https://doi.org/10.18273/revmed.v30n1-2017002
Artículo Original
Conocimientos,
actitudes y prácticas asociados a
diarrea aguda en la zona norte de Bucaramanga. Estudio observacional
analítico, 2014-2015
Knowledge, attitudes and practices associated with acute diarrhea in the
northern zone of Bucaramanga. An observational analytic study. 2014 to 2015
Pilar Abreu P*
Miguel E. Ochoa V**
Hendrik A. Baracaldo C***
Martha I. Robles C****
Angie S. Naranjo G*****
*Enfermera. Especialista en Administración
de Servicios de Salud. Magíster en Educación. Miembro de Grupo de Investigación
CARING. Docente Facultad de Ciencias de la Salud. Programa de Enfermería.
Universidad Autónoma de Bucaramanga. Bucaramanga. Colombia.
**Médico. Magister en Epidemiología clínica.
Observatorio de Salud Pública de Santander. Fundación Oftalmológica de
Santander - FOSCAL. Miembro del Grupo de investigaciones Clínicas. Docente
Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Autónoma de Bucaramanga.
Bucaramanga. Colombia.
***Enfermero. Coordinador Hospitalización
Fundación Oftalmológica de Santander - FOSCAL. Miembro de Grupo de
Investigación CARING. Docente Facultad de Ciencias de la Salud. Programa de
Enfermería. Universidad Autónoma de Bucaramanga. Bucaramanga. Colombia.
****Enfermera. Especialista en Cuidado
Crítico con Énfasis en Neonatología. Magíster (C) en Salud Sexual y
Reproductiva. Miembro de Grupo de Investigación CARING. Docente Facultad de
Ciencias de la Salud. Programa de Enfermería. Universidad Autónoma de
Bucaramanga. Bucaramanga. Colombia.
*****Estudiante de Enfermería. Programa de
Enfermería. Universidad Autónoma de Bucaramanga. Bucaramanga. Colombia.
Correspondencia: Sra. Pilar Abreu. P. Dirección: Calle 157 N° 19-55, Cañaveral
Parque. Bucaramanga. Colombia. Teléfono: 3124541545. Correo electrónico: p.abreu3@unab.edu.co.
Introducción: la
diarrea aguda y la mortalidad por diarrea continúan siendo un problema de salud
pública a nivel mundial, especialmente en los países de ingreso medio o bajo.
Gran parte de las enfermedades diarreicas son prevenibles mediante el acceso al
agua potable y a servicios adecuados de saneamiento e higiene.
Objetivo:
caracterizar los conocimientos, actitudes y prácticas de cuidadores de niños
menores de cinco años asociados a prevalencia de diarrea.
Materiales
y métodos: estudio observacional analítico de corte transversal,
realizado durante el periodo 2014-2015. Se realizó un muestreo por
conglomerados en la comuna norte de la ciudad de Bucaramanga y se aplicó una
encuesta dirigida.
Resultados: solo
uno de cada diez cuidadores conoce todas las características de la diarrea
aguda (cambios en la consistencia, número y duración de los síntomas) y ninguno
reconoce totalmente los signos de deshidratación. El uso de remedios caseros y
la creencia en causas sobrenaturales y esotéricas como causas de diarrea tuvo
una alta prevalencia. La menor edad del cuidador, tener aseguramiento y mayor
nivel conocimientos sobre la diarrea se asociaron a un mayor reporte de
episodios de diarrea en los últimos seis meses.
Conclusiones: el 49% de todos los
cuidadores encuestados manifestaron que sus niños han tenido al menos un
episodio de diarrea en los últimos seis meses. El nivel de conocimientos de los
cuidadores es bajo. Se encontró asociación estadísticamente significativa entre
la edad del cuidador, conocimiento de los síntomas diarreicos, régimen de
aseguramiento y prevalencia de diarrea en menores de cinco años. MÉD.UIS. 2017;30(1):21-33.
Palabras
Clave: Diarrea. Cuidado del Niño. Cuidadores. Conocimientos,
Actitudes y Práctica en Salud.
Introduction: acute diarrhea and mortality from diarrhea remains a
public health problem worldwide, particularly in middle-income countries or
low. Much of diarrheal diseases are preventable through access to safe water
and adequate sanitation and hygiene.
Objective: to characterize the knowledge, attitudes and
practices of caregivers of children under five years associated with prevalence
of diarrhea.
