Efecto de tres modalidades de
crioterapia sobre la temperatura
de la piel durante las fases de
enfriamiento y recalentamiento
Maria Cristina Sandoval O.1, Esperanza Herrera V.1, Diana M. Camargo L.1
1. Grupo de Investigación del Dolor, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia.
Correspondencia: Maria Cristina Sandoval Ortiz, Grupo de Investigación del Dolor; Docente Asociada Universidad Industrial de
Santander, Carrera 32 No. 29-31, Escuela de Fisioterapia, Facultad de Salud, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga,
Colombia, Teléfono: 6358582, E-mail: sandoval@uis.edu.co.
Recibido: 22 de julio 2011- Aceptado: 22 de agosto de 2011
RESUMEN
Introducción: La crioterapia es útil en el manejo de las lesiones músculo esqueléticas, debido a los efectos derivados del enfriamiento tisular, sin embargo, pocos estudios han evaluado la efectividad de distintas modalidades de crioterapia para mantener el enfriamiento después de la aplicación y los efectos de la actividad post-enfriamiento sobre la recuperación de la temperatura. Objetivo: Comparar los efectos de tres modalidades de crioterapia y de la actividad post-enfriamiento, sobre la recuperación de la temperatura de la piel. Métodos: Estudio experimental con 36 sujetos sanos aleatorizados en tres grupos: paquete de hielo, inmersión en agua helada o criomasaje. Las modalidades se aplicaron por 15min en la pantorrilla. Posteriormente, cada grupo se subdividió aleatoriamente en reposo o marcha seguida de reposo. Para el análisis se aplicaron t de student apareda y ANOVA de mediciones repetidas (α=0,05). Resultados: Las tres modalidades disminuyeron la temperatura de la piel, con un efecto mayor causado por el criomasaje (-27,6°C). Durante el recalentamiento los tres grupos aumentaron la temperatura, independientemente de la actividad post-enfriamiento (p<0,0001). La recuperación de la temperatura fue menor en el grupo de inmersión en agua helada. Solo el grupo que recibió el paquete de hielo y realizó marcha seguida de reposo alcanzó la temperatura inicial. Conclusión: Las tres modalidades disminuyeron la temperatura de la piel, con un mayor efecto producido por el criomasaje; sin embargo, la inmersión mantuvo por más tiempo su efecto sin importar el tipo de actividad post-enfriamiento. Salud UIS 2011; 43 (2): 119-129
Palabras Clave: Crioterapia, temperatura, recalentamiento, termorregulación, fisioterapia
Effects of three cold modalities on skin temperature
during the cooling and rewarming phases
ABSTRACT
Introduction: Cryotherapy is useful in the management of muscle-skeletal injuries, due to the effects of tissue cooling; however, few studies have evaluated the effectiveness of diferents forms of cryotherapy to maintain cooling after application and the effects of post-cooling activity on the recovery on the skin temperature. Objectives: To compare the effects of three modalities of cryotherapy on the skin temperature (ST) and its variation during the rewarming, under two different activities. Methods: An experimental study with 36 subjects randomly allocated to either three groups: crushed ice pack (CI), massage with ice (MI) or ice-water immersion (WI), these modalities were applied for 15min in the calf. Subsequently each group was subdivided randomly in: rest or gait followed by rest. For the analysis a paired Student's t test and ANOVA for repeated measurements were applied with α=0.05. Results: The three modalities decreased skin temperature, with a greater effect caused by MI (-27.6°C). During rewarming the three groups increased temperature, regardless the activity post-cooling (P <0.0001). The ST recovery was minor in the WI group. Only the group that received CI and the rewarming was walking followed by rest, reached the initial ST. Conclusions: The three modalities decreased skin temperature but the MI showed the greatest cooling on ST, however the WI maintained by major time this decreasing during the rewarming without influence of activity. Salud UIS 2011; 43 (2): 119-129
Keywords: Cryotherapy, skin temperature, rewarming, thermoregulation
INTRODUCCIÓN
La crioterapia es la aplicación local o sistémica de frío con fines terapéuticos; ésta es una de las modalidades físicas más usadas en fisioterapia e históricamente se ha utilizado principalmente en el tratamiento de lesiones agudas1. En la literatura existe abundante información con respecto a los efectos fisiológicos de la crioterapia2-11, siendo la disminución de la temperatura (T) el efecto principal a partir del cual, se generan otros cambios en diferentes tejidos y/o sistemas. La disminución de la T depende de la capacidad de la modalidad para absorber y transferir calor a los tejidos, del tiempo de aplicación, el tipo de modalidad utilizada y la actividad efectuada después del enfriamiento1.
