DOI:
https://doi.org/10.18273/revmed.v30n3-2017012
Artículo
de revisión
Avances en la búsqueda de la vacuna contra
Helicobacter pylori
Advances in the search for the Helicobacter pylori
vaccine
Jose Augusto Urrego*
William Otero**
Alba Trespalacios***
*Médico cirujano. Residente I año
Medicina Interna. Facultad de Medicina. Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá D.C. Colombia.
**Médico gastroenterólogo. Clínica Los
Fundadores. Profesor Titular de Medicina. Unidad de Gastroenterología.
Universidad Nacional de Colombia. Bogotá D.C. Colombia.
***Bacterióloga. Magister en Microbiología. Doctora en Ciencias
Biológicas. Profesora Titular de Bacteriología. Facultad de Ciencias.
Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá D.C. Colombia.
Correspondencia: Autor Jose Augusto Urrego Díaz. Dirección:
Carrera 14B # 163 - 29 apto. 805. Bogotá, Colombia. Correo electrónico: joaurregodi@unal.edu.co Tel: 8103204
Cel: 3142840918.
Resumen
Helicobacter
pylori es una bacteria que infecta la mucosa gástrica de
alrededor de la mitad de la población mundial y está involucrada en la
patogénesis de un gran número de enfermedades gástricas y extragástricas en el
huésped. Varios antígenos, adyuvantes y rutas de inmunización han sido
evaluados buscando una vacuna que ayude a prevenir o erradicar la infección,
consiguiéndose diferentes grados de éxito, si bien la inmunidad esterilizante
solo se ha conseguido en algunos modelos animales. Varios mecanismos se han
propuesto para explicar los resultados obtenidos con las vacunas potenciales
evaluadas y para explicar cómo esta bacteria elude la respuesta inmune inducida
por ella misma o por intentos de inmunización. El panorama hasta el momento, si
bien no parece sencillo, no deja de ser esperanzador por los favorables
resultados que vendrían tras la obtención de una vacuna eficaz y por algunos
estudios que motivan a la posibilidad de su consecución. MÉD.UIS. 2017;30(3):111-20.
Palabras
clave: Helicobacter pylori, Vacunación, Antígenos, Inmunización,
Neoplasias Gástricas, Ureasa.
Abstract
Helicobacter pylori is a bacteria that infects the gastric mucosa of
around half of the world’s population and it’s implicated in the pathogenesis
of various gastric and extragastric diseases in the infected host. Several
antigens, adyuvants and routes of immunization have been tested in order to
find a vaccine that helps in the control of this bacteria, with varying degrees
of success so far, however, sterilizing immunity has been achieved only in
animals. Various mechanisms have been proposed to explain the outcomes obtained
by testing the potential vaccines and to understand how this bacteria avoids
the immunity triggered by itself or by the vaccines tested so far. The current
picture does not seem easy but it’s still encouraging since some studies have given
hope to the possibility of achieving an effective vaccine. MÉD.UIS. 2017;30(3):111-20.
Keywords: Helicobacter
pylori, Vaccination, Antigens, Immunization Stomach Neoplasms, Urease.
Artículo recibido el 10
de Octubre de 2016.
Aceptado para publicación
el 6 de Agosto de 2017.
INTRODUCCIÓN
Helicobacter
pylori (H. pylori) es una bacteria Gram
negativa microaerófila que infecta la mucosa gástrica de alrededor del 50% de
la población mundial, con una prevalencia similar en la población colombiana,
pero que varía considerablemente entre diferentes poblaciones, niveles
socioeconómicos y en diferentes estudios reportados(1),(2),(3). Por
ejemplo un estudio reciente mostró una prevalencia de H. pylori del 36% en biopsias gástricas de un centro de referencia
de Medellín(2), mientras que en un estudio más antiguo, con mayor
tamaño de muestra, en el que se revisaron resultados histopatológicos gástricos
solicitados por diferentes razones a pacientes de 16 ciudades de Colombia, se
encontró una prevalencia de esta bacteria del 69%(3). H. pylori es el agente causal de
diversas patologías gastroduodenales que incluyen Úlceras Pépticas (UPs),
producidas en el 15 a 18% de los infectados; Adenocarcinoma Gástrico (CG), en
el 2 a 3% de los infectados, y linfoma del Tejido Linfoide Asociado a Mucosa
(MALT, por sus siglas en inglés) gástrico, en menos del 0,1%(4),(5).
