FORMACIÓN UNIVERSITARIA EN SALUD: MÁS CALIDAD, MEJOR FUTURO


Mauricio Rojas Betancur*
Johana Linares**


*Doctor en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, CINDE-Universidad de Manizales, Magíster en Salud pública y Sociólogo de la Universidad de Antioquia. Profesor Asociado, Universidad Industrial de Santander. Bucaramanga, Colombia. Correo electrónico: hmrojasb@uis.edu.co
**Auxiliar Docente. Escuela de Trabajo Social, Universidad Industrial de Santander. Bucaramanga, Colombia. Correo electrónico: lanahoj@gmail.com


RESUMEN

En el presente artículo se realiza un análisis descriptivo de la percepción de la calidad de la educación que reciben los estudiantes del nivel de pregrado de la Facultad de Salud de la Universidad Industrial de Santander (UIS), complementándose con el análisis de sus expectativas laborales y sociales. Las respuestas son comparadas con las de estudiantes de las otras facultades de la misma institución. Se desarrolló un estudio cuantitativo, por muestreo estadístico (367 en total, 9% estudiantes de la Facultad de Salud), mediante la definición del nivel de calidad en la educación recibida como parámetro poblacional, y se aplicó un instrumento tipo encuesta elaborado para el estudio. Los resultados muestran una mejor calificación de diferentes aspectos de la formación universitaria por parte de los estudiantes de la Facultad de Salud, así como una marcada tendencia a considerar la necesidad de la especialización como garantía de una buena ubicación laboral. Finalmente, se estableció que en la UIS los estudiantes piensan que sus garantías futuras, en términos de ascenso y mercado laboral, están supeditadas a la calidad de la educación que reciben en la universidad.

Palabras clave:jóvenes, formación, expectativas laborales, educación superior, calidad educativa.


INTERNAL CONTROL STRATEGIES FOR PUBLIC MANAGEMENT

ABSTRACT

In this article a descriptive analysis of the perception of the quality of education received by undergraduate students of the Faculty of Health of the Universidad Industrial de Santander, UIS, complemented by the analysis of labor and social expectations .The answers are compared with those of students from other faculties of the institution. We developed a quantitative, statistical sample (367 in total, 9% students of the Faculty of Health), by defining the level of quality of education received as a population parameter and applied a questionnaire developed for this study .The results show a better classification of different aspects of university education by students from the Health Sciences Faculty, and a marked tendency to consider the need for specialization as a guarantee of good job placement. It was finally settled that at UIS, students think that their future security in terms of promotion and job market, are subject to the quality of education received in college.

Keywords:Youth, education, job expectations, higher education, quality education


FORMACIÓN UNIVERSITARIA EN SALUD: MÁS CALIDAD, MEJOR FUTURO

1. INTRODUCCIÓN

La estructura del mercado profesional y las formas de inserción productiva de los jóvenes universitarios en el mundo laboral se caracteriza actualmente por el aumento del desempleo, la concentración creciente del empleo juvenil en los sectores de baja productividad y la caída de los ingresos laborales medios; para el caso colombiano, la tendencia indica una caída en los ingresos del profesional (Hernández, 2006), una menor probabilidad de empleo al momento de egreso, la informalidad de las relaciones contractuales y el desarrollo de actividades distintas a la formación adquirida en la universidad o en actividades menos calificadas (Farné, 2009).

Esta problemática afecta el ámbito de la formación de los profesionales puesto que con bajas expectativas futuras se resiente el valor mismo de la formación profesional y la percepción que tienen los estudiantes respecto a su situación actual en la universidad. Sin embargo, existen carreras de mejor y de peor perfil ocupacional, directamente relacionado con el ingreso y la imagen social que signa el nivel de demandas de la formación, en Colombia siguen siendo altamente demandadas carreras como la medicina, el derecho y las ingenierías, a pesar de la incertidumbre en el retorno de las altas inversiones financieras y de los esfuerzos sociales que implican estas formaciones(Ministerio de Educación Nacional(MEN), 2010).

A pesar de ello, es indudable que en términos de ubicación en el mercado laboral la educación formal es un factor decisivo no solo para conseguir empleo, sino además para estar mejor ubicado en asignación salarial y tener mejor oportunidades sociales de ascenso y seguridad social (MEN, 2011), oportunidades que se incrementan con la formación posgradual.