Las modalidades de enfriamiento varían en cuanto a sus características intrínsecas y propiedades termodinámicas (tamaño, calor específico, punto de fusión, etc.). Entre las más usadas están la inmersión en hielo, la inmersión en agua helada, el hielo húmedo, el paquete de agua y alcohol, el paquete de hielo, el paquete de gel, los aparatos de frío y el masaje con hielo1.
Se han realizado diversos estudios para comparar la eficacia de estas modalidades para disminuir la temperatura de la piel (TP) e intramuscular durante el período de enfriamiento7-9,11-13. De otro lado, existen pocos estudios que analicen la efectividad de una o varias modalidades para mantener el enfriamiento durante la etapa de recalentamiento o postenfriamiento, aspecto importante a considerar durante el análisis de la duración de los efectos de la crioterapia. Adicionalmente, en la mayoría de estos estudios, el recalentamiento se ha analizado mientras el sujeto permanece en reposo7,10,12-14, excepto en uno15 en el que se consideró la realización de actividad física después del enfriamiento.
Myrer y cols.7 no encontraron diferencias significativas entre paquete de hielo (PH) e inmersión en agua helada (IAH) en cuanto a su eficiencia para disminuir la T intramuscular durante el periodo de aplicación; no obstante, la T subcutánea mostró mayor disminución con la aplicación de PH, hallazgo que coincidió con el de Kennet y cols12. Adicionalmente, durante el periodo de reposo post-enfriamiento, el grupo de IAH continuó disminuyendo la T en contraste con el de PH, cuya T empezó a aumentar de modo inmediato al retiro de la modalidad. En otro estudio, Zemke y cols.8 no hallaron diferencias entre el PH y el criomasaje (CM), respecto a su capacidad para disminuir y mantener la disminución de la T intramuscular, sin embargo el grupo CM, logró una disminución más rápida de la T. Así mismo, Johnson y cols.10 determinaron que después de 4 horas de reposo post enfriamiento, la temperatura intramuscular de la pierna previamente tratada con IAH 30 minutos, no se recuperaba completamente, probablemente debido al largo periodo de inactividad mantenido durante el recalentamiento.
De otro lado, Myrer y cols.15 compararon el efecto del reposo y el ejercicio moderado sobre la recuperación de la temperatura durante el recalentamiento en sujetos previamente tratados con PH por 20 minutos. Los resultados mostraron que después de la crioterapia, la T intramuscular seguía disminuyendo en los sujetos que permanecieron 30 minutos en reposo. Por otro lado, el grupo que realizó ejercicio moderado durante el periodo de recalentamiento no mostró diferencias entre las temperaturas basales y las registradas después del ejercicio. Este estudio concluyó que el ejercicio realizado después de la crioterapia, acelera de modo importante el recalentamiento de los tejidos, limitando la duración de los efectos de esta modalidad.
Por último, un estudio realizado por Long y cols.16 en el que se aplicó un PH luego de un periodo de reposo o uno de ejercicio físico, permitió concluir que el ejercicio realizado antes de la aplicación de la crioterapia, aumenta considerablemente el efecto del enfriamiento sobre el tejido muscular.
En conclusión, existen varias modalidades de aplicación de la crioterapia, cuyas propiedades termodinámicas determinan la intensidad del enfriamiento en los tejidos tratados. La duración de tales efectos parece estar influenciada por la actividad que se realiza después de la intervención, pero la evidencia que existe sobre esta temática es reducida, por lo cual se requieren nuevos estudios que contribuyan en este conocimiento y en la determinación de los parámetros y criterios de aplicación de la crioterapia. Por lo anterior, el objetivo de este trabajo fue comparar los efectos de la aplicación de tres modalidades de enfriamiento sobre la TP y su variación, según la actividad realizada durante el recalentamiento.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio experimental con tres grupos de intervención: PH, IAH y CM. Las variables explicatorias fueron la modalidad de la crioterapia, el tipo de actividad post-enfriamiento y el tiempo de medición. Las variables de salida fueron la temperatura de la piel (TP) y la temperatura de la modalidad (TM).
