DOI: http://dx.doi.org/10.18273/revmed.v30n2-2017010
Presentación de
Caso
Recidiva
de macroadenoma hipofisario posterior a tratamiento
estándar
Pituitary macroadenoma
relapse after standard treatment
Yardany Rafael Mendez-Fandiño1
Nelson Javier Perez-Ángel2
César Orlando Quintero-Moreno3
Karen Eliana Reyes-Romero3
Claudia Tatiana Salamanca-Velandia2
Miguel
Ramirez-Rozo4
1 Médico. Internista. Universidad del Rosario. Servicio de
Medicina Interna. Empresa Social del Estado. Hospital Regional de Duitama.
Grupo de investigación en Epidemiologia clínica de Colombia (GRECO),
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Tunja. Boyacá. Colombia.
2 Estudiante IX nivel de Medicina. Escuela de Medicina. Facultad
de Ciencias de la Salud. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
Tunja. Boyacá. Colombia.
3 Estudiante IX nivel de Medicina. Escuela de Medicina. Facultad
de Ciencias de la Salud. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
Tunja. Boyacá. Colombia. Grupo de investigación en Epidemiologia clínica de
Colombia (GRECO), Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Tunja.
Boyacá. Colombia.
4Médico general. Facultad de Medicina. Fundación Universitaria
Juan N. Corpas. Bogotá. Cundinamarca. Colombia.
Correspondencia: César
Quintero. Escuela de Medicina, Universidad Pedagógica y Tecnológica de
Colombia. Avenida Central del Norte
39-115. CP: 150003. Tunja. Boyacá. Correo electrónico: investigacionmedicauptc@gmail.com.
Introducción: la
acromegalia es una patología de larga evolución y compromiso multisistémico, originada por un aumento en la liberación
de hormona de crecimiento luego del cierre metafisario
de los huesos largos. Su diagnóstico es complejo y suele presentarse entre la
quinta y sexta década de la vida. El tratamiento incluye la resección
quirúrgica y manejo mediante quimioterapia y radioterapia, así como control
endocrino fármacológico. La enfermedad presenta una
tasa de recidiva comprendida entre el 2 a 14%.
Presentación
de caso: paciente femenina de 67 años de edad con diagnóstico de
acromegalia hace 15 años, quien luego de ser sometida a tratamiento estándar,
presenta manifestaciones clínicas progresivas y compatibles con una función
hipofisaria activa.
Conclusiones:
la paciente en efecto presentó recidiva de la enfermedad con persistencia del
tumor benigno, debido a la interrupción del tratamiento y el insuficiente
seguimiento del caso; por tanto, es fundamental el seguimiento estricto en el
paciente que recibe manejo quirúrgico y tratamiento farmacológico por parte del
equipo de salud. MÉD.UIS. 2017;30(2):89-93.
Palabras
clave: Acromegalia. Hormona del Crecimiento. Adenoma
Hipofisario Secretor de Hormona del Crecimiento.
Introduction: acromegaly
is a disease of long evolution and multisystemic involvement, caused by an
increased release of growth hormone after the metaphyseal closure of long bones. Diagnosis is often difficult and usually occurs between the fifth
and sixth decade of life. The treatment
is based on surgical resection,
chemotherapy and radiotherapy,
as on endocrine control by drugs. The
disease has a low recurrence rate of from 2 to 14%.
Case
presentation: a 67 year
old female patient with a diagnosis of acromegaly 15 years ago, who, after
being subjected to standard treatment, presents progressive and clinical manifestations
compatible with an active pituitary function.
Conclusions: the
patient relapsed effect of the disease
with persistency of the benign tumor, due to the
discontinuation of treatment
and insufficient monitoring
of the case; therefore strict monitoring is essential in patients receiving pharmacological therapy and surgical management by the health
team. MÉD.UIS.
2017;30(2):89-93.
Keywords: Acromegaly.
Growth Hormone. Growth
Hormone - Secreting Pituitary
Adenoma.