La calidad y la pertinencia de la educación superior está socialmente cuestionada por los propios estudiantes, que manifiestan cotidianamente sus enormes preocupaciones respecto a su presente y a su futuro, a las fracturas en el valor social de las credenciales educativas que les ofrecen las Instituciones de Educación Superior( IES), y a los marcados cambios en el transcurso de los acontecimientos locales y nacionales en el marco de la mundialización de la cultura, de la educación y del reconocimiento de los problemas juveniles (CEPAL-OIJ, 2004 y UNFPA, 2009).

La percepción de los jóvenes universitarios respecto de su lugar y sus expectativas en el competitivo mundo de la educación superior y del mercado profesional (Rojas, 2009a) se propone como una lectura de contexto en la perspectiva de la relación sociedad- educación y en el campo particular de las IES. Este abordaje ofrece una lectura abierta en relación con los temas de calidad de la formación universitaria, las oportunidades y expectativas laborales que los jóvenes construyen en torno a las actividades de su tránsito por la universidad.

Las carreras profesionales en salud, especialmente Medicina, gozan de un alto prestigio histórico y de una alta demanda universitaria (Castilla y López, 2007) por ser consideradas, desde el imaginario social, como profesiones de alto valor colectivo y de posibilidad de desarrollo individual en lo moral (Martínez, 2001), lo social y lo económico (Parrilla y Gallego, 2010), no obstante, se vienen sucediendo cambios importantes en el mundo del trabajo que relativizan este panorama, pues, según los datos del presente estudio, los estudiantes asumen que el éxito laboral (ubicación e ingreso) depende de la realización de las especialidades que aumenta considerablemente el tiempo de estudios y el costo de los programas, y ello se refleja en una mayor expectativa al considerar que una vez finalizado el pregrado, sea la realización de posgrados. Además de lo anterior, los estudiantes expresan que su expectativa laboral depende concretamente de la calidad de la educación que actualmente reciben; para ellos, es la institución y el programa quienes lo garantizan, pero cuestionan el tema de infraestructura educativa, las becas y los reconocimientos y la gestión de las autoridades universitarias.

Concretamente la formación de profesionales en el campo de la salud no es ajena a los retos actuales de la universidad por las exigencias diferenciadas y coyunturales de un mercado laboral que se transforma a un ritmo mayor que los cambios en la educación (Sancho y Correa, 2010). El sector de la salud es especialmente sensible a los rápidos cambios en las exigencias de formación de sus profesionales y el tema de la actualización constante y de los altos costos de la educación especializada para los profesionales en las diversas áreas de la salud humana, así como las propias crisis del sector en la presente década (Martínez, 2001) son situaciones que influyen en las expectativas laborales de los estudiantes de pregrado.

Este estudio se desarrolló con el propósito de evaluar la percepción que tienen el estudiante de pregrado sobre la calidad de la educación que recibe en la Universidad Industrial de Santander, Colombia. Para ello se planteó el contraste de la percepción respecto a la Facultad en que se inscriben los estudiantes centrando la atención en los programas de salud humana que ofrece la institución como punto de reflexión sobre la pertinencia y las expectativas laborales de los estudiantes que se preparan en estos programas de alta sensibilidad social y económica. La formación de calidad para el área de salud es especialmente un tema complejo por el tipo de práctica social para la que estos deben prepararse. El valor otorgado por los estudiantes a su futuro desempeño (Rojas, 2011) constituye un elemento de análisis para entender el sentido de los problemas que más preocupan y los aspectos positivos que más valoran los futuros profesionales.

Es claro que los futuros profesionales en el campo de la salud son una parte vital dentro del sistema económico político de la nación. Debido a esto, la sociedad espera de este grupo profesional aportes en cuanto a productividad, conocimiento, riqueza material y espiritual, pero ¿qué esperan los jóvenes del área de la salud de la sociedad y de la educación que es el esfuerzo individual pero organizado colectivamente? ¿Qué perciben acerca de la calidad y la pertinencia de la Educación Superior que hoy se ofrece en el sistema educativo?


2. METODOLOGÍA

Esta investigación se desarrolló aplicando una metodología cuantitativa, transversal- descriptiva, que indagó la opinión y la percepción de los estudiantes de pregrado de la UIS, acerca de la calidad de la educación que reciben actualmente y sus expectativas futuras de formación y empleo. Para ello se estableció una muestra estadística a través de un parámetro poblacional definido por la proporción esperada de estudiantes que consideran que hoy es mejor la calidad de la formación en la universidad. Se obtuvo una muestra final de 367 encuestas efectivas para la Universidad, de ellas 32 se realizaron en tres escuelas de la Facultad de Salud: Microbiología y Bioanálisis, Fisioterapia y Medicina, datos que sirvieron de submuestra y variable de contrastación de las diferentes dimensiones de estudio entre facultades.