Sujetos
La muestra estuvo conformada por 36 sujetos sanos (18
mujeres y 18 hombres) con edad promedio de 20,5 ±
1,9 años e índice de masa corporal (IMC) de 22,4 ± 1,6,
sin presencia de lesiones previas en las extremidades
inferiores. Inicialmente se aplicó un cuestionario para
confirmar el cumplimiento de los criterios de inclusión.
Los individuos se excluyeron en caso de presentar
reacción adversa al frío, fenómeno de Raynaud,
crioglobulinemia, embarazo, menstruación, índice de
masa corporal (IMC) <20 o >25, enfermedad vascular
periférica o cardiovascular, patología neurológica
o muscular e historia de alcoholismo o tabaquismo.
Adicionalmente, se les solicitó a los participantes evitar
el consumo de alimentos y de cafeína mínimo dos y
cuatro horas antes del experimento respectivamente,
y evitar realizar ejercicio físico cuatro horas antes de
participar en el estudio.
La investigación fue aprobada por el Comité de Ética de
la Universidad Industrial de Santander, según resolución
número 18/2006 y previamente a su participación en el
estudio, cada sujeto firmó un consentimiento informado.
Instrumentos
Se registró la TP y la TM con dos termómetros infrarrojos
(Cooper Temp 480 y Raytek ST™ PRO) que presentan
una precisión de 1°C y alta reproducibilidad (CCI:
0,97), validez (r=0,92) y sensibilidad al cambio (índice
de cambio: 4,2), según lo informado en la literatura17,18.
Se utilizaron tres modalidades de crioterapia: PH (bolsa
plástica de 18*8cm sin aire que contenía 279g de
hielo), el CM se realizó con un bloque de hielo (279g
con medidas de 8*10*5cm) y la IAH se realizó en un
recipiente de acrílico (20*35*30cm), donde se colocaba
agua más hielo hasta obtener una temperatura de 10°C.
Todas las modalidades de crioterapia fueron preparadas
con 4 horas de anticipación en un congelador a una
temperatura de -31°C.
Procedimiento
Los sujetos fueron distribuidos aleatoriamente para
recibir una de las tres modalidades de enfriamiento y
se dieron instrucciones previas para la utilización de
ropa cómoda (camiseta y pantaloneta) y el seguimiento
de las recomendaciones antes mencionadas, las cuales
fueron verificadas el día del experimento. Inicialmente
se registró la talla y el peso para establecer el IMC.
El protocolo de intervención se aplicó en el horario
comprendido entre las 2 y 6 de la tarde, con el objetivo
de controlar las variaciones de temperatura corporal
influenciadas por el ciclo circadiano. La temperatura
del laboratorio se mantuvo constante a 24±0,083°C, sin
variaciones estadísticamente significativas (p=0,29).
Para la determinación de la zona de enfriamiento del CM y del PH, los sujetos permanecieron en posición prona con los pies por fuera de la camilla. Se midió el punto medio de la pantorrilla, tomando como referencias la zona más prominente del maléolo externo y de la cabeza del peroné. Luego se proyectó una línea desde el punto medio hacia la parte posterior de la pierna. Este punto se hizo coincidir con el centro de un molde de acetato rectangular de 18 * 8 cm y se demarcaron los bordes. El centro de esta área también fue seleccionado como sitio de medición de la TP, mediante un termómetro infrarrojo colocado en forma perpendicular a la piel.
El protocolo se dividió en 3 fases: aclimatación, enfriamiento y recalentamiento. Durante la aclimatación, los sujetos permanecieron en reposo en una camilla, en posición prona durante 15 minutos.
