Publicado 2003-07-25
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Resumo
RESUMEN
En nuestra historiografía los conceptos de caciquismo, gamonalismo, y clientelismo, en ocasiones han dejado de ser una explicación parcial útil, para convertirse en generalizaciones que no explica nada. Visiones tradicionales y modernas de estos conceptos, tienden a mostrar un cuadro de dominio absoluto de las elites sobre una masa inerte, manipulable, donde se omiten la parte emotiva, la identificación local y personal. Algunos autores, en cambio, sugieren propuestas teóricas y metodológicas interesantes para desarrollar estudios sobre la política y el poder en la sociedad colombiana del siglo XIX. Para Fernán González, por ejemplo, el clientelismo está ligado a la política local y a su articulación con el Estado nacional. El autor ilustra como en una sociedad desigual, con un restringido acceso a los servicios, el clientelismo se convierte en un mecanismo primitivo y deformado de seguridad social, donde los partidos tradicionales actúan como intermediarios que otorgan bienes y servicios del Estado a las masas populares a cambio de apoyo electoral. Las adscripciones de los individuos al partido además de clientelistas pueden ser voluntarias, lo que señala una identificación, un sentido de pertenencia a una comunidad imaginada más amplia que la comunidad local. Las marcadas diferencias regionales y el sistema federalista del siglo XIX permitió la consolidación política de los gamonales, los caciques regionales y los caudillos. Con el movimiento centralizador de la Regeneración, a pesar de que la estructura del poder regional continúo siendo fuerte, los políticos regionales se convirtieron paulatinamente en intermediarios entre sus regiones y el poder central. De esta forma aparece el clientelismo en su forma actual, como intermediario entre la administración pública nacional y la local.