El cuestionario fue construido para este estudio en particular y se aplicó por estrategia, auto-diligenciamiento supervisado por estudiantes de la Escuela de Trabajo Social de la UIS. Entre los resultados generales para una caracterización de los estudiantes de la Facultad de Salud, a través de su sistematización vía SPSS®, se destacan los siguientes datos de composición para la facultad: el promedio académico 3.7 puntos (la escala de medición del promedio académico utilizado en la UIS entre 0 y 5 puntos), la edad promedio de los estudiantes fue de 20.5 años contando con estudiantes en todos los niveles por semestre académico. Importante destacar, además, que el 90% de estos sólo se dedican al estudio, alrededor del 94% son solteros y el 68% provienen de la ciudad de Bucaramanga, ciudad sede de la Facultad, el 12% de otros municipios de la región y el 19% restante provienen de otros departamentos del país. Se buscó un equilibrio de la participación de los estudiantes en el presente estudio en cuanto al sexo (población equilibrada) y la estratificación socioeconómica que actualmente se presenta en la universidad, donde prevalecen los estratos medio y medio alto.


3. RESULTADOS

Para los estudiantes universitarios, en su mayoría, la educación ha perdido calidad respecto al pasado; los estudiantes de la Facultad de Salud, en un 42% del total de esta unidad, informan que la educación superior es peor que antes (contrastado con un 50% de la universidad en general que son de esta opinión). Un 42% de estos en el sector salud no percibe cambios en la educación mientras que el 16% informa que hoy en día es mejor el nivel de calidad de la educación. Este resultado es bastante pesimista si se considera el incremento de la cobertura, de la oferta y de condiciones generales de la educación superior colombiana en la presente década.

Una dimensión sensible en el tema de la educación superior en Colombia es el tema de la especialización de los profesionales. Según datos recientes alrededor del 87% de los graduados no ha realizado aún un postgrado, aunque una alta proporción de ellos reconozca su importancia y su intención, el 84% consideró no tener recursos para ello. Para el 97% de los estudiantes del sector salud de la UIS especializarse es un imperativo para la vida laboral, contra el 90% del resto de estudiantes de la Universidad.

Los datos muestran que en la Facultad de Salud existen importantes diferencias respecto a la universidad en general: se valora mucho más el tema de la especialización en posgrados que del empleo inmediato una vez concluido el pregrado.

Entre los estudiantes de Salud el 72% afirma esperar realizar un postgrado, contra el 54% del resto de estudiantes de la universidad. Una menor proporción de ellos, 25%, espera ubicarse laboralmente con el pregrado, contra un 29% de la UIS, mientras que sólo el 3% de los de Salud esperarían iniciar sus propias empresas una vez alcanzado el título profesional, contra el 17% del resto de la Universidad que afirma su intención en este sentido; la marcada diferencia en este último aspecto obedece a que si bien el discurso y la formación para el emprendimiento es hoy una propuesta de la universidad, la formación se desarrolla de manera diferencial, no explícitamente para el sector salud que combina el modelo de formación con el de salubridad. Los datos nos muestras las diferencias en la percepción de la de formación en salud con el énfasis en competencias para el emprendimiento más destinado a los estudiantes de administración e ingenierías.

Los datos muestran que en la Facultad de Salud existen importantes diferencias respecto a la universidad en general: se valora mucho más el tema de la especialización en posgrados que del empleo inmediato una vez concluido el pregrado.

En esta misma línea, como se presentan los datos en el gráfico No. 4, los estudiantes del sector salud calificaron de manera diferenciada algunos aspectos importantes de la educación superior en Colombia y en sus escuelas en particular.

Para éstos todos los aspectos relacionados tuvieron una puntuación regular a mala (en una escala de 0 a 5). El mejor evaluado por los estudiantes de la Facultad de Salud fue la gestión que realiza el Instituto Colombiano de Crédito y Estudios Técnicos en el Exterior, ICETEX, entidad estatal que otorga créditos para el financiamiento de la educación superior en el país, siendo el más alto aunque en una escala de 0 a 5, con una calificación de 3.19 puntos, para los estudiantes de las otras facultades fue sólo de 2.04.