En la fase de enfriamiento se aplicó la modalidad de crioterapia asignada aleatoriamente, durante 15 minutos. El PH y el CM se aplicaron en la zona determinada previamente (Figura 1); este último con desplazamientos longitudinales ininterrumpidos. Para la IAH el sujeto introdujo la pierna hasta el límite superior del rectángulo definido para la aplicación de las otras dos modalidades (Figura 1).
Finalmente, para la etapa de recalentamiento, los integrantes de cada grupo de intervención fueron nuevamente aleatorizados para definir la actividad post-enfriamiento: la mitad de cada grupo (6 sujetos) permaneció en reposo en posición prona en una camilla, sin realizar ningún tipo de actividad durante 30min (reposo); la otra mitad (6 sujetos), realizó marcha en un área de 9,45m2 durante 15min, a una velocidad de 90beats/min, controlada mediante un metrónomo y en seguida, se mantuvieron en reposo en posición prona durante 15min adicionales (marcha y reposo).
La T del PH y del bloque de hielo utilizado para el CM se midió colocando el termómetro en el centro de cada uno de ellos. En el caso de la IAH, la T del agua se midió introduciendo totalmente la termocoupla en el centro del recipiente. Las mediciones de la TP y la TM durante las tres fases del estudio, fueron realizadas por el mismo investigador para reducir su variabilidad, en los tiempos indicados en la Tabla 1.
Análisis
Inicialmente se describió la población de estudio en sus
características sociodemográficas según la naturaleza
y distribución de cada variable, aplicando medidas de
tendencia central y dispersión o tablas de frecuencia,
de acuerdo con su escala de medición; la comparación
de estas variables por grupo de intervención se evaluó
mediante un análisis de varianza (ANOVA). Para
comparar las diferencias antes del enfriamiento y al
final de la etapa de recalentamiento, para la TP y TM se
aplicó una t de Student apareada.
La comparación de los promedios de la TP y TM por
cada tiempo de medición, fase y grupo de intervención,
se realizó aplicando un ANOVA de mediciones
repetidas. Para el procesamiento de los datos se utilizó
el software STATA 9,0 con un α=0,05.
RESULTADOS
No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los tres grupos experimentales al comparar la edad, el peso, la talla e IMC (p>0,30).
TM durante la fase de enfriamiento
Las temperaturas de las tres modalidades antes del
enfriamiento fueron -2,7 ± 4,5°C, 2,9 ± 2,2°C y 8,9
± 1,0°C para el CM, PH e IAH respectivamente. El
análisis de varianza de mediciones repetidas mostró
la mayor variación en la TM durante la fase de
enfriamiento para el hielo usado en el CM (Δ +4,7°C,
p<0,0001), seguido de IAH (Δ -1,14 p=0,015); el PH
no registró diferencias estadísticamente significativas
(Δ -0,1, p=0,96). (Figura 2).
TP durante la fase de enfriamiento
Se encontró una diferencia significativa entre las TP
medidas al inicio y durante la fase de enfriamiento (T1-
T4), en los tres grupos de crioterapia (p<0,0001); sin
embargo, los mayores cambios se observaron en la TP
de los sujetos que recibieron CM (-27,6°C), seguidos
de los que recibieron PH (-24,4°C) e IAH (-18,3°C)
(Figura 3).
TP durante el periodo de recalentamiento
Se registraron diferencias significativas entre las tres
mediciones de TP realizadas en la fase de recalentamiento
(T4 – T5 y T6) en los tres grupos de crioterapia
(p<0,0001). Así mismo, al comparar T4 vs. T6 (Tabla
2, Figura 4)
se encontró una recuperación significativa
de la TP al finalizar la fase de recalentamiento, para
los dos tipos de actividad post-enfriamiento y todas
las modalidades de enfriamiento. Esta recuperación en
la TP fue menor para los sujetos del grupo IAH, tanto
en el grupo que permaneció todo el tiempo en reposo
como en el que realizó marcha seguida de reposo.
Adicionalmente, los sujetos que realizaron marcha
seguida de reposo mostraron mayor recuperación de
la TP, independientemente de la modalidad aplicada
previamente. (Tabla
2, Figura 4).
