Resumo
Desde pequeño se me dijo que al lado de la heroica Cartagena y de la hidalga Santa Marta, Barranquilla era una ciudad sin historia. Incluso los manuales de civismo usados en la escuela primaria, después de hacerle aprender a los niños el himno de Barranquilla con la letra de Amira de la Rosa que la tilda de “procera e inmortal”, pasaban de inmediato a decir que en realidad la ciudad se había fundado porque unos vaqueros de Galapa conducían sus vacas a un lugar que se llamaba Barrancas de San Nicolás para que abrevara el ganado. Esta tesis fue sostenida y pregonada con orgullo por mucho tiempo. Por ejemplo, los del Grupo de Barranquilla en sus artículos se jactaban del ancestro vacuno.