El punto crítico para los estudiantes de Salud es el tema de la falta de equidad y oportunidad de estudios superiores para la población más pobre del país, calificado con 1.97 puntos. Es importante contrastar esto con la importancia otorgada en salud al tema de la formación especializada en el nivel de postgrado, los costos educativos constituyen una preocupación importante entre estos estudiantes ya que son ellos, sus familias o a través de sistemas de crédito educativo las opciones de financiamiento de los estudios.

Al igual que en los datos anteriores, para los estudiantes de la Facultad de Salud, la labor que realiza el gobierno nacional en cuanto a la calidad, el financiamiento y la priorización social de la educación como factor de desarrollo son temas sumamente negativos, todos los porcentajes de la facultad se ubicaron muy por debajo de los porcentajes de la universidad menos en el último, avances en la relación Universidad-Sector Productivo, que no es un tema exclusivo del gobierno, tal como se aprecia también en el gráfico no. 4.

Dentro de los aspectos sociales del significado de realizar una profesión, para los estudiantes de salud es claro que la formación superior promueve el ascenso social, contra un 89% de la Universidad, pero ello no significa que el joven tenga garantizada su estabilidad económica, solo 31% dijeron que sí, dato que ratifica la alta incertidumbre por el tema de estabilidad económica en este aspecto de los jóvenes universitarios, tampoco significa garantía de buenos empleos futuros ,contradicción de la idea social de formación universitaria (Organización Iberoamericana de Juventud, 2009). Dos informaciones también fueron importantes en este sentido, a pesar de la alta competencia en el mercado profesional, los propios estudiantes están de acuerdo con que en Colombia hacen falta más profesionales y que, a medias, la universidad facilita oportunidades de inserción laboral para sus egresados.

Según la tabla No. 3, la mayor expectativa respecto a la formación profesional de los estudiantes de la Facultad de Salud, según la puntuación, sería precisamente la posibilidad de aprender cosas nuevas en la universidad, mientras que la cantidad de dinero y la posibilidad de obtener seguridad laboral puntuaron como las más bajas. En esta escala de calificación se reafirma el nivel de aceptación respecto al tema de la importancia de la educación para los estudiantes de la Facultad de Salud. También es de destacar que el sentido de la autorrealización puntuó de manera alta en este ítem seguido por la posibilidad de ascenso social representado en la promoción y el mejor empleo.

Esta información se complementa con el siguiente gráfico que muestra la evaluación en una escala tipo likers, algunos ítems altamente sensibles para los estudiantes de la Facultad de Salud de la UIS: Los mejores evaluados son aquellos que tienen que ver con el estado de satisfacción de los estudiante respecto al programa que actualmente estudian seguido de la universidad en donde desarrollan el programa. Las opiniones de evaluación empiezan a ser desfavorables en los aspectos docentes, los servicios de bienestar, los compañeros, la planta y dotación física y, en últimos lugares, el plan de estudios y las becas y reconocimientos de la UIS para los estudiantes de pregrado.


4. DISCUSIÓN

Existen carreras de mejor y de peor perfil ocupacional, directamente relacionado con el ingreso y la imagen social que determina el nivel de demandas de la formación, aunque en Colombia sigan siendo altamente demandadas carreras como la Medicina, el Derecho y la Ingeniería (Jiménez, 2009), a pesar de la incertidumbre en el retorno de las altas inversiones financieras y los esfuerzos sociales que implican estas formaciones (Ministerio de Educación Nacional, 2009). Lo que muestra este estudio en particular es que prima el valor mismo de la formación y la idea generalizada de los estudiantes de la Facultad de Salud de continuar con el nivel de especialización, a pesar de las malas perspectivas de los estudios sobre calidad de la educación (Farné y Vergara, 2008) y mercado laboral profesional (Jiménez, 2009).

La colocación exitosa y el desempeño de los egresados de la educación superior son indicadores de calidad del sistema en general, aunque este no ha sido un tema central en la administración educativa, tampoco es una fuente importante de preocupación entre los estudiantes, estos perciben más los problemas asociados a la calidad de la educación (Rojas y Patiño, 2010).

Desde hace poco tiempo, algunas instituciones intentan refinar sistemas de relaciones con sus egresados (Red SIES-ASCUN, 2006), que incluyen diversos programas de apoyo al tránsito del estudiante al mundo laboral, incluyendo las oportunidades, organizaciones y agremiaciones que produce o incentiva la propia universidad, sin embargo la responsabilidad de la universidad para con sus egresados desborda sus estrechas funciones formativas y sus límites funcionales.