Así mismo, es agente causal de patologías extra-digestivas como anemia
ferropénica, deficiencia de vitamina B12 y trombocitopenia inmune(4),(5),(6),(7).
Con la erradicación de esta bacteria se
logran varios beneficios, como la curación de las UPs, regresión de tumores
MALT gástricos de bajo grado y disminución o eliminación del riesgo de CG,
entre otros(7).
Actualmente la única estrategia de
erradicación de la infección es el uso de antibióticos combinados con
inhibidores de la secreción de ácido clorhídrico(8). La eficacia de
esos tratamientos ha disminuido conforme ha aparecido resistencia de H.pylori a los diferentes antibióticos(7),
de modo que actualmente alrededor del 20% de los pacientes no consiguen la
erradicación tras el manejo inicial y de ellos, alrededor del 24 al 30%
continúan sin conseguirla tras un segundo manejo(9),(10). Teniendo
en cuenta la participación definida de H.
pylori en las patologías graves
mencionadas, así como el impacto que podría tener la utilización de
antibióticos sobre la microbiota intestinal, la vacunación es una estrategia
necesaria, que además puede prevenir posibles reinfecciones que hasta el
momento no son evitables con las terapias de erradicación(11), por
lo que sería una solución para las consecuencias en la salud pública mundial que
ha generado esta bacteria.
Varias estrategias de
vacunación han sido ensayadas en modelos animales con éxito variable en
términos de la disminución de la carga bacteriana o en la producción de
anticuerpos, en evitar infecciones de
novo y en la capacidad para producir erradicación esterilizante (vacuna
terapéutica) (12),(13),(14). Desafortunadamente la carga bacteriana
residual, encontrada en casi todos los estudios, continúa causando las
enfermedades asociadas a H. pylori (15).
Además, posterior a la disminución de la carga bacteriana con las vacunas
probadas se ha encontrado inflamación de la mucosa gástrica que
histológicamente es indistinguible de la inflamación desencadenada por la
infección misma y que también podría contribuir a las enfermedades asociadas a
esta bacteria (16).
En este artículo se revisa
y resume el conocimiento actual sobre el desarrollo de la vacuna contra H. pylori, los aspectos inmunológicos
relacionados con la infección, los mecanismos propuestos para la vacuna y las
causas de la falta de éxito en la consecución de una vacuna eficaz para su uso
en humanos.
METODOLOGÍA DE BÚSQUEDA
Teniendo en cuenta la
importancia del tema, se decidió realizar la presente revisión utilizando las
publicaciones más recientes y relevantes, usando la siguiente metodología.
Se realizó una búsqueda de
literatura científica en la base de datos PubMed usando la siguiente estrategia
de búsqueda: (Vaccination[Title/Abstract] OR Vaccinations[Title/Abstract] OR Immunization,
Active[Title/Abstract] OR Active
Immunization[Title/ Abstract] OR Active
Immunizations[Title/Abstract] OR Immunizations,
Active[Title/Abstract]) AND (Helicobacter pylori[Title/Abstract] OR
Campylobacter pylori[Title/Abstract]), haciendo una primera
revisión solo de los artículos publicados en idioma inglés o español, sin
filtrar resultados por fecha o por tipo de artículo. Se revisó el título y
resumen de los resultados obtenidos y a criterio de los autores se
seleccionaron los de mayor pertinencia, excluyendo, entre otros, aquellos
artículos con información redundante respecto a los demás. Tras esto, 72
artículos fueron seleccionados para su revisión total. Se agregaron además
artículos adicionales conocidos por los autores y algunas referencias
históricas de utilidad acerca del mecanismo inmunológico del H. pylori.