Materials and methods: cross-sectional observational study, made during the
period 2014-2015. Cluster sampling was conducted in the northern district of
the city of Bucaramanga. A targeted survey was conducted.
Results: only one in ten caregivers know all the
characteristics (changes in consistency, number and duration of symptoms) of
acute diarrhea. None fully recognize the signs of dehydration. The use of home
remedies and belief in supernatural and esoteric causes as causes of diarrhea
had a high prevalence. Caregiver younger, having higher-level assurance and
knowledge on diarrhea associated with increased reporting of episodes of diarrhea
in the last six months.
Conclusions: 49% of all respondents report that their children
caregivers have had at least one episode of diarrhea in the last six months.
The level of knowledge of caregivers is low. Age of the caregiver, knowledge
about diarrhea symptoms and healthcare affiliation was statistically associated
with the onset of diarrhea in children up to five years. MÉD.UIS. 2017;30(1):21-33.
Keywords:
Diarrhea. Child Care. Caregivers. Health Knowledge, Attitudes, Practice.
Artículo recibido el 18
de octubre de 2016
Aceptado para publicación el 10
de febrero de 2017
Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se define como diarrea
la aparición de tres o más deposiciones de heces sueltas o líquidas en 24 horas
o con una frecuencia mayor que la normal para la persona, acompañada o no de
sangre(1). En el mundo anualmente se presentan 1700 millones de
casos de Enfermedad Diarreica Aguda (EDA), siendo los niños menores de cinco
años quienes presentan tres episodios diarreicos al año(2).
Con respecto a su etiología, el rotavirus es
la principal causa de diarrea y está presente en el 40% de las hospitalizaciones
en niños menores de cinco años(3). Además es el causante del 28% de
la diarrea severa, que resulta en casi diez millones de episodios severos y más
de 193 000 muertes a escala global(4) adicionalmente se reporta que
el 72% de las muertes asociadas a diarrea ocurren antes de los dos años de
edad. La malnutrición y la inmunosupresión son factores asociados a mayor
riesgo de enfermedades diarreicas potencialmente mortales, es así como ocho de
cada diez muertes por diarrea están asociadas a un inadecuado saneamiento del
agua e inapropiadas prácticas higiénicas(2),(5) .
La EDA tiene como principales complicaciones
la deshidratación y desnutrición que pueden llevar a estados de choque,
enfermedad renal, intestinal y la muerte. A nivel mundial la EDA es la segunda
mayor causa de muerte en niños menores de cinco años y la mortalidad anual
estimada es de 760 000 niños(6). En América Latina se calcula que
alrededor de 77 600 niños menores de cinco años mueren anualmente por
enfermedad diarreica debida al consumo de agua no apta, alimentos contaminados
y malos hábitos de higiene. En Colombia, en la década 1993 y 2003 se
registraron cinco millones de casos de diarrea por causa hídrica con una tasa
de mortalidad igual a 5,6 por cada 100 mil niños(7). Adicionalmente,
el Sistema de Vigilancia en Salud Pública (SIVIGILA) en la semana
epidemiológica 52 del año 2010 reportó 158 casos de muerte en niños menores de
cinco años por EDA.
Además para el año 2014 la tasa de mortalidad
por EDA en niños menores de cinco años fue de 3,11 por 100 000 habitantes(8),
encontrándose que las poblaciones más afectadas eran las de menores ingresos(9).
Con respecto a su incidencia en Santander, la EDA origina el ocho por ciento de
las consultas de urgencias en niños y el siete por ciento se presentan en niños
menores de cinco años(10).
El rol que desempeñan los padres y la familia
en la salud del niño es de gran importancia no solamente por tener a su cargo
el cuidado y atención del niño en el hogar, sino por definir cuándo el niño
está enfermo y qué actitud deben asumir frente a la enfermedad(11);
así mismo, determina la identificación de signos de alarma, tiempo de consulta
en los servicios sanitarios y delimita actividades de prevención, cuidado y
tratamiento ante dicha enfermedad. Este comportamiento está dado por
componentes globales influyentes en el cuidado, como el punto de vista del
mundo, estructura social, lenguaje, cuidados genéricos y contexto ambiental(12).
Al abordar la cultura y su
papel en la noción de salud y enfermedad, es relevante conocer la realidad
actual en la percepción y manejo de enfermedades que han prevalecido durante
años en la infancia, en este caso la EDA. Actualmente la sociedad presenta gran
diversidad de creencias y prácticas que definen y limitan su actuar ante la
aparición de una enfermedad, en especial cuando se trata del cuidado de niños.
