Editorial
Restricción
del crecimiento intrauterino y preeclampsia; ¿Entidades completamente
independientes?
Restriction of intrauterine growth and
preeclampsia; completely independent entities?
Juan Darío
Jiménez-Meléndez*
*Estudiante de X semestre de medicina. Miembro consejo editorial
revista Médicas UIS. Escuela de Medicina. Facultad de Salud. Universidad
Industrial de Santander. Bucaramanga. Santander. Colombia.
Correspondencia: Sr. Juan Darío Jiménez Meléndez. Dirección: Carrera
24 #35-191 Bloque 2 Apto 103. Floridablanca. Santander. Teléfono:
3183971154 .
Correo electrónico: juandariojm@gmail.com
Para
hablar de alteraciones en el crecimiento fetal es necesario calcular el peso
del feto a través de una ecografía y contar con las curvas adecuadas para
establecer los percentiles de crecimiento del feto. Como no es posible
determinar los potenciales de crecimiento, se considera normal un peso para la
edad gestacional que este entre los percentiles 10 y 90(1). La
Restricción del Crecimiento Intrauterino (RCIU) ocurre cuando un feto crece por
debajo de dichos parámetros, alejándose de los valores acordes a su
predisposición genética y asociado a un evento patológico de base(1).
Aproximadamente
el 11% de los embarazos en países en vía de desarrollo presentan RCIU y feto
pequeño para la edad gestacional(2). En Colombia no hay datos
registrados en relación a la incidencia de esta patología, sin embargo, en el
último reporte completo del DANE (2014) hubo 669 137 nacimientos, de los cuales
39 985 (5,97%) tenían un peso menor a 2500 gramos, incluyéndose dentro de esta
población a todos los neonatos que tuvieron RCIU además de aquellos con un peso
bajo para la edad gestacional. En el mismo año se registraron 47 250
defunciones fetales, de las cuales 440 fueron causadas directamente por
restricción del crecimiento fetal, desnutrición fetal, peso bajo al nacer o
gestación corta(3). Esta incidencia de mortalidad sería mayor al
recordar que la RCIU aumenta el riesgo de otras comorbilidades perinatales que
impactan las tasas de mortalidad, incluso incrementando el riesgo de
enfermedades metabólicas como diabetes, obesidad, hipertensión y dislipidemia
en la adultez(4).
Por
otra parte, la preeclampsia, definida como la presencia de hipertensión
(PAS≥140 y/o PAD≥90 mmHg) luego de la semana 20 de gestación, en una paciente
previamente normotensa y acompañado de proteinuria, sigue siendo el factor de
riesgo más asociado al desarrollo de RCIU(5). Ésta a su vez se
clasifica en precoz y tardía, siendo la precoz la que en mayor medida ha sido
vinculada la RCIU. Sin embargo, hay que recordar que según un estudio
estadounidense sólo el 10-20% de los casos corresponden a preeclampsias
precoces, lo cual explicaría por qué la mayoría de casos de preeclampsia no
desarrollan RCIU(6).
Es
importante para los médicos generales, obstetras y perinatólogos reconocer
antenatalmente los fetos que están teniendo restricción en su crecimiento,
identificar las formas clínicas de presentación y sus factores de riesgo, con
el fin de prevenir daño cerebral perinatal, sufrimiento fetal agudo severo y
disminuir las tasas de morbimortalidad en el binomio madre-feto.
ETIOLOGÍA
Aunque su etiología se puede agrupar dentro
de tres categorías: trastornos maternos, fetales o placentarios (Ver Tabla 1)(7),(8),
no siempre existe una condición asociada y tampoco la presencia de alguna
indica un compromiso del crecimiento fetal. Dentro de esta clasificación, los
factores maternos, puntualmente los trastornos hipertensivos asociados al
embarazo, corresponden al 30-40% de las gestaciones complicadas con RCIU(9),
entre los cuales la preeclampsia corresponde aproximadamente al 33%(10).
CLASIFICACIÓN
Es útil diferenciar entre RCIU temprano o
tardío ya que indica el nivel de severidad, la asociación con preeclampsia e
historia natural del deterioro fetal(11). La evidencia sugiere que
todas las restricciones comparten en su patogénesis la insuficiencia
placentaria, pero en diferente severidad. Además, aunque el doppler de arteria
umbilical las discrimina, la edad gestacional ideal para realizarlo es de 32
semanas(12). Otras diferencias se ilustran en la Tabla 2.
Tabla 1. Factores de
riesgo relacionados con el desarrollo de RCIU
Fuente: Autor.
