https://doi.org/10.18273/revmed.v30n1-2017008
Presentación
de Caso
Recién nacido pretérmino con quilotórax congénito
bilateral, una entidad infrecuente que amenaza la vida
Preterm newborn with bilateral congenital chylothorax,
a rare life-threatening entity
Luz A. Aguilar-López*
Laura L.
Rodríguez-Moncada**
Ángela M. Diaz-Diaz ***
Juan S. Peinado-Acevedo****
* Médica General.
Instituto del Corazón de Bucaramanga. Facultad de Ciencias de la Salud.
Universidad Autónoma de Bucaramanga. Bucaramanga. Santander. Colombia.
** Médica
General. Clínica FOSCAL. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Autónoma
de Bucaramanga. Bucaramanga. Santander. Colombia.
*** Médica
especialista en Pediatría. Gerencia Servicios de Salud y Gestión de Empresas.
Coordinadora Médica UCIP y Pediatría. Clínica FOSCAL. Docente Programa de
Medicina. Universidad Autónoma de Bucaramanga. Bucaramanga. Santander.
Colombia.
**** Médico
Interno. XII Nivel de Medicina. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad
Autónoma de Bucaramanga. Bucaramanga. Santander. Colombia.
Correspondencia: Dra. Luz Andrea Aguilar
López. Direccion: Carrera 26 N° 35 – 170 – Altos de cañaveral V etapa. Bloque
9. Apto 302. Floridablanca.
Santander.
Colombia. Teléfono (+57) 6381330 – (301) 3368430. Correo electrónico: l.andrea87@hotmail.com
El
quilotórax corresponde a la acumulación de linfa en el espacio pleural. El
diagnóstico se confirma por la presencia de quilomicrones en el líquido
pleural, sin embargo en la práctica clínica se utilizan los criterios de
Büttiker, para establecer el diagnóstico. El objetivo de esta publicación es
presentar el caso de un recién nacido con quilotórax congénito bilateral,
realizando una revisión actualizada del tema, que incentive la recolección de
datos y la generación de guías nacionales para su abordaje estandarizado. Se
trató de un recién nacido pretérmino, quien tras parto por cesárea presentó
síndrome de distrés respiratorio, ameritó terapia temprana de surfactante
logrando retiro de ventilación mecánica al día de vida, con posterior
presentación de signos de dificultad respiratoria y hallazgo radiológico y
ecográfico de derrame pleural bilateral. Se realizó toracentesis con
citoquímico compatible con quilotórax. Nuevamente ameritó soporte ventilatorio
invasivo, toracostomía cerrada bilateral y nutrición parenteral, con posterior
evolución clínica satisfactoria. MÉD.UIS.
2017;30(1):87-92.
Palabras
claves: Quilotórax Congénito. Síndrome de Dificultad Respiratoria del
Recién Nacido. Derrame
pleural. Prematuro.
Chylothorax refers to the accumulation of lymphatic
fluid in the pleural space. Diagnosis is confirmed by the presence of
chylomicrons in the pleural fluid, however in clinical practice Büttiker
criteria are widely used. The aim of this publication is to present the case of
a newborn with bilateral congenital chylothorax with an updated review of the
literature that encourages data collection and generation of national
guidelines for standardized approach. This was a newborn preterm, who after a
cesarean delivery presented respiratory distress syndrome who required early
surfactant therapy achieving withdrawal of mechanical ventilation on his first
day, with subsequent presentation of signs of respiratory distress, and a
radiological and ultrasound finding of bilateral pleural effusion.
Thoracentesis was performed obtaining cytochemical compatible with chylothorax.
Again required invasive ventilatory support, closed bilateral thoracostomy and
parenteral nutrition, with a satisfactory clinical course. MÉD.UIS. 2017;30(1):87-92.
Keywords: Congenital Chylothorax. Respiratory Distress Syndrome,
Newborn. Pleural Effusion. Premature.
