consciencia de Clase, que busca mostrar la
figura de la conciencia que corresponde al capitalismo avanzado, Lukács pudo
afirmar que la cosificación es la forma fenoménica de la sociedad capitalista
para todos los grupos sociales que desenvuelven su vida en esta.
La
investigación sobre tal influencia de la cosificación conduce al análisis de la
división del trabajo capitalista que fenomenológicamente Lukács ha llevado a
cabo en Historia y Consciencia de Clase, así como en el
apartado de Ontología del Ser Social dedicado a la alienación
(Entfremdung). En todo el proceso del trabajo se reproduce una división
que caracteriza al modo de producción capitalista. Los individuos en cada
parcela de la división del trabajo, al relacionarse con los otros hombres y la
realidad social, resaltan las determinaciones correspondientes a su posición
aislada y las toman como hechos definitivos, con lo cual se consolida la
parcialización de la experiencia subjetiva y la manifestación, tras los
diferentes fenómenos sociales, de determinaciones abstractas con una aparente
universalidad. Uno de los puntos centrales de la argumentación fenomenológica
lukácsiana es que la relación fragmentaria y alienada del trabajador con el
todo y con el producto de su trabajo se produce inicialmente en el ámbito del
trabajo manual transformador de la naturaleza, y que el predomino de la forma
de la mercancía extiende estos efectos al trabajo intelectual. Lukács analiza
los efectos de un tal estado de cosas propio del trabajo intelectual en los
pasajes que se ocupan de la burocracia característica del capitalismo. Estos
análisis muestran que la consciencia individual reproduce, en su propia esfera
de acción y pensar, las consecuencias del predominio de la forma de la
mercancía como instancia de mediación entre realidad y conciencia que se
efectiviza para toda actividad. Investigar la condición de este estado de cosas
requiere mencionar los efectos de la racionalización, de la
hiper-especialización profesional, de la ramificación de la actividad
intelectual, de la orientación hacia lo mesurable y lo cuantificable de las
ciencias humanas, entre otros, que son característicos fenómenos del
capitalismo tardío. En escritos de crítica literaria y sociología de la
literatura, Lukács analizó algunos de los efectos que una conciencia sometida a
la influencia de la fetichización de la mercancía tiene para la realización de
los productos intelectuales humanos, pero no llegó a constituir un cuadro de
las características de la conciencia alienada en el ámbito intelectual como
tema específico. La fenomenología de la conciencia en el ámbito del trabajo
intelectual requiere un complejo conjunto de análisis histórico-sociales; para
nuestro tema es suficiente ubicarnos en esta pregunta: ¿qué significa para el
trabajo intelectual la influencia de las relaciones sociales alienantes? Para
contestarla podemos recordar que, de acuerdo con Lukács, las categorías que
integran el Ser Social son todas históricas y procesuales, y que en cada
momento histórico cambian las determinaciones y las relaciones entre las
determinaciones que conforman las categorías. Para Lukács no existen ni el
trabajo —con sus distintas categorías— ni el trabajo intelectual como tales,
estas siempre tendrán una determinada concreción histórica; y en rigor, la
configuración actual fenoménica e inmediata de las categorías sociales es una
contingencia histórica que puede cambiar en otro momento de la historia. Esta
naturaleza de las categorías revela la necesidad lukácsiana de poner en claro
las condiciones concretas —sujetas siempre al devenir de las formaciones
económicas— en que se articula la relación de la conciencia por el mundo que es
mediada por las categorías sociales como el trabajo y, así mismo, la necesidad
de mostrar la forma aparencial que para el sujeto alienado toma esta relación.
Especificación que torna posible precisar el horizonte conceptual de la
pregunta anteriormente postulada: ¿qué significa un trabajo intelectual que se
efectiviza con el predominio “inmediato” (en la superficie), pero contingente,
de la influencia del fetiche de la mercancía para todo el proceso social? En
principio puede afirmarse que en el sistema lukácsiano toda actividad
intelectual implica la mediación de determinaciones correspondientes a las
categorías predominantes en la lógica productiva del capitalismo —por ejemplo,
de aquellas que Lukács identificaba en su análisis de la actividad intelectual
que llevó a cabo en Historia y Consciencia de Clase—. Existe
una peculiar relación de la conciencia con la realidad objetiva que consiste en
llevar al plano de la actividad intelectual determinaciones que conforman la
vida cotidiana transida por el fenómeno de las relaciones sociales alienantes y
cosificatorias. De esta constatación nacen algunas cuestiones centrales que
examinaremos.