DESARROLLO DEL TEMA
Respuesta inmunológica a h. Pylori
H.
pylori afecta el sistema inmune en los infectados de múltiples
formas, generando respuestas tanto del sistema inmune innato como del
adaptativo y produciendo respuestas de anticuerpos tanto a nivel local como
sistémico(17),(18),(19). Al infectar la mucosa gástrica se produce
un aumento local en la síntesis y secreción de citoquinas proinflamatorias como
las IL (Interleucinas) 1B, 6, 8, 12, 18 y 23, INF-ƴ (Interferón-ƴ) y TNF-α (Factor de
Necrosis Tumoral-α) por parte de varias células, como las células dendríticas,
células T, monocitos y neutrófilos, entre otras, en respuesta a moléculas y
sustancias secretadas por la bacteria y a la interacción directa con ella(20),(21),(22),(23),(24),(25).
Algunas de las moléculas de H. pylori
que se han vinculado a la secreción de estas citoquinas son CagA (CytotoxinAssociated Gene A) y NAP (Neutrophil-Activating Protein)(26),(27).
Hay además un aumento en la expresión de Toll-Like-Receptors
(TLR) 2, 4, 5 y 9 en las células epiteliales gástricas, como se ha encontrado
en biopsias de niños infectados(22). Así mismo se ha evidenciado una
baja síntesis de citoquinas Th2 como IL-4 e IL-5(25),(28). Estos y
otros eventos condicionan generalmente una respuesta de tipo Th1/Th17(29),(30).
Adicionalmente se ha
demostrado que con la infección por H.
pylori se produce aumento local de citoquinas con actividad
antiinflamatoria como IL10 y Factor de crecimiento transformante-β (TGF-β, por
sus siglas en inglés)(20),(21),(22), y que varios factores de
virulencia del microorganismo tienen actividad inmunosupresora, como es el caso
de la Citotoxina Vacuolizante A (VacA, por sus siglas en inglés) y las enzimas ƴ-glutamil transpeptidasa y
arginasa(31),(32),(33),(34). Los mecanismos de inmunosupresión
mediados por estas moléculas son diversos; por ejemplo la arginasa de H. pylori disminuye la síntesis de Óxido
Nítrico (ON) en los macrófagos, el cual participa en los mecanismos
antibacterianos de esa célula contra el H.pylori
(35),(36). El mecanismo de esa inhibición involucra la competencia
de la arginasa por la L-arginina que es
el sustrato para la síntesis de la ON-sintasa(36). De manera
similar, en un estudio in vitro se demostró que algunos factores secretados por
H. pylori son capaces de disminuir la
secreción de IL-12 en células dendríticas estimuladas por esta bacteria o por Acinetobacter lwoffi(37),
otro patógeno que causa gastritis en ratones pero que es más susceptible a las
defensas del huésped(38). La IL-12 media un aumento en la
inflamación local que, como se mencionará más adelante, ha demostrado favorecer
la eliminación de la colonización por H.
pylori(39),(40),(41). Por estos y otros mecanismos, las
moléculas mencionadas tienen efectos inhibidores sobre la función de células
del sistema inmune innato, como monocitos,
macrófagos, células presentadoras de antígeno o sobre los linfocitos T,
que junto a otros mecanismos parecen favorecer la cronicidad de la infección
por esta bacteria.
