Abstract
El síndrome de Burnout, descrito por primera vez en 1974 se conoce como un estado adaptativo crónico de despersonalización del médico y otros profesionales del equipo de salud hacia sus pacientes y su profesión en sí en respuesta al estrés laboral que puede llegar a afectar gravemente la salud física y mental y las relaciones sociales de quienes lo padecen.
Con el paso del tiempo, las nuevas legislaciones en materia de atención en salud, las sobrecargas de trabajo, la presión del tiempo, las limitantes sociales y otras circunstancias han propiciado un estado de agitación para el profesional y en este caso, para el profesional médico llevándolo a tales situaciones que a largo plazo se convierten en un problema de salud pública.
El síndrome de Burnout se puede identificar a partir de tres dimensiones interrelacionadas: el cansancio emocional, descrito como un sentimiento de agotamiento ante las exigencias de la tarea por la que no se siente atractivo alguno; la despersonalización, que supone una conducta de rechazo hacia los pacientes, refiriéndose a ellos como si fuesen objetos; y la falta de realización personal, consistente en una actitud negativa. Esta medición se realiza principalmente con la prueba Maslach Burnout Inventory, compuesta por 22 preguntas que evalúan si hay sensación de vacío durante y después del contacto con pacientes, frustración, cansancio exagerado, entre otras situaciones. Estos tres aspectos resultan en un problema social pues impide claramente que las personas reciban una atención adecuada y una solución significativa a sus problemas en materia salud-enfermedad.
Dado que son tres diferentes ámbitos contemplados, de aparición y presentación relativamente independiente, las manifestaciones pueden variar entre una y otra persona dependiendo de su entorno laboral, social, familiar, las técnicas desarrolladas para el manejo de situaciones muy complejas y relaciones de pareja estables. De esta forma, en la práctica médica cotidiana puede observarse trato frío y falto de motivación con los pacientes, sensación de monotonía y repetición, subvaloración del trabajo, desesperanza hacia el futuro, ideas depresivas, o agotamiento excesivo.