Síndrome de hiperestimulación ovárica secundario a hipotiroidismo no controlado en una gestante: reporte de caso

 

Ovarian hyperstimulation syndrome secondary to uncontrolled hypothyroidism in a pregnant woman: case report

 

Jham Franko García-Uribe¹  ; Nelson Julián Olejua-Argüello¹   ; Sara Fernanda Ariza-Mendoza¹  

 

1 Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia.

Correo de correspondencia: jhamfra@gmail.com

 

Fecha de recibido: 18 de abril de 2024 - Fecha de aceptado: 23 de enero de 2025

ISSN: 0121-0319 | eISSN: 1794-5240

 

Resumen:

 

El síndrome de hiperestimulación ovárica es una respuesta hormonal aumentada del ovario, principalmente asociado a procesos de fertilidad asistida y, con menor prevalencia, secundario a otros procesos fisiopatológicos, entre ellos el hipotiroidismo no controlado. Su infrecuente presentación clínica y severidad de sus complicaciones plantea un desafío clínico. Se presenta el caso de una mujer de 31 años en segundo trimestre de embarazo con hipotiroidismo no controlado, que llevó a síndrome de hiperestimulación ovárica asociado a complicaciones severas como torsión y ruptura ovárica, trombosis radial y muerte fetal. Como pilar de manejo se inició suplencia con levotiroxina. Así mismo, se realizó salpingooforectomía bilateral y manejo anticoagulante. El síndrome de hiperestimulación ovárica espontáneo secundario a hipotiroidismo, aunque raro, afecta la salud maternoperinatal. Es importante realizar un abordaje individualizado de acuerdo a las características clínicas de cada paciente, para tener un impacto significativo en el desenlace de la enfermedad.

 

Palabras clave: síndrome de hiperestimulación ovárica; hipotiroidismo; embarazo; salpingooforectompia.

 

Abstract:

 

Ovarian hyperstimulation syndrome is an increasing ovarian response, mainly associated with fertility treatment, and less frequently secondary to the pathophysiological process, including uncontrolled hypothyroidism; its rare clinical presentation and severity of its complications poses a therapeutic challenge. We present a case of a 31-year-old woman, who was in the second trimester of her pregnancy with uncontrolled hypothyroidism, that led to ovarian hyperstimulation syndrome associated with severe complications such as ovarian rupture and torsion, fetal death and radial thrombosis, levothyroxine replacement was started as a management pillar, in addition bilateral salpingo-oophorectomy and anticoagulant management. Spontaneous ovarian hyperstimulation syndrome secondary to hypothyroidism, although rare, affects maternal-perinatal health. It is important to carry out an individualized approach according to the clinical characteristics of each patient, in order to have a significant impact on the outcome of the disease.

 

Keywords: Ovarian hyperstimulation syndrome; hypothyroidism; pregnancy; salpingo-oophorectomy.

 

 



 

 


Introducción

 

El Síndrome de Hiperestimulación Ovárica (SHO) se caracteriza por la formación de múltiples quistes, aumento del volumen ovárico, elevación de  esteroides sexuales y exudado extravascular en respuesta a una exagerada estimulación hormonal en el ovario, generalmente debido a la administración de hormonas exógenas o por una reacción cruzada, como ocurre entre la Hormona Luteinizante (LH) y la Hormona Folículo Estimulante (FSH)1,2. Ha sido considerado una complicación del tratamiento de fertilidad asistida, siendo su principal causa la iatrogenia asociada al uso de estimulación ovárica farmacológica3,4. En este contexto, la incidencia y la severidad del SHO depende del centro de reproducción, el esquema de inducción de ovulación que se utilice y el riesgo individual de cada paciente, llegando al 20 % en mujeres de alto riesgo en Estados Unidos en el año 20195. No existen datos en la literatura colombiana sobre la incidencia local de esta patología. Los factores de riesgo para desarrollar SHO incluyen edad menor a 30 años, embarazo, síndrome de ovario poliquístico, suplementación lútea con hCG, los protocolos con GnRH, niveles altos de estradiol, entre otros6.

 

Las formas de SHO no asociado a iatrogenia son poco comunes y se han asociado a niveles anormalmente altos de Gonadotropina Coriónica Humana (hCG) como se puede encontrar en el embarazo múltiple, molas hidatiformes y, menos frecuentemente, hipotiroidismo no controlado, de los cuales no se disponen datos epidemiológicos debido a su baja presentación5. Mediante una búsqueda en PubMed, se identificaron únicamente ocho reportes de caso publicados entre 1998 y 2023 relacionados con el síndrome de hiperestimulación ovárica asociado a hipotiroidismo en mujeres embarazadas.