No basta con cerciorarse de que el egresado está en condiciones de supervivencia en el mundo del trabajo, las IES tienen una labor en la configuración de un orden social de diálogo e interacción entre diversos agentes sociales, un vínculo sostenido entre educación y desarrollo social. Para ello, no sólo debe comprender el contexto particular y general hacia el cual perfila sus actuaciones, también debe incidir en él. El complejo mundo del trabajo profesional parece estar más en la tendencia de la productividad como rentabilidad social que en la estabilidad económica y el prestigio de la estructura profesional. Pero las universidades no son responsables de la ubicación de sus egresados en el mercado laboral, aunque ello es un indicador importante. La formación del profesional se refiere, en primera instancia, a la formación ciudadana, la formación para la vida, el conocimiento, la ética. Los asuntos del perfil y del mercado laboral no pueden ser condicionantes de la formación profesional aunque este argumento se usa como estrategia de captación de estudiantes.

Las universidades están directamente vinculadas a un proyecto de sociedad de largo alcance que no necesariamente refleja o debe responder a las expectativas inmediatas del mercado profesional ni a la solución contingente de problemas de la producción o la administración.

El mercado crea ciertas expectativas sobre la formación, demanda perfiles y canaliza oportunidades basados en los preceptos del sistema productivo que cambian a la velocidad de los propios consumos. Desde la necesidad inmediata de mercado, las IES torpemente intentan ser parte del juego mercantilista de expectativas de empleo y remuneración, realizando estudios de viabilidad, de necesidades presentes del sector productivo, de la aceptación social y de la población potencial de “futuros clientes”, desde donde definen la apertura de nuevas ofertas en el campo educativo, haciendo de la formación una suerte de feria de artículos perecederos según las tácticas del oportunismo mercantilista que hacen de las Instituciones de Educación Superior organizaciones respondientes, blandas y moldeadas por mediocres modas que agotan la tradición y el sentido social de la formación profesional.

El concepto de trabajo, como categoría sociológica de amplio desarrollo en las ciencias sociales, expresa la división técnica y social de la actividad productiva. En este contexto, el trabajo profesional es la actividad especializada e institucionalizada como profesión en una comunidad y en una trayectoria histórica (Clark, 1998). El estudio de las profesiones y de la profesionalización de las ocupaciones ha sido marcado por la tradición funcionalista al interior de la sociología, centrado en cómo las profesiones deberían definirse, cuáles ocupaciones deberían ser llamadas profesiones y según cuáles criterios institucionales (Freidson, 2006), haciendo énfasis en el proceso de institucionalización de las ocupaciones y no solamente en la definición estática de las profesiones.

Para los economistas clásicos el trabajo productivo es aquel que se comercializa en el mercado a cambio de un salario; asimismo, el trabajo es definido como el principal componente que agrega valor a los productos (Ball, 2003). Frente a esta concepción de trabajo alienado es posible plantear la idea de “trabajo socialmente útil”, como aquel que si bien no se transa en el mercado, produce bienes y servicios útiles a las necesidades de la comunidad. El concepto trabajo, en esta línea, rebasa los estrechos límites de la transacción mercantilista en el significado del empleo, especialmente en un momento histórico en que las propias presiones de la economía liberal hecha esquizofrenia colectiva, también cae bajo los imperativos del dominio las transacciones desprovistas de un horizonte social, relativizando tanto la estructura del mercado laboral, como los canales sociales dispuestos para la regulación de las actividades profesionales.

Para Real Villarreal (2008) el estudio de las profesiones se configura como campo en tres direcciones puntuales: la organización social de las actividades de trabajo, la significación subjetiva de las mismas y las formas de estructuración de los mercados de trabajo. En la primera dirección, es prudente incluir el papel de las Instituciones de Educación Superior como contenedor de expresión de los procesos de institucionalización e identidad jurídica que a través del estado y las élites sociales promueven el reconocimiento y regulación del ámbito de actuaciones profesionales (Rojas, 2009b).

Se promueve una formación basada en el desarrollo de la capacidad individual para innovar y competir, pero con un mercado profesional inequitativo en el acceso y oportunidades por mérito, ello pasa a ser simplemente un discurso que nuevamente pone de manifiesto el estrecho campo de acción de la iniciativa individual y la escasa movilidad socioeconómica que enfrenta el profesional. No tiene sentido una formación profesional que exalte el valor de la capacidad y de la gestión del conocimiento cuando los canales sociales perpetúan las diferencias intergeneracionales (Bourdieu, 2008). Más aún cuando la calidad de la educación superior no es un tema prioritario en la agenda pública para el desarrollo del país (Cajiao, 2011).