La familia, en especial los padres, continúan simbolizando el núcleo de soporte
necesario al implementar actividades de preservación del patrón cultural,
construcción de hábitos y el desarrollo de actividades dirigidas a la
conservación de la salud. Por lo anterior, se busca conocer aspectos
importantes que brinden información integral que a futuro se aprovechen para
promover en la sociedad hábitos y estilos de vida saludables coherentes con su
patrón cultural y autonomía(13). Es por ello que el objetivo de este
estudio es describir los conocimientos, actitudes y prácticas de los cuidadores
de niños menores de cinco años sobre EDA en hogares de la zona de norte de
Bucaramanga y compararlos con la prevalencia de episodios de EDA.
MATERIALES
Y MÉTODOS
Corresponde a un estudio observacional
analítico de corte transversal realizado en el periodo 2014-2015 con cuidadores
de niños menores de cinco años en la zona norte de Bucaramanga comuna uno,
quienes residían en la localidad al menos los últimos seis meses antes de la
aplicación de una encuesta dirigida y decidieron participar anónima y
voluntariamente.
Se realizó la búsqueda de experiencias
previas relacionadas con el diseño de instrumentos que permitan la recolección
de datos sobre la percepción de los cuidadores respecto a los signos y síntomas
de la EDA y la importancia que tiene consultar de manera prioritaria a los
servicios de salud y se logró identificar en la estrategia de Atención Integral
de las Enfermedades Prevalentes de la Infancia (AIEPI) indicaciones generales
para el reconocimiento y tratamiento del cuadro clínico del niño, además de una
ficha de entrevista familiar domiciliaria que indaga sobre factores de riesgo y
que permite la interrelación con el objetivo general y específicos del proyecto
investigativo.
Con referencia al instrumento, correspondió a
una ficha de entrevista a la familia en el domicilio. El grupo de investigación
inicia la adaptación del documento primario aportado en el instructivo
Operaciones Investigativas Sobre Enfermedades Prevalentes de la Infancia
AIEPI-OMS 2001. Así mismo, se tuvieron en cuenta las discusiones y
recomendaciones de artículos escogidos a partir de la revisión bibliográfica
para realizar la adaptación del instrumento.
En la selección del personal encuestador se
tuvieron en cuenta los siguientes criterios de selección: a) estudiantes del
programa de enfermería Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB), b) estar o haber cursado V nivel
correspondiente al área de Cuidado Holístico al Niño y Adolescente, c)
evidenciar interés en la participación del proyecto; posterior a su aplicación,
tres estudiantes fueron seleccionados. Despues de ello, se realizó una prueba
piloto con el propósito de comprobar y hacer ajustes al instrumento. El diseño
metodológico de esta se planteó en dos etapas. La primera etapa correspondió al
desarrollo de la prueba inicial denominada “LIVE”, etapa de desarrollo y la
segunda etapa de cierre denominada “CLOSE”, etapa de análisis. Fases
interconectadas que buscaron evaluar la idoneidad del instrumento, calcular el
tiempo necesario para desarrollar completamente la entrevista y determinar la
calidad de la tarea del encuestador.
Las encuestas se aplicaron en los meses de
febrero a noviembre de 2014, estas contienen información organizada en seis
apartados a saber: datos demográficos del niño, composición familiar,
características de la vivienda y
conocimientos del cuidador respecto a etiología, signos de alarma,
tratamiento de la diarrea y actitudes y prácticas en diarrea. El muestreo
realizado fue probabilístico y multietápico, en el cual las unidades primarias
fueron los barrios, las secundarias fueron las manzanas; pero no se contó con
una cartografía actualizada ni detallada para una optimización de los
conglomerados y segmentos, por lo cual se usó una cartografía satelital de
acceso libre. Se escogieron las viviendas de las unidades secundarias hasta
completar el tamaño calculado para cada segmento, en una zona que incluye
viviendas de estrato bajo y medio-bajo9
de la ciudad de Bucaramanga (Comuna Norte).
Los datos de los instrumentos
fueron codificados y digitados por duplicado por personal del Observatorio de
Salud Pública de Santander (OSPS), en hojas electrónicas de Excel, y las bases
fueron posteriormente depuradas y validadas electrónicamente y analizadas
utilizando el software STATA. No se registró identidad ni códigos ligantes a
los domicilios de los cuidadores o niños.