 

La fisiopatología del SHO secundario a hipotiroidismo es poco conocida; no obstante, se ha identificado que la hCG pertenece a una familia de glicoproteínas que comparten la cadena alfa con la LH, FSH y hormona estimulante de tiroides (TSH) por lo que existe una reactividad cruzada entre la TSH y receptores de FSH (FSHr), lo cual implica que niveles altos de TSH pueden estimular los receptores

FSHr. Adicionalmente, se han estudiado mutaciones específicas del gen FSHr, en la cuales la asparagina en el extremo citoplasmático se sustituye por aspartato en el codón 567, que puede provocar sensibilidad cruzada tanto con la gonadotropina coriónica como con la TSH7.

 

La clasificación clínica se realiza de acuerdo con la severidad de los síntomas, que determinarán la conducta médica (Tabla 1)1,6.

 

Tabla 1. Clasificación clínica de la severidad del síndrome de hiperestimulación ovárica.

Grado

Síntomas

Volumen ovárico

Leve

Dolor y distensión abdominal

Inferior a 8 cm

Moderada

Náuseas, vómito, aumento del dolor abdominal

Entre 8-12 cm

Severa

Ascitis, hidrotórax, oliguria, aumento del hematocrito, hiponatremia, hiperpotasemia, falla renal, hepática, el choque hipovolémico, fenómenos tromboembólicos y síndrome de dificultad respiratoria del adulto

Mayor a 12 cm

 

Fuente: autores.

 

Entre las complicaciones de esta condición se encuentran los eventos trombóticos venosos (75 %) y arteriales (25 %), dentro de los cuales destaca el tromboembolismo pulmonar como el evento venoso más grave, cuya incidencia varía entre 0,7 y 10 % en casos severos8. Estos eventos son causados por la producción y liberación de sustancias vasoactivas, como el factor de crecimiento del endotelio vascular, junto con otros factores que promueven la extravasación de líquidos, la activación de agentes procoagulantes y disminución de la antitrombina III, lo que conduce a un estado de hipercoagulabilidad vascular; siendo estas sustancias liberadas tras la luteinización de los folículos6,9,10. Para su manejo, se debe brindar anticoagulación terapéutica independientemente a la presencia de gestación; sin embargo, es importante realizar medidas tromboprofilácticas, como la heparina subcutánea desde el ingreso y durante toda la estancia hospitalaria8.

 

Otras complicaciones debidas al aumento del volumen del ovario son la torsión y la ruptura ovárica. La torsión ovárica es poco frecuente, se presenta entre el 0,08 al 2 % de los casos11, e implica un reto diagnóstico dado que el dolor abdominal puede confundirse con la presencia de ascitis. Hay que sospechar que se trata de una torsión ovárica dado el aumento en la intensidad del dolor y los hallazgos en una ecografía Doppler donde se evidencie ausencia de flujo en el ovario; un diagnóstico rápido podría permitir la realización de una detorsión por medio de laparoscopia o laparotomía8,12.   La ruptura de quistes ováricos, con una incidencia del 0,1 %, es una complicación grave que igualmente es difícil de diagnosticar13. La presencia de abdomen agudo, descenso de hemoglobina, signos de hipovolemia o una ecografía con reporte de líquido libre permite sospechar su diagnóstico14.

 

En el manejo del SHO causado por hipotiroidismo es esencial iniciar la suplementación con tiroxina sintética de manera temprana de 1-2 mcg/kg/día, por vía oral o endovenosa, de acuerdo con el estado de conciencia de la paciente. Adicionalmente, en casos leves el tratamiento es ambulatorio, centrado en el control de los síntomas, el descanso y la hidratación. Para los casos moderados, se puede optar por un enfoque ambulatorio siempre que se pueda realizar una vigilancia regular de la paciente; de lo contrario, se recomienda manejo hospitalario que incluya paraclínicos como función renal y hepática, electrolitos, pruebas de coagulación, monitoreo ecográfico, seguimiento del peso y diuresis. Además, hay que evitar los tactos vaginales y las relaciones sexuales para disminuir el riesgo de ruptura de quistes. En los casos graves siempre se recomienda dar manejo hospitalario que incluya los mismos controles mencionados anteriormente, junto con un hemograma diario, radiografías de tórax, administración de líquidos y medidas para prevenir complicaciones. La frecuencia diaria del hemograma se justifica por la asociación directa entre la hemoconcentración, la leucocitosis y la gravedad clínica12,14,15. El manejo será igual para pacientes embarazadas y no embarazadas, y esto se definirá según la gravedad clínica mencionada; es importante destacar que en presencia de gestación requiere mayor monitorización por una mayor progresión de la enfermedad12