Artículo recibido el 10 de septiembre
de 2015
Aceptado para publicación el 13 de
marzo de 2017
La acromegalia es una enfermedad multisistémica crónica, causada por aumento sostenido en la
secreción de Hormona de Crecimiento (GH, por sus siglas en inglés)(1), la cual se libera normalmente
por las células somatotropas de la glándula
adenohipófisis(2,3). Se origina por adenomas hipofisarios alrededor
del 95% de las veces, y por secreción exógena hormonal solo en un 5%(1). A
nivel mundial la (prevalencia se estima en 69 casos por millón de habitantes y
la incidencia es de tres a cuatro casos por millón de habitantes(4);
en Colombia, la prevalencia es de 40 a 125 casos por millón de habitantes y la
incidencia es similar a la cifra mundia(5,6);
de cualquier manera, estos datos varían mucho entre distintas regiones del
mundo(7). El proceso diagnóstico de la enfermedad es complejo y
prolongado, por lo cual el paciente puede tardar hasta diez años en obtener un
diagnóstico definitivo, el cual se presenta más frecuentemente entre la quinta
y sexta década de la vida, momento en el cual hasta un 70% de los tumores se
identifican como macroadenomas(8,9).
El transcurso de la enfermedad
implica un efecto deletéreo en el bienestar y la estabilidad emocional del paciente(10), disminuyendo hasta en
diez años la expectativa de vida(8). La sintomatología principal se
basa en crecimiento acral y facial, edema de tejidos
blandos, mialgias, atralgias, hiperhidrosis y
cefalea. Las manifestaciones clínicas son muy características, por ejemplo, a
nivel facial se puede observar un crecimiento pronunciado de la región supraciliar, la nariz y los labios, prognatismo maxilar y macroglosia; en las manos y pies se apreciaría un
crecimiento importante de carpo, tarso y falanges(1,2,3,4,5).
De igual forma, puede presentarse acantosis nigricans
e hipersecreción sebácea y sudorípara. El crecimiento de los senos paranasales,
y la macroglosia ocasionan un deterioro significativo
de la función respiratoria, configurando una importante causa de mortalidad(10).
La enfermedad presenta diversas y
frecuentes comorbilidades producto de la afectación sistémica; 25 al 50 % de
los pacientes muestran alteración en el metabolismo de los carbohidratos(2),
18 al 60% presentan hipertensión arterial crónica(5), 30% poseen
afectación cardiaca(6,7,8,9) (20% dilatación biventricular
y 10% insuficiencia cardiaca congestiva), 4% presenta enfermedad tiroidea(11)
y 20 % presentan osteoporosis u osteoartritis(12,13). Además, estos
pacientes tienen un mayor riesgo de desarrollar panhipopituitarismo.
Otros patrones inespecíficos, como neuropatías, edema periférico, amenorrea o
disfunción eréctil pueden encontrarse(10).
Por otro lado, el adenoma hipofisario puede causar un efecto compresivo
en el quiasma óptico, deteriorando la visión y
asociándose a diversas complicaciones(8),
tales como la aparición de meningiomas cerebrales(14).
El presente artículo describe la
recidiva tumoral única en un adulto mayor, posterior a un manejo quirúrgico
adecuado y una terapia farmacológica incompleta; donde la resonancia magnética
nuclear, evidenció una masa hiperintensa circular
delimitada en la silla turca. Todo lo anterior cobra importancia debido a que
es fundamental para el médico general y especialista reconocer la existencia de
recidiva completa o parcial de la enfermedad, para así vigilar las posibles
complicaciones que pueden presentarse, disminuyendo la morbimortalidad y
mejorando la calidad de vida del paciente.
Se presenta el caso de una paciente
femenina de 67 años de edad, con antecedentes de hipotiroidismo y panhipopituitarismo secundario a resección de tumor benigno
en la silla turca hace 15 años, además con hipertensión arterial, dislipidemia, historial de tres infartos agudos de
miocardio, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y osteoartritis de cadera.
La paciente refirió historial de facies acromegálicas
desde hace 35 años, con exacerbación posterior a la resección quirúrgica del
tumor de la silla turca y aplicación de radioterapia (Ver Figura 1), y signos
sistémicos de afectación ósea (Ver Figura 2). Describió también pérdida del
control voluntario de esfínteres, disminución de la agudeza visual, polidipsia
y fatiga constante. Al examen físico se evidenció afectación ósea sistémica,
principalmente en huesos largos, y macroglosia,
asociada a acantosis nigricans en región abdominal y
genital, sin otros hallazgos significativos.