La conciencia
tiene varias instancias de relación con la realidad objetiva, que van desde la
relación más inmediata propia de la actividad económica de la vida cotidiana,
hasta una relación en la que intervienen numerosas mediciones metodológicas y
teóricas como es el conocimiento científico, particularmente en el caso de la
ciencia de la crítica económica tal como fuera practicada por Marx en El
Capital. Pero en el campo de la misma vida cotidiana se pueden
distinguir instancias que corresponden a la relación más directa con la lógica
de la producción y reproducción económicas, de aquellas que corresponden a la
relación con los otros complejos objetivos de la vida que superan y rebasan lo
económico. En el primer caso se identifica la relación inmediata, fragmentaria
y parcial de la conciencia individual con las determinaciones de las categorías
económicas, de tal modo que su percepción de los asuntos económicos se deja
conducir por la apariencia fenoménica de las determinaciones. En el segundo
caso se llega al reconocimiento de que existe un amplio campo de relaciones con
las realidades objetivas que toman forma en variadas instancias de la vida
ordinaria de los hombres y que superan lo económico. A este campo Lukács se
refirió cuando, por ejemplo, en su crítica literaria de autores modernistas que
enfatizaban la vaciedad de la vida cotidiana, resaltaba él en cambio la
complejidad y variedad de las determinaciones de la vida cotidiana y del
decurso vital de cada individuo. En la Ontología del Ser Social algunas de estas instancias son mostradas
con abundancia descriptiva. Aquí notaremos el hecho de que, según Lukács, si
bien es cierto que el hombre puede tener conciencia invertida de las categorías
con las que se relaciona inmediatamente en el ejercicio del proceso económico,
los otros complejos objetivos del mundo de la vida de los sujetos (la familia,
la eticidad, el derecho, etcétera) permiten en potencia una
cosmovisión más amplia y más compleja que la que se ve favorecida por los
efectos deformadores del predominio económico del fetiche de la mercancía. Este
nivel fértil y complejo de relaciones de la conciencia con las objetividades
sociales se efectiviza en el curso de la vida cotidiana de los individuos.
Partiendo de esta base de la vida cotidiana, la actividad intelectual puede
proceder a elaborar las determinaciones del mundo de la vida de los sujetos de
una forma que sepa resaltar un tipo más liberalizador de relación de la
conciencia con el objeto; una tal elaboración encontramos, por ejemplo, en la
actividad intelectual de los grandes artistas.
La relación
entre una Fenomenología de la conciencia moderna en el capitalismo avanzado y
una Ontología del ser social permite a Lukács encuadrar
la naturaleza y la realización histórica de las categorías definitorias del ser
social. Posibilita, además, mostrar la manera como la categoría ontológica del
trabajo adquiere características fetichizantes debido a una particular relación
de la conciencia moderna con el objeto que es propia del modo de producción
capitalista. Pero al mostrar la fetichización como el resultado de un análisis
fenomenológico, es decir, como resultado de un análisis de las formas de la
conciencia moderna, muestra la contingencia de la fetichización: la
categoría ontológica del trabajo puede realizarse en otras formas de relación
conciencia-objeto que son diferentes de aquellas que descubre el particular
análisis fenomenológico de la conciencia en el capitalismo avanzado —tal como existió en sociedades antiguas, o como puede existir en el
futuro—, así mismo muestra que existen espacios,
como del trabajo intelectual en el arte, donde la conciencia puede rebasar los
condicionantes que la fetichización pone a la conciencia.
Referencias
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R. (2012). Los ejercicios de la subjetividad. Las cosificaciones inocentes y
las cosificaciones alienadas. En A. Infranca y M. Vedda (comps.), La
alienación: historia y actualidad. Buenos Aires: Herramienta.
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R. (2012). Las categorías de objetivación (Vergegenständlichung), enajenación
(Entäuserung) y alienación (Entfremdung) en el último Lukács. En A. Infranca y
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Lukács. Buenos Aires: Herramienta.