 

El drilling ovárico es un procedimiento laparoscópico, comúnmente indicado en casos de ovario poliquístico, que consiste en la punción y aspiración de quistes ováricos con el objetivo de reducir su tamaño. En la literatura se ha documentado este procedimiento en pacientes con SHO y un tamaño ovárico mayor a 4 cm, con el propósito de prevenir complicaciones como la torsión ovárica. No obstante, es importante señalar que se trata de un reporte limitado a sólo cuatro casos publicados12.

 

Dada su manifestación clínica infrecuente y variada, que puede dar lugar a complicaciones graves y potencialmente letales, resulta fundamental exponer casos de esta condición a fin de que el gremio médico adquiera un mayor conocimiento sobre su presentación y abordaje. El objetivo de este artículo es presentar una paciente en estado de embarazo con diagnóstico de hipotiroidismo y abandono de tratamiento, diagnosticada con síndrome de hiperestimulación ovárica asociado a complicaciones severas como ruptura, torsión ovárica, trombosis radial y muerte fetal.

Caso clínico

 

Paciente de 31 años, migrante venezolana, ama de casa, que cursa con embarazo de 15,2 semanas de acuerdo con ecografía de primer trimestre. Presenta antecedente patológico de hipotiroidismo secundario, con indicación de suplencia de levotiroxina en tableta de 200 mcg, sin adherencia desde hace 8 años. Como antecedente quirúrgico refiere hemitiroidectomía izquierda por nódulo benigno realizado a los 15 años. En cuanto a antecedentes ginecoobstétricos, G2C1V1, con último parto en 2014, el cual cursó con hipotiroidismo controlado con 250 mcg de levotiroxina y sin complicaciones. En el embarazo actual cuenta con 2 controles prenatales. Ingresa al servicio de urgencias obstétricas remitida de control prenatal por hallazgos de TSH elevada (401 mUI/L) y T4 libre suprimida (0,07 ng/dL), asociado a cefalea holocraneana, astenia, adinamia y fiebre no cuantificada. Al ingreso, paciente alerta, orientada, bradilalica e hipoprosexica, peso de 70 kg y talla de 156 cm, con cifras tensionales elevadas (146/108 mmHg), sin alteraciones en la frecuencia cardiaca y afebril. Al examen físico se identifica edema palpebral y edema grado I en miembros inferiores, fetocardia positiva, sin otros hallazgos positivos. Se decide hospitalizar dada la gravedad del cuadro clínico y, por parte de perinatología, se indica iniciar suplencia con levotiroxina 125 mcg vía oral y manejo antihipertensivo con nifedipina 30 mg vía oral. Se solicitan paraclínicos para seguimiento y evaluación de posibles complicaciones del hipotiroidismo no controlado.

 

Los estudios de ingreso evidenciaron función renal y hepática conservada, un hemograma sin alteraciones y anticuerpos antiperoxidasa elevados (107 UI/ml). La ecografía tiroidea mostró cambios postquirúrgicos por hemitiroidectomía, con reducción del tamaño del lóbulo tiroideo derecho. A partir de estos hallazgos, se considera paciente cursando con hipotiroidismo de etiología mixta, secundario a intervención quirúrgica y atrofia tiroidea por tiroiditis crónica asociada a enfermedad de Hashimoto, confirmada por los niveles elevados de anticuerpos, asociado a un riesgo de coma mixedematoso, con un puntaje de 40 en el score de Popoveniuc.

 

Tras los diagnósticos establecidos, al segundo día de hospitalización se ajusta dosis de levotiroxina a 2 mcg/kg/día, se indica hidrocortisona 50 mg endovenosa y se traslada paciente a Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en donde se continúa manejo instaurado. Se inicia tromboprofilaxis farmacológica con enoxaparina 40 mg subcutánea y se realiza ecografía abdominal dada la presencia de edemas y sospecha de ascitis, la cual evidencia incremento del volumen ovárico de manera bilateral, con múltiples lesiones quísticas multiseptadas: el ovario izquierdo de 123,6 x 91,6 x 114,7 mm y volumen de 679,8 cm³; el derecho, con un tamaño de 126,8 x 132,8 x 131,9 mm, para un volumen de 1162,8 cm³ (Figura 1). Perinatología plantea la realización de drilling ovárico terapéutico con el fin de disminuir el tamaño ovárico y evitar complicaciones como ruptura o torsión ovárica, una vez estabilizada la paciente.