Se calculó un tamaño de muestra de 318
familias para un nivel de confianza de 95% y un poder de 80%, con prevalencia
del factor de riesgo de 33% y una diferencia de proporciones de 16%. Calculada
para una hipótesis bilateral, basada en los datos de motivo de consulta con
diagnóstico de diarrea y gastroenteritis de presunto origen infeccioso (CIE 100 – A09) E.S.E ISABU en el área Norte
de Bucaramanga entre Enero – Septiembre 2012. Al revisar la información
recolectada se encontraron seis encuestas de familias con niños menores de seis
meses, por lo tanto se redujo la muestra a 313 familias.
Dentro de los criterios de inclusión se
definieron para selección cuidadores de niños entre los seis meses y cinco años
de edad, que fueran residentes de la zona norte de Bucaramanga, comuna uno, al menos en los últimos seis
meses antes de la aplicación del instrumento y que decidieran participar
voluntariamente. Se excluyeron los cuidadores que no tuvieran al menos un niño
mayor de seis meses, puesto que la prevalencia indagada es para el periodo de los últimos seis meses.
Dentro de las estrategias
utilizadas para evitar el sesgo en la información recolectada se tuvo en
cuenta: garantizar que la persona que suministraba la información fuera el real
cuidador del niño y la reformulación de las preguntas en forma más específica y
sencilla al notar dificultad de entendimiento por parte del entrevistado.
Se recolectaron variables de naturaleza
numérica (número de familias en el hogar, número de niños menores de cinco
años, edad del niño y cuidadores, número de personas que conviven con el niño,
grifos, número de síntomas y signos de alarma identificados por el cuidador,
número de episodios de diarrea en los últimos seis meses) y variables
cualitativas (actitudes, conocimientos y prácticas caseras) tanto ordinales
como nominales. Las variables se resumieron en promedios o porcentajes y de
manera análoga como gráficos según su naturaleza. Se realizaron análisis bivariados
y estratificados previos (no incluidos) para escoger las variables candidatas a
un modelo multivariado de regresión binomial según criterios de modelamiento(9),
y presentar las Razones de Prevalencia (RP) ajustadas, con sus respectivos
intervalos de confianza al 95% con nivel
de significancia α = 0,05.
Factores
sociodemográficos, circunstancias materiales y de vivienda: número de personas en el
hogar, número de niños menores de cinco años, estrato socioeconómico, régimen
de seguridad social, disponibilidad de acueducto, alcantarillado, periodicidad
de recolección de basuras, numero de grifos en la vivienda, fuente principal de
agua para aseo y para preparación de alimentos, presencia de mascotas o
animales de corral, tipo de residencia (urbana/rural, propia/arrendada).
Características
del cuidador: parentesco, edad, nivel educativo.
Conocimientos
del cuidador sobre definición, síntomas, etiología, signos de alarma diarrea, tratamiento y
prevención: definición
de la diarrea, episodios de diarrea presentados en los últimos seis meses,
causas de la diarrea, signos de alarma para acudir a los servicios de salud,
signos de deshidratación, tratamiento de la diarrea, conocimiento de las Sales
de Rehidratación Oral (SRO), uso de SRO, preparación de SRO-, uso de fórmulas
comerciales de sales de rehidratación oral, relación de la cantidad de líquidos
y alimentos que se le proporcionan al niño cuando tiene diarrea, cuidados
brindados por el cuidador cuando el niño tiene diarrea preparados caseros más
utilizados.
Actitudes
y prácticas frente a episodios de diarrea aguda:
¿qué
hace el cuidador cuando el niño tiene diarrea?, ¿qué cree que es la diarrea?,
¿cuál es la causa de la diarrea?, prácticas que evitan la aparición de la
diarrea, ¿dónde se adquieren los conocimientos sobre la diarrea?
RESULTADOS
Se encuestaron 313 cuidadores (tres hombres,
310 mujeres) de niños entre seis meses y cinco años de 12 barrios de la comuna
1, con un promedio de edad de 32 ± 12 años. Del total de cuidadores cinco
(1,59%) eran menores de edad y el 45% se encontraba entre los 20 y los 39 años.