Así mismo, la infección por H. pylori activa los Linfocitos T
Reguladores (LTreg) CD25+/Foxp3+, encargados de modular la respuesta inmune
(28),(42). Los LTreg son fundamentales en la persistencia de esta
bacteria en la mucosa gástrica humana. La depleción in vivo de LTreg disminuye
la colonización por H. pylori, y se
acompaña de un aumento local en la inflamación, lo que destaca la función
biológica de estas células(43). Al inhibir el crecimiento y
actividad de linfocitos T con actividad antigénica específica y al mitigar la
magnitud de la respuesta Th1 desencadenada por la infección, los LTreg
promueven la tolerancia inmunológica a H.
pylori y la persistencia de la infección(43),(44),(45). La
acción de estas células en la infección por H.
pylori parece ser promovida y potenciada, por lo menos en parte, por la
acción inmunosupresora de la citoquina TGF–β1, secretada por múltiples células
inmunes locales y por los mismos LTreg(46),(47),(48),(49).
Además la infección por H. pylori altera las defensas innatas
básicas del estómago por diferentes mecanismos, como el daño directo al
epitelio por la inflamación, que es mediada principalmente por IL-1; la
alteración en la velocidad de síntesis y composición del moco y la disminución
en la secreción de ácido clorhídrico(50),(51). En la Figura 1 se
resumen algunos de los aspectos de la respuesta inmunológica a H. pylori.
Posibles antígenos evaluados
La mayoría de estudios sobre la
vacuna de H. pylori han utilizado
ureasa como el antígeno inductor de la inmunidad(17). Los resultados
con su uso han sido variables dependiendo de la ruta, el adyuvante y la forma
de esta proteína, pasando desde ningún efecto inmunológico o protector hasta
claras seroconversiones y reducciones en la carga bacteriana que suelen oscilar
entre uno y dos logaritmos(52),(53),(54),(55). Sin embargo con el
tiempo más productos de H. pylori han
sido probados, entre los cuales se encuentran CagA, VacA, CagL, proteínas
antioxidantes de H. pylori, DNA e
incluso carbohidratos(56),(57),(58),(59),(60).
Figura 1. Respuesta
inmunológica a H. pylori. Las flechas rojas indican efecto inhibidor.
CagA: Cytotoxin-Associated
Gene A, NAP: Proteína Activadora de Neutrófilos, PME: Proteínas de la Membrana
Externa, PGN: Peptidoglicanos, ON: Óxido Nítrico, Ma: Macrófago, IL:
Interleucinas, HP: Helicobacter pylori, FNT: Factor de Necrosis Tumoral, Neu:
Neutrófilo, TH: Linfocito T colaborador, CD: Célula Dendrítica, INF:
Interferón, Treg: Linfocitos T Reguladores, TGF-β: Factor de Crecimiento
Transformante-β. Fuente: Este esquema fue realizado por los autores usando
imágenes individuales de libre acceso obtenidas de Servier Medical Art en http://www.servier.com/Powerpoint-image-bank.
El uso de CagL, una proteína
presente en cepas de H. pylori con un
Sistema de Secreción tipo IV (SSIV), es una línea de trabajo reciente y
promisoria. Las cepas con SSIV son consideradas como las más virulentas y
carcinogénicas, ya que a través de este sistema inyectan oncoproteínas
producidas por la bacteria directamente al interior de las células epiteliales,
al tiempo que se adhieren al epitelio gástrico e inducen la producción de IL-8(61),(62),(63).
La proteína CagL forma parte esencial del SSIV y tiene claramente
caracterizados sus métodos de estabilización y manejo como parte de una vacuna,
lo que hace que algunos expertos la consideren un candidato atractivo para la
inmunización(57). La desventaja radica en el hecho de no proveer
inmunidad contra bacterias que no poseen este islote de patogenicidad. Sin
embargo, teniendo en cuenta que las cepas más virulentas y carcinogénicas sí lo
poseen, es considerada una propuesta prometedora.