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Lukács, G. (1968). Georg Lukacs Werke: Frühschriften II. Darmstad-Neuwied: Luchterhand.
Lukács, G. (1984). Zur Ontologie des gesellschaftlichen Seins, (v.1). Darmstad-Neuwied: Luchterhand.
Lukács, G. (1986). Zur Ontologie des gesellschaftlichen Seins, (v.2). Darmstad-Neuwied: Luchterhand.
Marx, K. (1962). Das Kapital I. Berlin: Dietz.
Marx, K. (1968). Ökonomisch-philosophische Manuskripte aus dem Jahre 1844. Berlin: Dietz.
Marx, K. (1971). Einleitung
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Mészáros,
I. (2009). A teoria da elienação em Marx. São Paulo: Boitempo.
Tertulian, N. (1993). Le Concept d'alienation chez Heidegger et Lukács. Archives de Philosophie. Recherches et Documentation, 56.
Zoltai, D. (1993). The
Reconstructible Chief Work: Notes on Lukács Late Aesthetic Syntesis. En L.
Illés y F. József (eds.), Hungarian Studies on Lukács. Budapest: Akadémiai Kiadó.
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Fecha de recepción: 2
de febrero de 2019
Fecha de aceptación: 24
de abril de 2019
Forma de citar (APA): Bonilla, M. (2019). La perspectiva fenomenológica en la Filosofía del
Trabajo de Geörgy Lukács. Revista Filosofía UIS, 18(2),
doi: 10.18273/revfil.v18n2-2019009
Forma de citar (Harvard): Bonilla, M. (2019). La
perspectiva fenomenológica en la Filosofía del Trabajo de Geörgy Lukács. Revista
Filosofía UIS, 18(2), 167-183.
[1]
Ecuatoriano. Doctor en Filosofía, Universidad Nacional de La Plata. Profesor
titular de la Universidad Luis Vargas Torres, Ecuador.
Correo electrónico:
manuel.bonilla@utelvt.edu.ec
ORCID: 0000-0002-2334-9876
[2] Si bien, a lo
largo de toda la obra madura de Lukács, en artículos y libros de filosofía y
teoría política, se puede reconocer el debate crítico con varios postulados presentados
en Historia y Consciencia de Clase (cfr. Breines, 1979,
p. 535ss.).
[3] Término que en la tradición marxista proviene de Hegel, quien en
la Fenomenología del Espíritu la introduce como expresión de
la auto-exteriorización del sujeto en una “forma concreta” exterior. En Marx
designa un momento del proceso de la fetichización de la mercancía, en el que
las relaciones sociales que se encuentran tras las categorías económicas son
tomadas como cosas, así, por ejemplo, las nociones abstractas de propiedad y de
trabajo (cfr. Marx, 1972, pp. 7-11). En Lukács tal categoría expresa aquellas
relaciones en las que la alienación de la conciencia individual asume la
apariencia de cosa dada y universal.
[4] Se comprueba así la estructura de una recursividad hermenéutica
entre los momentos fenomenológicos y ontológicos de la investigación
filosófica, que son resaltados de acuerdo con el horizonte de cuestiones
presentes en cada obra. Sin embargo, una primera investigación exhaustiva
fenomenológica (Historia y Consciencia de Clase) era necesaria
antes de una investigación exhaustiva ontológica (Ontología del Ser Social).
[5] En
adelante, toda traducción de Marx o Lukács es hecha por el autor del artículo a
partir de la versión en alemán.
[6] Estudio
en profundidad sobre los conceptos de objetivación y alienación en la obra de
Marx se encuentra en Mészáros (2009).
[7] Coincidimos
con Fortes cuando afirma que la posibilidad de la ausencia de re-apropiación se
halla dada por la desigualdad que existe entre el desarrollo del proceso de
objetivación social y el proceso por el cual el individuo transforma su propia
subjetividad (cfr. Fortes, 2012, p. 76).
[8] No concordamos, en este sentido, con la apreciación de Tertulian
(1993) y Antunes (2012) de que en Ontología del Ser Social se
plantearía la existencia de unas “cosificaciones inocentes” fundamentalmente
diferentes a las “cosificaciones alienadas”; pues en todo momento aparecen,
mediando la comprensión del fenómeno social de cosificación, las distintas
consecuencias deformadoras de la fetichización.