Artículo recibido el 21 de Julio de 2015
Aceptado para publicación el 23 de Diciembre de 2016
El quilotórax se define como la
acumulación de linfa en la cavidad pleural. Fue descrito por primera vez por
Pusek en 1917(1). Como patología neonatal es un hallazgo poco
común; su epidemiología nacional y local es deconocida, sin embargo, estudios
internacionales realizados en Israel y Alemania, muestran una incidencia entre
1:7300(2) a 1:24 000(3) recién nacidos vivos
respectivamente, siendo más frecuente en el género masculino, con una
proporción 2:1(2),(3),(4),(5) y la mortalidad perinatal oscila entre el 15 y
el 30%(6).
El conducto torácico
representa el canal más importante en el desarrollo del quilotórax, este se
origina de partir de la cisterna de quilo cerca a la línea media a nivel de la
segunda vértebra lumbar y pasa a través del hiato diafragmático aórtico hacia
el hemitórax derecho por la región medial, para finalmente desembocar en el
sistema venoso a través del ángulo venoso(7),(8). Existen dos
grandes grupos etiológicos, el quilotórax congénito y el adquirido. El
congénito esta dado por causas idiopáticas, siendo fetos y neonatos los grupos
etáreos más relevantes(4),(9),(10),(11),(12). El de origen
adquirido, es secundario a complicaciones de cirugías cardiotorácicas o hace
parte de un síndrome clínico específico (Ver Tabla 1).
El diagnóstico se puede sospechar
de forma prenatal, con el hallazgo de derrame pleural en el feto, mediante
ecografía obstétrica(4),(13) y se confirma en el periodo postnatal
mediante el hallazgo de quilomicrones en el líquido pleural o según los criterios
Büttiker en el análisis citoquímico de líquido pleural, con la presencia de
triglicéridos > 100 mg/dl (>1,1 mmol/l), con > 1 000 células/µl y un
predominio de linfocitos (> 80%) (6). La electroforesis de
proteínas, se considera el gold standard(14),(15),(16),
sin embargo es poco utilizado por su baja disponibilidad. El curso clínico
generalmente es tórpido y las complicaciones más frecuentes son secundarias a
la pérdida de quilo: hipovolemia, hipoalbuminemia, hipogammaglobulinemia e
hipofibrinogenemia y trastornos hidroelectrolíticos(6).
El
tratamiento puede ser médico o quirúrgico y se basa en aliviar la afectación
respiratoria, mantener un estado nutricional adecuado, intentar disminuir la
producción de quilo y disminuir la mortalidad asociada(16).
El objetivo de este artículo es
presentar un caso clínico de un recién nacido pretérmino con quilotórax
bilateral congénito y hacer una revisión actualizada sobre su abordaje
diagnóstico y terapéutico a nivel respiratorio y nutricional que incentive la
investigación en el tema y la publicación de casos. Lo anterior es
especialmente importante para llenar los vacíos del conocimiento existentes,
por ejemplo, la ausencia de datos sobre incidencia local, para poder
desarrollar ensayos clínicos que generen datos basados en la evidencia para el
desarrollo de guías de manejo.
Recién nacido pretermino 33
semanas, con peso de 1400 gr, producto de parto por cesárea, por actividad
uterina relacionada con ruptura prematura de membranas de tres días de
evolución, sin datos de corioamnionitis materna; quien desarrollo síndrome de
dificultad respiratoria agudo moderado, dado por aleteo nasal constante,
quejido audible, tiraje subcostal acentuado con Silverman de seis al nacer y
desaturación persistente. Se manejó inicialmente con aporte de oxígeno por
cámara cefálica al 50%, con posterior requerimiento de dispositivo mecánico
nasal de presión positiva, sin mejoría ameritando soporte ventilatorio
invasivo, esquema de surfactante pulmonar orotraqueal a dosis de 1,6 mg cada
seis horas por dos dosis, con evolución clínica favorable que permitió extubación
a las primeras 24 horas.