Recientemente ha despertado interés
la posibilidad de usar vacunas basadas en carbohidratos de H. pylori. Los Lipopolisacáridos (LPS) que constituyen su pared
tienen ciertas características que los hacen muy singulares. Tienen una
estructura única de la cadena O, presente en la mayoría de cepas de H. pylori, y dos componentes poliméricos
inusuales en la región externa del núcleo de los LPS: DDheptoglicano y
α(1-6)-glucano(64),(65). Recientemente se demostró que
gluco-conjugados sintéticos basados en LPS deslipidados de H. pylori unidos a una cadena de α(1-6)-glucano son inmunogénicos
y generan IgG que reacciona específicamente con los LPS de H. pylori(59).
Algo que desafortunadamente
debe resaltarse sobre la gran variedad de estrategias antigénicas usadas para
la vacuna contra H. pylori es que, si
bien la mayoría tienen algún grado de éxito, usualmente este no supera una
reducción de uno o dos logaritmos en la carga bacteriana(66),(67).
Posibles adyuvantes evaluados
Hasta el momento, el
adyuvante estándar de oro para la vacuna mucosa de H. pylori, aquella que es administrada por vía orogástrica o
intranasal, es la Toxina del Cólera (TC) o la Toxina Termolábil de E. coli (TL)(55),(67) sin
embargo, su aplicabilidad es limitada por su alta toxicidad(55),(67).
Este inconveniente ha sido explorado experimentando con mutaciones y derivados
de esas moléculas con el fin de reducir su toxicidad, pero conservando su
potencia como adyuvantes(68),(69). Dos trabajos recientes mostraron
resultados esperanzadores con este enfoque. Uno de ellos demostró que el
CTA1-DD, un derivado de la TC, podría llegar a ser tan eficaz como esta, con la
ventaja de tener una muy baja toxicidad(70). El otro consiguió una
eficacia tan alta como la de la TC usando una TL con Doble Mutación en su
subunidad A (DMTL, por sus siglas en inglés)(71). Las mutaciones
consistían en el reemplazo de una arginina por una glicina en la posición 192,
y en el de una leucina por una alanina en la posición 211. La importancia
esencial de esta nueva molécula es que carece de efectos tóxicos. En este
estudio se consiguió una reducción de 84 veces la carga bacteriana en ratones
inmunizados con DMTL con antígenos de un lisado de H. pylori, tras someterlos a una carga bacteriana, en comparación a
ratones no inmunizados, mientras que la reducción en ratones inmunizados con TC
con los mismos antígenos lisados de H.
pylori fue de 81 veces la carga bacteriana presente en no inmunizados(71).
Estas moléculas prometen ser excelentes adyuvantes al ser potentes y bastante
seguras de utilizar.
Posibles rutas de administración de la
vacuna
Varias rutas se han probado
a la hora de evaluar una posible vacuna contra H. pylori(17),(72),(73). La exposición al antígeno y al
adyuvante a través de rutas directas al conducto gastrointestinal, como la
mucosa sublingual o la vía intranasal, han sido las de mayor éxito hasta ahora(14),(71).
Por otro lado, el concepto
de vacunas comestibles para H. pylori
fue recientemente introducido por Zhang y cols(54) en un estudio que
usó Lactococcus lactis, una bacteria
que se usa en la producción de derivados de la leche y que es por lo tanto
consumida con frecuencia(74). En este estudio se usó una forma
recombinante de L. lactis que
expresaba el antígeno UreB de la ureasa e IL-2 como adyuvante, lo que consiguió
en los ratones que la ingirieron mayores niveles de anticuerpos anti-UreB y
menores cargas de H. pylori que en
los controles. Esto podría representar un enfoque novedoso y económico para el
control de esta bacteria.
Mecanismo de la inmunidad
Los mecanismos a través de
los cuales las estrategias de vacunación contra H. pylori confieren inmunidad son pobremente entendidos en la
actualidad. En los siguientes párrafos se resumirá el conocimiento más
relevante al respecto.