Variación en la TP pre-enfriamiento (T1) y al finalizar el recalentamiento (T6)
En la (Tabla 3) se muestran los resultados de las
mediciones de la TP realizadas antes del enfriamiento
y al final del recalentamiento, así como las variaciones
obtenidas según la actividad post-enfriamiento,
encontrando las mayores diferencias para los grupos
que permanecieron todo el tiempo en reposo y que
fueron tratados con CM e IAH previamente (4,1 ±
2,1°C y 4,3 ± 1,9°C, respectivamente).
Independientemente de la modalidad aplicada, los sujetos que permanecieron todo el tiempo en reposo durante el recalentamiento no recuperaron la temperatura pre-enfriamiento. Sin embargo, los participantes que recibieron CM o IAH y realizaron marcha más reposo, registraron temperaturas cercanas a las de pre-enfriamiento, mientras que los del grupo PH superaron ligeramente la temperatura pre-enfriamiento (0,2± 1,6°C).
DISCUSIÓN
La comparación de las características antropométricas
y sociodemográficas iniciales de los participantes
no demostró diferencias entre los tres grupos de
intervención. Sin embargo, para la interpretación
de los resultados es importante tener en cuenta la
comparabilidad de las tres modalidades en cuanto al
área de enfriamiento, pues en tanto que el CM y PH se
ubicaron en la misma área de la pantorrilla (144cm2), la
IAH incluyó el pie y la pierna hasta el tercio proximal
(dependiendo de la longitud de la pierna de cada sujeto).
Además, estas modalidades tienen diferencias en
cuanto a sus características físicas, pues en el caso del
CM y PH el intercambio de calor se da por conducción,
mientras que en la IAH intervienen la conducción y
la convección8. Estos aspectos permiten explicar que
aunque las tres modalidades son eficientes para inducir
una disminución en la TP, la magnitud y duración de sus
efectos pueden ser diferentes.
Las tres modalidades de enfriamiento indujeron un
patrón similar de disminución de la TP, coincidiendo
con lo encontrado en el trabajo realizado por
Kanlayanaphotporn9, en el cual la mayor reducción se
dio al inicio de la aplicación. Este comportamiento se
explica por los mecanismos de transferencia espontánea
y por las estrategias de termorregulación corporal, las
cuales se activan desde el momento en que la piel entra
en contacto con la modalidad19. Como resultado de la
aplicación de frío, se estimulan los receptores térmicos
cutáneos que conducen la información hacia el centro
termorregulador corporal, el cual activa las respuestas
fisiológicas respectivas20,21.
Debido a que el enfriamiento fue local, posiblemente
la principal respuesta fue la vasoconstricción, la cual
está regulada por la acción de la norepiniefrina (NE)
en los vasos sanguíneos periféricos y en el hipotálamo,
estimulando receptores adrenérgicos α-1 en las
neuronas termosensibles al frío22,23. En el caso de la
IAH este proceso probablemente afectó a un mayor
número de vasos sanguíneos generando variaciones en
los niveles de NE24,25, debido a la mayor superficie de
enfriamiento, comparada con las otras modalidades.
Los resultados del presente trabajo mostraron una
variación en la TM a lo largo del tiempo de aplicación,
así como disminución en la TP donde éstas fueron
administradas. Como se señaló previamente, la principal
forma de transferencia de calor de estas modalidades es
la conducción, la cual está determinada por la ley de
Fourier. Esta ley establece que hay proporcionalidad
entre el flujo de energía (energía por unidad de área y
por unidad de tiempo) y el gradiente de T. Esta ley se
cumplió en el presente estudio porque la modalidad que
inició con la menor temperatura pre-enfriamiento fue
el hielo usado para el CM, por lo tanto en este grupo
se encontró el mayor gradiente entre la TM y la TP
(34,3°C) induciendo una mayor disminución de la TP, a
diferencia de lo sucedido en la IAH donde el gradiente
de T fue de 22,7°C y presentó una menor reducción de
la TP.