Al segundo día de vida presentó
nuevamente aleteo nasal, desincronización de los movimientos respiratorios
toraco-abdominales y tirajes universales con desaturación progresiva y
sostenida asociada; requirió nuevamente ventilación invasiva y se inició aporte
nutricional por sonda orogástrica. Se realizó radiografía simple de tórax con
evidencia de borramiento de ángulos costofrenicos bilateral e imagen de vidrio
esmerilado de predominio izquierdo, ecografía de bases pulmonares con derrame
pleural bilateral, líquido anecógeno, sin ecos ni septos, 30 cc izquierdo y 25
cc derecho (Ver Imagen 1), ecocardiograma trastorácico con hipertensión
pulmonar secundaria a ductus arterioso persistente 2,1 mm con cortocircuito de izquierda a
derecha, trastorno de la coagulación, tiempo parcial de tromboplastina de 78,3
segundos, hipoalbuminemia (albumina 2,7g/dl) e hipernatremia (sodio: 167
mEq/L), así como acidemia persistente con pH en 7,21 pCO2 42 mmHg y pO2 de 117
mmHg.
Posteriormente se realizó
toracostomía cerrada bilateral, con salida de líquido turbio color amarillo, se
procesó estudio de citoquímico (Ver Tablas 2-3), gram, cultivo y antibiograma
siendo negativos para infección. Se interpretó reporte de citoquímico como
quilotórax congénito, ameritando cambio a nutrición parenteral total con
lípidos de cadena mediana ajustados en cantidad según evolución. En las
siguientes 48 horas presentó clínica favorable, logrando realizar extubación
orotraqueal al octavo día de vida. Se realizó retiro de toracostomía cerrada
derecha el día 11 e izquierda el día 12 de vida, permaneció con soporte
nutricional parenteral hasta el día 15, pasando a soporte enteral con aumentos
progresivos acordes a su tolerancia. Traslado a sala de hospitalización general
luego de 24 días de estancia en Unidad de Cuidados Intensivos. Se le dio de
alta hospitalaria a los 48 días de vida, sin oxígeno suplementario,
alimentación por succión, y adecuada recuperación nutricional peso de egreso
2585.
Tabla 1. Causas de quilotórax adquirido(11),(12),(26),(27),(28),(29),(30)
Fuente: Autores
Imagen
1.Ecografía de bases pulmonares: Líquido anecógeno sin ecos ni septos 30 cc
izquierdo y 25 cc derecho. Fuente: Archivo Radiologos especializados, Foscal
DISCUSIÓN
El síndrome de dificultad respiratoria del
recién nacido, es una entidad con múltiples etiologías, tales como taquipnea
transitoria del recién nacido, síndrome de aspiración meconial, síndrome de dificultad
respiratoria e hipertensión pulmonar persistente del recién nacido; otras como
el derrame pleural son menos frecuentes, más aún, si es secundario a la
presencia de quilotórax(2),(5),(9),(13), etiología identificada en
el abordaje de una transición fallida o tardía de la circulación fetal a la
neonatal, como ocurrió en nuestro caso, donde el diagnóstico inicial fue
síndrome de dificultad respiratoria de etiología no clara pero que
posteriormente ante los hallazgos imagenológicos se consideró el diagnóstico de
quilotórax. En los niños en edad escolar, la prevalencia de derrame pleural es
mayor, principalmente debido a que la patología infecciosa es una causa
frecuente, así mismo, el quilotórax en este grupo etario también se puede
presentar generalmente debido a otras causas como complicación de cirugía
cardiotorácica o por malignidad(10),(17).
Tabla
2. Citoquímico de Líquido pleural.
Fuente:
autores
Tabla 3. Citoquímico liquido pleural
Fuente: Autores
La presentación bilateral suele ser
la más usual(2),(5),(18), como lo ocurrido en el paciente; en caso
de compromiso de un solo hemitórax, el derecho suele ser el más frecuentemente
afectado, probablemente debido a la ubicación del conducto torácico(2),(4),(18).