El cuidador más joven tenía 16 años al momento de la encuesta y el mayor, 76
años. Aproximadamente el diez por ciento de los cuidadores no habían completado
la educación primaria, y el 44% contaban
con educación básica secundaria y media (Ver tabla 1).
Tabla 1. Características del cuidador en la
comuna norte de Bucaramanga.
Fuente: autores
Las familias estuvieron conformadas por tres
a 14 personas, con una media de 6,4 ± 2 personas por hogar, donde el 52% de los
niños eran mujeres. La mayoría pertenecía al régimen contributivo y subsidiado.
Las viviendas eran principalmente estrato 3 (32%) y dos (62%). Solo cuatro
viviendas carecían de servicio de acueducto y seis no contaban con
alcantarillado. Había en promedio tres grifos por vivienda y el 89% de las
familias utilizan el lavaplatos para obtener el agua para la preparación de
alimentos, llama la atención que el lavadero es la fuente de aseo personal más
frecuente. La recolección de basuras es semanal en todos los sectores. El 45% de los hogares tenían al menos una
mascota. Solo hubo animales de corral en una vivienda (conejos). Las
características sociodemográficas y circunstancias materiales se resumen en la
tabla 2 (Ver Tabla 2)
Respecto al conocimiento sobre las
características de la diarrea solo el 4% identificó correctamente todos los
signos y síntomas (cambios en la consistencia, aumento en el número y duración
de los síntomas). El 93,5% de los cuidadores ignoraban la duración mínima de
los síntomas gastrointestinales requerida para que se considere que corresponden a un episodio de EDA. Los cambios
en la consistencia y la frecuencia de la deposición fueron ignorados por el 26%
y el 30% de los cuidadores, respectivamente.
Las causas de diarrea fueron reconocidas por
menos de la mitad de los encuestados, siendo la ingesta de alimentos
contaminados (47,8%) y el agua (40%) la respuesta de mayor frecuencia. No
obstante, otras creencias como la “descuajadura”, el “mal de ojo” y la brujería
fueron reportadas por la tercera parte de los cuidadores (30,48%), (Ver Figura
1).
Los signos de deshidratación más
frecuentemente reconocidos no superan el 40% de los encuestados. Solo el 37% de
los cuidadores reconoce como signos de deshidratación la sequedad en mucosa
oral y el hundimiento de ojos y mejillas. El reconocimiento de los demás signos
estuvo presente en menos del 20% de los cuidadores. El llanto sin lágrimas y la
disminución de la diuresis fueron reconocidos por menos del cuatro por ciento
de los cuidadores. Los signos de alarma para consulta inmediata reportados en
mayor porcentaje fueron la duración de la diarrea por más de 24 horas y la
fiebre de más de 39 grados centígrados. Sin embargo, el 35% de los cuidadores
no reconocía la duración de la diarrea como signo de alarma y el 69% no
reconoció la fiebre como criterio de consulta. La intolerancia a la vía oral,
la deshidratación y las heces con sangre o pus, fueron identificadas por menos
del 15% de los cuidadores.
Tabla 2. Características sociodemográficas y
circunstancias materiales y de vivienda en los hogares de la comuna norte de
Bucaramanga
*2 registros sin
dato de área de residencia.
Aproximadamente siete de cada
diez cuidadores reconoce las SRO como tratamiento para la deshidratación por
diarrea aguda, y nueve de cada diez considera que la reposición de líquidos
hace parte del manejo de la diarrea. Sin embargo, el 90% conoce los preparados
comerciales de rehidratación aunque algunos incluyen también fórmulas de
hidratación deportivas como parte del manejo. De los que reconocen las SRO,
menos del 60% saben prepararlas correctamente.
Como actividades preventivas, se encontró que
predomina en los cuidadores hervir el agua con un 57,7%, seguida por el lavado
de manos con 45,3%; otra actividad que se resalta es la higiene del hogar con
un 34,6%. Se evidenció que el 48,44% de la población no reporta episodios de
diarrea; el 47,75% reporta menos de tres episodios en este periodo, el 3,8%
reportó más de tres episodios. El 49% de todos los encuestados manifiestan que
sus niños han tenido al menos un episodio de diarrea en los últimos seis meses.
En la Tabla 3 se relacionan los conocimientos del cuidador sobre definición,
síntomas, etiología, signos de alarma
para diarrea, tratamiento y prevención (Ver Tabla 3).
Tabla 3. Conocimientos del cuidador sobre
definición, síntomas, etiología, signos de alarma, tratamiento y prevención de
la diarrea.
