Publicado 2019-03-01
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Resumen
Desde Bucaramanga y el 6 de junio de 1922, el afamado empresario Emilio Garnica dirigió una carta al director de la Banda de Músicos de Cali para acompañar un ejemplar del vals “El Buen Tono” —nombre de su fábrica de cigarros puros que había fundado en el año 1900 y que por entonces funcionaba en la carrera 12 con calle cuarta de la nomenclatura antigua de la misma ciudad—, que el “distinguido maestro” Luis A. Calvo le había dedicado. Deseaba don Emilio que esta composición musical fuese interpretada en la capital del Departamento del Valle por la banda mencionada, opinando que podría ser agradable al “distinguido público de esa población”.