La clínica depende del momento en el cual se desarrolle el quilotórax; en la
etapa fetal por ejemplo, puede resultar en hipoplasia pulmonar y presentar
manifestaciones tempranas más graves, mientras que en etapa neonatal, se
generan signos de dificultad respiratoria como taquipnea, retracciones y
cianosis de intensidad leve a severa, sintomatología que presentó el paciente.
Los hallazgos físicos, aunque de menor valor en el neonato que en los
individuos de edad avanzada, incluyen disminución de los ruidos respiratorios y
sonido mate a la percusión, estos hallazgos no fueron evidenciados en el
paciente, por lo que el diagnóstico fue basado principalmente en los hallazgos
imagenológicos(9),(12).
Así mismo, la herramienta
diagnóstica también estará determinada según el momento en que se genere la
patología, en la etapa prenatal, el método diagnóstico fue sugerido
inicialmente por Defoort y Thiery en 1978, quienes usaron el ultrasonido en
modo B para visualizar el polihidramnios y posteriormente la ecografía en
escala de grises para visualizar líquido en la cavidad pleural(4),(13),(19). Ahora bien, el pilar diagnóstico en la etapa
postnatal lo constituye la presencia de quilomicrones en el líquido pleural(14),(15),(20),
sin embargo dada la poca disponibilidad de la electroforesis de proteínas en
los centros de atención neonatal, cobran mayor importancia los criterios
descritos por Büttiker.
A la fecha, dado que se conoce que
el líquido pleural de los fetos con quilotórax tiene niveles mayores de IgG, se
considera que otra herramienta diagnóstica podría corresponder a la presencia
de una relación IgG en el líquido pleural/sérico elevada(21). El
aspecto lechoso en el estudio macroscópico, puede sugerir la presencia de quilotórax,
sin embargo, no se considera patognomónico debido a que se correlaciona con el
contenido de lípidos en el derrame, el cual dependerá del estado nutricional
que tiene el neonato al momento de desarrollar el cuadro clínico(22).
De ahí que, Staats et al, concluyeran
en su estudio sobre el perfil de lipoproteínas
presente en los derrames pleurales, quiloso vs no quiloso, que es un mal indicador de su origen, dándole
especial importancia a los valores de triglicéridos, pues estos últimos sí se
podrían acercar a la determinación de efusión quilosa. Se encontró entonces que
valores de triglicéridos superiores a 110 mg/dL son muy sugestivos de una
efusión quilosa, mientras que los valores de triglicéridos entre 50 y 110 mg/dL
requieren análisis de electroforesis de lipoproteínas para confirmar el
diagnóstico(14). Es raro poder confirmar el diagnóstico de
quilotórax, debido a la escasa disponibilidad de la electroforesis de
lipoproteínas, aun en instituciones de alta complejidad, como en la que fue
atendido el paciente. El citoquímico de este caso no es el típicamente descrito
en los casos de quilotórax, (ausencia de leucocitos mayor de 1000 células/mm3),
sin embargo, hay que recordar que todos los criterios diagnósticos en medicina
tienen una sensibilidad y especificidad que no son del 100%, es decir, hay
pacientes que sin cumplir los criterios diagnósticos pueden tener la
enfermedad, en este caso, el aspecto macroscópico, la evolución clínica
favorable al instaurar el manejo y la ausencia de otras enfermedades probables,
fue fundamental para realizar el diagnóstico. Adicionalmente, la madre de este
paciente ingresó a la institución, remitida desde su lugar de residencia, luego
de identificar trabajo de parto prematuro inminente, con controles prenatales
inadecuados, dadas las condiciones de acceso al servicio de salud en su lugar
de residencia, por lo cual no fue posible una realizar el diagnóstico prenatal.