 

 

Figura 1. Ecografía abdominal. A)  Ovario izquierdo de aspecto quístico. B) Ovario derecho de aspecto quístico multiseptado.

Fuente: autores.

 

Al tercer día de hospitalización, la paciente presenta abdomen agudo acompañado de descenso de 4 g de hemoglobina en menos de 24 horas (hemoglobina 5,0 g/dL), hipotensión (99/61 mmHg) y taquicardia (108 lpm), por lo cual se considera paciente cursando con choque hipovolémico clase II. Se inicia transfusión de 2 unidades de glóbulos rojos y es llevada a laparotomía exploratoria de urgencia, en donde se encuentra hemoperitoneo de 1500 cc, ovario izquierdo hemorrágico multitabicado de contenido quístico de aproximadamente 20 cm de diámetro (Figura 2-A), ovario derecho torcido hemorrágico coagulado con signos de isquemia de aproximadamente 25 cm de diámetro (Figura 2-B); ante estos hallazgos y dado estado hemodinámico de la paciente, se realiza salpingooforectomía bilateral, procedimiento realizado sin complicaciones; se continua vigilancia y manejo de gestación en UCI. Al undécimo día de hospitalización, se evidencia la ausencia de frecuencia cardíaca fetal. Se considera que la paciente cursa con un aborto espontáneo, el cual se confirma mediante ecografía, y se procede a la evacuación uterina sin complicaciones. Se brinda acompañamiento psicológico dentro de la estancia hospitalaria según el protocolo institucional. Al día siguiente, se observan miembros superiores asimétricos. Se realiza Doppler arterial donde se documenta trombosis de la arteria radial derecha, por lo que cirugía vascular indica manejo con heparina no fraccionada 2500 UI cada 12 horas por vía subcutánea, sin requerimiento de manejo endovascular. Posteriormente, la paciente presenta estabilidad hemodinámica, sin alteraciones neurológicas, hemoglobina en ascenso, TSH de 53,99 mUI/L y T4 libre en 0,75 ng/dl, así como mejoría clínica, ante lo cual se da egreso a los 20 días de hospitalización con manejo de levotiroxina 125 mcg vía oral al día y control de TSH y T4 libre en 6 semanas. Se brindó educación sobre importancia de adherencia a manejo farmacológico. Debido a cambios de la entidad prestadora de servicios, no se pudo continuar con el seguimiento de la paciente posterior a su egreso.

 

 

Figura 2. Hallazgos intraoperatorios. A) Ovario izquierdo hemorrágico multitabicado de contenido quístico. B) Ovario derecho torcido hemorrágico coagulado.

Fuente: autores.

 

Discusión

 

En este caso se presenta una paciente gestante con hipotiroidismo no controlado, evidenciado por una elevación significativa de la TSH (401 mU/L) debido al abandono del tratamiento, lo que condujo al desarrollo de SHO grave. Esta clasificación se determina en función del tamaño de los ovarios y las complicaciones asociadas. En el caso reportado por Oliveira et al., una mujer de 32 años, primigestante, fue diagnosticada durante el control prenatal con un SHO moderado, determinado por ovarios de hasta 10,6 cm de tamaño, secundario a hipotiroidismo no controlado, con niveles elevados de TSH (100 mU/L). Dado que la paciente se encontraba estable, se optó por un manejo ambulatorio7. Entre las diferencias más notables entre ambos casos se destacan los niveles de TSH significativamente más elevados en nuestra paciente, la clasificación de severidad, la presencia de complicaciones como torsión y ruptura ovárica, así como la inestabilidad hemodinámica, lo que resultó en desenlaces diferentes. En el caso de Oliveira et al., la paciente experimentó una regresión completa de los quistes ováricos tras la suplencia hormonal y dio a luz a un recién nacido sano, contrario a la muerte fetal de nuestra paciente. A pesar de presentar etiologías similares, los casos tuvieron cuadros clínicos desemejantes, lo que refleja la variabilidad de la enfermedad.

 

El reemplazo de hormonas tiroideas es el enfoque terapéutico más efectivo para el síndrome de hiperestimulación ovárica, logrando la regresión de los síntomas en pocas semanas tras el inicio del tratamiento16,17. Esto ha sido confirmado en casos reportados como los de Souza y Dharmshaktu, donde se evidenció la resolución de síntomas y la reducción del tamaño ovárico con la administración de levotiroxina oral18,19. Sin embargo, en nuestro caso, debido a la presencia de signos clínicos de hemoperitoneo y choque hipovolémico, fue necesaria una laparotomía de emergencia. Durante la cirugía, se identificó una hemorragia severa en un ovario y torsión grave en el otro, lo que llevó a una salpingooforectomía bilateral, impidiendo así la evaluación del efecto del tratamiento con reemplazo hormonal.