Un estudio de hace más de
15 años sugirió que elementos de la saliva eran necesarios para la inmunización
exitosa contra H. pylori, al
demostrar que la extirpación de las glándulas salivales impedía la adecuada
protección inmune inducida por la vacuna(75). Sin embargo Ng y cols(76)
no encontraron tales elementos, al demostrar que en la saliva de los ratones
vacunados no había aumento en los niveles de citoquinas ni en los de mucina,
concluyendo que la inmunidad asociada a la vacuna no implicaba estos
mecanismos. Sin embargo, encontraron un aumento considerable en la IgA
producida en las glándulas salivales de los ratones vacunados, aunque
descartaron que esta fuera la razón de la inmunidad basándose en estudios que
demuestran que la IgA no participa en la protección contra H. pylori conferida por la vacuna(77),(78),(79),(80). El
aumento de esta inmunoglobulina más bien es una respuesta normal del sistema
gastrointestinal a las infecciones o inmunizaciones, pero que no guarda
relación con la protección contra la infección para el caso de H. pylori(81).
Sobre este punto, debe
entenderse la concepción actual sobre la función de las inmunoglobulinas en la
protección contra H. pylori;
inicialmente se consideró que la IgA podría ser importante para desarrollar
inmunidad contra esta bacteria en animales vacunados, pero varios estudios
descartaron esa posibilidad(82),(83). Se ha comprobado que ratones knockout, incapaces de producir IgA,
desarrollan una respuesta tan efectiva a la vacuna como ratones normales, y que
ratones sin ningún linfocito B maduro e incapaces por tanto de producir
cualquier tipo de anticuerpo, tienen la misma respuesta de inmunización que
ratones control tras la vacunación contra H.
pylori(78),(79). De igual manera, algunos trabajos han mostrado
que así como los anticuerpos no median la inmunidad obtenida contra H. pylori con las vacunas probadas, la
IL-4, IL-5, IL-13, IL-18 y el TNF-α, tampoco juegan un papel mayor en esta
Respuesta(40),(80),(84).
Teniendo en cuenta que la inmunidad
está mediada en parte por células T colaboradoras (Th)(77),(85),
esta participación ha sido explorada. En un estudio se consiguió una
disminución en la carga bacteriana utilizando IL-17 y se demostró que el
bloqueo de la función de IL-17 disminuía significativamente la eficacia de la
inmunización contra H. pylori(86).
Otros investigadores encontraron inmunidad esterilizante en ratones infectados
a través del uso de terapia con IL-12,
para promover una respuesta Th1, aún en ausencia de inmunización(39).
D’Elios y Czinn(28) sugirieron que estos resultados, sumados a otros
que también resaltan la importancia de respuestas Th1 y Th17 a la hora de
inducir inmunidad, podrían ser de gran utilidad en la búsqueda de una vacuna
eficaz contra H. pylori. Sin embargo,
no todos los estudios apoyan esta inferencia(87). En cualquier caso
parece ser que la inflamación local juega un papel fundamental en la
eliminación de la infección(16). De hecho se ha demostrado que en
ratones con deficiencia de la IL10 se produce gran inflamación local en
respuesta a la infección por H. pylori,
y que esta respuesta eventualmente elimina la infección(40),(41).
Los mastocitos parecen tener un
papel clave en el desarrollo de la inmunidad post vacunación, pero los
mecanismos son desconocidos(88). Los principales hallazgos que
destacan la participación de estas células son los siguientes: 1) mayor número
de mastocitos en el tejido linfoide de ratones vacunados con ureasa y TC
después de recibir una carga de prueba de H.
pylori, que en ratones que solo recibieron TC y la carga de prueba, 2)
mayor expresión de mRNA de las proteasas 1 y 2 de los mastocitos en el primer
grupo de ratones, y 3) ratones modificados que carecían de mastocitos no
desarrollaron la protección contra Helicobacter
felis, una especie perteneciente al género Helicobacter que infecta principalmente otros mamíferos, que sí
desarrollaron los ratones sin tal modificación, pero tras la reconstitución con
mastocitos derivados de medula ósea cultivada, recuperaron su capacidad de
respuesta a la vacuna.