Se solicitaron exámenes de
laboratorio, detectando TSH de 0,82 µU/ml (0,35 - 4,25 µU/ml, rango normal para
la edad de la paciente), prolactina de 27,47 ng/ ml
(1,9 - 23 ng/ml, rango normal para la edad de la
paciente) y niveles de GH de 8 ng/ml
(5 ng/ml, rango normal para la edad de la paciente).
Posteriormente, se realizó examen imagenológico para
corroborar la presencia de la masa, en la que se observaron áreas de gliosis frontales mediales, además de una limitada zona de encefalomalacia parasagital
frontal derecha y descenso de giros rectos, relacionado con el evento
quirúrgico que existe como antecedente; destacó la aparición de masa hiperintensa de bordes lisos y forma redondeada delimitada
en proximidad a la silla turca (Ver Figura 3), pero sin que se identificaran
signos de reaparición tumoral maligna; como hallazgos complementarios se
encontraron cambios de microangiopatía, y de meningioma parafalcino frontal
izquierdo y finalmente se sospechó la presencia de aracnoidocele
selar.
Figura 1: Plano frontal y lateral
del rostro, se observa importante crecimiento acral y
facial, y macroglosia severa que dificulta la
fonación. Por otro lado, se observa hipertrofia de huesos frontales,
prognatismo marcado y mala oclusión mandibular.
Fuente: autores
Figura 2: Es posible apreciar
aumento del tamaño de falanges de los dedos así como de los huesos del
metacarpo. Al igual que de la misma forma. Se aprecia desviación cubital de los
dedos
Fuente: autores
Figura 3: Der. Resonancia Mágnetica
Nuclear T2, Se observa reaparición de masa benigna a nivel de la silla turca(B), sin evidencia de malignidad. Izq. Resonancia Mágnetica Nuclear T1 Contrastada: no se observa actividad
del contraste con masa tumoral, por lo cual, se dictamina esta como una masa
lisa, con bordes definidos, por lo cual
tiene un pronóstico benigno.
Fuente: autores
Discusión
Aunque esta patología puede ser
primaria, existen algunos factores que favorecen cambios estructurales y
metabólicos a nivel somatotrofico, desencadenando un
aumento significativo en la liberación de GH, por ejemplo, la sobreproducción
de somatocrinina (hormona liberadora de hormona del
crecimiento), o bien un aumento sostenido en la liberación de somatostatina2.
De igual forma Daly F. y colaboradores han estudiado
la relación entre el síndrome de adenomas hipofisarios aislados, con una
mutación en el gen de la proteína intercambiadora de hidrocarburos aromáticos15,
por tanto existe una importante carga genética en el desarrollo de la acromegalia.
Es importante resaltar que si la elevación en los niveles de GH se presenta
antes del cierre metafisario de los huesos largos, se
desarrollara gigantismo hipofisario(16).
El diagnóstico resulta complejo, ya
que en muchas ocasiones el paciente no consulta, atribuyendo la síntomatologia insidiososa a la
transición hacia la vejez(17).
La identificación de la enfermedad tiene un alto componente clínico, que se
debe complementar con pruebas de laboratorio; el diagnostico se confirma cuando
hay ausencia de supresión de GH poscarga
oral (75 mg de glucosa(5); o
bien cuando se detecta aumento en el valor de somatomedina C, también conocida
como Factor de Crecimiento Similar a Insulina I (IGF-1), y GH. Cabe mencionar
que los valores normales para estas dos hormonas varían de acuerdo a la edad,
género y condiciones de salud de base. Los valores normales del IGF-1 van desde
60-160 µg/L en adultos mayores, hasta 190-800 µg/L en adolescentes; el nivel
normal de la GH es de 0 - 5 ng/ml (0 - 5 g/L)(18).
La acromegalia es una enfermedad
crónica insidiosa causada comúnmente por un adenoma pituitario, su tratamiento
es vital por la elevada tasa de mortalidad y sus comorbilidades; este busca:
•
Resolver el efecto compresivo del tumor: mediante
hipofisectomía, que puede ser transesfenoidal, transcraneal o bien radioterapia(7),
después de la cual normalmente existe déficit en la producción hormonal(2).
