Nuevas observaciones sobre la estratigrafía y tectónica del Cuaternario de los alrededores de Bucaramanga

Resumen

Los depósitos cuaternarios de los alrededores de Bucaramanga son, de más antiguo a más moderno, los siguientes. Terrazas de Bucaramanga, en la que pueden distinguirse tres niveles, uno inferior de cantos, de unos 200 a 250 m de espesor; uno medio, de limos, arenas finas y arcillas, de tipo lacustre, de unos 15 m y un nuevo nivel de cantos de unos 10 m en promedio. Un complejo de limos, cantos y bloques englobados en una matriz de limos y arenas, y grandes bloques aislados; este complejo fue fuertemente rubificado; de los materiales indicados, que forman este complejo, los limos son los más importantes; entre el depósito de la terraza y de este conjunto rubificado se intercala una etapa de excavación de la terraza. Con posterioridad al depósito del complejo rubificado, se forman unas pequeñas terrazas, probablemente de significación local y unas turbas cuya parte superior es actual. De todos los niveles descritos el nivel rubificado tiene una gran importancia ya que se puede reconocer en toda la Cordillera Oriental. La terraza de Bucaramanga ocupa el área de un bloque hundido entre las fallas de Bucaramanga y del Suárez-Río de Oro; esta última ha jugado durante el cuaternario; los materiales de la terraza de Bucaramanga  están verticalizados a lo largo de la falla en una anchura que puede alcanzar unos 100 m; el complejo rubificado corta discordantemente este cuaternario vertical y además fosiliza la falla.