Finalmente, se sabe que el
receptor denominado PAR2 (Receptor Activado por Proteasa 2), que regula
respuestas inmunes e inflamatorias, también juega un papel en esta respuesta a
la vacuna(89). A parte de lo
anterior, es poco lo que se sabe sobre los mecanismos de la inmunidad en las
vacunas evaluadas.
Estado actual en la búsqueda de la vacuna
Dos cosas llaman la atención en los
estudios de potenciales vacunas contra H.
pylori (Ver Tabla 1). Por un lado, si bien en la mayoría de casos se
observa algún grado de respuesta, esta ha fallado consistentemente en producir
inmunidad esterilizante(12),(13),(14) y por el otro, en la mayoría
de ellos, aun utilizando estrategias de inmunización totalmente diferentes, se
consiguen resultados muy similares con disminuciones en los niveles de
colonización de la bacteria de entre uno y dos logaritmos(66),(67).
Los resultados fallidos de esos estudios probablemente reflejan características
propias de la infección por H. pylori
y de la respuesta del huésped, características que podrían ser entendidas e
intervenidas en el futuro para lograr una vacuna de mayor éxito.
Entre las razones para la ineficacia podrían estar
algunos mecanismos propios de H. pylori
que modulan la respuesta inmune del huésped, perpetuando la infección(81).
Este podría ser el caso de las proteínas VacA y γ-glutamiltranspeptidasa, que
son secretadas por H. pylori e
inhiben la proliferación de las células T, posiblemente dificultando también de
este modo una respuesta eficaz a la vacuna(90).
Tabla 1.
Algunos de los modelos de vacuna contra H. pylori que han tenido algún grado de
éxito
TL: Toxina Termolábil de E. coli, OpiA: Proteína Inflamatoria de
Membrana Externa de H. pylori, GC: Glucoconjungados, HP: Helicobacter. pylori.
CTA1-DD: Polipéptido artificial derivado de la toxina del cólera y de la
proteína A de S. aureus, IL: Interleucina, LPS: Lipopolisacáridos. Fuente:
Autores.
Sin embargo, más importante aún
parece ser la ausencia de actividad de anticuerpos en la defensa contra la
infección natural por H pylori(78),(79).
En el tracto gastrointestinal se secretan continuamente grandes cantidades de
IgA y cantidades pequeñas de IgG, constituyéndose como el principal mecanismo
de inmunidad adquirida contra los patógenos que transitan por él(91),
un mecanismo bastante efectivo en la mayoría de ocasiones. Sin embargo el caso
de H. pylori es la excepción, pues si
bien esta bacteria se encuentra unida a anticuerpos tipo IgA, IgG e IgM en el
estómago del huésped(92), esto no es suficiente para eliminarla. Una
de las razones de esto, quizás la más importante descubierta hasta el momento,
parece ser el mecanismo conocido como “Autolisis altruista”, un mecanismo del
que pocas bacterias disponen(81). Consiste en que el H. pylori libera grandes cantidades de
antígenos por medio de procesos de autolisis, antígenos que luego se adosarán
de forma débil a la superficie de otras H.
pylori vivas(93). De esta forma quedarían mitigadas las
funciones efectoras de los anticuerpos, pues no podrían lisar la bacteria
mediante complemento al no estar en contacto directo con su membrana, no
podrían aglutinarla e impedir su movilidad al desprenderse los antígenos unidos
débilmente a la bacteria, y finalmente no podrían inhibir las moléculas
producidas por H. pylori que adecúan
su entorno al estar acoplados a las moléculas liberadas por los procesos de
autolisis (Ver Figura 2).
