Una nueva mirada a la Regencia, a las Cortes de Cádiz y al proceso separatista de la Nueva Granada
Publicado 2007-07-02
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Resumen
Al asumir la Regencia el gobierno a nombre del rey Fernando, como delegación de la Junta Central a raíz de los sucesos ocurridos en Cádiz el 29 de enero de 1810, cuando ese reducto representaba el territorio no invadido aún en la Península por las fuerzas napoleónicas de ocupación, invitó la Regencia a los gobernantes de la España americana, virreyes, gobernadores, capitanes generales y presidentes, a adherir al nuevo gobierno. Algunos de esos señores no respondieron de inmediato; vacilaban hacerlo ante la inminente caída de toda la España peninsular en manos de Napoleón y pensaban que esperar podía serles más útil antes de definirse. Para ello la Regencia determinó enviar Comisionados Regios a esos reinos de ultramar y fomentar el reemplazo de tales autoridades indecisas o reacias por Juntas Autónomas de Gobierno. Para España, desaparecida la autoridad del rey legítimo secuestrado por Napoleón, la soberanía recaía en el pueblo que debería gobernarse por juntas autónomas, o mejor, dependientes de una Junta Central o Suprema y esto valía también para la España americana que ya había demostrado desde los sucesos de 1808, su total o casi total respaldo, a los gobiernos que en la península actuaban a nombre del rey Fernando como rechazo al de José Bonaparte.