 

Otra complicación evidenciada en nuestro caso fue la trombosis. En la literatura se describe la heparina de bajo peso molecular o heparina no fraccionada como manejo anticoagulante estándar, usando las mismas dosis que en pacientes no embarazadas20,21; no obstante, ciertos pacientes pueden requerir intervenciones adicionales, como se documentó en el reporte de caso de García et al., donde además se realizó trombectomía. En nuestra paciente, hubo una adecuada resolución con manejo farmacológico9. Así mismo, Duarte et al., resaltan la importancia de medidas farmacológicas tromboprofilácticas como prevención para esta complicación usando heparinas de bajo peso molecular en menores dosis22. En nuestro caso se brindó este tratamiento; sin embargo, se presentó trombosis en la paciente, posiblemente asociado a los múltiples factores de riesgo procoagulante que presentaba, como el estado gestacional, hipotiroidismo no controlado y SHO.

 

En contraste con nuestro caso, Omari et al., reportaron dos casos en los cuales fue posible conservar uno o ambos ovarios mediante manejo quirúrgico. En el primer caso, una paciente de 20 años, no embarazada, presentó SHO secundario a un proceso de fertilidad asistida asociado a ruptura ovárica, y se logró la preservación de los dos ovarios mediante el uso de suturas y material hemostático. En el segundo caso, una paciente de 30 años, en la décima semana de gestación, presentó SHO secundario a proceso de fertilidad asistida asociado a torsión ovárica bilateral. Se realizó laparoscopia diagnóstica que culminó en una salpingooferectomia izquierda por hallazgos sugestivos de necrosis, mientras que el ovario derecho fue preservado posterior a la detorsión, al cual se le realizó seguimiento ecográfico hasta finalización del embarazo13. En nuestro caso, dichas técnicas conservadoras no fueron posibles debido al estado hemodinámico de la paciente y hallazgos intraoperatorios sugestivos de isquemia en ovario con torsión.

 

Durante la estancia hospitalaria de nuestra paciente, se planteó la realización de drilling ovárico terapéutico con el fin de prevenir complicaciones asociadas al aumento del tamaño ovárico. El estudio de Troncoso et al., en el cual se describe el manejo de quistes complicados en el embarazo, se presenta un caso en el que se realizó de manera exitosa este procedimiento que tiene doble efecto; facilitar el procedimiento y prevenir una posible torsión ovárica23; sin embargo, debido a la descompensación hemodinámica y abdomen agudo secundarios a la ruptura y torsión ovárica, no fue posible llevar a cabo un drilling en nuestra paciente. Cabe resaltar que, hasta la fecha, la literatura no respalda de manera suficiente el procedimiento como medida preventiva efectiva de complicaciones en pacientes con SHO.

 

Entre los aspectos positivos de nuestro caso, se destaca la atención brindada por las subespecialidades necesarias para el manejo de la patología y sus complicaciones, así como la pronta intervención tras la identificación de la condición de la paciente. No obstante, una de las principales limitaciones fue la dificultad para realizar un seguimiento posterior al egreso médico, lo que impidió evaluar la normalización de los valores de TSH y la evolución clínica de la paciente. Además, la escasa información disponible en la literatura sobre casos similares dificultó la comparación de intervenciones para determinar la mejor conducta terapéutica.

 

Para futuros casos similares, se sugiere considerar la implementación anticipada de técnicas como el drilling ovárico, con el objetivo de prevenir complicaciones y preservar la función ovárica. Asimismo, resulta fundamental reforzar la concienciación y educación sobre la adherencia al tratamiento en mujeres en edad fértil con hipotiroidismo a fin de prevenir este tipo de patologías.

 

Conclusión

 

El SHO secundario a hipotiroidismo en el embarazo es raro y representa un desafío clínico con un impacto significativo en la salud maternoperinatal debido a las potenciales complicaciones que puede presentar. Si bien el tratamiento hormonal se reconoce como la opción más eficaz, su aplicación no es adecuada en todos los casos, lo que resalta la importancia de un abordaje individualizado que considere las características clínicas y la evolución de cada paciente. Un mejor conocimiento y comprensión de esta rara manifestación del SHO permitirán optimizar los protocolos de manejo y mejorar los desenlaces materno-perinatales.

 

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