PREECLAMPSIA Y
RCIU
Actualmente, un nuevo modelo considera que
tanto la preeclampsia como la RCIU comparten una misma fisiopatología con
alteraciones placentarias de base y existe la hipótesis de que las gestantes
que desarrollan ambas complicaciones inician el embarazo con cierto grado de
lesión endotelial que las predispone a una placentación anormal(13).
FISIOPATOLOGÍA
El embarazo genera una respuesta
inflamatoria sistémica, la cual a nivel circulatorio activa células
endoteliales, leucocitos y plaquetas que inducen cambios en los factores de
coagulación, complemento y citoquinas proinflamatorias; produciendo un estrés
oxidativo que termina siendo la causa de la inflamación, resultando en una
inadecuada perfusión y por ende isquemia placentaria.
Tabla 2. Diferencias entre
RCIU tardío y temprano
Fuente: Autor.
Cande Ananth propuso un concepto unificado en donde
la enfermedad placentaria isquémica podía explicar ambas entidades e incluso al
abrupcio de placenta (13). Así, dado que estas tres condiciones
comparten las mismas vías biológicas, se considera la posibilidad de que sean
el resultado de una misma patología originada en la implantación placentaria.
El modelo propuesto parte de que la enfermedad placentaria isquémica resulta de
la culminación de dos procesos: la implantación inadecuada de la placenta o el
desprendimiento prematuro de la misma. Ambas vías comparten mecanismos que
generan daño placentario: remodelación anormal de la matriz extracelular,
trombosis y defectos en la coagulación, inflamación, infección y angiogénesis.
VÍNCULOS
Hallazgos
microscópicos encontrados en RCIU y preeclampsia precoz severa están
principalmente asociados a la alteración de la perfusión uteroplacentaria
secundaria a defectos en la invasión del trofoblasto extravelloso.
Histopatológicamente la hipovascularidad, la fibrosis vellosa y la
proliferación severa del citotrofoblasto, son reflejo de la existencia de un
flujo uteroplacentario anormal; caso contrario de las preeclampsias tardías
cuyas manifestaciones histológicas son heterogéneas y diferentes a las dos
anteriores(14).
Un metanálisis que incluyó
34 ensayos clínicos aleatorizados evaluó la eficacia de la aspirina en la
prevención de preeclampsia y RCIU cuando ésta se iniciaba temprano en el
embarazo. Los resultados concluyeron que
iniciar aspirina antes de la semana 16, disminuía el riesgo de preeclampsia en
un 53% y el de RCIU en un 56%(15). Así, teniendo en cuenta que la
aspirina funciona como antiagregante plaquetario que evitaría la isquemia
placentaria y su inadecuada perfusión, es posible considerar la presencia de
enfermedad placentaria en ambas patologías.
Además,
un estudio de cohortes realizado en 20 centros perinatales europeos buscó
describir la morbimortalidad perinatal en gestantes de un feto único con RCIU
temprano basados en el tiempo del diagnóstico y en la edad gestacional en la
que tuvo ocurrencia el parto. Al final del estudio, los tiempos del parto, la
mortalidad y las las morbilidades estuvieron relacionados en particular con la
presencia y severidad de los trastornos hipertensivos asociados al embarazo(16).
Así, entre 503 gestantes incluidas, 368 desarrollaron un trastorno
hipertensivo, de los cuales 262 (52% del total) correspondieron a preeclampsia
(71%); nuevamente evidenciando la estrecha relación existente entre el
diagnóstico ambas patologías.
CONCLUSIONES
La restricción del
crecimiento fetal continúa siendo un reto para los profesionales de la salud
debido a su impacto en la morbimortalidad fetal. Pese a que ya son conocidas
las clasificaciones que catalogan la RCIU basado principalmente en hallazgos
ecográficos, así como también los factores de riesgo que predisponen a su
desarrollo, aún es controversial saber cuál es el mecanismo fisiopatológico por
el que ocurre esta patología.
Es importante recordar a la preeclampsia
como el factor más relacionado con RCIU. En la actualidad, distintos factores
de riesgo compartidos por ambas entidades permiten contemplarlas como eventos
que no son completamente independientes. Sin embargo, los estudios que plantean
esta premisa, se han realizado basados en protocolos y clasificaciones
estipuladas hace varios años, lo cual no permite analizarlas de manera
conjunta. Los hallazgos sugieren que a futuro se investigue desde un enfoque
más biológico que permita correlacionarlas con el fin de lograr predecir y
prevenirlas.
REFERENCIAS
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¿Cómo
citar este artículo?: Jiménez-Meléndez JD. Restricción del crecimiento
intrauterino y preeclampsia; ¿Entidades completamente independientes?. MÉD.UIS.
2017;30(3):9-12.