La etiología del quilotórax en este
caso se interpretó como idiopática debido a que el recién nacido no tenía otros
signos clínicos que sugirieran cromosomopatía o anormalidades genéticas
mayores, se cree que en estos casos podrían existir anormalidades genéticas
menores que conducen a un retraso en el desarrollo normal de los linfáticos en
el periodo neonatal, el cual mejora rápidamente, evitando nuevos episodios de
quilotórax en la vida adulta, esto se sustenta con el mayor riesgo que tienen
los hijos de madres que ya han tenido otros hijos con quilotórax(23).
En cuanto al tratamiento del
quilotórax, aún no se han estandarizado guías de manejo por lo que se realiza
un tratamiento guiado por objetivos, los cuales se basan en aliviar la
afectación respiratoria, mantener un estado nutricional adecuado y disminuir
tanto la producción de quilo, como la morbilidad asociada a la enfermedad. Se
han descrito diferentes estrategias de manejo según el momento del
diagnóstico.
En la etapa posnatal, el manejo
puede ser clasificado en tres categorías: Manejo de la enfermedad subyacente,
tratamiento conservador y tratamiento quirúrgico(24). No
es objeto de esta revisión, sin embargo se debe enfocar el proceso diagnóstico
diferencial para así, direccionar la identificación y el manejo de la
enfermedad subyacente. El tratamiento conservador inicialmente implica la sustitución
de los nutrientes perdidos en el quilo y el drenaje quirúrgico de grandes
quilotórax, por lo que se indica el inicio de nutrición enteral con
triglicéridos de cadena media, los cuales son absorbidos directamente en el
sistema porta, sin pasar por el sistema linfático intestinal, lo que reduce el
flujo de quilo en el conducto torácico. Si el paciente continua con eliminación
de quilo, se indica reposo intestinal e inicio de nutrición parenteral total(2),(24)
, tratamiento realizado en el paciente. Otra de las medidas usadas como
tratamiento conservador, es el uso de somatostatina, la cual se indica si no
hay respuesta a las medidas dietéticas, su tasa de éxito puede ser alrededor
del 50% y se basa en su efecto atenuante sobre el flujo de la linfa del
conducto torácico(25). Finalmente, el manejo quirúrgico se
recomienda en casos donde a pesar de tratamiento conservador, el paciente drena
más de 100 mL/Kg de peso corporal por día y en quienes se ha producido un
rápido declive en el estado nutricional a pesar del tratamiento conservador(24).
Se incluye manejo con pleurodesis o pleurectomía, ligadura del conducto
torácico y finalmente toracoscopia o toracotomía(25).
El quilotórax en etapa prenatal y
neonatal es un reto médico pues hay muy poca información actualizada, sobre su
diagnóstico y tratamiento, por lo que se debe incentivar su estudio, con la
realización de ensayos clínicos que permitan generar guías prácticas clínicas,
con el fin de estandarizar el diagnóstico y tratamiento de esta patología.
Por el momento, existen criterios
aún vigentes descritos por Büttiker et
al. para su diagnóstico y debe correlacionarse con la clínica del paciente.
Por otro lado, el hallazgo prenatal, determina una mejor sobrevida a los
pacientes que cursan con esta patología
dado que el tratamiento in útero ha
aumentado la tasa de sobrevida y menor tasa de morbilidad a largo plazo.
El pilar del tratamiento en la
etapa postnatal, se basa en el diagnóstico oportuno y el manejo nutricional del
paciente, usando como herramienta principal la nutrición enteral con
triglicéridos de cadena media. El pronóstico se correlaciona con la
presentación clínica del paciente, y con la concomitancia de otras patologías
que condicionen un pobre desenlace.
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¿Cómo
citar este artículo?: Aguilar-López
LA, Rodríguez-Moncada LL, Diaz-Diaz AM, PeinadoAcevedo JS. Recién nacido
pretérmino con quilotórax congénito bilateral, una entidad infrecuente que
amenaza la vida. MÉD.UIS. 2017;30(1):87-92.