Publicado 2007-07-02
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Resumo
RESUMEN
Los novohispanos participaron en una serie de elecciones durante el Antiguo Régimen. Entre ellas, las de ayuntamiento tanto en la república de indios como en la república de españoles, así como las de corporaciones eclesiásticas, gremios, diputaciones de comercio, tribunal de minería, etcétera. En 1808, tras la invasión francesa a España, los monarcas fueron obligados a abdicar y José Bonaparte fue ascendido al trono; entonces la naturaleza de la política cambió. Aun cuando las autoridades superiores españolas aceptaron el cambio de dinastía, el pueblo-un nuevo actor político-no procedió de igual manera. El 2 de mayo de 1808, los residentes de Madrid expulsaron a las tropas francesas de la capital. Su victoria temporal desató una gran revolución que transformó el mundo hispánico.
El pueblo de España y América rechazó al usurpador y, atendiendo a la teoría política tradicional hispánica, mantuvo que en ausencia del rey la soberanía recaía en el pueblo. En la Península ibérica, las provincias organizaron juntas para gobernarse a sí mismas como entidades soberanas independientes. El 25 de septiembre de 1808, estos organismos se unieron para conformar la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino, un gobierno de defensa nacional. Ya que la Junta Central no podría derrotar a los franceses sin la ayuda de América, dicho organismo reconoció la igualdad de los reinos americanos y, en 1809, les ordenó elegir a sus representantes ante el gobierno de la Nación española, como se llamaba ahora a la monarquía. Las elecciones de 1809 constituyeron un paso importante en el camino hacia la formación de un gobierno representativo moderno para la Nación española entera. Antes de que los recién electos delegados de América pudiesen reunirse con la Junta Central, los franceses renovaron su campaña para conquistar la Península ibérica. Las victorias francesas de 1809 fueron decisivas y la Junta Central se vio forzada a convocar a las Cortes para que éstas gobernaran a la nación y encabezaran los esfuerzos bélicos. El resultado fue que los ayuntamientos de América organizaron otra elección en 1810 para elegir a los diputados de un parlamento que se reuniría en Cádiz.