La educación superior en el área de la salud tiene una alta valoración para los propios estudiantes de la UIS, consecuente con la historia de la educación superior en Colombia, especialmente la carrera de Medicina (Rojas y Patiño, 2010; Castilla y López, 2007). Ello contrasta con la denominada crisis de la educación que, en el acervo investigativo, se señala como una pérdida creciente en el valor social de la educación (Freidson, 2006), frente a los cambios en el mercado laboral y en la inestabilidad de los modos de contratación (Useche, 2009).

No obstante, la educación superior tiene en el imaginario de los estudiantes en procesos de formación un alto significado personal, de crecimiento y de movilidad social como forma de ascenso, a pesar de la incertidumbre de la época (Bauman, 2008) en la que el joven ingresa y está en el umbral de salida de la formación superior.

Los datos expuestos en el presente artículo refuerzan el sentido de la importancia de la educación superior para los estudiantes del área de salud, motivados especialmente por el desarrollo personal y la apuesta en la formación que reciben en la UIS.

Por ello, además expresan su buena medida sobre el programa y la institución en la que lo desarrollan, además de sus preocupaciones por el ambiente y los recursos para una formación de calidad. Significa ello que a pesar del complejo mundo laboral de hoy (SITEAL, 2009), del mensaje social que la formación universitaria no es una buena inversión, éstos jóvenes apuestan por su presente y su futuro de manera tal que sugieren que en el país, independientemente de la coyunturas del empleo, la educación superior debe entenderse como un factor prioritario para el desarrollo social de Colombia, acompañado de una formación de calidad que, por múltiples razones asociadas principalmente al mercado educativo, se ha venido deteriorando, según la expresión de los propios jóvenes en formación.

En esta dirección, además, los jóvenes expresan su preocupación sobre el pésimo papel que juega el Gobierno respecto de la educación superior; a pesar de tratarse de una institución de carácter público-estatal, los estudiantes tienen una posición muy negativa y casi unánime respecto a esta dimensión. La universidad, por su parte, debe encaminar más su gestión al desarrollo de las relaciones con el sector empleador del país (Jiménez, 2009).


5. CONCLUSIONES

Existen diferencias importantes entre las opiniones y percepciones de los estudiantes de la Facultad de Salud y los estudiantes de las otras Facultades de la UIS, respecto a la calidad de la formación y las expectativas futuras. Los jóvenes participantes en el proceso investigativo se mostraron optimistas respecto a su futuro laboral, aunque les preocupa el hecho de una pérdida en la calidad de la educación superior y, especialmente, con una posición crítica respecto al papel del gobierno y de la administración universitaria.

Sólo un 16% de los estudiantes de la Facultad de Salud percibe una mejoría en la calidad actual de la educación y un 18% para el resto de la universidad. El 72% afirma esperar realizar un postgrado, contra el 54% del resto de estudiantes de la universidad; el 25% espera ubicarse laboralmente con el pregrado, contra un 29% de la UIS; mientras que sólo el 3% de los de Salud esperarían iniciar sus propias empresas una vez alcanzado el título profesional, contra el 17% del resto de la Universidad que afirma su intención en este sentido-.

Para los estudiantes de la Facultad es muy importante el papel de financiación que realiza el ICETEX, mientras que la falta de oportunidad para el estudio de los más pobres, la mala gestión administrativa de las directivas de la UIS, completa los aspectos evaluados por ellos.

El estudio también mostró una alta satisfacción de los estudiantes de Salud respecto al programa que actualmente estudian, seguido de la satisfacción con la UIS. Las opiniones de evaluación empiezan a ser desfavorables en los aspectos docentes, los servicios de bienestar, los compañeros, la planta y dotación física y, en últimos lugares, el plan de estudios y las oportunidades de becas y reconocimientos de la UIS para los estudiantes de pregrado.

Se corroboró que los estudiantes del sector salud están muy poco interesados en el tema del emprendimiento, se enfocan, por ahora, a la continuidad de los estudios una vez obtenido el título profesional, elemento que sí constituye una expectativa laboral importante pero con la prolongación en tiempo y alta financiación por los estudios de postgrado.

Como lo muestra el presente estudio, existe una alta preocupación de los estudiantes de salud respecto de su futuro como profesionales, pero esta preocupación se compone de aspectos de equidad y de financiación de la educación, también del cuestionamiento al papel del Estado y la administración respecto a la calidad.



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