Publicado 2020-04-02
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Resumen
Una auténtica educación de los niños debería enseñarles el arte de ver las cosas de su mundo, a inquietarse por las señales naturales, plantas y animales que hacen presencia en el ecotopo en el que crecen. Esta habilidad para ver las cosas es tan importante como la habilidad para leer y escribir. Para introducir esta inquietud entre los padres y los maestros, se ofrece en esta entrega de la Revista de Santander, para propósitos académicos, un breve texto del más reconocido escritor naturalista (-) de los Estados Unidos. Después
deabandonar su carrera de burócrata en Washington, se instaló en una cabaña de los montes Castkill, donde por más de medio siglo escribiósobre la vida en los bosques. Se ha escogidola traducción castellana que hizo Ana González Hortelano para la editorial española Errata Naturae ().