En el caso del CM se observó una tendencia al
incremento en la T del hielo a través del tiempo de
aplicación. Esto se puede explicar porque el agua en
su fase sólida tiene una T menor a 0°C y al entrar en
contacto con la piel, se genera un sistema entre las dos
superficies con un gradiente de T a favor de la piel del
sujeto; para equilibrar este sistema la piel cede calor al
hielo. Las moléculas del hielo en contacto directo con
la pierna cambian su estado sólido a líquido y a su vez,
esas moléculas se reemplazan por las más próximas,
haciendo que la absorción continua de calor promueva
la disminución en la TP. Al inicio, esta transferencia se
da en forma rápida debido al alto gradiente entre las
dos superficies, pero posteriormente se estabiliza la T
del sistema. Estos factores explican por qué CM fue la
modalidad que logró la mayor disminución de la TP,
sumado a sus propiedades termodinámicas (punto de
fusión y calor específico), las cuales determinan su
capacidad para disminuir la T de los tejidos 9,11.
De otra parte, no se registró una variación estadísticamente
significativa en la T del PH, manteniéndose muy estable
durante la fase de enfriamiento, porque el hielo al
recibir el calor suficiente de la piel para alcanzar su
punto de fusión, comienza a pasar a estado líquido y
posteriormente, la temperatura del sistema generado
al interior de la bolsa se estabiliza, a pesar de que se
continúa adicionando energía. En consecuencia, el
enfriamiento que produce en la piel es menor. Los
resultados del presente trabajo no coinciden con los
hallazgos de estudios previos9,11,12 quienes al comparar
diversas modalidades de enfriamiento han mostrado la
mayor eficiencia en el enfriamiento con el PH.
La T del agua helada inició con la mayor temperatura
pre-enfriamiento y consecuentemente con menor
gradiente entre la TM y TP, pero luego registró una
tendencia a la disminución. Este comportamiento se
puede explicar porque en este tipo de enfriamiento
intervienen dos sistemas: el primero conformado por el
hielo y el agua y el segundo, por el agua helada y la
piel del sujeto. Así, para que se dé la transferencia de
calor en el segundo, es necesario que el primero haya
alcanzado el equilibrio térmico. Luego, el hielo al estar
en contacto directo con el agua, absorbe por conducción
el calor necesario para alcanzar su punto de fusión,
cambiando a estado líquido y disminuyendo a lo largo
del tiempo la T del agua. Por las razones señaladas la
IAH disminuyó menos la TP de los sujetos, a pesar de
que la zona de contacto expuesta al enfriamiento fue
mayor.
Con respecto al periodo de recalentamiento, los
resultados del estudio muestran que la TP aumenta
rápidamente una vez se retiran las tres modalidades de
enfriamiento, independiente de la actividad realizada,
siendo mayor en los sujetos que realizaron marcha
más reposo. Este resultado, evidencia que la actividad
física realizada después del enfriamiento acelera el
recalentamiento de la piel. Este mecanismo se da por la
acción del Sistema Nervioso Autónomo y la actividad
muscular consciente. Así, la marcha de intensidad
moderada que realizaron los sujetos del grupo marcha
más reposo produce energía calórica proveniente de las
reacciones químicas requeridas para sintetizar y usar
ATP en los músculos activos; adicionalmente, el calor
proveniente de los músculos podría ser transferido por
mecanismos de conducción hacia la piel aumentando
su T26. Aunque no totalmente comparables por el tipo
de T medida, nuestros resultados coinciden con otros
estudios15,26, donde se reportaron mayores incrementos
en las T superficial e intramuscular en sujetos que
realizan actividad física después del enfriamiento,
comparado con la permanencia en reposo.
A pesar que hubo aumento significativo en la TP durante
el recalentamiento en todos los grupos de modalidad,
éste fue menor para aquellos que habían recibido
IAH, independientemente del tipo de actividad postenfriamiento
realizada, mostrando una mayor capacidad
de esta modalidad para mantener el enfriamiento de los
tejidos; ésta observación coincide con el estudio de
Jonson y cols.10. Una de las posibles explicaciones para
esta observación fue la mayor superficie de contacto
entre la piel y el agua helada, y por tanto un gran
número de vasos que presentaron vasoconstricción y un
mayor número de receptores cutáneos estimulados24,25,
hecho que posiblemente logró también disminuir la T
de los tejidos circundantes y profundos de la zona de
aplicación; todo lo anterior se tradujo en una menor
transferencia de calor desde estos tejidos hacia el sitio
de registro durante el periodo de recalentamiento27,28.