•
Mitigar las manifestaciones clínicas, mediante
antagonistas dopaminérgicos como la cavergolina
(0,5-6 mg/día)(19) o bromocriptina (1,25-2,5 mg/día), análogos de somatostatina como el ocreótido
(300 µg/día subcutáneo) o lanreótido (30mg
intramuscular cada 28 días); o bien antagonistas del receptor de GH como el pegvisomant (10-30
mg/día). Existen tratamientos especializados para pacientes embarazadas(20)
y se han desarrollado nuevos medicamentos con diversos mecanismos de acción y
mayor seguridad como el pasireotide(21).
Estos medicamentos tienen efecto sintomático exclusivo y son de corta acción,
por lo que su uso se debe prolongar hasta que se aborden técnicas quirúrgicas
definitivas.
•
Normalizar los niveles bioquímicos mediante el manejo de
los efectos hormonales periféricos.
•
Normalizar la función hipofisaria mediante el control
continuo de la función hormonal.
•
Igualar la tasa de mortalidad respecto a la población general(22).
Aunque el abordaje farmacológico es
común y el tratamiento de primera línea es la resección vía transesfenoidal,
que puede cursar con persistencia de la hipersecreción hormonal en el 43% de
los casos(23); se deben considerar nuevas alternativas de manejo,
tales como la radiocirugía estereostática, en la cual con el uso de un rayo gamma,
que ofrece una sola fracción de radiación a un objetivo pequeño, se delimita a
la masa diana limitando la vulnerabilidad de los tejidos blandos adyacentes(6,7,8,9).
En un estudio realizado en Polonia para evaluar la eficacia de la neurocirugía,
se observó que el 37,6% de los pacientes se curaban y el 62,4% requerían
tratamiento con análogos de somatostatina(24).
Después del tratamiento neuroquirúrgico, opción aprobada y aconsejada por el
consenso de expertos sobre el tratamiento médico de la acromegalia de la
revista Nature Review Endocrinology, se puede implementar la terapia médica
con ligandos de receptores de somatostatina como ocreótido y lanreótido y agonistas de dopamina como la cavergolina que han
mostrado alta eficacia26.Otra opción terapéutica valida es la
radioterapia, que permite el control del tumor en un 90% de los pacientes y
la remisión endocrina en un 50%25, este procedimiento tiene menos
efectos secundarios que la radioterapia y está recomendado en pacientes que no
responden a la cirugía o terapia farmacológica clásica(25). En este
caso, la paciente presentó recidiva endocrina luego de la radioterapia y la
resección quirúrgica, lo cual ocurre en menos del 10% de los casos en los
cuales se presenta macroadenoma hipofisiario(25).
La paciente es diagnosticada con
acromegalia en una fase avanzada y aunque recibe tratamiento quirúrgico y
radioterapia, el tratamiento farmacológico es administrado de modo incompleto,
razón por la cual se instauran progresivamente signos y síntomas sugestivos de
enfermedad recidivante. Además, los niveles de tirotropina
y prolactina refuerzan el diagnóstico.
A pesar de la posibilidad baja de
recidiva tumoral entre los pacientes afectados por macroadenoma
hipofisario secretor de hormona del crecimiento; todo paciente diagnosticado
con esta patología, que sea sometido o no a manejo quirúrgico, debe ser objeto
de seguimiento clínico continuo y persistente por parte del servicio de
endocrinología y neurología, para establecer la evolución final del tumor. De igual
forma, si se instaura manejo farmacológico complementario, se debe asegurar su
adecuada adherencia por parte del paciente. Con este enfoque, se puede
identificar tempranamente, y tratar de manera adecuada, las complicaciones más
frecuentes como lo son la compresión quiasmática y
secreción hormonal patológica, mejorando así la calidad de vida del paciente.
Se presenta el caso de un paciente
con recidiva tumoral acompañada de afectación endocrinológica y metabólica
continua, después del manejo quirúrgico aprobado. El caso reportado realza la
importancia de realizar seguimiento constante y permanente a los pacientes
diagnosticados con esta enfermedad, para tratar oportunamente las
comorbilidades que puedan presentarse.
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¿Cómo
citar este artículo?: Mendez-Fandiño YR, Perez-Ángel NJ, Quintero-Moreno CO, ReyesRomero
KE, Salamanca-Velandia CT. Ramirez-Rozo M. Recidiva de macroadenoma hipofisario posterior a tratamiento estándar.
MÉD.UIS. 2017;30(2):89-93.