ACTITUDES Y PRÁCTICAS FRENTE A EPISODIOS DE
DIARREA AGUDA
La creencia en las causas
sobrenaturales y las “descuajaduras”, ocupó el tercer lugar entre las causas
reportadas de diarrea. Aproximadamente el 18% de los cuidadores prefieren
acudir al sobandero o curandero para el tratamiento de la diarrea, por otro
lado, el 31% prefiere tratar a su niño en casa y el 47% llevarlo a un centro
asistencial.
El 64% de los cuidadores utiliza preparados
caseros en el manejo de la EDA entre los cuales los más frecuentes son aquellos
que incluyen la guayaba, la manzanilla y el arroz tostado. Con respecto a la
prevención de la diarrea, uno de cada diez cuidadores piensa que no puede
evitar los episodios de diarrea. Por otro lado los cuidadores obtienen
información principalmente de familiares (59,42%), instituciones de salud
(39,62%) e instituciones educativas (13,74%), el 3,51% obtiene información de
curanderos y sobanderos. En la Figura 2
se relacionan las principales fuentes de información y sus respectivos porcentajes
(Ver Figura 2)
Figura 2. Fuentes de
información de los cuidadores sobre la diarrea. *Las respuestas no son
mutuamente excluyentes. Puede haber más de una fuente en algunos cuidadores.
Fuente:
autores
En relación a prácticas el 86,58% de los
cuidadores aumenta la administración de líquidos y el 49,84% disminuye la
cantidad de sólidos. Con respecto al uso de SRO para el tratamiento de la EDA
el 52,08% no las usa y el 84,66% hace
uso de las fórmulas comerciales ya preparadas (Ver Tabla 4).
Se encontró asociación estadísticamente significativa
entre los episodios de diarrea y la edad del cuidador, el pertenecer al estrato
más alto (estrato 3) y los niveles de aseguramiento más bajos (estrato 1 y 2)
(Ver Tabla 5), en las comparaciones bivariadas. En el modelo multivariado, se
encontró que por cada síntoma identificado correctamente, la probabilidad de
reporte de diarrea en los últimos seis meses aumenta 1,26 veces. Tener
aseguramiento aumenta 1,29 veces la probabilidad de reporte, mientras que la
edad del cuidador se asoció inversamente a la probabilidad de reporte de
diarrea en los últimos seis meses (RP = 0,99). La fuente de conocimientos sobre
la diarrea, el uso de preparados caseros, el estrato o la creencia en la
descuajadura no mostraron diferencias estadísticamente significativas (Ver
Tabla 6).
Gallardo-Lizarazo en el estudio realizado en
Bucaramanga encontró que un 43% de los cuidadores de niños menores de cinco
años con EDA tiene estudios de primaria,
y el 65% de estos cuidadores son las madres quienes reconocieron por lo
menos tres signos de deshidratación(14), mientras que en el presente
estudio el 35% de los cuidadores completaron la secundaria, el 78% son las
madres las cuales reconocieron por lo menos un signo de deshidratación lo cual
muestra que no hay relación directa con el nivel educativo y los conocimientos
relacionados con la enfermedad. Los signos de deshidratación fueron los menos
identificados junto con los signos de alarma. Ningún cuidador identifico más de
cuatro signos de deshidratación, el 23% no identificó ninguno de los signos y
el 91% identifico dos o menos signos de deshidratación; datos similares
reportan en la investigación de Delgado en el 2006 donde aproximadamente la
mitad de la población de madres estudiadas conocía como mínimo dos signos de
alarma en EDA(15).
Se encontró en relación a la definición de
diarrea que solo un cuatro por ciento de los cuidadores identifican todos los
signos y síntomas correctamente. Del 96% restante, tres de cada diez no
identifica los cambios en la consistencia de la deposición como signo de
diarrea y el 40% no identificó el aumento en la frecuencia de la deposición.
Resultados obtenidos por otros autores muestran un mayor reconocimiento de los
signos y síntomas por parte de los cuidadores(16),(17),(18). Jhonnel y colaboradores, encontraron un 75,6% de la
población estudiada define la diarrea como heces líquidas y aumento del número
de deposiciones(19).
Tabla 4. Manejo
de líquidos y alimentación durante los episodios de diarrea reportados por los
cuidadores de niños menores de cinco años de la comuna norte de Bucaramanga.