Adicionalmente, al comparar las T en los grupos de
marcha más reposo y reposo, en las tres modalidades
antes del enfriamiento y al finalizar el recalentamiento,
se observó que en el grupo de reposo no se alcanzó la
T pre-enfriamiento, resultado coincidente con otros
estudios10,12-15; lo anterior se pudo presentar porque
al permanecer todo el tiempo en reposo durante
el recalentamiento no se presentaron los efectos
producidos por la actividad muscular consciente, los
cuales pueden ser tan grandes como para revertir los
efectos del enfriamiento26.
La selección de una muestra homogénea tuvo como fin
asegurar que los resultados encontrados se derivaran
principalmente de las diferencias entre las modalidades
aplicadas y no de las características individuales de los
sujetos; sin embargo, esta característica de la población
limita la extrapolación de los resultados a otros grupos
etáreos y a personas que presentan patologías y podría
ser considerada como una limitación de este estudio.
En relación con los parámetros de aplicación de las
modalidades utilizadas en nuestro trabajo, es importante
tener en cuenta que aunque existe similitud entre el
área de enfriamiento del CM y el PH, éstas difieren
sustancialmente de la IAH, cuya aplicación incluyó el
pie y gran parte de la pierna.
Finalmente, es importante mencionar que este
estudio comparó la efectividad de las modalidades de
enfriamiento considerando los cambios en la temperatura
cutánea. Aunque la variación de la TP se relaciona
estrechamente con los cambios en la temperatura de
los tejidos subcutáneos, no los representa de manera
adecuada14. Por tanto, es necesario corroborar nuestros
hallazgos realizando investigaciones futuras en las que
se analice la variación de la temperatura registrada
directamente en tejidos subcutáneos.
Implicaciones clínicas
Las diferencias en la velocidad y magnitud del
enfriamiento de cada modalidad utilizada en este
estudio ofrecen bases físicas y fisiológicas para la
utilización de la crioterapia en diferentes condiciones
clínicas. De acuerdo con nuestros resultados, podría
sugerirse la utilización del CM y el PH en alteraciones
músculo esqueléticas agudas, debido a su capacidad
para enfriar rápidamente los tejidos, previniendo la
lesión hipóxica secundaria, limitando la formación
de edema y disminuyendo el espasmo muscular. De
otro lado, en situaciones clínicas que requieran una
mayor duración de los efectos del enfriamiento, como
la hipertonía, probablemente resulte más eficaz la
aplicación de la IAH. Se recomienda la realización
de futuras investigaciones que comparen la eficacia
del enfriamiento derivado de estas modalidades de
crioterapia en diversas condiciones clínicas. Nuestros
hallazgos también soportan el uso de la criocinética,
pues los efectos terapéuticos derivados del enfriamiento,
como la disminución del dolor, favorecen la realización
de ejercicio terapéutico, fundamental para una rápida
recuperación después de la lesión.
Dado que el presente trabajo se realizó en una población
de sujetos sanos y jóvenes, se recomienda la realización
de investigaciones dirigidas a examinar los efectos de
las modalidades de enfriamiento en sujetos con algún
tipo de lesión y de diferentes grupos etáreos. Así mismo,
sería conveniente explorar los efectos de las diferentes
modalidades aplicadas en áreas y volúmenes diferentes,
sobre la T intramuscular.
CONCLUSIONES
Las tres modalidades analizadas en este estudio indujeron una disminución significativa de la TP, con diferencias en cuanto a la magnitud y velocidad de enfriamiento, siendo el CM el que causó mayor enfriamiento en el menor tiempo, seguido del PH y la IAH.
La realización de marcha de intensidad moderada indujo una mayor recuperación de la TP en comparación con el reposo, lo cual podría restringir la duración de los efectos terapéuticos del enfriamiento. La IAH fue la modalidad que mantuvo por mayor tiempo el enfriamiento. Treinta minutos no fueron suficientes para recuperar los valores iniciales de la TP.
AGRADECIMIENTOS
Proyecto financiado por la Universidad Industrial de Santander
CONFLICTOS DE INTERÉS
Los autores manifiestan no tener conflicto de interés alguno para la realización de este trabajo de investigación.
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