Figura 2: Autolisis
altruista. 1: H. pylori sufre procesos líticos y libera en su entorno grandes
cantidades de Antígenos (Ag). 2: Los Ag se unen débilmente a la pared de H.
pylori vivas. 3: Los anticuerpos (Ac) contra H. pylori se unen a los antígenos
unidos a esta bacteria y no a la bacteria en sí. 4: Cuando la bacteria se
mueve, los complejos Ag-Ac, unidos débilmente a la bacteria, se liberan,
impidiendo los procesos de aglutinación y lisis bacteriana y neutralizando la
función de los Ac. Fuente: Imagen tomada y modificada de Sutton P, Chionh YT. Why can’t we make an effective vaccine against
Helicobacter pylori? Expert Rev Vaccines. 2013;12(4):433-41 con
permiso del autor.
Lo
anterior, sumado al pobre conocimiento sobre el mecanismo de inmunidad pos
vacunación mencionado previamente, explica la ausencia de éxito en la búsqueda
de una vacuna eficaz contra H. pylori.
Sin embargo es claro que se han producido avances y que el desarrollo de
inmunidad contra H. pylori es una
posibilidad real. De hecho, se ha documentado que algunos niños infectados con H. pylori, que ocasionalmente eliminan
la infección, lo hacen a través de una respuesta inmune adaptativa que
involucra células Th(94),(95), y se ha observado que algunos de los
animales de estudios de posibles vacunas desarrollan una inmunidad
esterilizante(14).
Recientemente se dio un
avance significativo por medio de un ensayo clínico aleatorizado doble ciego
comparado con placebo, que constituye el primer estudio fase 3 de una posible
vacuna contra H. pylori(96).
Este estudio utilizó un esquema de vacunación con tres dosis de una vacuna
compuesta por ureasa B como antígeno y como adyuvante, la subunidad B de
necesario resolver algunos inconvenientes(97), como el rápido
desvanecimiento de la protección que confiere la vacuna, que casi con seguridad
aumentaría con seguimientos mayores, o la necesidad de un alto número de dosis
en un contexto de planes nacionales de vacunación de por sí saturados. No
obstante, este estudio fase III ha demostrado por primera vez que es posible la
protección de la comunidad contra una futura infección por H. pylori por medio de la vacunación.
CONCLUSIONES
Varias son las estrategias de
vacunación que se han probado contra H.
pylori incluyendo diferentes tipos de antígenos, de adyuvantes y de rutas
de administración, siendo la ureasa el antígeno más usado y la TC y la TL los
adyuvantes de mayor uso y éxito, si bien varias moléculas y algunos derivados
de éstas han lucido promisorias. La mayoría de combinaciones de antígenos,
adyuvantes y rutas de administración han tenido algún grado de éxito que suele
oscilar en una reducción de entre uno y dos logaritmos de la carga bacteriana,
de modo que la inmunidad esterilizante rara vez se ha conseguido en animales y
en ninguna ocasión en humanos. Es también interesante el hecho de que no haya
participación de anticuerpos en esta respuesta a la vacuna, mientras que la
participación de células Th y, curiosamente, de mastocitos parece evidente.
Finalmente,
debe reconocerse que la situación actual es todavía considerablemente lejana a
la consecución de una vacuna efectiva. Las alteraciones inmunológicas que se
producen tras la infección por H. pylori,
los mecanismos de evasión de la bacteria a las defensas del huésped, como el
caso de la autolisis altruista y sobre todo, el poco conocimiento que se tiene
sobre los mecanismos de respuesta del huésped a las vacunas que se han evaluado
son factores que contribuyen a la falla en la obtención de esta vacuna. Sin
embargo no se debe desistir en su búsqueda, pues definitivamente han habido
avances y algunos datos sugieren que su consecución es posible, con los enormes
beneficios a la salud de la población que esto implicaría.
CONFLICTOS DE INTERESES
Los
autores no declaran ningún conflicto de intereses.
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¿Cómo citar este artículo?: Urrego JA, Otero W, Trespalacios
A. Avances en la búsqueda de la vacuna contra Helicobacter pylori. MÉD.UIS.
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