Fuente: autores
Tabla
5. Distribución de diarrea aguda según estrato socioeconómico en los diez
barrios con más frecuencia de episodios en la comuna norte.
Fuente:
autores
Tabla
6. Modelo multivariado de los principales factores asociados al reporte de
episodios de diarrea en los últimos 6 meses.
La creencia popular más frecuente de causa de
diarrea es la descuajadura; menos
de la mitad de los cuidadores
encuestados reconocen los alimentos y el agua contaminada como causa potencial
de diarrea y menos de la tercera parte reconoce los virus, bacterias y
parásitos como causa de esta enfermedad. Estudios en Nicaragua, muestran
creencias populares de manera descriptiva, encontrando que al menos el 90% de
las madres cuidadoras asociaban la diarrea con la nomenclatura mal de ojo
y diarrea de movimiento (descuajadura)
(20). Teniendo en cuenta que la descuajadura dentro de este estudio fue
la principal causa de EDA en niños menores de cinco años reportada por los
cuidadores es importante ahondar más este tema desde perspectivas culturales
para establecer estrategias educativas donde se articule la evidencia
científica y conocimientos, actitudes y prácticas basadas en tradiciones.
Cervantes Baute, Bosch Govea y Armero Pérez
(2001), exponen que los cuidadores creen como primer causa de diarrea algún
tipo de parasito en un porcentaje de 42%, mayor al encontrado en el presente
estudio, la asociación de la diarrea con la contaminación de alimentos es
expuesta por estos autores en menor porcentaje y no plantean la relación de
causa con agua contaminada(19). Otros investigadores como Alarcón,
Aguirre, Álvarez encontraron que en Ica
– Perú los cuidadores reconocen a los parásitos como principal causa de diarrea
y con actitud de los cuidadores la suspensión de la lactancia materna(20).
Los signos de alarma para consulta inmediata a los servicios de salud más
comúnmente identificados fueron la duración de la diarrea por más de 24 horas,
fiebre de 39 grados centígrados o más y la intolerancia a la vía oral, a
diferencia de los signos de deshidratación. Este desconocimiento del cuidador
sobre signos de deshidratación se ha relacionado como un factor de riesgo en
muerte por diarrea(21),(22),(23). En otro estudio realizado por
Lapeira, Acosta refiere que el 14,9% reconoce los ojos hundidos como principal
signo de alarma lo cual está relacionado de igual manera con un mayor riesgo de
muerte.
En relación a prácticas del tratamiento el
88% de los cuidadores considera que hay que aumentar los líquidos y el 52%
considera que hay que disminuir la cantidad de alimentos sólidos administrados
durante el episodio de EDA. Datos consistentes con un estudio en República
Dominicana donde el 61% de las madres desde el inicio de episodio de diarrea
aumentan el aporte hídrico(24). En cuanto a la utilización de SRO se
encontró el 68,8% de los cuidadores conoce las SRO, pero solo un 49,4% las ha
utilizado en el tratamiento de niños con diarrea, datos similares reportó
Vásquez, en el 2014 cuyo estudio revela que un 51,2% usó SRO en el episodio de EDA(25),
otro estudio realizado en India en el 2011 evidencia que solo el 26% sabía
sobre el método correcto de preparación de SRO(26).
En relación a los preparados caseros se
encontró que los más frecuentemente utilizados para el manejo de la diarrea, en
su orden son: el jugo de guayaba, el agua de manzanilla y el arroz tostado con
un 25,60%, 16,90%, 14,90% respectivamente. Datos similares arroja la
investigación de Revollo y colaboradores en Bolivia, en 1995 y de Conde en Perú en 2015(27) .
La identificación de las características de
la diarrea se asoció con un mayor reporte de episodios de diarrea en los
últimos seis meses. Por tratarse de un estudio transversal, no se descarta la
posibilidad de que sean precisamente los episodios de diarrea los que produzcan
un efecto favorecedor para el reconocimiento de la duración de los síntomas,
las características de la deposición y los signos de alarma, o bien que los
cuidadores con bajo conocimiento sub reporten los episodios de diarrea de los
niños a su cargo, debido a que no reconocen los síntomas o los signos de
alarma.
Lo anterior podría explicar el gradiente
encontrado entre mayor conocimiento de la diarrea y mayor reporte de los
episodios, ya que es poco plausible postular que el conocimiento de los
síntomas tiene un efecto favorecedor sobre la aparición de la diarrea en estos
niños. Un estudio longitudinal está
justificado y es pertinente para verificar esta hipótesis.
La edad del cuidador está relacionada a la
consanguinidad con el niño, y es razonable pensar que una madre identifica más
y mejor los síntomas diarreicos en sus
hijos, y que esto podría explicar la asociación negativa entre edad del
cuidador y la frecuencia de reporte de episodios; puesto que no se encontró
asociación entre la edad o el parentesco y los conocimientos sobre diarrea, la
explicación podría estar sustentada en
una mayor intensidad del vínculo a nivel emocional, espacial y de tiempo
derivada de la consanguinidad más proximal. No obstante, aunque se encontró asociación bivariada entre el
mayor reporte de episodios de diarrea según si el cuidador era o no la madre,
estadísticamente esta variable no cumplió criterios para ser candidata al
modelo multivariado.
Los resultados del presente artículo
provienen de un estudio transversal, por lo cual requieren ser interpretados y
extrapolados de acuerdo al alcance de este tipo de estudio. El diseño
transversal no permite validar hipótesis de causalidad, puesto que la relación
temporal entre los factores asociados y la presentación de diarrea solo se
puede establecer en un estudio longitudinal; sin embargo, las asociaciones
estadísticas encontradas justifican y ameritan su inclusión en estudios
posteriores de mayor nivel de evidencia. Asimismo, la exploración de prácticas
consuetudinarias y creencias de la población aquí presentadas, evidencian la
necesidad de análisis a profundidad
complementarios con metodologías cualitativas.
En esta población prevalece el bajo nivel de
conocimientos con respecto a las características, las causas, la gravedad, el manejo y la prevención de la
diarrea aguda en más de la mitad de los cuidadores. Las creencias populares y las
explicaciones de origen esotérico y sobrenatural se reportan con una alta
prevalencia como causas de la enfermedad y los cuidadores de niños menores de
cinco años de esta población de estrato bajo y medio bajo prefieren adquirir
preparados comerciales de hidratación o un manejo casero en lugar del manejo
con SRO. Las características del cuidador mostraron estadísticamente una
asociación más fuerte y evidente que las circunstancias materiales sobre la prevalencia de periodo de diarrea
aguda. Los resultados de este estudio sirven como base para justificar
hipótesis para estudios longitudinales, tipo ensayo comunitario que permitan
evaluar el efecto de intervenciones educativas sobre la presentación de diarrea
aguda en niños de familias de medianos y escasos recursos.
En este estudio no se sometió
a los individuos a ningún tratamiento experimental o algún tipo de examen
invasivo, modificación conductual ni se indagó información sensible. El grupo de investigación conocía y se
comprometió a cumplir con las pautas internacionales para la investigación en
seres humanos, respetando durante todo su desarrollo lo establecido desde la declaración de Helsinki, el informe Belmont, las pautas de Consejo de Organizaciones
Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS)
hasta la normativa nacional vigente en la resolución 008430 de 1993 del
Ministerio de Salud de la República de Colombia. Acorde con la resolución 8430
de 1993 del Ministerio de Salud, se considera este proyecto como investigación
sin riesgo (Artículo 11), dado su diseño,
metodología y temática a indagar, por lo
cual fue dispensado de consentimiento informado escrito (artículo 16, Parágrafo
tercero). Se presentó ante el Comité de Ética de investigación de la UNAB obteniendo el aval
del estudio.
Los autores informan que la Universidad Autónoma de Bucaramanga, VII
Convocatoria Interna de Proyectos de Investigación UNAB 2013-2014, es la
institución que financio el presente estudio.
Los autores manifiesta no haber tenido ningún conflicto
de interés.
Los autores agradecen a la Universidad
Autónoma de Bucaramanga, VII Convocatoria Interna de Proyectos de Investigación
UNAB 2013-2014 y al Observatorio de Salud Pública de Santander, por el
permanente apoyo y colaboración en la culminación del proceso de este estudio.
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¿Cómo
citar este artículo?: Abreu P, Ochoa ME, Baracaldo HA, Robles MI, Naranjo
AS. Conocimientos, actitudes y prácticas asociados a diarrea aguda en la zona norte de
Bucaramanga. Estudio observacional analítico aplicado durante el periodo
2014-2015. MÉD.UIS. 2017;30(1):21-33.